lunes, 29 de agosto de 2022

14/08/22. domingo. Viena --- Camping Pucher.

 “El espíritu de la cultura no consiste solamente en conocer los hechos, sino en ser capaz de imaginar la verdad.” (G.K. Chesterton)

14/08/22. domingo.   

Viena --- Camping Pucher

Distancia: 41 km. Velocidad media: 13 km/h. Altura subida: 125 metros.

Abandonamos Viena, y lo hacemos en tren para acortar el viaje de vuelta en tres días, y así repetir las etapas que más nos gustaron, pero en dirección contraria.

Puede parecer extraño, pero es la primera vez que mi bicicleta y las alforjas suben a un tren, han tenido que pasar muchos años y muchos kilómetros para que esto sucediera, y como siempre que hacemos algo por primera vez, nos resulta complejo.  

Ha sido sencillo y fácil, pero a la vez embarazoso. O sea, me ha parecido incomodo. He leído que no siempre es así con los trenes, pero en esta ocasión hemos tenido que subir tres escalones y las bicicletas tenían que ir colgadas por lo que hemos tenido que quitar las alforjas, y al llegar a nuestro destino, realizar todas estas operaciones al revés.

Pienso que el tren podría llegar a ser un buen medio de transporte para hacer traslados en largas distancias con la bicicleta, si miramos los anuncios de Renfe todo parece fácil, sin embargo, muchos cicloturistas dicen lo contrario, pues han pasado por muchos problemas para viajar con las bicicletas incluso con billete.

De momento, prefiero el coche particular o mejor dicho la furgoneta para ir y volver, insisto que, en largas distancias, aun sabiendo que entonces deberemos realizar un recorrido circular, que no quiere decir necesariamente corto, pues el diámetro puede tener muchos kilómetros.

Algunas características o particularidades pueden perturbar a nuestro viaje en bicicleta, y el traslado hasta el lugar de comienzo y la vuelta a casa es una de ellas, afectando y aumentando la dificultad para realizarlo.

En términos generales, me atrevería a decir, que si son muy embarazosos pueden poner en riesgo su realización. Las dificultades que se generan representan una oportunidad de crecer como ciclo- viajeros, por eso hay que perderles el miedo, pues son parte de una circunstancia especial en nuestro proyecto, que podemos o no manejar de acuerdo con una serie de elementos y situaciones.

Y esto ocurre porque uno de los retos más interesantes del bici-viajero es reinventarse, modificarse y adaptarse en función de unas situaciones que no cesan de cambiar. Una característica de todo bici-viajero, es justamente el cambio ya que si observamos como son nuestros viajes nos daremos cuenta de que nada permanece igual que como es y lo vimos hace días o hace un instante. Cualquier cosa sufre transformaciones, a veces no las que uno podría desear, sin embargo, nos ayuda a aceptar que aún en cosas que se pueden considerar seguras, hay cambios.

Manejar cada una de las modificaciones, ciertamente no es una labor sencilla, pues de alguna manera representan la pérdida de algo que estructuralmente se tenía muy hecho, pero sin importar si se trata de un asunto de índole mecánico, físico, administrativo… la clave para enfrentarlas con una actitud positiva y lograr un crecimiento personal, es aceptar que el cambio es parte esencial de la vida, por lo que es necesario para poder ir hacia adelante.

Es claro que todo cambio en un viaje es un motivo para renovarse, por eso los debemos asumir con una actitud positiva que nos permita ver las oportunidades y darle la bienvenida a los nuevos retos que esto representa.

Cuando se presentan transformaciones en algún aspecto importante del viaje, es normal que exista el temor a perder el control de la situación, sin embargo, los bici-viajeros más experimentados lo perciben a tiempo y encuentran la manera de manejarlo, a comparación de quienes viajan con problemas no resueltos, pues son viajeros menos flexibles y, a mayor rigidez, resistencia o incapacidad emocional de enfrentar las dificultades, es más difícil sobrellevar los cambios.

Una de las fórmulas para enfrentarlos, ya sea en aquellas situaciones que lo afectan directamente, o bien, que llegaran a afectarlo es en primer lugar, aceptar que las cosas están sucediendo y que es necesario buscar estrategias que nos permitan observar los pros y contras, para hacer un manejo adecuado de la situación.

Es necesario aprender a aceptar el movimiento de la vida, sin intentar evitar la angustia que nos van a producir los cambios. Este es un sentimiento que lleva consigo muchas reacciones, habrá quien se muestre inquieto, temeroso o inestable, de ahí la importancia de aprender a interpretar esas emociones, ponerles nombre y a partir de ese punto empezar a ocuparse en lo que se refiere al manejo de la situación.

Es importante también compartir con las personas que nos son dignas de respeto y apoyo, las inquietudes y los inconvenientes que nos vayamos encontrando ya que la comunicación es un aspecto clave de la vida y en gran medida contribuye a proporcionarnos tranquilidad y estabilidad.

Al establecer con nuestros amigos y seres queridos un puente de comunicación basado en la confianza, todos nos sentiremos con la capacidad de expresar nuestras emociones y temores ante el cambio, lo cual nos ofrece la posibilidad de encontrar soluciones juntos y enfrentarlo de la mejor manera posible.

En fin, en cada viaje y en cada día nos van a aparecer circunstancias diferentes que nos van a “obligar” a realizar cambios y si los enfrentamos como una cosa cotidiana los vamos a solucionar.

Buenos días.  

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viernes, 26 de agosto de 2022

13/08/22. sábado. Viena.

 “El espíritu de la cultura no consiste solamente en conocer los hechos, sino en ser capaz de imaginar la verdad.” (G.K. Chesterton)

13/08/22. sábado.   

Viena.

Distancia: 24 km. Velocidad media: 13,40 km/h. Altura subida: 60 metros.

 Continuamos un día más en Viena, realizando esa actividad de viajar por placer que solemos llamar turismo. Y lo estamos haciendo una ciudad muy adecuada para ello, una ciudad que bien podría llamarla una ciudad-museo. Una ciudad rebosante de historia y atravesada por multitudes de turistas, al menos en este agosto, turistas que pocas veces se detienen a mirar pausadamente. Dan la impresión de que son caminantes que no van a ninguna parte, aunque tengan en su mapa marcado un itinerario, y que suelen aliviar la fatiga de sus ojos con compras y comidas.

Me temo que soy estos días un turista más, sin tiempo para relacionar la belleza que estoy viendo con el pasado que la provoco, incapaz de incorporar esa belleza, esa cultura a mis vivencias del día. Mi curiosidad, los datos y hechos que averiguo con una rápida mirada al móvil no son capaces de introducirse en mí, los olvido al instante. Y es que la belleza no depende de la obra de arte en sí misma sino de cómo me aproximo a ella, los datos y los hechos que la provocaron no aportan nada pues hace que todo gire en torno al pasado y el resultado suele ser una naturaleza muerta, un objeto de consumo del que solo percibo su parte externa, que no entiendo ni comprendo, y probablemente tampoco tengo la voluntad ni el tiempo para hacerlo.

Viena estoy seguro que es una ciudad que no solo vive por y para el turismo, los vieneses supongo que no han terminado por vivir encerrados en sí mismos, orgullosos de los recuerdos que hicieron de la ciudad una especie de capital de Europa, no creo que vivan anclados en el pasado pues eso les llevaría a no tener un presente autentico, lo que sucede es que si solo paseo por su parte más turística estoy seguro que no sentiré a la auténtica Viena y es que el pasado termina por carecer de autenticidad.

Como tantas otras ciudades culturales, Viena parece que ha separado la cultura de la vida, de lo humano. Me tendría ahora que preguntar si esto es una enfermedad de Europa. Una Europa que presume de tener la generación joven más preparada de su historia, en apariencia cosmopolita y viajera. Sin embargo, esto parece ser que es perfectamente compatible con la falta de sensibilidad hacia lo humano y el desdén hacia su historia.

Estoy ante una ciudad que invita a estudiarla. Una ciudad que puede hacernos cambiar si lo hacemos. A hacernos más humanos, sin embargo: humano, humanidades, humanismo. Son palabras casi en desuso. No hemos sabido sacar todo el potencial de lo humano y estamos pensando ya en el transhumanismo, que conlleva el principio de la deshumanización.

En fin, dejaremos esto del transhumanismo para mañana o pasado.

Buenos días.

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miércoles, 24 de agosto de 2022

12/08/22. jueves. Viena.

 Nuestra perfección no consiste en hacer cosas extraordinarias sino en hacer perfecto lo ordinario” – San Gabriel de la Dolorosa.

12/08/22. jueves.   

Viena.

Distancia: 33,51 km. Velocidad media: 11,54 km/h. Altura subida: 75 metros.

Han sido 33 kilómetros los que hemos realizado en el día de hoy, todos en Viena, y no creo que hayamos recorrido más de 400 metros seguidos sin tener que detenernos, lo que ya supondréis que resulta agotador para quien no este acostumbrado a tantos cruces con sus semáforos.

Pero ha sido divertido y sobre todo entretenido, pues hay que estar siempre atento a todo lo que sucede a nuestro alrededor y atento al mapa, ya que me resulta muy fácil despistarme entre tantos cambios de dirección.

La distancia desde el camping hasta el Palacio de Schönbrunn, que ha sido el lugar más alejado, era de 15 kilómetros, a donde hemos ido directos desde el camping y así pasarnos el resto del día volviendo poco a poco, viendo todo lo que nos encontrásemos en nuestro camino.

Nuestro objetivo en Viena no es otro que el de pasear, ya sea a pie o en la bicicleta, para ver y observar cómo es esta gran ciudad austriaca, nuestra intención en esta ocasión no es adentrarnos ni en el arte barroco, ni en los valses, ni en la historia que acompaña a cada uno de sus rincones, ni en su gastronomía, tal vez cuando esté interesado en esas cuestiones vuelva, pero ahora me conformo con observar y vagar por sus calles.

Hemos llegado hasta aquí, al corazón de Europa, descubriendo montañas y ciudades acompañados por el Danubio, en un país no lo olvidemos que hace frontera en la actualidad con 7 países: Chequia, Eslovaquia, Hungría, Eslovenia, Italia, Suiza y Alemania. Estamos en una ciudad que en el pasado fue la capital del Imperio Austrohúngaro, de profundas raíces católicas, amante de la música clásica, la ópera y la naturaleza, posee infinidad de jardines que son casi bosques. Por eso, y aunque no realicemos ningún esfuerzo, una parte de su cultura nos va empapando tranquila y calmadamente.

No tengo dudas de que el turismo es un fenómeno característico de nuestro tiempo. Y por eso creo que aquellas personas que construyeron iglesias, basílicas, capillas, castillos, palacios y que patrocinaron el arte y los jardines, se adelantaron siglos a su tiempo. Fueron los principales contribuyentes a la prosperidad hoy en día de muchas ciudades y regiones porque construyeron y patrocinaron cosas hermosas.

No obstante, el turismo no es sólo un fenómeno de nuestro tiempo. Se remonta a Herodoto, a los peregrinos medievales, a los primeros exploradores modernos y como no al Grand Tour; ese itinerario de viaje por Europa, antecesor del turismo moderno, que tuvo su auge entre mediados del siglo XVII y la década de 1820, cuando se impusieron los viajes masivos en ferrocarril, más asequibles.

Lo llevamos en la sangre, pues al hombre además de ser denominado animal racional, “homo laudens”, animal social, es “homo viator” o sea hombre viajero. Las grandes historias de viajes y aventuras son esenciales en nuestra historia y la realidad humanas. Si nos observamos veremos que tenemos la sensación de que debemos ver y conocer más cosas de las que nos rodean y de nuestras escenas locales, por mucho que sean nuestro hogar.

Hay que tener en cuenta que viajar no es inmigración; cuando viajamos lo que se pretende es volver a casa habiendo visto algo del mundo. Algo que, curiosamente, solo vamos a poder conocer imperfectamente y que se encuentra lejos de nuestra rutina cotidiana. Por lo general tampoco conoceremos el idioma o las costumbres de lo que vemos, y seguramente vamos a estar a la vez desconcertados y fascinados. Desconcertados pues sabemos que no estamos en casa, y fascinados porque vemos que otras personas están en casa en un lugar que no conocemos.

Otra de las cosas que nos suele suceder cuando viajamos es que casi siempre nos vamos a encontrar con cosas encantadoras y bellas: iglesias, edificios, montañas, campos, pinturas, playas, esculturas y música que no podemos ver en otros lugares. Y, esas cosas bellas tienen la facultad de atraernos y, por lo tanto, nos atraen fuera de nosotros hacia lo que son y representan en realidad.

Y, sin embargo, estas cosas bellas a menudo no estaban destinadas originalmente a ser causas del turismo. Debemos respetar los lugares sagrados y la acción litúrgica, para lo que nacieron muchas de estas obras y que siguen siendo su finalidad principal.

No hay razón por la que no podamos aumentar nuestra cultura, nuestro crecimiento espiritual y moral por el hecho mismo del turismo. Un viaje puede llevarnos a conocer y comprender muchas de las cosas que vemos y así adquirir cultura y aun así disfrutar y descansar. Cualquiera de nosotros que haya estado en Roma sabe que es una ocasión para todos estos aspectos: belleza, historia, reflexión, religiosidad y adquirir un sentido para disfrutar lo que hay allí, para ver algo más que también es ver lo que es importante.

El homo viator, el hombre viajero, es un ser que necesita “descansar” en sus viajes. Su “inquietud” es en sí misma una señal de que incluso en casa, de alguna manera no está en su verdadero hogar.

Buenos días.

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domingo, 21 de agosto de 2022

11/08/22. jueves. Tullun --- Viena.

 Nuestra perfección no consiste en hacer cosas extraordinarias sino en hacer perfecto lo ordinario” – San Gabriel de la Dolorosa.

11/08/22. jueves.   

Tullun --- Viena.

Distancia: 61 km. Velocidad media: 13,99 km/h. Altura subida: 156 metros. 


Recorrido rápido y corto para llegar a Viena ya que necesitábamos la tarde para estudiar las posibilidades de coger un tren para acortar el regreso a Passau en un par de días, no fue complicado y lo pudimos aclarar sin ningún problema.

Aun tuvimos tiempo de ejercer un poco de turistas y visitamos el palacio Belvedere, en realidad paseamos por sus jardines.

Viena es sin duda una de las ciudades más monumentales que he visto, y sin duda la que más inmaculados tiene sus edificios, desde las afueras hasta el mismo centro. Pero no voy a realizar una descripción turística de esta gran ciudad, solo resaltar que hoy hemos llegado desde el camping a la estación de tren y después al Belvedere para volver al camping en bicicleta, y siempre por carriles bici, muy bien señalizados pero que, para nosotros, ciclistas de campo, nos ha costado cogerle el truco a tener que compartir carril con tanto ciclista, que, por cierto, circulan muy rápido, y a los semáforos para bicicletas que no siempre vemos con claridad.  

No hay ningún problema para desplazarse con la bicicleta, nosotros lo hemos hecho hoy y aunque no hemos estado en el centro se circula bien.

Si se quiere hablar de Viena es muy sencillo pues es una de las ciudades europeas más antiguas y por lo tanto con muchos hechos históricos, muchos monumentos sobre los que escribir sobre todo barrocos, mucha gastronomía que degustar sobre todo su pastelería, mucha música que escuchar sobre todo a los Strauss y muchos parques y jardines por los que pasear o correr como el Prater,  sin embargo, hay un hecho que siempre me ha llamado la atención, y es la importancia que tuvo el hecho de  resistir en tres ocasiones el asedio del Imperio otomano. En 1529, en 1532 y en 1683.

Hay muchas cosas que hacer en Viena y nosotros las haremos con la compañía de nuestras bicicletas.

Buenos días.

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sábado, 20 de agosto de 2022

10/08/22. Miércoles. Melk --- Tullun.

 Nuestra perfección no consiste en hacer cosas extraordinarias sino en hacer perfecto lo ordinario” – San Gabriel de la Dolorosa.

10/08/22. Miércoles.   

Melk --- Tullun.

Distancia: 80 km. Velocidad media: 14,45 km/h. Altura subida: 196 metros.

Ha transcurrido la etapa de hoy, como no podía ser de otra manera, al lado del cauce del Danubio, sin embargo, lo hemos hecho a unos cientos de metros de su orilla lo que ha permitido poder cruzar innumerables pueblos y sus campos, que en el día de hoy han sido predominantemente de viña.

Aunque no ha sido tan llano como en días anteriores, no se puede decir que haya tenido subidas de las que se quedan en la memoria, como ya se sabe, la mayoría de los pueblos a la ribera de los ríos suelen estar situados en pequeñas lomas. 

Protegerse de las crecidas de los ríos siempre ha sido un punto clave para la situación de los asentamientos alrededor de los ríos y el Danubio es un “señor” río que supongo que se pondrá peligroso cuando las lluvias o los deshielos hagan crecer su caudal.

Podemos acampar en la orilla de un río si estamos seguros de que no va a llover con fuerza, pero si lo que queremos es establecer un asentamiento para más tiempo, en el que podamos estar durante años, lo normal es estudiar un poco más el lugar y edificar en un lugar seguro, que por lo general es a unos metros sobre el nivel del agua.


Esto está muy bien, y estoy seguro de que siempre se toman las medidas que en su momento se creen oportunas para que no ocurra ningún desastre en forma de inundación. Sin embargo, los desastres naturales existen y han existido siempre.

Tsunami, huracanes, terremotos, tifones, inundaciones y tormentas tropicales son algunos de los desastres naturales que no cesan de sucederse, y es que la naturaleza tiene sus leyes, aunque no es consciente de ellas. En realidad, los árboles no se dan cuenta de que rompen el asfalto con sus raíces, el agua al correr tampoco sabe si nos permite disfrutar de preciosas cascadas o si mata muchas vidas por invadir con su ímpetu. En cambio, el hombre sí puede conocer estas leyes... No es un ser más de la naturaleza, otro árbol. Somos el único ser en la Tierra que puede conocer las leyes de naturaleza. Aunque la majestuosidad de un bosque o de un río nos infunde respeto y nos extasiamos ante fenómenos y paisajes a veces tan bellos y terribles a la vez, nos damos cuenta de que somos superiores. Nuestra dignidad no sólo nos permite admirar y respetar o destruir y contaminar... Podemos entender la naturaleza para intencionalmente transformarla o influir en sus sucesos con un fin, ojalá bueno.

Tenemos aun mucho camino que recorrer, los científicos sin duda podrían desarrollar aún mucho más las posibilidades de predecir los terremotos, huracanes, etc. para poder prevenir a tiempo catástrofes y evitar muchas muertes de seres humanos. Conviene invertir en este tipo de estudios y en los medios para prevenir o remediar tragedias, igual en los países más desarrollados que en los más pobres.

Y, aunque todo lo anterior tiene como punto de referencia proteger la vida de los hombres, esto no disminuye la importancia de cuidar el medioambiente. Todo lo contrario. Sin embargo, es bueno recordar y no olvidar las razones correctas para los programas ecológicos. Intentamos evitar la contaminación del aire por las negativas consecuencias que tiene para nuestra salud. No hay que pisar el césped, no porque le duela a la hierba, sino para que todos podamos disfrutar de un bonito jardín. Si no matamos sin necesidad a un pequeño pajarito, debe ser porque no es digno del hombre matar sin necesidad. Destruir lo bello y lo bueno sin una razón que lo justifique… todos intuimos que va contra nuestra dignidad. Incluso un niño a quien aún nadie se lo explicó, lo sabe. Por tanto, es bueno cuidar la naturaleza y respetar sus leyes, porque ese comportamiento afirma la dignidad humana. Además, no cultivo las rosas por las rosas, sino para poder regalar las más hermosas. Las flores no necesitan de mi respeto, pero las personas sí tienen derecho a ver flores bonitas.

Nos gusta viajar en bicicleta entre otras cosas porque nos apetece salir a la naturaleza. Experimentamos que contemplar un bello paisaje nos inspira paz y nos relaja. Nos damos cuenta de que existe algo en la naturaleza que nos aporta esa armonía que buscamos, y es comprensible que nazca en nosotros el deseo de vivir en armonía con la naturaleza. Podemos ignorar, sin duda, de dónde vienen las leyes, el orden y la grandeza que admiramos. Pero lo maravilloso es que, a diferencia de los pájaros o los árboles, nosotros, queriendo ordenar nuestra vida, tenemos la capacidad de conocer de dónde viene el orden y seguirlo libremente.

Los árboles y pájaros necesariamente obedecen ciegamente ese Orden, esa Sabiduría y sus leyes. Ciertamente el orden que rige nuestra vida humana es un poco más complicado, no se reduce a leyes biológicas y físicas, pero de todas formas podemos descubrirlo y respetarlo por decisión personal.

Buenos días.

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domingo, 14 de agosto de 2022

09/08/22. Martes. Au an der Danau --- Melk.

 Nuestra perfección no consiste en hacer cosas extraordinarias sino en hacer perfecto lo ordinario” – San Gabriel de la Dolorosa.

09/08/22. Martes.

Au an der Danau --- Melk.

Distancia: 88 km. Velocidad media: 15’04 km/h. Altura subida: 258 metros.

Ya con todos los problemas de la bicicleta solucionados hemos realizado una etapa en la que la tranquilidad ha sido la tónica dominante.

Hemos estado en la abadía de Melk, aunque no la hemos podido visitar ya que hemos llegado tarde, y ya estaba cerrada. Pero da igual, ha sido un día de los que se podrían denominar como de ciclo turismo serio. Se suele pensar, creo yo que equivocadamente, que “serio” es lo contrario de “divertido”, cuando lo contrario de “divertido” es “aburrido” y nada más.

He sido un día de ciclo-viaje real, con los suficientes kilómetros para poder disfrutar de la bicicleta, también ha sido de verdadero ciclo-turismo pues en todo momento la bicicleta ha sido la verdadera protagonista, y porqué no, también sincero pues ha transcurrido según nuestra forma de entender un viaje sin nada más. Por eso aunque ha sido una etapa seria también lo ha sido divertida.

 Y, sin un motivo claro, sin una relación aparente y como suelen a veces suceder estas cosas me ha llegado a la mente una canción bastante vieja, es de Supertramp: Canción lógica. La historia es muy sencilla: de adolescente lo ves todo estupendo, la vida es mágica. Luego te envían a estudiar, a la universidad supongo, con la intención de hacerte sensato, responsable, lógico. Y el resultado es que uno pierde la ilusión por vivir, porque al someterte al sistema descubres que eres respetable, aceptable…¡un vegetal! Como es una canción se puede permitir exagerar, pero creo que todos experimentamos algo parecido a medida que pasa el tiempo y nos vamos transformando en ese extraño sujeto que llamamos “adulto”.

Parece como si ser serio supusiera parecerse a un vegetal, algo así como si a medida que nos integramos en la vida social se nos invitara a sentir, o a padecer, lo justo para no desentonar. Nuestra vida rutinaria, lo cotidiano, lo de todos los días, se encarga de que efectivamente, nos vayamos domesticando. Y entonces, como no somos vegetales, hay que buscar momentos, personas, actividades que nos permitan sentirnos vivos. O así lo interpretamos. Y entonces reaccionamos y nos sentimos en la necesidad de salirnos del carril, excedernos, desparramar. Consideramos que lo normal es tan aburrido que no puede ser normal. Los excesos nos resultan tan deslumbrantes que tampoco pueden ser normales. Resulta que el punto en común de esta normalidad o de estos excesos es que todo empieza y termina en nosotros.

 Y ese es el principal problema. Mejor dicho, el problema. Nunca podremos sentirnos vivos y encontrar las cosas divertidas si solo estamos pendientes de nuestros sentimientos, de nuestras sensaciones. De nuestro ombligo. Para saber qué somos, o quienes somos, necesitamos a otros, aunque sólo sea para preguntárselo. Para saber si somos normales necesitamos levantar la vista y mirar a nuestro alrededor.

Puestos a sentirnos vivos, profundamente vivos, se me ocurre otra línea de excesos. Se me ocurre que hay que compartir todo lo que nos ha resultado interesente, mostrarlo, y aunque la abadía estaba cerrada, no pasa nada, otra vez será. Hay que decir que vale la pena subir y verla, aunque solo fuese por la ilusión de visitar un lugar tan emblemático para el cristianismo, que las vistas que desde ella se ven del Danubio merecen ser vistas, que Melk es un bonito pueblo para visitar y pasar la tarde, y que sin duda se puede volver para ver lo que no hemos visto pero hemos adivinado.

En fin un día muy serio el de hoy.

Buenos días.

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sábado, 13 de agosto de 2022

08/08/22. Lunes. Feldkirchen an der Danau --- Au an der Danau.

 Nuestra perfección no consiste en hacer cosas extraordinarias sino en hacer perfecto lo ordinario” – San Gabriel de la Dolorosa.

08/08/22. Lunes.

Feldkirchen an der Danau --- Au an der Danau.

Distancia: 52 km. Velocidad media: 13,41 km/h. Altura subida: 106 metros.

Cincuenta y dos kilómetros de paseo por la orilla del Danubio, así podría definirse el día de hoy.

Tan solo unos cuantos kilómetros han sido los realizados alejados del río, que hemos aprovechado para ir en busca de un taller de reparación de bicicletas, donde por suerte nos han podido realizar el cambio del conjunto de bielas y platos, por lo tanto ya estamos en perfectas condiciones mecánicas para pedalear tranquilos.

Recuerdo que cuando era más joven estaba acostumbrado a escuchar a voz en grito la pregunta: ¿Cómo están ustedes? Y conocía perfectamente la respuesta: ¡bieeeeen¡. Y era sin duda una forma educada de comenzar cualquier conversación, pero a poco que sea honesto he de reconocer también de que se trata de una pregunta exigente si quiero responder ahora con sinceridad.

A veces un “bien” puede ser una respuesta esquiva cuando no tengo ganas de hablar o no quiero ahondar mis preocupaciones. Otras veces, el silencio es respuesta y signo de que las cosas no van todo lo bien que esperábamos. Si quien lo pregunta es un amigo, entonces se suele responder con más trasparencia.

Esa pregunta del principio era la que realizaban los payasos de la tele y la respuesta de los niños era automática, sin embargo ahora es distinto. El que nos hace la pregunta no viste con vestido rojo ni zapatones, ni tampoco lleva una de esas flores que escupen agua en la cara de los que se acercan a olerla. No, este viste ropa de calle y muchas veces ni lo hemos visto nunca, solo sabemos algo de él por las redes sociales, y espera una respuesta más sincera y un poco más meditada. Es fácil que este ya cansado de escuchar una respuesta tan programada a esa pregunta. Porque muchas veces, respondemos con lo políticamente correcto y esto algunas veces va contra la sinceridad. Y es legítimo responder que no estás bien, sin tener que sentirte culpable por ello. Algunas veces lo peor de estar mal es que la gente pretenda que te comportes como si no lo estuvieses.

Dibujar una sonrisa cuando se está mal no tiene por qué ser la mejor de las opciones. Quizás lo sea alzar la voz, llorar, necesitar estar solo, dejarte acompañar… Porque todos tenemos nuestros problemas y van a seguir estando mientras los silenciemos. Hay alternativas posibles: y es la de dar voz a nuestras penas. Todos tenemos la necesidad de encontrar nuestra voz. Aquel modo de expresarnos que nos haga visibles, auténticos y únicos.

  Por eso ahora ante la pregunta: ¿Cómo están ustedes? No voy a responder automáticamente, sino que diré que aunque las bicicletas estén ¡bieeeeen¡, las secuelas del atropello que sufrí con la bicicleta un día antes de salir continúan molestándome no me impiden pedalear pero camino con alguna dificultad por una pequeña molestia en la ingle que aumenta al final del día.

Voy a cambiar el ¡bieeeeen¡ por un ¡no esta mal¡, seguimos avanzando con ilusión acompañados por la lenta corriente del Danubio.

Buenos días.

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miércoles, 10 de agosto de 2022

07/08/22. Domingo. Passau --- Feldkirchen an der Danau.

 Nuestra perfección no consiste en hacer cosas extraordinarias sino en hacer perfecto lo ordinario” – San Gabriel de la Dolorosa.

07/08/22. Domingo.

Passau --- Feldkirchen an der Danau.

Distancia: 75 km. Velocidad media: 14,13 km/h. Altura subida: 99 metros.

Por fin el Danubio y su ciclo vía, por fin cargamos las bicicletas y nos hemos puesto en marcha hacia Viena, con el cuidado de no forzar demasiado el pedal y la incertidumbre de ver si resistiría.


Menos mal que el Danubio es tranquilo y sus aguas se desplazan lentamente, lo que hace que la Euro Velo 6 sea llana y no exista la necesidad de hacer mucha fuerza, la cuestión es que hemos podido llegar al camping con la biela entera.

Como todos los carriles bici que siguen el curso de un río, este también es llano y al lado del agua y, como vamos a favor de la corriente, cuesta abajo, por cierto una corriente que cuesta mucho ver.

Otra curiosidad, una de las veces que hemos cruzado el Danubio lo hemos hecho en barca, un pequeño ferry que solo podía trasportar bicicletas y personas, no creo que más de quince.

En fin, un día lleno de la belleza que nos ha mostrado el Danubio y de incertidumbre por el riesgo de quedarnos parados por culpa de la biela.

Esto de estar constantemente sin saber con seguridad si podíamos 





seguir pedaleando o si después de esa pedalada un poco más fuerte nos teníamos que detener y empujar no es una sensación muy agradable, al menos al principio.

Nos encontramos en los viajes y en la vida con momentos en los que todo parece que no vaya según nuestras previsiones y no podemos estar seguros de si nuestros planes se van a cumplir. El plan que teníamos pensado puede saltar por los aires en cualquier momento.  

Quizá estamos acostumbrados a que todo trascurra con una sorprendente previsibilidad. Por eso nos resulta difícil no poder garantizar si mañana podremos pedalear o tendremos que pasarnos el día buscando un taller y poder llegar hasta el.


En realidad, si lo pensamos, toda nuestra existencia está rodeada por la incertidumbre. Es verdad que nuestro día a día nos hace creer que las cosas siguen un curso más o menos estable. Pero también es cierto que basta un resfriado, un resbalón en la calle, o un nuevo virus, para que todo cambie en pocos minutos.

Por eso resulta importante aprender a convivir con lo incierto, y no aferrarnos demasiado a planes como si fueran seguros, cuando las variables son tantas y los cambios se producen más allá de las mejores previsiones.

 En esta vida muchas cosas pasan, se rompen, se desgastan. Nosotros mismos somos vulnerables, frágiles, ante un evento grande como un terremoto o pequeño como un virus.

Lo importante, entonces, es invertir en un presente con fundamento y con un objetivo claro y bueno. La única manera para enriquecernos consiste en hacer las cosas con y por amor, y “lo demás se nos dará por añadidura”.

Buenos días.

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lunes, 8 de agosto de 2022

06/08/22. Sábado.

 “Destinado a algo más arduo

Que el triunfo, se aparta,

Y como una cuerda que ríe,

Tañida por dedos enloquecidos

En medio de una plaza de piedra,

Guarda el secreto y se alegra

W. B. Yeats.

06/08/22. Sábado.

Wangen im Allgau – Passau.

La mañana conduciendo y un poco de la tarde pedaleando por Passau. Hemos visto solo lo imprescindible, pues nos hemos visto obligados a buscar un taller de bicicletas para que le pudieran hacer un arreglo a la bicicleta de Carmen, ya que el pedal derecho se había “comido” la rosca de la biela y estaba flojo, y al final se salía.

Parece ser que de momento aguanta, pero el lunes tendremos que buscar un taller donde puedan cambiar la biela, así que terminaremos de visitar Passau cuando volvamos a por el coche.

De lo poco que hemos podido visitar, lo que más me ha llamado la atención ha sido el lugar donde se unen el Danubio con sus afluentes el Eno y el Ilz, la plaza donde esta ubicada la catedral de San Esteban sin duda merece la pena verla, yo diría que por lo poco que he visto es una ciudad muy “elegante” si entendemos por elegante que se ve noble y sencilla.

Pero sin duda lo más significativo del día a sido todo el ajetreo que lleva preparar las alforjas y decidir que se queda en el coche y que nos llevamos, con el stress añadido de la reparación de la bicicleta.

Al final nos hemos acostado con la incertidumbre de haberlo dejado todo para mañana: la bicicleta no sabremos hasta trascurridos algunos kilómetros si aguanta, las decisiones sobre lo que se queda y lo que nos llevamos lo decidiremos unos instantes antes de ponernos en marcha y así la necesidad de tomar una decisión nos obligara a tomarla.

No hay duda que muchas veces tenemos cierta dificultad para tomar una decisión, dudamos y nos encontramos confusos.

¿A quién no le gusta resolver las indecisiones rápidamente? Y ¿A quién no le gusta descifrar un misterio, o resolver un problema, y llegar a comprender algo? Además de sentir la satisfacción que nos trae usar el intelecto que poseemos, por no añadir un sentido de seguridad que siempre nos viene bien.  

Si lo pensamos veremos que todos vamos en busca de un cierto grado de seguridad y certidumbre. Sin ellas, la vida sería casi imposible. Pero si nos ponemos nerviosos y las buscamos obsesivamente puede indicarnos que no vamos por el mejor camino.

Claro está que es posible conocer las soluciones de una gran parte de las dificultes que se nos pueden presentar en un viaje en bicicleta. Pero es necesario reconocer los límites que tienen nuestro conocimiento. Basta tan solo considerar cuántas veces hemos tomado una decisión equivocada o hemos tenido una idea que no ha salido bien. Es por eso que a veces tenemos que dejar atrás la certidumbre, y dejarnos sorprender.

Veremos que cual es la sorpresa mañana.

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sábado, 6 de agosto de 2022

05/08/22. Viernes.

Nuestra perfección no consiste en hacer cosas extraordinarias sino en hacer perfecto lo ordinario” – San Gabriel de la Dolorosa.

05/08/22. Viernes.



No hemos podido cumplir con el objetivo de hoy, no ha sido posible llegar a Passau, el paso por Suiza a sido todo un caos circulatorio, las obras y los continuos atascos nos han obligado, bueno obligado no es la palabra adecuada, hemos pensado que era mejor buscar un camping en Alemania, y ya será mañana cuando lleguemos a la línea de salida de nuestro viaje con la bicicleta.

Las cosas no siempre salen como quisiéramos y hay que improvisar sobre la marcha. Hacer algo de pronto, sin estudiarlo ni prepararlo.

Era cuestión de elegir entre llegar tarde y cansado o detenerse a media tarde y resolver el día sin llegar al agotamiento, sobre todo porque había que montar el campamento, y empezar un viaje estando agotado no es demasiado aconsejable cuando se tiene que pedalear.

En cuanto hemos decidido que no íbamos a llegar hemos buscado el camping que se encontraba más cerca y aquí estamos, al lado de un pequeño lago pasando la tarde.

¿Hemos perdido el día? Pues según se mire.

“Vivir es cambiar y ser mejor equivale a haber cambiado muchas veces”, esto nos lo decía J. H. Newman y de cierta manera es verdad. Siempre estamos cambiando aunque no tengamos necesidad ni nos estén obligando, en cierta manera no estamos hechos para permanecer mucho tiempo en el mismo lugar ni conformarnos con lo que con tanto esfuerzo tal vez hallamos conseguido, si no lo pensamos esta paradoja nos pasara inadvertida pero nuestra vida es y esta siempre en un constante cambio.

Buenos días.

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jueves, 4 de agosto de 2022

No soy noble.

         Nuestra perfección no consiste en hacer cosas extraordinarias sino en hacer perfecto lo ordinario” – San Gabriel de la Dolorosa.

Después de conducir durante todo el día nos hemos detenido en el municipio francés de la Bollène para pasar la noche. No he visto nada de esta ciudad ya que el hotel esta al lado del peaje de la autopista y no me apetecía caminar hasta el centro, hay que pensar que estamos a las afueras.

Después de viajar en solitario en mi último viaje, esto de viajar en compañía es más sutil de lo que parece, no es sólo que se tenga que tener una actitud de respeto hacia la otra persona, ni es sólo por el hecho de estar juntos, ni es tener que optar muchas veces por una posición que sea políticamente correcta. Es algo más sutil que exige un especial aprendizaje, no solo en lo humano si no también en lo espiritual.

Recuerdo ahora que cuando estudiaba Física y Química el profesor me hizo ver que muchos de los elementos que están en la Tabla Periódica de Química no aparecen solos en la naturaleza. La mayoría de esos elementos aparecen unidos entre sí formando moléculas o redes, bien entre átomos iguales, o bien entre átomos diferentes. La razón es porque unidos consiguen la estabilidad que no tienen cuando están solos: la de alcanzar ocho electrones en la última capa. Como no todos los tienen, se unen, bien dando unos lo que a otros les falta o bien compartiendo. Pero no todos lo hacen: ahí están los gases nobles, que ya tienen esa estructura que ansía el resto. Ellos ya la tienen. ¿El precio? La soledad.

A mi me sucede al igual que la mayoría de esos elementos, no soy noble: necesito estar con alguien porque se que solo estoy incompleto, aunque no quiera a veces reconocerlo. Ese deseo de estar en compañía surge de vez en cuando, especialmente en los momentos de máxima alegría, como fue la llegada al Nordkapp.

Sin embargo, es triste darse cuenta como esa unidad con esa persona en la que creo en unos determinados momentos, puede romperse ante el más mínimo revés. Es entonces cuando surgen las diferencias, los reproches y al final las rupturas. Y lo grave es que se me olvida cuáles fueron los motivos que nos unieron, e irremediablemente vuelvo a pensar solo en mi: en lo que no me gusta de la otra persona, en lo que necesito para sentirme mejor y que la otra persona no puede, no quiere o no es capaz de darme. Y sumido en esa decepción, dejo de buscar una solución, desconfiado y temeroso de que me quite algo o me haga daño, olvidando lo que un día fuimos capaces de hacer juntos.

La solución solo la encuentro en ser consciente de que, verdaderamente, estoy incompleto y que esos huecos se llenan con lo que los demás pueden aportarme y yo puedo aportar, quizás entonces sentiré la conveniencia y la necesidad que estar juntos. Pensándolo bien, a lo mejor ese es el verdadero sentido de sentirse incompleto. La unión nos estabiliza, nos hace ser mejores y más útiles. Porque, ¿alguien quiere ser un gas noble e ir solo por la vida? Yo creo que no. No estamos hechos para ello. Lo sabemos porque, hagamos un poco de memoria y veremos que los momentos más felices de nuestras vidas nunca han sido momentos de soledad absoluta, ¿verdad? Siempre hubo alguien.  

En fin, lo dejo que tengo que preparar la etapa de mañana que, aunque es en coche hay que estudiarla un poco.

Buenas tardes.

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miércoles, 3 de agosto de 2022

Mañana es el día.

         Nuestra perfección no consiste en hacer cosas extraordinarias sino en hacer perfecto lo ordinario” – San Gabriel de la Dolorosa.

Mañana por la mañana nos vamos, nos ponemos en marcha para comenzar una nueva ruta en bicicleta. Vamos a comenzar con dos días de coche hasta llegar a Passau, días que no van a ser lo aburridos que se puede pensar al tener que pasar tantas horas sentado y mirando por la ventanilla el paisaje que nos deja adivinar la autopista. No van a ser aburridos, pues he dejado toda la tarea de recoger información sobre la ruta para estos dos días y su noche.

Por lo general, me gusta planear los viajes todo lo que puedo para después tener una base para poder tomar una decisión con un poco de acierto entre todas las variantes que siempre surgen, me gusta pasar por un lugar y recordar algún dato sobre él, aunque no lo recuerde con exactitud y muchas veces este equivocado, me hace sentirme con en casa o al menos en un lugar no del todo desconocido.

Es tener la sensación de estar descubriendo algo nuevo y a la vez sentirse como en casa.

Por mucha información que seamos capaces de recoger y de asimilar, cuando viajamos en bicicleta partimos de un lugar conocido para ir a lo desconocido e imprevisible, dejamos la seguridad para vivir a la intemperie. Va ha ser así por mucho que queramos prepararnos y estudiar todo lo que nos podamos encontrar.

Esta claro que nuestra ruta debe apuntar siempre a la meta, al lugar donde pensamos llegar. Y para llegar a la meta hay que hacer muchas correcciones y tomar desvíos que no habíamos previsto. Y para que ello sea posible hay que estar pegado a un mapa, haberlo estudiado antes y tener bien marcada la meta, ahora en estos días de coche hay que buscar el mejor camino, cosa que tenemos ya clara pues vamos a seguir la Euro Velo 6, pero hay que buscar los lugares más interesantes para, si es posible, visitarlos.

Sin un mapa muchas veces no somos nadie, pero el mapa, ese pequeño papel, es un seguro de vida, nos hace encontrar el camino que tenemos que recorrer, nos confirma si la meta es lejana o cercana, nos asegura si vamos en la dirección correcta o nos alerta si vamos en la contraria. 

 Algunas veces tenemos además una guía y entonces todo cambia. Nos fiamos de esa información, nos ponemos en sus manos sin dudar que nos indicará los mejores sitios, los más interesantes, a donde nosotros querríamos ir. Nos fiamos de su experiencia. El escritor ya ha recorrido el camino primero y por eso nosotros ahora le seguimos. Pero cuando llegamos al sitio, ahí nosotros volvemos a tener el papel principal, la guía te explica, te da datos, pero la experiencia de ver las cosas, de descubrir los detalles y grabarlos en la retina, eso sólo lo podemos hacer nosotros.  

 Cuando vuelves a un sitio donde ya has estado antes, no es tu casa, pero empiezas a sentirte en ella; ya no nos guía el mapa sino el recuerdo de los sitios que nos son familiares, por los que hemos pasado y en los que disfrutamos, allí donde nos ocurrió algo. Pero no nos quedamos ahí; nos aventuramos a descubrir nuevos lugares, nuevas rutas, hemos perdido el miedo a extraviarnos, porque sabemos que ya controlamos la zona.

Y entonces llegas a la ultima fase, a ese momento en el cual te acabas convirtiendo en una guía, ahora somos nosotros el mapa de aquellos que quieren conocer aquel sitio del que tanto les has hablado. Y como guía disfrutamos contando aquello que hemos visto, y lo hacemos desde nuestra perspectiva, desde nuestras emociones, pasiones… pues no podemos dejar de transmitir aquello que llevamos dentro, para que los demás puedan empezar a gustarlo a su propia manera.

En fin, voy a continuar embalando todo el material, pues es está una labor que sin duda da muchos quebraderos de cabeza.

Buenos días.  

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