martes, 26 de julio de 2022

Renunciar.

 Nuestra perfección no consiste en hacer cosas extraordinarias sino en hacer perfecto lo ordinario” – San Gabriel de la Dolorosa.

Antes de que nos abandone el verano aún queda una oportunidad para realizar una excursión en bicicleta y, voy a intentar aprovecharla. Sera en agosto, un mes demasiado concurrido vayas donde vayas, el mes vacacional por excelencia, así que nos amoldaremos a las aglomeraciones, que seguro nos vamos a encontrar.

Vamos a realizar para ello un desplazamiento con la Berlingo para llevar las bicicletas, por lo que ahora toca convertirla en “auto caravana”. Solo colocare la parte trasera, sin el mueble de la cama pues no la vamos a utilizar para dormir, solo la “cocina” y la “sala de estar”.

Van a ser diez o doce días de pedaleo, de ida y vuelta a la Berlingo, así que voy a empezar a preparar la ruta.

Ahora comienzan unos días en los que toca elegir una entre las varias opciones que me parecen interesantes. Así que hay que renunciar a las demás. Si no recuerdo mal, hay una frase que dice más o menos así: “La renuncia no quita. La renuncia da”, cuyo autor no recuerdo quien es exactamente, puede ser que sea de algún filósofo alemán, pues ya sabemos que los filósofos alemanes sirven igual para un roto que para un descosido.  

Es una frase que encontré antes de “subir” al Nordkapp, y fue como una confirmación a una cuestión que siempre se me aparece cuando planeo o busco una ruta: que, a veces, renunciar es lo más necesario y lo más valiente.

Desde siempre me ha gustado tener muchas propuestas, es como si no quisiera que se me escapara ninguna. Con los años me he dado cuenta de que se trata de una cuestión de discernimiento más que de cuantas más mejor. Y en ese discernimiento a veces se descubre que la mejor decisión es renunciar.

Pienso que ese frenesí por ir a todas partes se desvanece cuando uno aprende a sentarse junto a sus propias tentaciones y las escucha. Puede dar miedo, sí; son tan agradables y tienen un discurso tan bien hecho… Pero dentro de ellas habita algo muy nuestro: lo que echamos en falta, lo que ansiamos, esperamos o deseamos de un viaje. En ese diálogo que establecemos con ellas entra el discernimiento. No se discierne si solo se escucha una voz, la propia voz. Hay que escuchar las otras, las que preferiríamos que no nos hablaran.

Lleva un tiempo entender que renunciar es elegir y que en cierta forma es sentirse libre. A pesar de las dudas que te asaltan, de las miles de veces que te acosa la idea de haberte equivocado. Y es en ese momento cuando tomas una decisión cuando descubres dentro de ti una seguridad y confianza que reparan todas las dudas que dejaron en nosotros aquella renuncia.  

La renuncia no siempre es un retroceso. No tiene por qué ser el resultado de la cobardía o del miedo. Ni de la pereza o la apatía. A veces se renuncia por justicia, por sensatez, por lealtad, por generosidad. Y por amor. Sí, también por amor.

Buenas tardes.

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jueves, 21 de julio de 2022

Vestida para viajar.

     Nuestra perfección no consiste en hacer cosas extraordinarias sino en hacer perfecto lo ordinario” – San Gabriel de la Dolorosa. 

Ya está la Diverge lista para el próximo viaje, con todos los tornillos de los portabultos nuevos, con sus pastillas de freno y su cadena nuevas, bien engrasada y con el sillín rojo de la Peugeot. Vestida para viajar.

Y es que me sucedió el otro día una cosa curiosa, después de más de tres meses sentado en el sillín de la Diverge, un buen sillín que no me dio ningún problema y que además me resulto muy cómodo, el sillín Specialized Bridge Sport, al subir en la Peugeot y dar las primeras pedaladas me di cuenta de que estaba mucho más a gusto. ¿Cómo era esto posible? No lo sé, pero lo era. Así que he realizado el cambio, no sé si el rojo le favorece mucho a la Diverge, pero a mi trasero le sienta mucho mejor.

Ya estamos otra vez preparados, la bici y yo, para volver a dar vueltas por la vieja Europa. Me viene ahora a la cabeza con eso de “dar vueltas” las primeras líneas de una de las obras imprescindibles de todo ciclo viajero, la Odisea, os las recuerdo: “Cuéntame, oh Musa, la historia del hombre de los muchos senderos, que anduvo errante mucho tiempo después de asolar la Troya sagrada”. ¿Os acordáis? Si, donde se narran las peripecias que hubo de sortear Ulises después de la guerra de Troya para regresar a su hogar, Ítaca.

Si hay que quedarse con algo de esas primeras palabras es el epíteto con que Homero describe a Ulises, lo describe como “polytropon”, es decir, “el de las muchas vueltas”, “el de los muchos senderos”.

Curioso, igual que nosotros los ciclo-viajeros, Ulises, el hombre de las muchas vueltas nos muestra como un viaje no es algo que necesariamente tenga que ir siempre derecho, en línea recta, sino que muchas veces discurre torcido y dando vueltas de aquí para allá. De nada sirve que lo proyectemos si antes no aceptamos que las cosas no saldrán necesariamente como nosotros esperamos.

La historia de Ulises podríamos decir que es como el relato del ciclo-viajero que ha aceptado luchar por sus deseos más profundos, por ese viaje tantas veces soñado, exponiéndose a las tribulaciones que le van a surgir con todas sus consecuencias. No ceja en su empeño, ni tampoco se amilana ante las pruebas que ha de ir superando. Siente que aquello que desea le pertenece, y está dispuesto a arrancárselo al destino de sus mismas garras.

Aunque consideremos que ese deseo es laudable, que consiguiéndolo pensemos que con ello podremos colmar nuestro deseo más íntimo, esto no nos liberará de penalidades ni quedaremos exentos de dar muchas vueltas, porque la vida habitualmente no traza el camino que nosotros hubiéramos preferido. Seguramente, nuestro proyecto de viaje se agitará tremendamente en muchas ocasiones, nos pondrá contra las cuerdas e incluso alguna vez que otra estará a punto de que lo tiremos todo por la borda. Pero, qué duda cabe, nos ayudara a tener una historia quizá más épica que la de Ulises, el hombre de las muchas vueltas.

Buenos días.

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martes, 19 de julio de 2022

Vuelta a la normalidad.

     Nuestra perfección no consiste en hacer cosas extraordinarias sino en hacer perfecto lo ordinario” – San Gabriel de la Dolorosa.

He vuelto a la salida semanal por la comarca, y lo hago con la Peugeot, sin dejar de utilizar la bicicleta para el quehacer diario. Es mi manera de mantenerme en contacto con el ciclo turismo hasta la próxima excursión, y mientras, preparo lo que puede suceder el año que viene. Un 2023 donde espero estar en posesión de unos 67 años que me van a permitir viajar un poco más tranquilo de lo que lo he hecho hasta ahora.

 Se ha dicho infinidad de veces que la vida es demasiado corta para la cantidad de cosas que se pueden hacer y podemos aprender. Sin embargo, este concepto ya no tiene toda su validez, esta idea se acuño cuando la duración de la vida no solía sobrepasar los sesenta años. Y es que en nuestro tiempo ha acontecido un cambio cuya importancia todavía no se ha apreciado en su justa medida: la vida se ha prolongado, en el espacio de una generación se ha aumentado la esperanza de vida en algo más de diez años acaso quince.

Cuando imagine el viaje al Nordkapp, una de mis principales preocupaciones era a la edad que lo podría realizar y la imposibilidad física de poder hacerlo. Y, ha sido una vez cumplidos los 66 años cuando lo he podido realizar, está claro que no de la misma forma que si hubiera tenido 50 años, pero lo he realizado, que es lo importante.

Recuerdo como mis abuelos murieron hacia los setenta y pico años, y en un estado físico no demasiado bueno para haber realizado un viaje de estas características con mi edad, y ahora me he encontrado a bastantes ciclistas con estas edades. Es muy grande el número de los que no nos decidimos a morir, decidimos llegar los setenta, los ochenta, y todavía no voy a resignarme a dejar esta vida. Lo que sucede es que se llega a ver toda muerte como prematura, casi accidental, por la impresión de que podría haberse evitado o al menos retrasado.

Y alcanzamos edades que parecían a principios del siglo pasado de extrema vejez o ancianidad en un estado bastante satisfactorio, lleno de posibilidades y, lo que es más sorprendente, de realidad: lo he visto en este viaje. Y en el caso de la mujer, quizá la variación sea todavía más asombrosa: mientras era frecuente la "vejez" prematura -en el estilo, en los usos, en el tipo de vida-, la "retirada", hoy la juventud se prolonga increíblemente, y el mundo está lleno de bellas y atractivas abuelas.

Sin embargo, existe una tendencia universal a anular las ventajas que sin duda existen en esa longevidad, a renunciar a las posibilidades que la longevidad permite: el aprovechamiento del saber, la experiencia -sobre todo de la vida-, la acumulación de visiones, decepciones, fracasos, reflexiones que los muchos años permiten.

Es verdad que una parte de la culpa de que esto suceda es culpa nuestra, de los mayores, ya que la pereza es un factor determinante, que casi nunca se tiene en cuenta. Son muchos los que están deseando jubilarse, aunque los resultados sean desastrosos; aspiran a no hacer lo que estaban haciendo -sin duda por falta de vocación y aun de mero gusto por su trabajo-, para pasar a "no hacer nada", es decir, al aburrimiento, que es el enemigo público número uno de nuestra época.

Si miramos a nuestro alrededor nos daremos cuenta de que casi todo está ahora en manos, no de jóvenes propiamente dichos, sino de personas de mediana edad. Es normal, pues, que sientan afinidad entre sí los equipos de coetáneos, que participan de las mismas experiencias y vigencias, y por ello se entienden mejor. Además, se sienten incómodos ante los mayores, y no les gusta trabajar bajo sus órdenes. Cada generación tiene la impresión -evidentemente falsa, pero innegable- de que el mundo ha empezado con ella. Es molesto que se le recuerde que es algo más antiguo, que hay muchas cosas de las que sus miembros no han podido ser testigos. Esta impresión absurda se curaría con el conocimiento de la historia, y acaso por ello es la gran perseguida.

Me parece comprensible que no se quiera estar a las órdenes de los más viejos; pero ¿por qué no aprovecharlos?

Ser viejo es estar de vuelta de muchas cosas, pero no de la vida, porque siempre se hace hacia delante. La vejez es la última edad, después de la cual no hay otra; pero es la edad de las cuentas, de los balances, de la recapitulación.

En fin, ya veremos, voy a intentar ir cumpliendo años e intentar mantener vivo el deseo de continuar viviendo y si es posible encima de una bicicleta.

Buenos días.

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jueves, 14 de julio de 2022

Conquistar el Nordkapp.

 Nuestra perfección no consiste en hacer cosas extraordinarias sino en hacer perfecto lo ordinario” – San Gabriel de la Dolorosa.

Dicen los alpinistas que hasta que no se baja de la cima no se puede decir que se ha conquistado la cumbre. Así que ahora que ya me encuentro en casa puedo decir que he conquistado el Nordkapp. 

Tomar posesión de algo implica conocerlo, saber de él, conocer la mayoría de sus cualidades, saber resolver la mayoría de sus dificultades y dominarlo lo suficiente para sentirse seguro en su compañía. Conquistar el Nordkapp con una bicicleta implica conocer el cicloturismo y haber cogido la confianza suficiente para continuar viajando, aunque es fácil que vuelva a realizar esa distancia ya no será tan lejos.

Podemos llegar a un lugar de muchas maneras, sin embargo, para hacerlo nuestro, para conquistarlo, se necesita generalmente haber hecho un esfuerzo, haber adquirido alguna habilidad para ello o haber vencido alguna dificultad, y un poco de todo esto es lo que sucede cuando se va en bicicleta.

Cuando fui en coche hace muchos años tuve una extraña sensación, me faltaba algo, y era que no existió el espíritu de conquista, no lo conquiste, fue demasiado rápido, demasiado fácil, y un lugar tan emblemático necesita ser conquistado, poseído, el Nordkapp ahora de alguna manera es mío.  

He utilizado un verbo que es esencial: conquistar. No se trata por supuesto de una posesión física, ni siquiera de tener un conocimiento completo de todas sus características. Hace falta la conquista, la reacción activa a ese lugar.

Y esto sólo puede hacerse desde una actitud "creadora". Cuando algo ingresa efectivamente en nuestra vida, y Nordkapp llevaba varios años conviviendo conmigo, produce ciertos efectos: empieza a convivir con lo que había antes, lo modifica, produce reacciones desde distintos niveles. La simple lectura de algún artículo de un cicloturista sobre su viaje, si tiene realidad, actúa sobre el conjunto de todo lo anterior y lo transforma.

Hay otro verbo de decisiva importancia: "repensar". Cuando un proyecto de viaje o una idea ingresa en nuestra mente, para hacerla nuestra requiere la reconstrucción de nuestros pensamientos y procesos mentales.

Repensar no es forzosamente innovar y cambiar nuestras ideas. Algunos podrán y deberán hacerlo. La mayoría deberán "volver a pensar" activamente, desde sí mismos, ese proyecto que han imaginado y que de alguna forma también han recibido; así lo poseerán, lo harán "suyo".

Se trata de adquirir algo más de ese lugar que información y datos culturales. A última hora, lo que está en juego es nuestra realidad, como nos sentimos ante ese reto. Sólo falta un detalle más, que me parece decisivo. Lo crucial cuando se realiza una conquista es para quién: para uno mismo y su propia gloria y satisfacción o para adquirir unos conocimientos y experiencias, y así poder transmitirlos. Esta es la cuestión. ¿Qué hacer con esas experiencias y conocimientos?

En fin, Nordkapp en bicicleta en este 2022 es ya parte de mi historia, de mi vida y, esos 90 días y sus 5813 kilómetros forman parte y tendrán una importancia capital en todos los días que vendrán.

Buenos días.

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sábado, 9 de julio de 2022

El regreso.

 Nuestra perfección no consiste en hacer cosas extraordinarias sino en hacer perfecto lo ordinario” – San Gabriel de la Dolorosa.

Ahora toca volver, ha llegado la hora de reencontrarse con esos lugares de mi vida donde puedo dormir, estar con los mios, hacer deporte, leer, salir de fiesta… Acciones que apuntan a una parte de mi vida tan necesaria como irrenunciable y que muchas veces no le doy la importancia que tienen. Acciones que me recuerdan que es necesario frenar un poco para sacar mi mejor versión. Momentos que invitan a conversar, querer, agradecer, pensar, imaginar, cuestionarme e incluso a soñar, porque la vida continua a pesar de estar descansando.

Estoy volviendo poco a poco, no con la bicicleta, que desmonte y embale para llevarla en los aviones, donde de momento hay que embalarla.

Es curioso, ella que me ha llevado a todos los sitios ahora me impide moverme con entera libertad, así es la vida. Tal vez estaba preparado para viajar en bicicleta, pero tengo claro que con la bicicleta no lo estoy, en el próximo viaje tendré que mejorar este apartado.

Tal vez por la coincidencia de la huelga de la compañía noruega de aviación SAS y de la irlandesa Ranyair, esten haciendo que me tenga que mover por demasiados aeropuertos, y no estaba preparado para eso.

La cuestión es que estoy haciendo turismo como un turista más mientras encuentro el momento de volver a casa.

Una vez en Pego, no podre estar muchos días sin hacer nada, lo se por experiencia, ya que al par de días tengo la sensación de que me estoy perdiendo algo. Como un temor a perder una oportunidad. Ya me encuentre exhausto o cansado no quiero perderme nada mientras siga habiendo tanta vida.

En realidad, nunca he podido vencer ese obstáculo de estar algunas semanas sin hacer nada. Esa resistencia a estar aburrido por unos días pienso que es ya congénita.

No se si esto les sucede a muchas personas, es de suponer que si, se trata de una ansiedad que es provocada por la sensación de que siempre estoy perdiendo una oportunidad de algo.

 Sin embargo, creo que esto no es señal de que haya algo malo, alguna neurosis que necesite remedio o que necesite atención. Es la condición humana, pura y simple. En resumen, estamos hechos para ser parte de una tela, no el contenido de simples hilos en su aislamiento.

Las personas somos esencialmente comunitarios, no es bueno que el hombre este solo. Es importante ser parte de algo, de una comunidad, de una familia, parte de la tela y no un hilo deshilachado, frágil y solitario que se queda fuera del tejido.

La sensación de que dejas de formar parte de la tela es la que no me deja estar demasiado tiempo sin hacer o planear nada, aunque es verdad que en diciembre tengo la maratón de Valencia y eso requiere de unos meses de entrenamiento, aun así, voy a necesitar algo más.

En alguna ocasión ya he utilizado la frase de Ramón Gómez de la Serna: “Aburrirse es besar a la muerte”, no puedo estar aburrido, no se y debería aprender.

Ahora cuando consiga llegar a Pego toca estrenar agenda. Y lo normal en mi es empezar a llenar los espacios en blanco, haciendo planes, propósitos, cumplir compromisos responsabilidades... Lo importante es llenar la agenda. Sacar el máximo rendimiento a cada día y no desaprovechar ningún minuto, porque la vida es un regalo y hay que exprimirla hasta el final.

Todo lo anterior esta muy bien, pero hay que controlarlo, a veces pensamos que no tener tiempo para nada es un buen síntoma. Sin embargo, a mí cada vez me preocupa más el no ser capaz de encontrar tiempo para aburrirme. De alguna forma hemos convertido el aburrimiento en signo de fracaso, de pereza, de ser unos vagos.

Por eso sin darnos cuenta entras en una dinámica que te lleva a llenarte de compromisos, obligaciones, planes. Acumular para no ver algo que nos molesta de alguna forma reconocer: no somos tan imprescindibles como creemos.

Sin embargo no es del todo cierto que si estas quieto estas desperdiciando la vida. Empezar a llenar la agenda a lo que estoy seguro que me llevará es al agotamiento, pienso que de lo que se trata es de empezar a pensar que hacer muchas cosas debe ser accesorio, complementario.

  Necesario, sí, pero no determinante. Para darse cuenta de esto hay que darse tiempo. Tiempo en el que nos aburramos, en el que pensemos en todo o en nada tirados en el sofá, con el móvil lejos y en silencio. Olvidándonos de esa productividad que no nos deja que estemos quietos, del tan nombrado “carpe diem” y todos esos mensajes motivacionales que tienen una misma raíz: solo valemos si estamos haciendo algo.

En una sociedad que nos atiborra de estímulos, de haceres, de tareas para ayer, lo revolucionario debe ser el descanso, el aburrimiento. Hay que ser conscientes que no vamos a poder con todo ni con todos. Y que eso no nos hace más perezosos, más inútiles. Solo nos hace más humanos, más necesitados de ayuda. Más conscientes de que no somos superhéroes, ni falta que nos hace.

En fin, lo dejo que voy a tomar el que parece va ha ser el ultimo avion de este regreso del Nordkapp.

Buenos días.

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miércoles, 6 de julio de 2022

Nordkapp: día 90. 1/07/22. Honningsvag --- Nordkapp.

 “Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K. Chesterton)

Nordkapp: día 90.  1/07/22.

  Honningsvag --- Nordkapp.

Distancia hoy: 27,05 km. Velocidad media: 9,17km/h.

Ultimo día, ha sido de las etapas más difíciles, pues las dos subidas que hay para alcanzar el Nordkppan, con una longitud de más de cinco kilómetros entre el 8 y el 9 por ciento han sido muy duras, sobre todo porque han contado con la ayuda de un fuerte viento en contra mezclado con nubes que mojaban sin llover.

Menos mal que pasado el medio día el sol se ha hecho con el control de la situación y hemos disfrutado de una tarde y noche con su compañía, una noche en vela viendo como se paseaba por el horizonte, y dejaba en nuestra memoria imágenes y sensaciones difíciles de olvidar.

 Han transcurrido 90 días desde que comencé a pedalear en Pego, han sido 5813 kilómetros los kilómetros, 398,18 las horas sentado en el sillín y he tenido que subir 35006 metros para llegar a Nordkapp.

Los números son eso solo números y no muestran todo lo que ha sido este viaje, pues si se miran por encima pueden hacernos pensar que ha sido una gesta, sin embargo, si vamos un poco a los detalles veremos que solo he recorrido una media de 64,5 kilómetros al día, nada que ningún ciclo turista no lleve haciendo desde hace años, son muchos los que solo por mantenerse en forma hacen incluso más distancia.

Lo que he hecho ha sido estar noventa días siempre recorriendo todos los kilómetros en la misma dirección, hacia el mismo objetivo, cada día buscando estar más cerca.

Nordkapp fue el lugar elegido, un punto muy concreto y emblemático, pero pudo haber sido cualquier otro que me hubiese motivado de la misma manera, de hecho, el año que viene deberá ser otro.

Tampoco ha sido ir en busca de nada ni para descubrir nada, simplemente han sido tres meses pedaleando en una dirección y no volviendo a casa cada día.

Intento decir que no he realizado ninguna clase de gesta, ni una aventura, ni nada espectacular. Que han existido momentos de cierta preocupación no puedo negarlo, que en algunas ocasiones las cosas no sucedían como me hubiera gustado también es verdad, sin embargo, nunca he tenido la sensación de no poder seguir, de decir hasta aquí he llegado.

Ahora es cuando debería explicar  el “porqué” y dar un motivo que fuese un poco original, pero no va a ser así, pues supongo que a los que nos gusta viajar, viajamos. Y a mi siempre me han gustado los viajes, me gusta leer sobre viajes, hablar de viajes y ver todo lo que pueda sobre viajes y viajar, y dentro de mis escasas posibilidades siempre lo he hecho.

Con el coche y la tienda de campaña, a pie o en bicicleta, y cada vez más lejos y con alguna dificultad más, por eso ya “subí” al Nordkapp con el coche y por eso en los últimos tres años he ido subiendo en kilometraje los de bicicleta.

En esta nueva etapa de ciclo-viajero que empezó con la jubilación, empecé con un viaje a Santiago de Compostela, después a Venecia donde ya me convencí de que estaba preparado para un viaje de largo recorrido, aunque este ya se le pudiera considerar, y en Europa el Nordkapp lo fue en mi etapa de campista y debería de serlo en la nueva etapa de ciclo-viajero.

Para mi subir a Nordkapp fue un objetivo que tiene todos los ingredientes para ser la cima de muchas formas de viajar, lo es para los motoristas, auto-caravanistas y lo es con más motivo para los ciclo-viajeros.

Saber que lo podía preparar y que después era capaz de imaginarme haciéndolo no me basto, necesitaba saber si todo lo que había imaginado era capaz de hacerlo real, pasar de la teoría a la practica, y hacer realidad esa frase de Coleridge:”¿Y si durmieras? ¿Y si en tu sueño, soñaras? ¿Y si al soñar fueras al cielo y allí recogieras una extraña y hermosa flor? ¿Y si cuando despertaras tuvieras la flor en tu mano? Ah, ¿entonces qué? “. Pues eso, he soñado con eso viaje y ahora lo tengo en la mano y surge ahora la gran pregunta que deja Coleridge: “Ah, ¿entonces qué?”.

La respuesta es fácil si se tienen claros los objetivos en la vida: que es lo que se quiere lograr y la forma de cómo lograrlo, y además estas consciente de todos los obstáculos que se van a presentar. No se trata de vivir por la sencilla razón de que estamos vivos, vivir no puede ser la meta a conseguir, no debe ser el único objetivo de la vida.

Ahora, cuando consiga llegar a Pego será el principio de una nueva etapa de retos, de ilusiones, de nuevos objetivos, de logros por alcanzar. El reto no consistirá en vivir la vida, sino intentar tener la mejor vida.

Es pronto para saber que me ha aportado este viaje, sobre todo porqué estoy metido en un lio de aeropuertos que esta claro que no controlo, pero cuando el ajetreo del regreso a casa finalice y vuelva a la tranquilidad de Pego, todo lo que me haya aportado ira apareciendo poco a poco.

Buenos días.

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domingo, 3 de julio de 2022

Nordkapp: día 89. 30/06/22. Olderfjord --- Honningsvag.

 “Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K. Chesterton)

Nordkapp: día 89.  30/06/22.

   Olderfjord --- Honningsvag.

Distancia hoy: 105,58 km. Velocidad media: 15’56 km/h.

Podría decir que hoy ha sido un día de aproximación, seguramente de demasiada, pero la imposibilidad de acampar donde teníamos previsto, no querían tiendas de campaña, nos ha obligado a llegar al que podríamos llamar “campamento base” de Nordkapp.

No queríamos pasar los túneles hoy, pues todo ciclista sabe lo complicados que son, queríamos cruzarlos de madrugada donde el trafico es prácticamente inexistente, no ha sido así.

Sabíamos que a mediodía la meteorología iba ha cambiar y un fuerte viento acompañado de unas nubes bajas iban dificultar y mucho el paseo en bicicleta, pero no teníamos otra opción.

El primer túnel, el de más de seis kilómetros que transcurre por debajo del mar y que con una bajada de tres kilómetros nos lleva hasta más de doscientos metros por debajo del nivel del mar y con una subida constante de tres kilómetros al 8 por ciento, ha sido duro, y lo ha sido también por el frio y el ensordecedor ruido delos vehículos.

También ha sido complicado cruzar el puente que hay a la salida, el túnel de cuatro kilómetros ha sido un paseo, llano y muy bien iluminado.

La verdad es que aun no habíamos sufrido los rigores del Circulo Polar Ártico, y creo que es una experiencia que no merece la pena experimentar, pero ahí esta.

En algunos momentos del día me hubiese gustado hacer un “ clic” y desaparecer de allí, y aparecer en un lugar más agradable, huir de esa situación.

Huir no suele ser agradable. Aunque es algo que hubiese sido realmente un alivio, en principio. Siempre huimos de lo malo para ir a algo mejor, pero es verdad que no siempre huimos de algo malo. A veces solo de algo que nos incomoda. O de una realidad que no queremos afrontar, por pereza, por vergüenza, por una herida… A veces llegamos a huir de lo bueno, porque el cambio nos da miedo. Incluso a veces estamos huyendo, deseando estar en otro sitio sin saber siquiera de qué huimos, por qué queremos salir de donde estamos.  

Esto último es lo que me planteo muchas veces. ¿Por qué necesitamos abandonar la realidad? ¿Tanto nos pesa? ¿Tan insoportable se nos hace nuestra vida que necesitamos ir a otro lugar? La huida siempre tiene un motivo.

En fin, esta experiencia solo ha servido para saber lo que ya sabiamos: con mucho viento lo mejor es no pedalear.

Buenos días.

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viernes, 1 de julio de 2022

Nordkapp: día 88. 29/06/22. Skoganvarri --- Olderfjord.

 “Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K. Chesterton)

Nordkapp: día 88.   29/06/22.

  Skoganvarri --- Olderfjord.

Distancia hoy: 92,36 km. Velocidad media: 17’55 km/h.

Hoy he visto el primer cartel anunciando mi destino, hasta hoy todo era seguir las indicaciones a lugares de paso, mi GPS dirigía a ciudades secundarias que no tenían para mi la menor importancia, pero la situación a cambiado, ya puedo mirar los carteles y buscar el Nordkapp, ya se que esta lejos aun, sin embargo ya puedo adivinar, intuir cuanto queda.

Dos días o tal vez tres son los que ya solo me quedan para dar por finalizada esta ilusión, pero cuidado, hasta el rabo todo es toro.

Buenos dias.

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Nordkapp: día 87. 28/06/22. Karasjok --- Skoganvarri

 “Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K. Chesterton)

Nordkapp: día 87.  28/06/22.

  Karasjok --- Skoganvarri

Distancia hoy: 53 km. Velocidad media: 17’55 km/h.


La etapa de hoy se ha desarrollado toda por el interior de Noruega, con sus ríos y sus lagos, lo que es igual a mosquitos, pero muchos mosquitos, no es que en Suecia y en Finlandia no los hubieses, que los había y en cantidad suficiente para escribir toda una novela, pero llega un momento en que ya no puedes más, y ese momento llego en la parte alta de Noruega.

Se dice que la demostración más clara de que no existe enemigo pequeño es el mosquito, y es verdad. Los repelentes funcionan bien pero cuando ya estas mentalizado, después de lavarte las manos; repelente. Después de la ducha; repelente. Después de cuatro horas; repelente. El repelente se debe convertir en un producto más de la bolsa de aseo y de cuidado personal.

Para los que no estamos acostumbrados y nuestra ropa es fácilmente perforada por un mosquito la vida se nos complica mucho, sin embargo aquí las personas hacen vida normal lo que significa que se puede convivir con el enemigo.

Cuando nuestro enemigo es otra persona parece ser que ya no es tan fácil, pero esto ya es otra historia.

En fin, hoy un poco más cerca.

Buenos días.

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