martes, 4 de marzo de 2025

¡¡¡Buenos días, corredores!!! 04/03/25

     ¡¡¡Buenos días, corredores!!!

El fin de semana pasado sucedieron algunas cosas más en el atletismo valenciano además de la carrera de Calpe, hoy me gustaría resaltar dos, el Campeonato de España sub-23 en pista corta que se celebró en el velódromo Luis Puig y el 10K femenino de Valencia que por primera vez estaba homologado. 


https://yosoynoticia.es/volvo/atletismo/el-atletismo-valenciano-domina-el-campeonato-de-espana-sub18-en-el-luis-puig-con-14-medallas


El éxito de los valencianos sub-23 fue abrumador como podréis leer en la noticia y el 10K femenino de Valencia nos mostró, salvo las que estuvieron en Calpe, a las mejores corredoras populares. Podéis ver el video de la carrera. 

Son muchos los dorsaleros que están familiarizados con la competición, o sea participar en una carrera para alcanzar un objetivo, y estoy seguro de que cada uno va a tener una táctica para que le salga bien.

Por lo tanto, yo también tengo una. No es complicado pues en realidad todos sabemos que para realizar una buena carrera tenemos que salir a un ritmo que podamos mantenerlo durante todo el recorrido, es así de fácil y a la vez así de complicado.

Es fácil, salimos a ese ritmo que ya sabemos que nos permitirá llegar a meta sin problema y ya está, pero es difícil porque con el ambiente y los otros corredores nos suele suceder que corremos a un ritmo que no es el nuestro y ahí se encuentra la primera complicación.

Cuando oímos la señal de salida en realidad vamos a correr dos carreras. Las dos son de un tamaño muy parecido, pero se diferencian mucho en su contenido.

La primera mitad parece fácil, a menudo demasiado fácil. Uno sabe que tiene que ahorrar un poco para después, pero el cuerpo suplica: "más rápido”. Y es difícil contenerse.

Entonces viene la segunda mitad, la que parece una carrera diferente. Aquí es donde empezamos a sufrir. ¿A dónde se fue toda esa velocidad y energía? El cuerpo grita ahora: "más lento". Y uno sabe que no le tiene que hacer caso y que tendría que ir más rápido. Es difícil coordinar los dos pensamientos.

Las malas carreras son el resultado de un defecto de corredor muy común: correr rápido cuando nos sentimos frescos, y lento cuando empezamos a sufrir. Las buenas carreras, por otro lado, son con mucho el resultado de hacer caso omiso de los instintos de frescura y dolor, controlándonos cuando nos sentimos mejor, y ahorrando la energía para utilizarla cuando nos sentimos peor.

La diferencia entre una buena carrera y un mala es lo bien o lo mal que nos encontremos en la última parte. La primera mitad sencillamente establece el escenario en donde se va a interpretar nuestra obra; la última es donde se lleva a cabo la actuación principal. La fuerza de la actuación final descansa en el trabajo de base que se estableció al inicio.

El doble carácter con que tenemos que encontrarnos en una carrera nos exige que lleguemos a la salida con una mentalidad fraccionada. Lo ideal es tratar la primera mitad, como si estuviésemos preparándonos para una actuación y en la que establecemos el escenario con frialdad, la atención y meticulosidad de un técnico. Aquí tenemos que hacer un trabajo definido, con ciertos limites en nuestros ritmos; esta es la parte de la carrera que se trata como un negocio.

En la segunda mitad, la carrera cambia de estilo y nosotros deberemos de adoptar un nuevo papel al que nos tenemos que ajustar. Es la hora del artista, es cuando sale a escena el actor. Tenemos que actuar en el escenario que antes hemos establecido. Nos debemos de olvidar de las precauciones e inhibiciones y nos pondremos a correr con abandono creativo, tenemos que improvisar, hay que sacar todo lo que queda. Si el técnico ha hecho su trabajo en la primera parte, el artista actuara bien y triunfara. Si no, los errores de la primera mitad volverán como fantasmas y nos perseguirán hasta la meta.

Bien, ya tenemos suficientes analogías; no se trata de salir lento, yo diría más bien hacer una salida cautelosa. El ritmo de salida tiene que ser el que sepamos que podemos mantener durante toda la carrera. Al principio es posible que nos parezca demasiado fácil; después, ese mismo ritmo nos parecerá imposible de mantener.

En fin, si a esto añadimos que hay subidas y no sabemos cómo son ni dónde están esto hace que tengamos que improvisar bastante, es posible que sea complicado, pero es muy divertido.

Ya sé que la mayoría ya sabía que ese era el secreto, pero hay que recordarlo continuamente ya que se nos olvida pues hacemos tantas carreras, prácticamente cada fin de semana, que no prestamos atención a estos pequeños detalles.


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