¡¡¡Buenos días, amigos!!!
Un
tema que resulta interesante y que nos puede resultar beneficioso es intentar
averiguar cuál puede ser la relación entre nuestro bienestar y el cambio climático.
Por lo general oímos hablar mucho de las consecuencias económicas del cambio climático,
pero creo que se hace menos hincapié en recordar que es el interés en nuestro bienestar
lo que lo provoca en mayor medida.
Resulta
que al ser una prioridad en nuestra sociedad el bienestar material y este se
contabiliza a través de lo que tenemos. Cuando esa sociedad le da mucha
importancia al estar siempre bien, al estar en paz con uno mismo, a gusto y sin
nada que enturbie nuestra tranquilidad. Cuando lo importante es
aquello que me afecta a mí y busco por todos los medios asegurar que voy a
estar bien ahora… Todo lo demás queda a un lado, todo lo otro tiene
una importancia secundaria.
Por
ello, la relevancia del cambio climático no interesa delante de nuestra
necesidad de alcanzar rápidamente nuestro bienestar. Resulta que si se tienen
los recursos suficientes podemos estar fresquitos en casa por mucho calor que
se tenga en el exterior, se puede elegir vivir en las zonas altas que nunca van
a sufrir inundaciones o ser anegadas por el mar o se puede disfrutar de bonitos
jardines que son regados de manera suficiente, aunque no sobre el agua.
Si lo
que tengo que hacer para luchar contra el cambio climático me va impedir irme
de vacaciones o disfrutar de frutas que me llegan de la otra punta del planeta,
o comprar lo que necesito a unos precios muy económicos, o continuar con mis
beneficios gracias a una actividad económica que este contaminando, consideraré
que no vale la pena tomar todas las medidas que sean necesarias para combatir
el cambio climático, ya que considero que el bienestar es más importante.
Por
eso, es fácil comprender porque los abanderados contra el cambio climático
suelen ser los más jóvenes. Porque los jóvenes siguen siendo como niños y
desde ahí, desde su mirada limpia se dan cuenta del problema medioambiental.
Los adultos pensamos en otra clave, pensamos en nosotros, en nuestro bienestar,
nos interesamos solo en nosotros mismos y nos damos cuenta de los sacrificios
que supondría luchar de verdad contra el cambio climático.
Tal
vez, para calibrar bien esta cuestión, tengamos que volver atrás y ver la vida
con más tranquilidad.
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