viernes, 3 de agosto de 2018

Viernes 3 de agosto de 2018.

“¿Puedes devolver la vida? Entonces no te apresures a dispensar la muerte, pues ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos.” (J.R.R. Tolkien) 


Hace un momento ve visto un video que me han enviado sobre el tema de la inmigración, tengo que decir que de la inmigración ilegal, y aunque ya habré dado mi opinión en alguna otra ocasión voy a volver a hacerlo, pues el tema esta de actualidad.
Si leemos o escuchamos lo que nos dicen los medios de comunicación nos encontramos que frente a la inmigración suele haber dos posturas ampliamente extendidas. Una podría definirla como racista y otra corriente integradora que podría calificar de buenista.
Si rascamos un poco encima de la primera veremos que se ve el fenómeno como algo que produce inseguridad y contrario a los intereses nacionales. Esta olvida que es un fenómeno que ha existido en toda la historia de la humanidad, si bien es cierto que lo novedoso es la extensión en la que ocurre actualmente, es una postura con poca apertura de miras y que podría denominar como egoísta al no tener en cuenta la dignidad de la persona humana que se encuentra en una situación de especial indefensión.
La segunda, que yo encuentro muy extendida entre personas a las que no les afecta el problema de cerca, o bien por personas de buena voluntad que pecan de ingenuidad, está denominada por un relativismo cultural. En ella se censuran ciertos desafíos que la inmigración, sobre todo cuando se produce de modo irregular y desordenado, efectivamente produce. Lo cierto es que este fenómeno de mestizaje cultural es imparable.
Por otro lado, si repasamos la historia veremos que los flujos migratorios favorecen el intercambio cultural que siempre es una fuente de riqueza y de encuentro como ha sucedido siempre.
Para mí el problema esta en que para que la inmigración sea buena para todas las partes y no se desarrolle de un modo contraproducente y acabe convirtiéndose en un choque de civilizaciones es necesario ser consciente de la propia identidad. La palabra identidad no entendida como exclusivista. Europa hace tiempo que ha renegado de su tradición eso complica que se pueda mostrar una hipótesis cultural al que viene de otro sitio. Al final se impone la mentalidad de que todas las culturas son iguales. Por lo que no puedo aprender que de bueno y bello tiene que ofrecerme el extranjero y que de bueno y bello tengo que ofrecerle yo.
Si solucionamos el problema moral nos daremos cuenta que el problema económico es insignificante.
Muchos de los brotes racistas, a mi juicio, tienen su origen paradójicamente en una falta de identidad. El relativismo cultural lleva a una indiferencia que es fuente de violencia.
Una inmigración ordenada y en un número razonable presenta aspectos positivos. Pero lo que estamos viviendo estos días supone un problema grave. En primer lugar, para las propias personas que migran que ponen en riesgo sus vidas y son victimas de diferentes mafias. También es un problema el dilema que se presenta al tener que resguardar nuestras fronteras y al mismo tiempo proteger la vida humana.
Una solución a corto plazo es probable que no exista para este fenómeno de la inmigración ilegal en un número desmesurado pero a largo plazo pasa por el desarrollo de los países de origen favorecido por la cooperación internacional. Pero esto también presenta un dilema y es que la ayuda a estos países puede ser dinero tirado a la basura en algunos casos debido a la inestabilidad política, guerras e incluso altos grados de corrupción en sus gobiernos.
                        Tenemos un problema, pero la solución tal vez este en las respuestas a siguientes preguntas: ¿Tenemos una casa que ofrecer al que viene de fuera sin riesgo de perder la propia identidad?  ¿Podemos ofrecer un lugar humano donde se mira a la persona por su dignidad sin miedo a confrontarse culturalmente con el otro?

Feliz y Dulce Día.

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