miércoles, 31 de octubre de 2018

Miércoles 31 de octubre de 2018.

“¿Puedes devolver la vida? Entonces no te apresures a dispensar la muerte, pues ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos.” (J.R.R. Tolkien). 


Nos amanecerá dentro de muy pocos minutos, para ser exactos a las 07:27 horas y el crepúsculo será a las 18:01 horas, y además, ahora en mi balcón hay una temperatura de 12,4 grados y parece ser que vamos a tener un buen día.
A media mañana iré al cementerio a limpiar y poner flores en las lapidas de mis abuelos y de mis padres, pues tenemos encima dos fechas importantes, el 1 y el 2 de noviembre. El día uno celebramos la solemnidad de Todos los Santos y el día dos el recuerdo de los fieles difuntos.
Puede parecernos complicado hablar de la muerte, pero hablar de la muerte es en definitiva hablar de la vida, lo es al menos para los católicos. Para los cristianos el momento de la muerte es considerado el día en que el cristiano nace a la vida verdadera. Ya se que ahora se esta perdiendo de vista lo que significa verdaderamente la muerte, que se ve como una maldición y que no se quiere mirar más allá.
Se que nos apoyamos en nuestra inteligencia para buscar todos los medios posibles para corregir este mal que inevitablemente está presente, pero lo que en realidad estamos haciendo es huir del sufrimiento que representa aceptar esta dura realidad, porque en el fondo sabemos que tenemos un final y esto nos consume más que la misma muerte. Por eso muchas personas buscan la llamada «muerte digna, sin dolor», que no es otra cosa que el suicidio llamado “eutanasia”.
Sin embargo, la muerte cristiana tiene otro sentido, tiene un sentido positivo, que es el que ilumina la conmemoración de estos días, ya se que tal vez sea un día triste para muchos, sobre todo para los que no esperan nada más allá de la muerte. Para ellos la muerte deja un vacío y un sinsentido difíciles de consolar.
Feliz y Dulce Día.

martes, 30 de octubre de 2018

Martes 30 de octubre de 2018.

“¿Puedes devolver la vida? Entonces no te apresures a dispensar la muerte, pues ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos.” (J.R.R. Tolkien).


Cuando en mí balcón hay una temperatura de 12,9 grados y en un día en el que amanecerá a las 07:26 horas y tendremos el crepúsculo a las 18:02 horas es hora de ver como se nos presenta el día.
Como todos los días me encontrare con cosas que en mi juventud eran diferentes y que no entiendo, no se si a mis amigos les sucederá lo mismo o es porque los años me afectan de una forma diferente y me hacen añorar el tiempo pasado.
Por ejemplo, no entiendo una moda que cada vez se impone más, como la de los tatuajes, cada vez hay más gente que se los hace e incluso en los lugares más inverosímiles y en una cantidad que me producen repelús. Ya se que los tatuajes se hacen desde la antigüedad y que en muchas culturas son habituales pero lo que no entiendo son los motivos de muchos dibujos y su cantidad.
Cada vez veo más gente que se graba en su cuerpo nombres, fechas y símbolos inspirados en el artista, deportista o romance del momento. Ahora bien, el tatuaje, por permanente que sea, pues ahora existen métodos para eliminarlos, son una parte de lo que se llama la “cultura de lo efímero”. Y es que, lo que un día se graba a fuego en la piel, al día siguiente se borra del corazón.
He consultado algunos artículos y he visto que entre un 80 y 90% de las personas con tatuajes, después de unos años, quieren eliminarlos pues han perdido el sentido con el que lo grabaron. Por eso, más que tatuajes externos, pienso que habría que hacerse “tatuajes internos”. Es decir, grabarse en el alma y el corazón los valores profundos, principios vitales y esos verdaderos amores que nos orientan, estimulan y dan sentido a nuestro día a día.
Y es que un corazón sin tatuajes me preocuparía. Sería un corazón sin pasión ni ilusión, sin fuerza ni garbo para afrontar el desafío de vivir.

Feliz y Dulce Día.

lunes, 29 de octubre de 2018

Lunes 29 de octubre de 2018.

“¿Puedes devolver la vida? Entonces no te apresures a dispensar la muerte, pues ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos.” (J.R.R. Tolkien).


Parece ser que el invierno nos ha llegado, al menos aquí en Pego pues hoy ya estamos con una temperatura en mi balcón de 11,3 grados, vamos a ver si el sol cuando salga a las 07:25 horas es capaz de arreglar un poco el ambiente al menos hasta las 18:03 horas, que nos abandonara.
Se me olvido ayer comentar que nuestra afición a conversar es algo natural, algo que nos surge a la más mínima oportunidad, conversamos en los lugares más insospechados, y con personas a las que no conocemos hasta ese momento, y cuantas veces nos ha sucedido que de aquellas conversaciones espontáneas que se entablaban en los lugares más extraños surgían de vez en cuando amistades espontáneas, y que nos ayudan a disfrutar un poco más de la vida.
En nuestra sociedad todo parece estar en contra para que conversemos, existe una especie de conspiración contra la conversación. Muchos de nosotros llevamos enchufados al oído altavoces que nos aíslan de la realidad que nos rodea en ese instante, o estamos apresados a las pantallas que nos transmiten normalmente un espejismo de compañía (¡cientos, miles de amigos virtuales!) y que, en realidad, no hacen sino ahondar nuestra soledad.
Y, cuantas veces cuando vamos paseando miramos el móvil para que nos haga compañía,  o más bien para que nos haga olvidar que no tenemos compañía; o que, si la tenemos, no sabemos qué hacer con ella, y es que estamos logrando que dejemos de conversar, porque hemos conseguido que dejemos de sentir curiosidad por el alma del prójimo, para que la nuestra se estropee y envilezca.
Esperemos que nuestra vida no termina siendo como la de los muebles, con los que alguien siempre termina haciendo leña.

Feliz y Dulce Día.

domingo, 28 de octubre de 2018

Domingo 28 de octubre de 2018.

¿Puedes devolver la vida? Entonces no te apresures a dispensar la muerte, pues ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos.” (J.R.R. Tolkien).


Normalmente los domingos no suele haber “Buenos Días” puesto que tengo que abandonar muy temprano mi casa para ir a correr y no dispongo del tiempo necesario para escribir nada, pero hoy nos han cambiado la hora y tengo una hora más, así que voy a empezar por la temperatura en mi balcón, todo un clásico, ahora de 13,1 grados que es baja para Pego, además el sol nos saldrá a las 07:24 horas y se ocultará a las 18:05 horas.
Los latinos siempre hemos disfrutado con la conversación, es muy mediterráneo conversar, todos los que vivimos alrededor del mediterráneo somos buenos conversadores lo que no quiere decir que hablemos bien ni que hablemos por los “codos” pues entendemos nuestra conversación como algo diferente.
Nuestra conversación esta en la misma etimología de la palabra, que viene del latín “conversari” y significa "vivir, dar vueltas, en compañía", y si vemos sus componentes léxicos nos encontramos con el prefijo “con” (completamente, globalmente) y “versare” (girar, dar vueltas).
¿Y dar vueltas a qué? Pues a todo lo que se tropieza en nuestro camino empezando por uno mismo y siguiendo por nuestro interlocutor, dar vueltas a todo lo que la multiforme vida nos brinda cada mañana, que siempre es algo distinto e irrepetible.
Para nosotros conversar es llenar la vida con palabras, alabarla y escudriñarla en sus entresijos, intentar desvelarla y, cuando hemos descubierto al fin que su misterio es inagotable, seguir sin embargo encerrándola, por el gusto de la compañía. Conversar, a la postre, es ir descubriendo nuestra propia personalidad a medida que intentamos arreglar el mundo.
Por supuesto, también averiguar el alma de la persona que conversa con nosotros; sin atosigamiento, sin prisa, sin afán ni interés alguno, disfrutando del paulatino descubrimiento, como quien disfruta de un paisaje nuevo. Conversar es uno de lo más altos placeres para un latino, tal vez el más alto de todos; y por ello mismo la sociedad actual se empeña tanto en dificultarlo e impedirlo.
En fin, nos encontramos con muchos problemas para disfrutar de una buena conversación.

Feliz y Dulce Día.

sábado, 27 de octubre de 2018

Sábado 27 de octubre de 2018.

“El ojo corporal, que es el órgano para ver los objetos materiales, se nos da por naturaleza. El ojo de la mente, cuyo objeto es la verdad, es obra de la disciplina y el hábito”. J. H. Newman. 


Hoy parece que vamos a tener un día no tan apacible como el de ayer, de momento tenemos una temperatura en mi balcón de 18,8 grados, pero al estar nublado, y creo que con amenaza de lluvia, no he visto la salida del sol que se ha producido a las 08:23 horas y creo que tampoco veré su puesta a las 19:06 horas, pero ya veremos.
Llevo días fijándome e intentando seguir la marcha de migrantes que salió de Honduras y que está atravesando México con la intención de llegar a Estados Unidos. Y me encuentro con informaciones contradictorias y que me llevan a preguntarme qué hay detrás de esta numerosa marcha humana.
Se dice que son alrededor de siete mil los centroamericanos que se encuentran en ella y al igual que nos sucede con los migrantes que llegan a nuestras costas es normal que nos preguntemos; ¿qué hay detrás de esta crisis humanitaria? ¿Qué fuerzas han impulsado a miles de hombres, mujeres y niños a dejar su casa, la tierra en la que nacieron, para emprender esta caminata interminable, plagada de peligros e incertidumbres? ¿Qué mueve a una persona a abandonar todo lo conocido y a buscar, más allá de toda esperanza, el sueño que tal vez nunca llegará?
Sin duda, hay que mirar hacia Honduras, lugar de donde son la mayoría de los integrantes de esa larga caravana, y si la miramos desde el Fondo Monetario Internacional, podemos llegar a la conclusión que Honduras es una economía emergente sólida, con un crecimiento moderado pero constante, cercana al pleno empleo y con un gobierno ordenado. Una conclusión que nos dan todos los datos macroeconómicos y que contrasta fuertemente con la realidad, y que no explica las causas que lanzan a una población desesperada a abandonar el país en busca de nuevas oportunidades.
El problema creo encontrarlo en que Honduras tiene el nivel más alto de desigualdad económica de América Latina y ocupa el tercer lugar a nivel mundial, solo superado por Sudáfrica y Haití.
Si miramos en otro organismo internacional como los datos del Banco Mundial, nos encontramos con que 61 por ciento de los hondureños vive en situación de pobreza; un fenómeno que es todavía peor, puesto que uno de cada cinco hondureños vive en pobreza extrema.
Y, si añadimos a esto los problemas que tiene Honduras con la violencia pues tiene una tasa de homicidios de 59,1 a 43,6 homicidios por cada 100.000 habitantes, la situación de muchos hondureños se vuelve alarmante.
Pero, todos estos datos y los números no deben ser suficientes para dar una explicación convincente de esta caravana que en estos momentos está atravesando el territorio mexicano. Esta caravana no es una masa amorfa y despersonalizada, no es un espectáculo político, no es un fenómeno aislado y efímero.
La caravana que está cruzando México, es la suma de dolores y sufrimientos, de humillaciones y marginaciones, que sufren personas de carne y hueso, seres humanos que acumulan tanta desesperación que prefieren arriesgar la vida que continuar bajo el yugo de un sistema que drena su dignidad todos los días.
Esta caravana es un símbolo del dolor que acumula un mundo indiferente, que olvida que son personas, y no números, los que caminan hacia Estados Unidos. Esta caravana es un signo de los tiempos, donde coexiste la civilización más avanzada de la historia con el más profundo amor abstracto que pueda residir en el corazón humano.

Feliz y Dulce Día.

viernes, 26 de octubre de 2018

Viernes 26 de octubre de 2018.

“El ojo corporal, que es el órgano para ver los objetos materiales, se nos da por naturaleza. El ojo de la mente, cuyo objeto es la verdad, es obra de la disciplina y el hábito”. J. H. Newman.  


Aunque todas las informaciones meteorológicas nos dicen que a partir de hoy van a bajar las temperaturas y que vamos a tener un fin de semana lluvioso y frío, creo que tenemos que esperar, de momento en mi balcón 16,5 grados y con la esperanza de poder ver salir el sol a las 08:22 horas, aunque todos dicen que las nubes nos impedirán ver como se despide del día a las 19:07 horas, ya veremos.
Voy a volver un poco más al tema de ayer, porque es normal que cuando estamos hablando sobre los que consideramos responsables de la situación actual y de muchos de los males que acechan a nuestra sociedad, la rabia y el resentimiento surjan en nosotros. Está bien convivir con esos sentimientos por un tiempo (porque la rabia es un importante modo de lamentarse) pero, después de un tiempo, necesitamos movernos de allí.
El desafío entonces es preguntarnos: ¿Cómo empatizo ahora, dado todo este odio? ¿Dónde puedo encontrar ahora un hilo común que pueda mantenerme en sintonía con aquellos con los que estoy furioso?  Y, quizás lo más importante de todo: ¿De dónde puedo lograr ahora la fuerza para no ceder al odio y a la indignación egoísta?
Ese es el desafío. Casi todos nuestros instintos naturales contribuyen contra esta clase de empatía, como hacen casi todas las cosas que nos rodean. Ante la injusticia, nuestros instintos naturales empiezan espontáneamente, uno por uno, a cerrar las puertas de la confianza y hacernos críticos. Nos invitan también  a sentir indignación y odio. Ahora bien, esos sentimientos producen en nosotros una cierta catarsis. Eso da buena sensación. Pero esta clase de sentimiento catársico es una droga que no nos favorece mucho a largo plazo. Necesitamos algo más allá de los sentimientos de amargura y odio para nuestra salud a largo plazo. La empatía es ese algo.
Aun sin negar lo que es censurable ni negar la necesidad de ser proféticos ante todo lo que es malo, la empatía todavía nos llama a algo posterior a la ira, a la indignación y al odio. Para nosotros y hoy, eso es particularmente lo más necesario en nuestra sociedad.

Feliz y Dulce Día.

jueves, 25 de octubre de 2018

Jueves 25 de octubre de 2018.

“El ojo corporal, que es el órgano para ver los objetos materiales, se nos da por naturaleza. El ojo de la mente, cuyo objeto es la verdad, es obra de la disciplina y el hábito”. J. H. Newman. 


Hoy el sol empezará su trabajo a las 08:21 horas, o sea dentro de nada, y descansara a partir de las 19:08 horas, y, viendo que la temperatura en mí balcón es de 16,5 grados no me queda más que esperar un día agradable.
El fin de semana asistí a infinidad de conversaciones y cambios de impresión con mis amigos en un intenso fin de semana, como todos habíamos experimentado en nuestras vidas los mismos cambios en nuestra sociedad, me identifiqué con la mayoría de las cosas de las que charlamos. Y también en la valoración de los asuntos públicos de la política, estuvimos bastante críticos en algunos aspectos. No sin razón.
Y en su mayor parte, estuve de acuerdo con todo. Yo siento lo mismo. El actual estado de los asuntos públicos, es deprimente, polarizado amargamente y no puede sino dejarte sintiéndote frustrado y acusando a los que juzgas responsables de la ceguera, falta de honradez e injusticia que parecen inexcusables.  Pero, aun cuando compartí muchos de los razonamientos, no compartí el lugar donde llegamos algunas veces.
Se llego en alguna ocasión al pesimismo y la ira, aparentemente incapaces de encontrar nada más que indignación en la que situarse. Se termino también muy negativos en relación a nuestra actitud para con aquellos a los que se les atribuye el problema.
Yo no puedo desdeñar muchos de los razonamientos ni sus sentimientos. Son comprensibles. Pero no me gusta donde aterrizamos. La amargura y la ira, al margen de cómo se justifiquen, no son un lugar donde situarse. Lo que debe haber de noble en nosotros nos invita a movernos más allá de la ira y la indignación.
Más allá de la ira, más allá de la indignación y más allá de la crítica justificada de todo lo que es deshonrado e injusto, se halla una invitación a ser capaces de identificarnos con el problema de una forma más profunda. Esta invitación no nos pide dejar de juzgar o de hacer conjeturas ante lo que es reprochable, sino que nos pide ser proféticos de una manera más profunda.
Pero esto no es fácil de hacer. Ante la injusticia, la falta de honradez y la ceguera intencionada, todos nuestros instintos naturales luchan contra la empatía. Hasta cierto punto, esto es sano y muestra que aún somos moralmente robustos. Deberíamos sentir ira e indignación ante lo que es censurable. Igualmente es comprensible que también pudiéramos sentir pensamientos algo odiosos y críticos hacia aquellos que consideramos responsables.
Eso es un comienzo (un punto inicial bastante sano), pero no es donde deberíamos quedarnos. Somos llamados a movernos hacia algo más profundo, a saber, una empatía a la que previamente no accedimos. La ira profunda invita a la empatía profunda.

Feliz y Dulce Día.

miércoles, 24 de octubre de 2018

Miércoles 24 de octubre de 2018.

“El ojo corporal, que es el órgano para ver los objetos materiales, se nos da por naturaleza. El ojo de la mente, cuyo objeto es la verdad, es obra de la disciplina y el hábito”. J. H. Newman. 


Parece ser que hoy vamos a tener un día menos complicado, de momento a las 08:20 horas vamos a ver amanecer y es casi seguro que el sol nos alumbrara hasta las 19:10 horas, tenemos también una agradable temperatura en mí balcón de 16,6 grados y casi la seguridad de que va a ser un buen día.
Volviendo al tema de ayer; el motivo por el que defiendo tantas veces a esa “Iglesia Católica corrupta y llena de delitos” es, porque los católicos aceptamos que es así; también que lamentamos que sea así; y porque estamos intentando hacer algo para arreglarlo.
La Iglesia puede ser corrupta y estar llena de delitos, pero la Iglesia Católica también es la única institución que puede hacer algo al respecto. Claro está que la Iglesia Católica está llena de pecadores del mismo modo que un hospital está lleno de enfermos. 
Tenemos que tener en cuenta que la Iglesia Católica no llama a los que cumplen las normas morales y de conducta, sino a los pecadores para que se arrepientan, y por ser esto así, deberíamos esperar que sean los pecadores los que respondan a la llamada, que entren y pregunten qué se necesita para que las cosas mejoren.
No estamos contentos con el delito, el pecado y la corrupción que hay en la Iglesia católica, pero no podemos imaginar ninguna otra iglesia distinta.  Los católicos somos una obra que se esta construyendo y los que reconocemos que somos pecadores nos sentimos cómodos con las otras personas que también continúan trabajando en ello.  Entonces, no me preocupa realmente si la Iglesia Católica está llena de delitos y corrupción y de una buena cantidad de pecadores, sino que me hace sentir cómodo.
Los que me preocupan son aquellos que tienen pretensiones de superioridad moral y que culpan a la Iglesia por eso.  ¿Piensan realmente que son mejores que los demás?  Esas son las personas que me incomodan y no los tristes pecadores que se sientan en los bancos de la Iglesia semana tras semana.  Al menos ellos saben que necesitan ayuda.  ¿Y los que piensan que no necesitan ayuda?  Sí, esos son los que me preocupan.
Tal vez haya que estar en la cima de la vida, tal vez los años son los que permiten ver las cosas de esta manera, pues ya hemos subido por muchos caminos, muchas veces complicados, y poco a poco hemos ido avanzando hasta llegar a la madurez y como el alpinista que ha llegado a la cumbre, volvemos la vista y contemplamos la vida de manera distinta.

Feliz y Dulce Día.

martes, 23 de octubre de 2018

Martes 23 de octubre de 2018.

“El ojo corporal, que es el órgano para ver los objetos materiales, se nos da por naturaleza. El ojo de la mente, cuyo objeto es la verdad, es obra de la disciplina y el hábito”. J. H. Newman. 


Estoy mirando la temperatura ahora en mí balcón y además estoy intentando vislumbrar el cielo y no puedo asegurar como se va ha desarrollar el día, se que el sol saldrá a las 08:19 horas, que tenemos ahora una temperatura de 18,9 grados y que el sol se esconderá a las 19:11, ahora bien, no se si lo vamos a ver durante el día. Un día confuso, pues adivino algunas nubes y una sensación de humedad muy alta.
Me he dado cuenta estos días de que a pesar de que Europa o mejor dicho la cultura de Occidente es la unión del cristianismo, la filosofía griega y el derecho romano, a los que hay que añadir la Ilustración y la democracia liberal, existe un fuerte interés en reemplazar los valores cristianos de Europa.   
Y digo esto por esta ola anti-católica que estoy viendo a mí alrededor y que siempre recurre a los mismos ataques, y uno a veces se cansa de rebatirlos, que es “corrupta, inmoral y llena de delitos” y es que nadie se detiene a pensar que ningún católico entendido discute que haya inmoralidad, delitos y corrupción en la Iglesia Católica.  Lo hemos sabido siempre.
Claro que hay indecencia, corrupción y delito en la Iglesia Católica. ¿Qué se espera de la Iglesia? ¿Una secta implacable de blancos hacedores de buenas obras, sonrientes, bien peinados, bien vestidos, repartiendo folletos del Evangelio?  ¿Qué se espera? ¿Un grupo de agradables ancianas que administran un comedor de beneficencia?  ¿Qué esperaban? ¿Un grupo de activistas sinceros que bregan por un mundo políticamente más correcto para todas las personas por las que se debería sentir lástima?  Seguramente encontrarán grupos de hacedores de buenas obras como esos, pero no será la Iglesia Católica, sino más bien una suerte de secta aterradora en la que no querrían participar si tuvieran la oportunidad.
La Iglesia Católica no es así, en ella se encuentran, como en todos los sitios, a los buenos y a los malos todos mezclados. Se encuentra la alegría y la pena, al pecador y al santo, y ¿acaso no es eso lo que esperarían encontrar si estuvieran en la búsqueda de una religión auténtica? ¿No es eso lo que encuentran cuando leen la historia de la humanidad? ¿No es eso lo que encuentran cuando se miran al espejo?
Entonces, no me preocupa realmente si la Iglesia católica está llena de delitos y corrupción y de una buena cantidad de pecadores, sino que me hace sentir que estoy como en mí casa.
Claro que lamento estos problemas, pero mañana ya os diré las razones que tengo para defender a la Iglesia Católica.

Feliz y Dulce Día.

lunes, 22 de octubre de 2018

Lunes 22 de octubre de 2018.

“El ojo corporal, que es el órgano para ver los objetos materiales, se nos da por naturaleza. El ojo de la mente, cuyo objeto es la verdad, es obra de la disciplina y el hábito”. J. H. Newman. 


Voy a ver si hoy después de un fin de semana de una gran actividad soy capaz de escribir algo con un poco de coherencia. Ahora en mí balcón me encuentro con 17,7 grados, temperatura agradable que nos debe preparar para comenzar bien la semana.
Llevamos un par de semanas en que los efectos de las fuertes lluvias han producido una serie de desastres naturales que han provocado las muertes de varias personas, y, es comprensible que los que creemos en la existencia de Dios y los que aceptan al menos su posibilidad, nos hagamos la clásica pregunta: ¿Por qué permite Dios estas cosas?
Es obvio que nuestra respuesta puede tener muchos matices, uno puede ser que el universo, por inmenso que sea, no es Dios y no seria lógico afirmar que Dios cree otro Dios. Y puesto que no lo es, ha de resultar contingente, lo que significa que sus leyes tienen límites y fallan, porque no es pura perfección.
Pero entonces: ¿Por qué Dios permite tantas maldades en los hombres? Y aquí nos deberíamos de adentrar en la ética y la filosofía pero una respuesta sencilla puede ser que sencillamente porque Dios ha dotado al hombre de libre albedrío, y no podemos ser libres a ratos. Lo somos verdaderamente, pero con las consecuencias de una libertad que, por no ser divina, es falible. La elección del mal es manifestación de libertad, aunque sea fallida, en cuyo caso no perfecciona al hombre. Es la libertad que puede acontecer en un ser limitado.
Podríamos continuar haciéndonos preguntas y necesitaríamos muchos “Buenos Días” para buscar las respuestas, nuestro libre albedrío nos lo permite.

Feliz y Dulce Día.

viernes, 19 de octubre de 2018

Viernes 19 de octubre de 2018.

“El ojo corporal, que es el órgano para ver los objetos materiales, se nos da por naturaleza. El ojo de la mente, cuyo objeto es la verdad, es obra de la disciplina y el hábito”. J. H. Newman. 


Me llama la atención con que facilidad se infringe cualquier clase de norma o ley ya sea moral o de cualquier otra clase, y, siempre resulta problemático hablar o escribir de algo que se aparta de lo que es recto y justo o que falta a lo que es debido.
Creo que alguna vez ya habré dicho que siempre que se infringe una norma significa que existe una separación, existe una ruptura entre nosotros y lo que sabemos que esta bien. Lo que se viene denominando actuar en contra de nuestra conciencia. Que nos esta sucediendo para que con tanta facilidad nos olvidemos de actuar según nuestra conciencia, según mi opinión lo que hacemos es que intentamos negar la realidad de lo que esta bien aún sabiendo que estamos actuando mal.
Voy a poner un ejemplo que nos explicara lo que quiero dar a entender, lo leí hace tiempo en algún sitio que no logro concretar ahora. Decía más o menos así: Vamos por la calle y nos encontramos a un hombre que se encuentra despellejando vivo a un gato. Una persona normal que se encuentre en esta situación sacará una de estas dos conclusiones; o bien que Dios no existe pues permite esta barbaridad, o bien que en ese momento la unión entre Dios y el hombre no existe. En otras palabras cualquier persona llegara a la conclusión que despellejar a un gato vivo es una barbaridad o sea que es un acto malo, crea en un ser superior o no.
Sea como fuese en esta situación no habría problema, despellejar a un gato vivo es un acto reprobable que merece nuestra reprobación. Pero la nueva moral que se está imponiendo esquiva este dilema. No se molesta en negar la existencia de lo que es moralmente bueno ni la existencia de lo que moralmente esta mal. Niega la existencia del gato.
Comprendéis, lo que esta sucediendo, para no discutir si moralmente un acto esta bien o esta mal simplemente la moral moderna evita ambas conclusiones y simplemente se olvida del gato.
Y, aunque ha mucha gente le parece que el problema está solucionado al no querer debatir lo que está bien y lo que está mal, pues cada uno puede actuar según su conciencia la realidad es que el gato existe.
Ahora, aplicad este ejemplo a muchas de las polémicas que nos encontramos y veréis con qué facilidad nos olvidamos del gato.

Feliz y Dulce Día.

jueves, 18 de octubre de 2018

Jueves 18 de octubre de 2018.

“El ojo corporal, que es el órgano para ver los objetos materiales, se nos da por naturaleza. El ojo de la mente, cuyo objeto es la verdad, es obra de la disciplina y el hábito”. J. H. Newman.  


Ayer, en las pistas durante el entrenamiento, mientras calentaba mantuve, como casi siempre, una conversación aunque también podría denominarla una discusión, o sea un cambio de impresiones sobre un asunto que no viene ahora a cuento, pero lo que me ha hecho pensar es porque tenemos a veces miedo de discutir cuando sabemos o creemos que tenemos razón.
Cuando yo digo que ahora en mi balcón hay 18,0 grados no existe discusión posible pues son los dígitos que indica mi termómetro, aunque podríamos discutir si el termómetro es exacto pero no los dígitos que indica y por lo tanto no existe una conversación que nos lleve a ningún sitio ni que dure demasiado. Pues, el propósito de una discusión es estar en desacuerdo para estar de acuerdo.
Vamos a ver si me explico un poco; El fracaso de una discusión es estar de acuerdo en estar en desacuerdo. En otras palabras, discutimos porque creemos que tenemos razón y queremos convencer a la otra persona en última instancia para que esté de acuerdo con nosotros: estar en desacuerdo para estar de acuerdo.
Esto es lo que se suele llamar ganar el argumento. Estoy lo suficientemente convencido de mí verdad que quiero que otras personas la crean. Y, es que; ¿Por qué creer algo a menos que creamos que tenemos razón? Y si lo creemos, ¿por qué no estamos dispuestos a decirlo? ¿Por qué no estamos dispuestos a decir por qué no creemos en otra cosa?
Este es el fondo de la cuestión, se dice que el mundo está dividido entre aquellos que traen un mensaje y aquellos que aún no lo han escuchado o no pueden creerlo.
Pensadlo. Si tenemos una certeza. ¿Nuestra misión será entonces darla a conocer y que la crean? Si es así, eso significa estar dispuesto a discutir con las personas cuando no están de acuerdo, defender nuestra certeza cuando es atacada, afirmarla cuando se duda, demostrarla cuando es rechazada.

Feliz y Dulce Día.

miércoles, 17 de octubre de 2018

Miércoles 17 de octubre de 2018.

 “-El amanecer no está lejos- dijo Gamelin-. Pero la luz del día no habrá de ayudarnos, me temo.
-Sin embargo, el amanecer es siempre una esperanza para el hombre- dijo Aragon.”
“El señor de los anillos”. J.R. Tolkien. 


He leído hace unos momentos una noticia en el periódico el País, os dejo el enlace al final, y no me queda otro remedio que volverme a indignar, pero antes de mostraros mi indignación os diré que ahora en mi balcón de Pego tengo una temperatura de 17,8 grados y aunque nos puede parecer no demasiado fresca con la lluvia que tenemos la sensación de frío y de estar ya en invierno es fuerte.
Aclaro, de entrada, que me pronuncio en contra de la violencia contra las mujeres, contra los hombres y contra los niños: contra TODA violencia, y no solo contra “alguna” y “selectiva” violencia, porque eso es simple e inmoral ideología.
Una vez dicho esto; ¡39 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas! ¡Intolerable! ¡Dónde vamos a parar! ¡Hay que acabar con esta lacra! ¡Ni una más! ¡Estamos fracasando como sociedad!  -por cierto, la única verdad que he oído en todo esto-, etc., etc. ¿Cuántas veces habéis oído esta cantinela?
¡39 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas! Tristemente, el matrimonio -casadas o no-, ya ni se nombra: se le ha borrado, perseguido hasta la extinción. Cuántas de esas mujeres asesinadas estaban “casadas” y cuántas estaban “emparejadas” o “ex-parejadas". Porque el dato es muy significativo -¡los datos son los datos!- para saber lo que se está DESTRUYENDO -que no “construyendo"-, con las leyes que se están sacando adelante.
Sólo una mujer asesinada ya es, efectivamente, un fracaso de la sociedad. Lo de las “órdenes de alejamiento” sería para estar riéndose hasta después de Año Nuevo si no fuera por las tragedias, irremediablemente trágicas, que se han generado; para más “INRI”, ¡con la ley en la mano! Pero a ésto hemos llegado, ésto nos han impuesto, y ésto es lo que se ha votado.
¡Por supuesto que estoy en contra de cada una de esas muertes! Pero hay que “poner los puntos sobre las íes” porque, en caso contrario, perdemos todos la cordura, y no haremos más que ahondar el mal hecho e instalado ya, desgraciadamente, dentro de nuestra sociedad; si a esto se le puede seguir llamando aún “sociedad"…
No puedo rasgarse las vestiduras tan “selectivamente”, no puedo vociferar contra el maltrato animal y estar a la vez a favor del aborto. Como no puedo callar que toda la “educación” que favorece la promiscuidad sexual desde críos favorece muchos de los problemas con que nos estamos encontrando después. Por su propia lógica, o por su propio peso.
Hemos empezado con los bebés que tienen el atrevimiento de pretender nacer -¿habrase visto mayor delito?-, hemos seguido con los ancianos, que salen carísimos, hemos pasado luego a los enfermos, tengan la edad que tengan, y pronto señalaremos a los que llevan gafas, o son calvos, o están en edad de parir -¡qué horror: más niños!-, o tienen pecas… Total, lo de menos es el motivo a esgrimir: ¡lo que nunca diremos es que les vamos a matar!  
Pues ya sabemos, un día vendrán y nos tocará a nosotros, se nos llevarán. Sí, a nosotros. “¿Y por qué a mí?", podremos preguntar en el último viaje como dicen en el anuncio. “Porque me has votado", nos podrán contestar. Y con razón.
¡Ojala recuperemos la cordura, el sentido común, y el sentido moral de nuestra vida! Pero si no luchamos por ello, nos lo quitarán todo.

Feliz y Dulce Día.

martes, 16 de octubre de 2018

Martes 16 de octubre de 2018.

 “-El amanecer no está lejos- dijo Gamelin-. Pero la luz del día no habrá de ayudarnos, me temo.
-Sin embargo, el amanecer es siempre una esperanza para el hombre- dijo Aragon.”
“El señor de los anillos”. J.R. Tolkien. 

Preocupante el despiste de ayer con Tere, a la que por cierto felicito ahora: FELICIDADES. Preocupante el despiste no porque me olvide que se celebraba el día de Santa Teresa de Jesús sino porque no la relacione con Tere.
No relacionar a Teresa de Cepeda y Ahumada con Tere es un síntoma de que los despistes empiezan a aparecer y sin lugar a duda a los que me tendré que ir acostumbrando. Me sería  muy fácil hacer ahora un paralelismo entre sus personalidades pero no quiero alabar en exceso a Tere, alabanza que sin duda merece.
  Voy a dejar a Tere tranquila y me voy a pasar a una actitud que estoy viendo en mucha gente; el exigir la democracia para todo. Me parece muy bien que se pida… la luna. Claro que, si fuera por pedir y ya está solucionado todo, pues estupendo. El problema es que no es un tema de pedir y “ya": habrá que saber qué se pide, en qué ámbito se pide y, sobre todo, para qué se pide.
A lo que íbamos. La “democracia” tiene su horizonte, o su “nicho ecológico"; fuera de él no sirve para nada, y por eso no se usa: ni se invoca siquiera. Por ejemplo: no se elige entrenador del Madrid votando; Presidente, sí. No se realiza una operación quirúrgica votando: lo decide aquel a quien corresponde. No se manda en un ejército “democráticamente"; ni se consultan “democráticamente” las tácticas militares, porque automáticamente se acaba el ejército y se pierden batallas y guerra.
Ni hacienda te cobra los impuestos “democráticamente", recapitulando: la democracia vale para lo que vale.
Hoy podéis hacer una pequeña prueba, una lista; qué nos ha aportado la democracia, y después podéis responder a la pregunta: ¿Esta es la “democracia” que se quiere?

Feliz y Dulce Día.

lunes, 15 de octubre de 2018

Lunes 15 de octubre de 2018.

 “-El amanecer no está lejos- dijo Gamelin-. Pero la luz del día no habrá de ayudarnos, me temo.
-Sin embargo, el amanecer es siempre una esperanza para el hombre- dijo Aragon.”
“El señor de los anillos”. J.R. Tolkien. 


Con una temperatura un poco más fresca cada día nos vamos adentrando en el otoño, ahora en mi balcón 17,6 grados, aunque lo molesto hoy es el viento que nos da la sensación de frío.
Ayer por la mañana me toco escuchar, no es algo que suela hacer muchas veces por lo que no suelo estar muy acostumbrado y me di cuenta que escuchar es un arte que se debe aprender con la experiencia, solo se aprende escuchando.
Al principio, cuando vi que se iba a sincerar me mostré amable y acogedor, creo que sonreí y la anime a seguir. A los pocos minutos me dí cuenta que yo no sabia que decir, que no tenía nada que decir y seguí escuchando. Y ella. De una cosa saltaba a otra y volvía otra vez sobre los mismos temas. Y, ¿qué podía hacer yo? Escuchar. Una escucha que procuré que fuese atenta, comprensiva, compasiva. Al final, ¿qué consejos le puedo dar? ¿Cómo voy a analizar una por una cada una de sus preocupaciones? No me es posible. No estoy capacitado. Simplemente la escuche.
Pero ha funcionado: la escucha me pareció que le servio, le abrió de alguna forma una ventana a unas soluciones que ella ya conocía pero que no veía. Fue fantástico, solo escuche, y sus preocupaciones se fueron solucionando solas, mejor dicho las fue solucionando sobre la marcha.
Lo he estado pensando y me he dado cuenta en hay una diferencia entre oír y escuchar: oír es sólo usar ese maravilloso sentido que nos sitúa en el mundo que nos rodea, mientras que escuchar tiene un especial sentido de prestar atención, de atender.
Tal vez ayer no oí sino que escuche y esto implica un compromiso con el que nos habla, y en vez de consolar o de orientar lo mejor que hice fue escuchar con simpatía.

Feliz y Dulce Día.

sábado, 13 de octubre de 2018

Sábado 13 de octubre de 2018.

 “-El amanecer no está lejos- dijo Gamelin-. Pero la luz del día no habrá de ayudarnos, me temo.
-Sin embargo, el amanecer es siempre una esperanza para el hombre- dijo Aragon.”
“El señor de los anillos”. J.R. Tolkien. 


Después de un día como el de ayer  en el que casi nada sucedió como tenía preparado, pues en vez de entrenar por la mañana  me fui a almorzar y en vez de pasar la tarde relajado leyendo y fui a correr, vamos a ver hoy si mis planes se cumplen, de momento en mi balcón una buena temperatura, 20’1 grados, vamos a ver en Onteniente dentro de un rato.
De momento ahora voy a volver una vez más a la cuestión de envejecer, en realidad es una cuestión en la que me parece que ya voy a estar metido durante mucho tiempo, es más estaré todo el tiempo.
En mis reflexiones sobre envejecer no reflexiono mucho sobre la cuestión social de los viejos sino que más bien lo suelo hacer sobre el problema moral que se nos plantea, que es, como para todos, el de orientar nuestra vida.
Vamos a ver, orientar la vida es dirigirla hacia una meta y saber lo que hay que hacer y por qué hay que hacerlo. Si hoy observamos, nos encontramos con que muchos ancianos son como despojos, ¿no será porque no ven claro qué función desempeñar en la vida? No ven qué deben hacer; no tienen, pues, un objetivo.
Si ahora, recapacitamos sobre lo anterior, nos damos cuenta que tal actitud es negativa, y lo negativo es deprimente. Un ejemplo es el que se ve durante una guerra: cuando un ejército se repliega y no ve la finalidad de ese retroceso, baja su moral.
¿No habrá algo que hacer, siempre, mientras se vive?
Recuerdo que cuando utilizaba algunos días de vacaciones para ir a caminar a los Pirineos y subíamos a una cima el paisaje se iba desnudándose poco a poco, y finalmente, cuando llegaba a la cumbre, no encontraba más que piedras y nieve; pero desde allí la vista es magnífica. Ya no se puede subir más, sólo para ir al cielo.
Lo mismo, veo  yo, que ocurre ahora en mi vida.

Feliz y Dulce Día.

viernes, 12 de octubre de 2018

Viernes 12 de octubre de 2018.

 “-El amanecer no está lejos- dijo Gamelin-. Pero la luz del día no habrá de ayudarnos, me temo.
-Sin embargo, el amanecer es siempre una esperanza para el hombre- dijo Aragon.”
“El señor de los anillos”. J.R. Tolkien. 


Después del largo “Buenos Días” de ayer voy a intentar que este sea más corto, espero, desde luego hoy tengo algo más de tiempo, pues ya no quiero salir a entrenar tan temprano ahora que ya no hace tanto calor.
Leia ayer en el periódico el País le siguiente noticia: “El Gobierno recurre al Vaticano para no enterrar a Franco en La Almudena” y me he visto en la obligación de buscar un poco más de información pues conociendo la política editorial del periódico sobre la Iglesia Católica hay que mirar otras fuentes.  
Y me parece a mí que el Gobierno se ha pasado con la historia de exhumar a Franco del Valle de los Caídos. Creo que ya lo dije, que me sorprendía esa medida y que fuera una prioridad en estos momentos.
Lo que sucede ahora es que el Gobierno se va ha dado cuenta de que ha metido la “pata” y no sabe como sacarla.
El Gobierno aposto por “exhumar”, pero no se ha dado cuenta del lío que se va a montar con el entierro, y ahora quiere que la Iglesia sea la responsable de todo el lío que sin lugar a dudas se montará.
En un país con una buena seguridad jurídica como es España no se puede hacer desaparecer un cadáver, si el Gobierno lo desentierra, el Gobierno lo ha de entregar a su familia para que lo vuelva a enterrar, de un modo decoroso.
Y aquí es donde le quiere cargar el problema a la Iglesia, que ha de respetar la voluntad de la familia. Si la familia de Franco, su familia política – vía Martínez Bordiú - , tiene legítimamente la concesión de enterrar en la cripta que está debajo de la catedral de La Almudena a un familiar, no es de recibo que ese familiar no pueda ser Francisco Franco, que no ha muerto excomulgado ni reo de ninguna sanción eclesiástica.
Un Gobierno no debería buscar culpables ni montar el circo que sin duda montara cuando llegue ese día, desviando la atención hacia otro lugar, debería darse cuenta de su error y solucionarlo o al menos reconocer que se equivoco.

Muy Buenos Días.