viernes, 31 de agosto de 2018

Viernes 31 de agosto de 2018.

“Podemos creer lo que queramos. Somos responsables de aquello en que elegimos creer.” (J.H. Newman) 


Jesús, ya sabes que lo importante es que hablen de “uno”, y como suele decirse “aunque sea bien, me alegro no por mí sino por mis “ex” que estoy seguro que estarán agradecidas de que os acordarais de ellas.
Hoy, como ya sabréis se nos marcha agosto, es verdad que no el verano pero parece ya una despedida, da la impresión que ya estamos buscando en el bolsillo nuestro pañuelo para despedirnos, para decir “adiós” un año más al veraneo.
He estado, como todas las mañanas, mirando las noticias en varios medios de comunicación y si me quedo con las noticias de la primera pantalla me es fácil llegar a la conclusión que estamos en un mundo que es cada vez más aburrido, oscuro y serio.
No puedo imaginar ni por un momento que esos periódicos tengan el monopolio de ser agrios y adustos. Todos los sitios tienen sus sombríos agoreros, solo una rápida mirada a nuestro alrededor confirma la presencia de caras de pocos amigos en cualquier lugar.
Siento a faltar la risa sobre todo en nuestra opinión pública. La noto a faltar porque la risa alegra e ilumina nuestro espíritu. La risa es una señal de confianza y entusiasmo. Entusiasmo, después de todo, proviene del griego y significa tener un Díos dentro de sí. La risa es una emoción y como toda emoción, nos abre el corazón y cuando el corazón se abre, se hacen las cosas.
Hay un antiguo dicho ruso que dice "el corazón mueve los pies".  En otras palabras, son las emociones las que motivan.  De hecho, las palabras "emoción", "movimiento" y "motivación" tienen la misma raíz etimológica.  La mente puede estar informada, pero hasta que el corazón no se movilice, nada se mueve.
En fin, voy a ver si me muevo un poco y con alegría pues tengo por delante un fin de semana intenso pero alegre.

Feliz y Dulce Día.

jueves, 30 de agosto de 2018

Jueves 30 de agosto de 2018.

“Podemos creer lo que queramos. Somos responsables de aquello en que elegimos creer.” (J.H. Newman) 


No se vosotros, pero esta noche he vuelto a pasar calor, ese calor pegajoso que no me ha dejado dormir y me ha permitido pensar, y entre las cosas que me han rondado por la cabeza a estado el Valle de los Caídos pues parece ser que desgraciadamente el tema va para largo.
Lo digo porque ayer Pedro Sánchez ha considerado en la conferencia de prensa que ha ofrecido en la ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra junto al presidente del país, Evo Morales, que el Valle de los Caídos no puede ser un lugar de reconciliación, sino que tiene que ser de reposo, y, por tanto, defiende que se convierta en un cementerio civil para las víctimas de la Guerra Civil y el franquismo.
No voy ahora a valorar esa idea, lo que me interesa recalcar es que a España no le conviene caer en la trampa en la que le quiere meter el Gobierno de Pedro Sánchez. No le conviene seguir hablando ni un minuto más de Franco.
Si se mira todo el proceso nos daremos cuenta que el Gobierno socialista ha comenzado un largo proceso para sacar los restos mortales del dictador del Valle de los Caídos, un mausoleo casi olvidado, un proceso de la exhumación que va a durar tres meses. Una desgracia, lo mejor que podría suceder es que el Gobierno lo hiciera mañana mismo. Para que 40 años después de aprobada la Constitución no se vuelva a caer en la buscada y ficticia polarización franquismo-antifranquismo. Que lo vuelvan a enterrar donde quieran, pero que lo entierren otra vez.
En abstracto, parece recomendable el traslado. Pero como no hay nada abstracto, lo mejor es que se hubiera llegado a un acuerdo con la familia y con todos los grupos parlamentarios. Ahora que el Gobierno ha decidido resucitar a Franco (para esconder su debilidad parlamentaria, para contentar a la izquierda-izquierda, para ganar quién sabe qué votos) hay que pedirle que se dé prisa. Se equivoca el PP al anunciar el recurso al decreto de exhumación (algo que técnicamente no tiene sentido porque se convalidará como ley) y al insistir en criticar con pasión la decisión. Era precisamente el objetivo buscado por un Gobierno débil que no puede ni quiere gobernar. Está en campaña electoral.
Creo pues que me da la razón las declaraciones de Sánchez, una vez enterrado Franco en otro lugar empezaremos con convertir el Valle de los Caídos en un cementerio civil, ya se que ha dicho que no tocara la basílica ni la cruz, pero hay alguien que se lo crea, ¿se puede convertir en cementerio civil con una basílica y una cruz?
En febrero comenzaremos otra vez con la cruz y la basílica, en fin, sin palabras.

Feliz y Dulce Día.

miércoles, 29 de agosto de 2018

Miércoles 29 de agosto de 2018.

“Podemos creer lo que queramos. Somos responsables de aquello en que elegimos creer.” (J.H. Newman) 


Ayer termine de leer “1Q84” de Haruki Murakami, si el mismo que escribió “De qué hablo cuando hablo de correr” y estuve pensando en los libros que leemos en verano, me refiero más al verano como vacaciones y no como la época del año en la que pasamos tanto calor.
Los libros o mejor dicho el libro que elegimos para las vacaciones suele ser más alegre con páginas y páginas de aventuras sin temas que nos hagan pensar demasiado pues lo tenemos que compartir con excursiones por la montaña, de deporte al aire libre y otras aficiones, de puestas de sol y gin-tonics, de ropajes coloridos y bronceados, de familia, mucha familia, de amigos, de verbenas y fuegos artificiales, de siestas reparadoras.
En todo caso, la lectura del verano se construye con libros. Con auténticos libros, pues las vacaciones ofrecen –por fin- tiempo para leer. Aunque cada vez es más difícil, pues las vibraciones, las melodías, los silbidos y otras tonadas de los pretendidos teléfonos inteligentes interrumpen el sosiego que exige toda lectura, hasta hacerla imposible. ¿Qué hacemos entonces con ese libro que habíamos reservado para agosto? ¿Qué con esos poemarios que nos prometían grandes emociones cuando los abriésemos frente al mar? ¿Y con los ensayos, las biografías, la espiritualidad o lo que cada uno escoja del maremagno de la literatura universal? No sé responder a estas preguntas. Es más, me rebelo al plantearlas, pues vienen a decirme que estamos desistiendo a una de las pocas actividades que son, a un mismo tiempo, lúdicas y culturales.
Sin lecturas en verano, sin libros, sin lectura, quizás el libro del verano se convierta en aquello de lo que siempre nos hemos reído: un tiempo para los horteras que gustan lucir palmito –y teléfono móvil- por la orilla de la playa.

Feliz y Dulce Día.

martes, 28 de agosto de 2018

Martes 28 de agosto de 2018.

“Podemos creer lo que queramos. Somos responsables de aquello en que elegimos creer.” (J.H. Newman) 


Por cierto, tengo que añadir a lo que dije ayer que no considero ni fácil ni rápida la posible solución al problema de los países desde donde vienen los inmigrantes, porque los propios gobernantes de aquellos países de los que parten las oleadas emigratorias parecen muy interesados en ella.
Viendo como se encuentran esos países me da la impresión que hasta les interesa puesto que de esa forma logran aliviar la presión demográfica que sufren todos ellos. Si a ello le añadimos que pueden conseguir ingresos extra mediante la ayuda exterior, yo no creo que pueda esperarse que cambien mucho las cosas.
Si os dais cuenta África es el paraíso de los gobiernos cleptómanos. La corrupción está de tal manera extendida, que cualquier ayuda económica que se les preste para atajar la hemorragia emigratoria puede que se emplee en Dios sabe qué, o en beneficio de quién, pero no en mejoras internas que disuadan a los nativos de la aventura suicida de la emigración. Suicida por las condiciones tan arriesgadas en que lo hacen. Peor que lo hacían los negreros de siglos pasados.
Si miramos la historia nos encontramos que las grandes migraciones humanas constituyeron la médula de la historia de la humanidad, pero generalmente en perjuicio de los primitivos moradores de cada lugar, que fueron exterminados o sometidos a servidumbre por los invasores de su territorio. El relato bíblico es el paradigma de unas tribus errantes que fueron dando tumbos y vueltas por lo que hoy llamamos Oriente Medio.
No veo posible arreglar el problema de esos países desde aquí, tenemos que ir allí, como hacerlo y quien debe hacerlo son las preguntas a las que debemos encontrar respuesta para empezar a solucionar el problema de la inmigración.

Feliz y Dulce Día.

lunes, 27 de agosto de 2018

Lunes 27 de agosto de 2018.

“Podemos creer lo que queramos. Somos responsables de aquello en que elegimos creer.” (J.H. Newman) 


Muy bien, empecemos esta nueva semana, es de suponer que también habréis pasado calor durante el fin de semana por lo que no hace falta que os diga que yo también lo pase, así que voy a continuar con alguna de mis cuestiones.
Lo voy a hacer otra vez con el tema de los inmigrantes pues el Estado Español ha utilizado la devolución inmediata a Marruecos y aunque no voy a entrar en los bandazos que estamos dando en este tema así como en tantos otros, volveré a hacer una pequeña reflexión.
Continuo pensando que se esta haciendo un análisis equivocado del problema. Se diría que estas personas vienen no sólo a buscar un espacio en nuestro territorio, sino a quitarnos lo nuestro. Ya se que no es lo mismo recibir a cinco personas que a cinco mil. Cuando el número de personas que buscan acomodarse en nuestros entornos es pequeño, es relativamente fácil hacerles sitio. Cuando son muchas las personas que llegan, no sólo necesitan mucho sitio, sino que parece que hasta quieren quitarnos el nuestro e imponernos sus costumbres.
Vamos a ver, mis principios son claros: la tierra es de todos. La casa, la tierra que ocupo, no es mía, es “nuestra”. Y como es nuestra, tengo que compartirla. La cuestión está en el compartir. ¿Cómo compartir de modo que mi renuncia no me perjudique ni a mi, ni a “los míos”? Los “míos” entre comillas, porque los que llegan de fuera también son “míos”.
Pero es normal que considere más “míos” a los que conozco desde siempre, a aquellos con los que he crecido. De ahí la necesidad de políticas imaginativas, generosas y valientes para dar una respuesta a tanta gente que busca sencillamente vivir, para que la acogida de esas personas no sólo sea un beneficio para ellas, sino también para los acogedores.
Hay que encontrar el modo de que la acogida de inmigrantes sea buena para el acogido y para el acogedor. Por otra parte, hay que presionar a nuestro gobierno, supuestamente democrático, para que ayude al desarrollo de los países más pobres y tome medidas políticas en contra de esos regímenes que solo buscan perpetuarse a costa del bienestar de sus ciudadanos.

Feliz y Dulce Día.

sábado, 25 de agosto de 2018

Sábado 25 de agosto de 2018.

“Podemos creer lo que queramos. Somos responsables de aquello en que elegimos creer.” (J.H. Newman) 


Lo siento, pero no tengo más remedio que volver otra vez sobre la ignorancia generalizada en la viven un número altísimo de españoles que carecen de toda idea coherente y mínimamente adecuada de lo que ha sido España, y por tanto de lo que es, y más aún de lo que puede ser.
Tengo la impresión de que esto no es "privilegio" exclusivo de España, sino que se puede aplicar, con matices, a otros países; pero esto está lejos de consolarme, sino todo lo contrario.
La consecuencia de esta ignorancia es que se tienen fragmentos de nuestra historia que no tienen dónde alojarse en el conjunto, y no "prenden", es decir, no tienen fecundidad, que es lo que verdaderamente importaría. Quedan aisladas, y en cierto modo inoperantes, que sería menester recomponer.
Esto me lleva a ver una fragmentación que indudablemente se está produciendo, no de España -esto es algo demasiado serio y fuerte-, pero sí de la conciencia de España.
En unas cuantas regiones se está produciendo una actitud, suscitada y fomentada por exiguas minorías -no se olvide esto-, de "no tener que ver" con la totalidad de la historia española, de que ésta "no va con ellos". El que esto sea una falsedad descomunal no tiene consecuencias apreciables, porque se superpone a la ignorancia antes mencionada. Sobre ese territorio desierto y vacío, cualquier cosa que se diga con despliegue de medios y la necesaria insistencia es aceptada y puede arraigar. La ignorancia general es la "tabula rasa" con la cual cuentan todos los manipuladores.
Esto crea en muchas personas un empobrecimiento, y que padecerán sus consecuencias en forma de una inferioridad difícil de superar y curar.
Tendría que añadir todavía otros factores, pero lo dejare para la semana que viene.

Feliz y Dulce Día.

viernes, 24 de agosto de 2018

Viernes 24 de agosto de 2018.

“Podemos creer lo que queramos. Somos responsables de aquello en que elegimos creer.” (J.H. Newman) 


Anoche, regrese de Almoines relativamente pronto, y esta mañana me he levantado descansado, así que he tenido un poco, no solo de tiempo sino también de tranquilidad  para releer algunos artículos que tenia guardados.
Y me parece que después de Copérnico y Galileo el Sol dejó de dar vueltas alrededor de la Tierra y desde entonces todos empezamos a pensar que nuestros sentidos nos engañaban. Llegamos a la conclusión de que no podíamos fiarnos de la realidad tal y como la percibimos, lo único seguro eran nuestras sensaciones.
Me atrevo a pensar que nos metimos entonces en una encrucijada, y era preciso salir de ella, y para conseguirlo pensamos que había algo de lo que podíamos fiarnos: de lo que hacíamos. Y nos dedicamos a hacer, y entonces el desarrollo y el progreso se transformaron en las dos palabras clave y todo se llenó de procesos. De la historia dejaron de interesarnos los acontecimientos singulares, los personajes particulares. Y así hemos llegado a la conclusión de que no hay necesidad de fechas, nombres o lugares.
Parece ser que a muy poca gente le interesa la historia, lo que ha sucedido si molesta se ignora y vamos de olvido en olvido, de negación en negación y se piensa que toda nuestra historia es negativa. Y lo cruel es ver como muchas personas no tienen ninguna identidad histórica, no solo no saben de donde vienen sino que no les importa, no saben quienes son solo les interesa lo que les gustaría ser  aquí y ahora.  
Creo que tenemos que reclamar la historia particular de cada uno, interesarnos por el valor del acontecimiento particular.

Feliz y Dulce Día.

jueves, 23 de agosto de 2018

Jueves 23 de agosto de 2018.

“Podemos creer lo que queramos. Somos responsables de aquello en que elegimos creer.” (J.H. Newman) 


Hoy el día se me ha echado en cima, parece que esta segunda mitad de agosto se me enmaraña, y esa buena costumbre de terminar las cenas con un gin-tonic me esta creando algunas dificultades, sobre todo al día siguiente.
Ya se que tal vez no utilice con la frecuencia necesaria el móvil ni todo lo que me puede aportar pero es que tenia que romper con esa costumbre que ya se había convertido en vicio.
Recuerdo que cuando me despertaba por la mañana lo primero que hacía era mirar el móvil para ver si tenia nuevos mensajes, y este gesto lo repetía muchas veces durante el día, incluso cuando estaba fuera de casa con los amigos. Por cierto, también era la última cosa que hacia antes de dormirme.
Pienso que tenía una dependencia, tal vez no era una verdadera enfermedad pero cuando me dí cuenta me empezó a molestar. Por cierto, descubrí que tiene un nombre, se le llama “nomofobia”. ”. El término, que es un neologismo utilizado en 2008 en un estudio inglés, está constituido por “nomo”, que no tiene nada que ver con la palabra griega nomos (ley) sino que es en cambio la abreviatura de la expresión inglesa no-mobile, y por el sufijo -fobia, e indica ese estado de ansiedad típico de quien teme quedarse desconectado o de no tener acceso a las redes de telefonía móvil.
Es cierto que es una herramienta muy útil, me pierdo o mejor dicho retraso algunas cosas pero los días son muy largos y la tranquilidad con la que transcurren no tiene precio.

Feliz y Dulce Día.

miércoles, 22 de agosto de 2018

Miércoles 22 de agosto de 2018.

“Podemos creer lo que queramos. Somos responsables de aquello en que elegimos creer.” (J.H. Newman) 


Jesús, es verdad que el tema de la exhumación de Franco es un tema interesante y que tendré que dar mí opinión, pero me esperare al viernes para leer el decreto ley, porque me parece a mí que el tema no es sacar a Franco del Valle de los Caídos, es otra cosa.
Voy a terminar ahora con las particularidades que tengo como hombre sobre el instinto sexual, creo que en los hombres no existe ocasión para la reflexión cuando el estímulo es suficientemente fuerte, cuando no existe la virtud necesaria que hace al caso que genera el autocontrol. Cuando no existe la práctica que mecánicamente, sin reflexión frena el impulso.
Las virtudes, son como las técnicas de boxeo, movimientos aprendidos, pero tan mecanizados que resultan instintivos. El cerebro dicta la reacción sin reflexión. Pero precisamente lo que nos liquida a los hombres es que nos toca vivir en una  sociedad donde impera el estimulo sexual como presunto de libertad y lo primero que ha destruido es la propia noción de virtud. Y cuando digo virtud digo; el hábito de obrar bien.
En conjunto nos han dejado al albur de nuestro instinto Y es eso lo que explica que, al margen de los enfermos sexuales, chicos normales en determinadas condiciones arrinconen a la mujer de manera tan irrefrenable que terminan por abusar de ella.
La seguridad para nuestras amigas, compañeras, esposas, hermanas o madres, la seguridad real, no va venir de la ley, ni la policía, por más dinero que le dediquen, y que ya es mucho, sino de la recuperación del sentido de la virtud, es decir de las practicas buenas convertidas en hábitos, pero me temo mucho que esto la sociedad desvinculada es incapaz de proporcionar tal cosa, y seguirá celebrando las fiestas en la perspectiva de “follar desaforadamente”.

Feliz y Dulce Día.

martes, 21 de agosto de 2018

Martes 21 de agosto de 2018.

“Podemos creer lo que queramos. Somos responsables de aquello en que elegimos creer.” (J.H. Newman) 


Igual que todos vosotros, yo también me doy cuenta de la cantidad de noticias que nos encontramos sobre la violencia sexual con las mujeres, y hace días que le estoy dando vueltas y creo que tenemos en nuestra sociedad un doble e incompatible discurso sobre el sexo.
Vamos a ver si me explico un poco, por una parte se ha producido una seria reacción contra los abusos sexuales de los que son víctimas la mujeres; de palabra y obra.  Bienvenida sea la reacción moral, la denuncia de los abusos y los abusadores. En contra me encuentro con que hay demasiada gente que cree que con el roce nace el cariño y no es así, sino que más bien irrita. Yo creo que la admiración, el interés por una mujer, la celebración de su atractivo nunca puede estar reñido con el respeto.
Pero que sucede, que como en toda reacción parte del discurso ha pasado al lado del exceso, convirtiéndose en un moralismo tan estrecho, que si lo practicara  cualquier otra institución sería motivo de escarnio. Se manifiesta en una actitud preventiva, es decir censora, como lo manifiesta el empeño en prohibir letras de canciones por machistas o ciertas películas o libros. Es una reacción que parece haber descubierto el pecado, sin asumir al mismo tiempo que tal cosa exista. Porque el hecho pecaminoso no significa solo la ruptura con unos principios, sino también el daño a todo ser humano.
Pero al mismo tiempo que se levanta esa barrera moral, hay personas que no son capaces de ver la relación directa del abuso sexual con la cultura hegemónica de como se plantean las relaciones sexuales, celebradas tantas veces como actos de libertad. Algunos le llaman a eso libertad y autenticidad, “soltarse” ir de fiesta. En realidad es incentivar la pulsión de uno de los instintos más primarios: el sexo, tan potente que es el responsable de la reproducción de la especie, como el apetito de comer, es vital para la supervivencia del individuo.
Según lo veo, no creo que sea posible una cultura que celebra y estimula el impulso del deseo sexual y a la vez dice desear un estricto respeto. Y eso todavía es mas incompatible cuando se trata de una relación entre hombres y mujeres, porque por razones biológicas, y evolutivas bien conocidas, la forma de procesar su instinto sexual es distinta.
Ya se que ahora debería decir porque es distinta, pero es tarde y no tengo tiempo, tal vez mañana.

Feliz y Dulce Día.

lunes, 20 de agosto de 2018

Lunes 20 de agosto de 2018.

“Podemos creer lo que queramos. Somos responsables de aquello en que elegimos creer.” (J.H. Newman) 


Este mundo es un pañuelo como bien señala Tere, y así debe ser, nunca sabemos con quien nos podemos encontrar, nos encontremos donde nos encontremos, estoy dando por supuesto que el encuentro fue casual, aunque si no lo fuese, Tere continuaría teniendo razón, ¡Que pequeño es el mundo!
He estado observando con atención los actos que se han celebrado para recordar el atentado de Barcelona y el homenaje a las victimas, pues lo del año pasado fue otra cosa. Y, como comente hace días parecemos olvidar que cuando el terrorismo golpea los únicos responsables son los terroristas. No hay qué echarnos las culpas unos a otros.
Lo que si que hay que hacer en estos casos es salir de nuestra burbuja ideológica. Si no abandonamos esa burbuja ideológica la onda expansiva se multiplica y después de las víctimas mortales, muere la nación, muere el país, muere la vida social.
El yihadismo nos plantea muchos retos. El yihadismo plantea retos de seguridad, retos policiales, retos políticos. Pero hay un reto contundente, una pregunta que no podemos dejar de hacernos y de la que hablamos poco. Los yihadistas aman la muerte, ¿amamos nosotros la vida más de lo que los yihadistas aman la muerte? ¿Tenemos nosotros razones, motivos, certezas, experiencias que nos permitan amar más la vida de lo que ellos aman la muerte? Sin esas razones, sin esos motivos, estamos perdidos.

Feliz y Dulce Día.

sábado, 18 de agosto de 2018

Sábado 18 de agosto de 2018.

“Podemos creer lo que queramos. Somos responsables de aquello en que elegimos creer.” (J.H. Newman) 


Supongo que ya habréis visto el cuadro, y supongo que estaréis de acuerdo conmigo que ese tipo de gestos tan originales que introdujo Duchamp no pueden repetirse verdaderamente, como bromas que pueden hacerse sólo una vez. 
Sí no, pasamos a un culto a la originalidad que muy rápidamente conduce a la repetición.  El hábito de falsificar se vuelve tan profundamente arraigado que ningún juicio es cierto, excepto el juicio de que lo que tenemos enfrente es algo “verdadero” y no falso, que a su vez es un juicio falso.  Al final, podemos llegar a la conclusión que lo único que sabemos es que nada es arte porque nada es.
Vale la pena nos preguntemos porqué el culto de la originalidad falsa resulta tan poderosamente atractivo para nuestras instituciones culturales, de modo tal que todos los museos y galerías de arte, e incluso las salas de concierto financiadas con fondos públicos, lo han tomado en serio.
Los primeros modernistas tenían en común la creencia de que el gusto popular se volvió corrupto y de que la sentimentalidad, la banalidad y lo kitsch invadió las diversas esferas del arte y eclipsó sus mensajes. Todo lo que se encontraba en el mundo de personas ingenuas y poco pensantes era kitsch.
No obstante, lo interesante es que el hábito de fingir ha surgido del miedo a los farsantes.  El arte modernista fue una reacción contra la emoción falsa y los clichés reconfortantes de la cultura popular.  La intención fue erradicar el pseudo-arte que nos amortigua con mentiras sentimentales y poner en su lugar a la realidad, la realidad de la vida moderna, con la cual sólo el arte real puede ponerse de acuerdo. De ahí que hace mucho tiempo se ha asumido que no puede haber ninguna creación auténtica en la esfera del arte elevado que no sea de algún modo un 'desafío' a las complacencias de nuestra cultura pública. El arte debe ofender, salirse del futuro completamente armado contra el gusto burgués para los que se conforman y los cómodos, que son simplemente sinónimos de kitsch y cliché.
Sin embargo, el resultado de ello es que la ofensa se convierte en un cliché, en fin, es lo que hay, todo nos lleva a pensar que si no ofendemos a alguien nuestra obra no es considerada como arte.

Felices Dulces Días.

viernes, 17 de agosto de 2018

Viernes 17 de agosto de 2018.

“Podemos creer lo que queramos. Somos responsables de aquello en que elegimos creer.” (J.H. Newman) 


No se si habéis tenido la oportunidad de haber echado un vistazo al urinario de Duchamp, pero sino no ha sido así os dejo este enlace para que seáis conscientes de su importancia:  https://es.wikipedia.org/wiki/La_Fuente_(Duchamp)
Voy a continuar más o menos donde lo deje ayer, como resulta que el arte hoy en día es venerado como una parte de la cultura elitista y generalmente alcanza unos precios altísimos, de ahí surge un motivo más para crear arte falso.  Los artistas y críticos de arte se reúnen para engañarse a sí mismos: los artistas presentándose como quienes originan adelantos asombrosos y los críticos colocándose en el lugar de jueces perspicaces de la verdadera vanguardia.
De esta manera, el urinario famoso de Duchamp se convirtió en una suerte de paradigma para los artistas modernos.  Así es como debe hacerse, decían los críticos.  Tomen una idea, exhíbanla, llámenla arte y nieguen descaradamente lo evidente.  Existen muchos más casos y en cada uno de esos casos, los críticos se reunieron como gallinas cluecas alrededor del huevo nuevo e inescrutable y presentaron al público una obra de arte falsa con todo el aparato necesario para que sea aceptada como verdadera.  
Por cierto, no me estoy metiendo con el modernismo, que fue un intento de rescatar lo sincero, lo verdadero y los frutos de un trabajo arduo de la plaga de emociones falsas.  Nadie puede dudar de que los primeros modernistas fueron exitosos en ello, dotándonos de obras de arte que mantienen el espíritu humano vivo en las nuevas circunstancias de la modernidad y que continúan con las grandes tradiciones de nuestra cultura.  Sin embargo, el modernismo dio lugar a rutinas de falsificación: el trabajo arduo por mantener la tradición resultó ser menos atractivo que las maneras baratas de rechazarla. 
En vez de estudiar toda una vida, como lo hizo Picasso para presentar la cara de la mujer moderna en un idioma moderno, uno podría haber hecho lo que hizo Duchamp y pintarle un bigote a la Mona Lisa.
¿Qué no conocéis ese cuadro? Vale la pena.

Feliz y Dulce Día.

jueves, 16 de agosto de 2018

Jueves 16 de agosto de 2018.

“¿Puedes devolver la vida? Entonces no te apresures a dispensar la muerte, pues ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos.” (J.R.R. Tolkien) 


A raíz de repaso que le dí el otro día a la Capilla Sixtina y un poco a la obra de Miguel Ángel  me he dado cuenta que tengo grandes lagunas en lo que se refiere al arte actual, o no entiendo nada o los entendidos en el arte moderno me están tomando el pelo.
Según lo veo yo, en esto del arte me encuentro con dos clases de falsedades, los que mienten o los que fingen.  Cualquiera de nosotros puede mentir, basta con decir algo con la intención de engañar, mientras que fingir, en cambio, es un logro.
Para falsificar cosas es preciso engañar a los demás,  es más se puede engañar hasta uno mismo. El mentiroso puede fingir que está horrorizado cuando se desenmascaran sus mentiras, pero su fingimiento es parte de la mentira.  El farsante se horroriza de verdad cuando queda expuesto porque creó en su entorno una comunidad de confianza, de la cual él mismo es miembro.  
Casi todos hemos mentido para evitar las consecuencias de nuestras acciones y no decir mentirillas es lo primero que debemos enseñar a nuestros hijos para su educación moral.  No obstante, el fingimiento es un fenómeno cultural, que se destaca más en algunos períodos que en otros. El farsante es una persona que se ha vuelto a construir a sí misma, con vistas a ocupar otra posición social que la que le corresponde por naturaleza. 
Yo pienso que hay una clase de fingimiento en el arte moderno, pues se ha convertido en un camino hacia lo trascendental, en una puerta de entrada a un nivel de conocimiento más elevado. Lo que se está haciendo es ver en la originalidad de las obras la prueba que distingue el arte verdadero del arte falso.
Es difícil para mí expresar en términos generales en qué consiste la originalidad, pero tenemos ejemplos suficientes: Tiziano, Beethoven, Goethe, Baudelaire.  Sin embargo, estos ejemplos nos enseñan que la originalidad es ardua: no puede tomarse del aire, incluso si existen aquellos prodigios naturales, como Rimbaud y Mozart, que parecen haberlo hecho como si nada.  La originalidad requiere de aprendizaje, de trabajo duro, del dominio de una sensibilidad mediana y -más que nada- refinada y de la apertura a la experiencia que habitualmente cuesta sufrimiento y soledad.
Entonces, llegar a ser considerado un artista original no es fácil. No obstante, en una sociedad en la que el arte es venerado como el logro cultural más elevado, las recompensas son enormes. 
Buscad el urinario famoso de Duchamp y ya mañana continuare.

Feliz y Dulce Día.

miércoles, 15 de agosto de 2018

Miércoles 15 de agosto de 2018.

“¿Puedes devolver la vida? Entonces no te apresures a dispensar la muerte, pues ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos.” (J.R.R. Tolkien) 


Ya se, lo se, es temprano, y espero que el aviso del whatsapp no haya despertado a nadie, si es así espero que valga la pena despertarse tan pronto. Me tengo que ir a Murla pues tenemos una etapa del “Open summer” y hay que hacerlo temprano pues tenemos que ir hasta Petracos y volver.
Pero, no os entretengo más, he encontrado otro tema que tenemos enquistado y que solo asoma en las noticias cuando nos causa problemas en forma de atentados, pero no sabemos nada sobre si hay alguien, a parte de la policía, para solucionarlo o si se esta haciendo algo, me refiero como ya supondréis a la Yihad.
Y es que la Yihad violenta esta instalada en el corazón de demasiados descendientes de inmigrantes musulmanes que han nacido en España y Europa. Con nuestra clase política que esta desprovista de cualquier conciencia sobre lo que somos, unido a todo el movimiento exterior y global de la Yihad, constituye a largo plazo una amenaza grave para un continente que ya no cree en su futuro, y solo piensa en como vivir bien su presente.
El Islam no tiene un cuerpo ni una figura central o definitiva autorizada para definir qué es exactamente.  Las opiniones acerca de su esencia y alcance varían ampliamente según el entorno político o filosófico de sus propios intérpretes. Sin embargo, en la medida que juzguemos erróneamente lo que está motivando la renovación del Islam, nunca entenderemos porqué existe del modo en que existe.
Feliz y Dulce Día.

martes, 14 de agosto de 2018

Martes 14 de agosto de 2018.

“¿Puedes devolver la vida? Entonces no te apresures a dispensar la muerte, pues ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos.” (J.R.R. Tolkien) 


Estoy viendo hace meses que hay una serie de hechos que se han instalado entre nosotros y que tienen unos tintes de desastre, y que, se están convirtiendo en una noticia cotidiana.
Son sucesos que describen desgracias que suceden habitualmente lo que las hacen muy peligrosas, porque terminan por confundirse con una noticia normal dentro de los informativos diarios y no nos paramos a pensar si se esta buscando la solución.
Una de esas es claramente el cementerio en el que se ha convertido el Mediterráneo, donde en verano se cruzan las estelas de los cruceros turísticos, con las balsas de la muerte. ¿Demagógico? Si, claro, es la demagogia de los hechos.
Para mí, el centro del problema es más o menos este: la diferencia de ingresos entre el África Subsahariana y Europa es de 1 a 10, vamos a ver, esto significa que una persona que vive en la pobreza relativa o riesgo de pobreza en Europa, tiene unos ingresos que pueden ser hasta 6 veces superiores a un africano subsahariano, y aunque un euro entre nosotros dé para muchísimo menos de lo que pueda servir en aquellos países, el atractivo es demasiado fuerte.
Es como si cruzando un par o tres de fronteras nosotros pudiéramos emigrar a un país que tuviera una renta por persona de 200.000 euros. La incapacidad de Europa para afrontar esta situación que mezcla, en dosis tan dramáticas, sufrimiento, muerte y deseo de una vida mejor, es una catástrofe.
Mañana buscare otro de esos hechos diarios que son ya tendencia dentro nuestra vida cotidiana y a los que de momento no veo que nadie encuentre una solución.

Feliz Y Dulce Día.

lunes, 13 de agosto de 2018

Lunes 13 de agosto de 2018

“¿Puedes devolver la vida? Entonces no te apresures a dispensar la muerte, pues ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos.” (J.R.R. Tolkien) 

El viajar y las vacaciones siempre han sido un tema fascinante, como podemos ver por Encarna y Maribel estamos en pleno periodo vacacional por lo que hay mucha gente viajando y de vacaciones. Y como siempre, lo más importante ante viajar en vacaciones es pensar qué vamos a hacer, cómo vamos a distribuir nuestro tiempo para no estar más agobiados que cuando estamos en nuestra casa.
Ya se, que Maribel y Encarna son dos grandes viajeras y que tal vez esta historia no vaya con ellas, pero averiguar qué queremos sacar de esos días de viaje y de tal vez descanso, sea uno de los mayores retos de las vacaciones.
Las vacaciones no deberían ser un tiempo perdido, ni un paréntesis en nuestro camino hacia los objetivos que nos hemos marcado en nuestra vida si no más bien un período necesario para el reposo físico y psicológico, debería de ser una  oportunidad de crecer, de formarnos, de reconstruirnos por dentro, de recuperar la serenidad y la paz que nos roban las prisas acuciantes del día a día.
Y si hay algo que es fundamental en estos días de viajes y descanso es el tiempo que poseemos para la charla apacible con nuestros amigos y familiares y gozar de la amistad que,  a veces, durante el año, resultan escasas o insuficientes como consecuencia del trabajo y de las obligaciones de cada día.
Es verdad que cuanto todo vuelva a la normalidad los grandes problemas mundanos estarán todavía sin resolver pero nuestro espíritu debería estar mejor preparado para afrontarlos. Ya se que mucha gente siente una intensa aversión a la palabra espíritu y que les evoca presuntas tinieblas medievales. Ya se, que para ellos, el hombre es un animal entre animales y una cosa entre cosas: pura fisicoquímica. Aunque, por el contrario, todo lo verdaderamente humano es precisamente lo que no puede ser reducido a física y química: la persona.
Al menos en nuestros viajes y vacaciones deberíamos mejorar como personas.

Feliz y Dulce Día.

domingo, 12 de agosto de 2018

Domingo 12 de agosto de 2018.

“¿Puedes devolver la vida? Entonces no te apresures a dispensar la muerte, pues ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos.” (J.R.R. Tolkien) 


Por fin, un domingo de la mañana tranquilo, todo a punto para cuando suenen las nueve poner en marcha el televisor y ver la maratón del Campeonato de Europa, en mujeres y en hombres.
Voy a continuar con el tema de ayer, después de lo que dije, es natural que yo no quiera que nadie le ponga una trampa a mi hijo en su camino.  Los niños cuando son adolescentes están rodeados de una vorágine de nuevos sentimientos,  nadie puede trazar un mapa para cada niño adolescente.  Los adolescentes son, entonces, especialmente vulnerables.  Tenemos que hacer que su paso sea lo más saludable y fácil posible.
Correcto, entonces.  Entiendo que hay hombres que han adquirido una naturaleza masculina diferente que espero que mi hijo no tenga.  No me rió de ellos.  No deseo que sean enfermos. Les demuestro mi tolerancia por un estado que al menos dista bastante de ser un bien natural. Mi tolerancia exige un buen grado de reciprocidad seria. 
En primer lugar, los derechos de mi hijo deben ser respetados.  No quiero trampas en su camino. No debería tener que sufrir, ya sea por sugerencia, invitación, ejemplo público o bien por incentivación o sofistería moral, ningún tipo de complicación en su camino para convertirse en un hombre saludable, capaz de amar a una mujer de una manera saludable.  El señor Fulano y el señor Mengano viven en el mismo apartamento: son compañeros de habitación.  El profesor de historia, el señor Zutano, tiene 40 años y es soltero.  Bien, algunas personas son solteros confirmados.  Y claro que pueden serlo.  Deberían lograr una suposición de normalidad que no tenga que ver con la libertad.
De la misma manera se desprende de ello que si la expresión pública de que algo está mal es una ofensa contra la tolerancia, también lo es la declaración pública de una propensión a involucrarse con el mal.  Todas las personas vivas son atormentadas por tentaciones.  Se las podemos contar a nuestros confesores o, en muchas menos oportunidades, a nuestros mejores amigos bajo la condición de que guarden el secreto, o a nuestros cónyuges, cuando no les provoque un dolor innecesario.  Aparte de eso, colaboramos con la tolerancia de nuestros vecinos si mantenemos nuestras serpientes guardadas.
Si un hombre casado te dice "Siento atracción por tu hija, pero te aseguro que nunca cederé ante esa tentación", de un solo golpe ha hecho que sea imposible que tú puedas verlo alguna vez junto a tu hija en la misma habitación sin que se te cruce esa sombra por la cabeza. Con su falsa e hipócrita muestra de honestidad, él ha depositado una pesada carga sobre tus espaldas.  Si rompes tu amistad con él, este tipo franco y egoísta podrá aliviarse diciendo "fue él quien me dio la espalda".
Hay cosas que sería mejor no saber.  Pero hay más.  El hombre que expone su tentación puede estar buscando la aprobación.  "¡Mírame! Tengo la tentación de hacer cosas con otro hombre que ni Dios ni la naturaleza jamás se imaginaron, pero no las voy a hacer.  ¿No vas a felicitarme?"  No, ni siquiera un poquito.  Si un hombre dice "algunas veces me pregunto cómo sería incendiar un bus repleto de niños.  Nunca lo haría, pero tan solo imagina esa cantidad de sangre", directamente pensaríamos en denunciarlo a la policía.  Y luego hay un pequeño paso entre aprobar a este valiente tipo que pone de manifiesto su tentación y que abiertamente evita el pecado y sugerir que tal vez el pecado no sea tan malo si después de todo hasta un tipo tan abiertamente virtuoso se siente asediado por esa tentación.
Por cierto, también es una ofensa contra la tolerancia hacer que tu vecino tenga conciencia de su tolerancia: cansarlo con eso, fastidiarlo poco a poco para que desista, porque es mucho más fácil aprobar que tolerar.  Así es que los más intolerantes entre nosotros suelen sermonear sobre la tolerancia – para hostigar a sus oponentes hasta que se sometan y salirse con la suya.
En fin, tal vez demasiado largo, pero ya os dejo que empieza la maratón.

Feliz y Dulce Día.

sábado, 11 de agosto de 2018

Sábado 11 de agosto de 2018.

“¿Puedes devolver la vida? Entonces no te apresures a dispensar la muerte, pues ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos.” (J.R.R. Tolkien) 


Excelente el día de ayer, perfecta la noche de hoy, por fin una temperatura agradable con la que poder disfrutar del día, por cierto espero que en Galicia el tiempo acompañe a Encarna y a Maribel, aunque como nunca llueve a gusto de todos nunca se sabe.
Os prometí algún ejemplo más sobre la doble faceta de la tolerancia. 
Vamos a suponer que el mecánico que ha arreglado mi coche acepta que le pague con dinero en efectivo. Pagando al contado y a espaldas del fisco, sus clientes se beneficiarán con una reducción de sus gastos. 
Ahora bien, yo tengo conocimiento de que no hacer factura y así como una declaración de ganancias falsa es deshonesto. El mecánico también lo sabe, del mismo modo que no contrataría a nadie que haya firmado cuentas de gastos falsas.  Como yo le pago en efectivo y no lo denuncio, tolero el mal. Supongamos que este mecánico se presentara como candidato para ocupar un cargo público en un partido para reformar el sistema tributario.  Eso equivaldría a sumar otra carga a mis espaldas.  Sería una burla a la tolerancia misma.
Me entendéis, de todos modos, debido a la gran libertad de acción que la ley permite cuando se trata de relaciones sexuales en comparación con las relaciones financieras, y debido a los caprichos del deseo humano, el comportamiento que concierne a nuestra naturaleza sexual ofrecerá muchas más oportunidades para ejercer la tolerancia  y la reciprocidad que merece dicha tolerancia.
Pero, os lo voy a complicar un poco más. Supongamos que soy padre de un niño de doce años. Quiero que mi hijo se sienta cómodo siendo un niño. Quiero que crezca y se sienta atraído por las mujeres, y que a su vez él les resulte atractivo a las mujeres. Quiero que tenga amistades naturales y normales con otros hombres, pero no las relaciones sofocantes, con toqueteos incluidos, que atrofian la madurez de un niño. 
Quiero que él camine y hable y trabaje y juegue y luche y ría como el hombre que observé desarrollándose dentro suyo.  Quiero que ame la belleza y la gracia y la sabiduría de las chicas y las mujeres y quiero ver cómo las perfecciona y cómo ellas lo perfeccionan a él.  Espero que se case con una buena mujer y que críe niños felices, que se vean como él y su esposa, y tal vez un poco como mi esposa y yo.  Es perfectamente natural que yo quiera esto.  Es lo que los padres siempre han querido para sus hijos.
En fin, mañana terminare.

Feliz y Dulce Día.