miércoles, 30 de mayo de 2018

Miércoles 30 de mayo de 2018.

¡Buenos días! Dijo Bilbo. ¿Qué quieres decir? Preguntó Gandalf, ¿Me deseas un buen día, o quieres decir que es un buen día, lo quiera yo o no; o que hoy te sientes bien; o que es un día en que conviene ser bueno? -Todo eso a la vez- dijo Bilbo.  (El Hobbit, J.R.R. Tolkien)  


Muy bien, vamos a ver si conseguimos reunirnos y poder pasar un día agradable sea en el lugar que sea.
Por mi parte os puedo adelantar que ya mañana me pongo en modo maratón hasta el martes que viene, por lo que no voy a daros durante los próximos días los “Buenos Días”, es lo que tiene ponerse en plan “Viva la Naturaleza”, la cabaña no tiene Internet.
Así que aprovechad estos días para concretar el día de la paella, por cierto desde, el 7 de julio hasta el 15 de julio tengo reservada una casa rural en la montaña Palentina, en la que por cierto no me acuerdo si tiene wifi o no.
Así que voy a estar unos días en silencio y creo que será bueno, bueno para todos, bueno para vosotros que os podréis relajar un poco más antes de comenzar el día y bueno para mí porque este silencia me permitira volver con las energías renovadas.
Porque vivimos en un mundo en el que el silencio la mayoría de las veces es pobre, vacío, triste. Por eso lo llenamos cada día de ruido. Hay un ruido en nuestro interior: el pensamiento que da vueltas, las asociaciones de ideas, los deseos, los sueños; cuando no hay eso, ponemos en marcha la radio, se enciende la TV, se mira el móvil, etc. Vivimos en un mundo de ruido incesante, intentamos estar todo el tiempo ocupados y que la nuestra mente no piense pues nos sentimos incomdos cuando reflexionamos en silencio y en soledad.
Por eso es muy importante hacer silencio y que este silencio llegue a ser un silencio habitado. Pienso, por otra parte, que todos hemos tenido y tenemos experiencias increíbles e impresionantes, todos hemos presentido el misterio que las rodea, lo hemos presentido en la belleza de la naturaleza, en una obra de arte, escuchando música una noche, o en el nacimiento de un amor. Todos hemos tenido esta clase de experiencias y hay que comprender que no son experiencias separadas, dislocadas, sin significado, sin que se enraícen en lo profundo.
Hay que evitar, por ejemplo, que estas experiencias sean adquiridas por medio de la droga, del alcohol o por cualquier medio artificial pues caeríamos en la tentación de querer repetirlas continuamente.
Pero, callarse, abstenerse del ruido, no es el silencio; es únicamente un aspecto externo del silencio. El silencio que hay que buscar es un hábito de interiorización, mediante el cual podemos recogernos en nosotros mismos y como dueños de nuestro cuerpo, atraer solamente aquellas realidades que nosotros queremos, que nosotros necesitamos, es sentir esas sensaciones que encontramos en esas experiencias increíbles que hemos experimentado.
Claro está, si no hay silencio en nosotros, no podremos apreciar estas bellezas que están tan cerca de nosotros. Y sería una pena que pasáramos desconcertados y despistados ante estas bonitas realidades que tienen su origen en el silencio.
Pero, que este en silencio durante unos días y que tal vez consiga durante un tiempo silenciar la mente no será inhibirla o bloquearla, sino darle la capacidad de recibir y producir, capacidad de escuchar todo y seleccionar lo que desee.
Volveré el 4 de julio.

Feliz y Dulce Día.

martes, 29 de mayo de 2018

Martes 29 de mayo de 2018.

¡Buenos días! Dijo Bilbo. ¿Qué quieres decir? Preguntó Gandalf, ¿Me deseas un buen día, o quieres decir que es un buen día, lo quiera yo o no; o que hoy te sientes bien; o que es un día en que conviene ser bueno? -Todo eso a la vez- dijo Bilbo.  (El Hobbit, J.R.R. Tolkien)  


He recibido algunas criticas por lo que escribí ayer, no porque no pudiera ser cierto sino por la visión tan negativa que planteaba. Así que voy a intentar ponerle remedio, no a dar una solución pero si a ser un poco más optimista.
Lo que algunos de vosotros pensáis es que mirando este mundo parece que vivimos en el momento ideal para el diálogo. ¿Por qué ideal? Porque especuláis con que las actuales formas de comunicación y redes sociales nos permiten tener un diálogo, pero que existe sólo en nuestra mente. Somos capaces de decir nuestras ideas pero sin tener que esperar a que alguien reaccione ante ellas. Porque tenemos el poder de quedarnos sólo con las respuestas que nos gustan. Porque bienvenido el diálogo cuando coincidimos y de otra manera no nos interesa.
Lo más preocupante, lo que nos viene a demostrar esta nueva forma de “comunicación, es que parece que únicamente existen dos posturas para todos los aspectos de la vida, todo puede resumirse en estar a favor o en contra de algo, sí o no, blanco o negro. Dos únicas maneras de ver el mundo, opuestas e irreconciliables entre sí.
Y, si esto fuera así, la convivencia sería imposible. Y la política sería únicamente la institucionalización de la postura más fuerte en un determinado momento.
Es como si cada vez nos fuera más difícil encontrar puntos de acuerdo, se escucha sin tener la necesidad de responder, sin tratar de entender. Si partimos de que estamos bien y los que están en desacuerdo están mal, ¿realmente se puede buscar o siquiera hablar de un bien común?
Puede ser que la ilusión democrática nos haya llevado a pensar que las decisiones son sólo una cuestión de mayoría y que nuestro único deber es “tolerar” las ideas distintas. Puede ser que hayamos dejado a un lado otras virtudes democráticas como dialogar, conciliar, ceder, negociar.
En fin, voy a continuar con este martes.

Feliz y Dulce Día.

lunes, 28 de mayo de 2018

Lunes 28 de mayo de 2018.

¡Buenos días! Dijo Bilbo. ¿Qué quieres decir? Preguntó Gandalf, ¿Me deseas un buen día, o quieres decir que es un buen día, lo quiera yo o no; o que hoy te sientes bien; o que es un día en que conviene ser bueno? -Todo eso a la vez- dijo Bilbo.  (El Hobbit, J.R.R. Tolkien)  


Veo con satisfacción que Maribel y Encarna empiezan la semana con alegría, y espero que se me contagie un poco, pues he estado poniéndome al día después de un fin de semana en el que he estado alejado de los acontecimientos que se han desarrollado en este mundo, y no me acaba de convencer el camino que están tomando las cosas.
Y no me  refiero solo a lo que esta sucediendo fuera de Europa, ni siquiera lo de Irlanda e Italia, sino a lo que nos esta sucediendo en España, pues si lo ponemos todo en el mismo planeta la mezcla no puede ser de otra manera más que explosiva.
Vamos a ver, la moción de censura planteada por los socialistas para echar a Rajoy en plena crisis catalana y la incapacidad de Rajoy para reconocer el daño de la corrupción son signos de una descomposición con unas raíces antropológicas que nadie parece querer ver.
Pienso que las bases sobre las que basa nuestra democracia así como las de los países europeos se diluyen.
Aquí en España mantenemos, en apariencia, a los partidos protagonistas de la vida pública surgidos desde la transición (con excepción de la UCD). Pero quizás ya solo estemos ante un juego de espejos.
El gran PSOE que gobernó en la inmediata post-transición ya no existe. Con la moción de censura del pasado viernes se ha empeñado en demostrarlo a las claras. La jugada, de una irresponsabilidad mayúscula, pretende justificarse en la “indignidad” de las condenas por corrupción del partido en el Gobierno. Algunos de los galácticos de la época de Aznar han entrado en prisión, se da por probada la financiación irregular, se esperan más condenas…
Y Rajoy, en esta circunstancia, parece empeñado también en que el PP desaparezca. Niega la gravedad de los hechos, no pide perdón con contundencia y no promueve un relevo. Pretende, que en nombre de la estabilidad y del miedo a la izquierda, los que fueran sus votantes se olviden de lo inolvidable: su partido, convertido en una maquinaria alejada de la sociedad y que albergó prácticas muy irregulares. La corrupción, grave por sus efectos, es el síntoma de un mal mayor: la inconsistencia personal de los políticos, la desconexión de las necesidades de la gente.
La situación política española es grave porque no hay relevo consistente. Los nuevos partidos no tienen suficiente madurez. Pero el drama es que se sigue dando por supuesto una estructura cultural y antropológica que ya no existe. Por eso actúan con tanta inconsciencia. Para los jóvenes ya no es evidente que nuestra democracia, con sus defectos, sea el mejor sistema. De la tradición, queda en pie, el vínculo de la familia. Y poco más.
Están convencidos de que, tras la crisis de los últimos años, basta con restaurar el viejo orden, recuperar el crecimiento económico y unos niveles parecidos de bienestar. Algunos, pocos, arreglos servirían para recuperar la confianza en las instituciones, para que la democracia volviera a ser lo que fue.
Por eso no reaccionan ante la corrupción, por eso no tienen claves para hacer frente al desafío del soberanismo y del independentismo. Por eso irresponsablemente juegan a derrocar al Gobierno o a mantenerse en él a cualquier precio, sin darse cuenta de que la democracia, como la hemos entendido hasta ahora, y todos aquellos valores en los que se sustentaba, no son una premisa, una conquista lograda para siempre.
Los síntomas son estrepitosos: la obsesión por resolver cualquier conflicto en los tribunales y a base de un derecho más punitivo, la dificultad de aceptar el perdón como categoría cívica, la debilidad para ir al encuentro del otro, la búsqueda permanente de un chivo expiatorio… En este contexto no se puede hacer política como se hacía hasta ahora porque la desconfianza es grande.
No se puede seguir haciendo política sin darse cuenta de que el gran edificio ciudadano de las décadas pasadas se ha convertido en una pura ruina. La reconstrucción será lenta y no tiene más camino que una política sinceramente, concretamente, enfocada al bien común.

Feliz y Dulce Día.

domingo, 27 de mayo de 2018

Domingo 27 de mayo de 2018.

¡Buenos días! Dijo Bilbo. ¿Qué quieres decir? Preguntó Gandalf, ¿Me deseas un buen día, o quieres decir que es un buen día, lo quiera yo o no; o que hoy te sientes bien; o que es un día en que conviene ser bueno? -Todo eso a la vez- dijo Bilbo.  (El Hobbit, J.R.R. Tolkien)  


Con el éxito del Real Madrid ayer en la Copa de Europa me acorde de una cantidad de libros que pude ver en la Casa del Libro y que creo firmemente que pueden considerarse los más idiotas que he conocido. Son más descabellados que la novela de caballerías más absurda, más aburridos que el más soporífero panfleto religioso.
Al menos las novelas de caballerías trataban del ideal del caballero andante, los panfletos religiosos de la religión, pero estos no tratan de nada. Tratan de lo que llaman triunfar. Ya sea en lo económico, en la empresa o en el amor.  
 Para empezar, no existe, por supuesto, el éxito. O, por así decirlo, no hay nada que no lo sea.
Según lo veo yo, decir que algo es un éxito sencillamente es decir que existe. El millonario es un éxito siendo un millonario y un asno siendo un asno. Vamos a ver, cualquier persona viva triunfa en la empresa de seguir viviendo, y cualquier muerto puede decirse que ha tenido éxito suicidándose.
Pero, pasare por alto la mala filosofía y deficiente lógica de las frases anteriores, usare el sentido común de la expresión que dice que el éxito es ganar mucho dinero o triunfar en sociedad.
Estos libros intentan decirle a un hombre corriente cómo puede triunfar en su trabajo o negocio. Si es un albañil, cómo triunfar poniendo ladrillos. Si es un agente de bolsa, cómo triunfar negociando valores.
Pero, está muy claro que en cualquier trabajo honrado, cómo poner ladrillos o escribir libros, solo hay dos maneras de triunfar. Una es trabajando muy bien, otra engañando a la gente. Las dos son demasiado sencillas cómo para requerir que las expliques en un libro.
Si te dedicas a correr, o corres más rápido o de alguna forma aparentas que lo has hecho. Si quieres triunfar jugando a la “brisca”, o juegas muy bien o llevas cartas marcadas. Puedes desear un libro sobre la carrera a pie, puedes desear un libro sobre cómo jugar a la “brisca”, puedes desear un libro sobre la manera de hacer trampas jugando a la “brisca”.
Lo que no puedes desear es un libro sobre el éxito. Y menos como los que encuentras por centenares esparcidos por el mercado editorial. Puede que desees correr o jugar a las cartas, pero lo que no puedes desear es leer frases inconexas que te dicen que correr es correr o que los juegos los ganan los ganadores.
En fin, voy a continuar con este domingo que tengo por delante y ya mañana intentare seguir con el tema del éxito.

Feliz y Dulce Día.

sábado, 26 de mayo de 2018

Sábado 26 de mayo de 2018.

¡Buenos días! Dijo Bilbo. ¿Qué quieres decir? Preguntó Gandalf, ¿Me deseas un buen día, o quieres decir que es un buen día, lo quiera yo o no; o que hoy te sientes bien; o que es un día en que conviene ser bueno? -Todo eso a la vez- dijo Bilbo.  (El Hobbit, J.R.R. Tolkien)  

No lo he podido remediar, al ver la flor me ha acordado de aquella película, “El Club de los Poetas Muertos” cuando el profesor de literatura hace leer a un alumno el siguiente poema:
“Coged las rosas mientras podáis, veloz el tiempo vuela. La misma flor que hoy admiráis, mañana estará muerta.”
Es un poema de Robert Herrick, que le sirve de base al profesor para su explicación de “aprovecha el momento”, el famoso “Carpe Diem” de Horacio, pues bien, yo no estoy del todo de acuerdo. 

Vamos a ver, “Coged las rosas mientras podáis” implica convertir las rosas en un objeto, en el sentido de que las cojo, las arranco y ya empiezan a morir, la belleza de una rosa no debe entenderse como una cosa que deba ser tomada para ser poseída sino que tiene que tener un carácter contemplativo.  
Contemplar algo bello no implica inmovilidad, sino todo lo contrario, implica un esfuerzo para absorber, implica una actividad de nuestros sentidos para intentar ser parte de esa belleza no hacerla morir porque sea bella.
Cuando se admira algo bello no solo hay que conformarse con el placer que nos causa a los sentidos, en una flor puede ser su visión o su aroma, sino a toda nuestra persona, con sus emociones y pasiones. Se trata de admirar en todo su conjunto la belleza de esa flor, desde su nacimiento hasta su muerte. Un placer no destinado a lo útil, por tanto, un placer desinteresado, un placer por placer, sin quererla comprar poseer, modificar, firmar.

Feliz y Dulce Día.

viernes, 25 de mayo de 2018

Viernes 25 de mayo de 2018.

¡Buenos días! Dijo Bilbo. ¿Qué quieres decir? Preguntó Gandalf, ¿Me deseas un buen día, o quieres decir que es un buen día, lo quiera yo o no; o que hoy te sientes bien; o que es un día en que conviene ser bueno? -Todo eso a la vez- dijo Bilbo.  (El Hobbit, J.R.R. Tolkien)  


Jesús, lo entendí a la primera, lo que intentaba ayer era mostrar lo difícil que resulta ser auténticamente humilde y lo fácil que resulta ser soberbio.
El orgullo muchas veces nos engañará, y no veremos su cara, que se ocultara de diversas maneras, pero los demás sí lo suelen ver. Si somos capaces de ser receptivos, de escuchar la crítica constructiva, nos será mucho más fácil desenmascararlo.
Que nos sucede, o por lo menos a mí, que el problema es que hace falta ser humilde para aceptar la crítica. El orgullo se blinda a sí mismo en un círculo vicioso de egocentrismo satisfecho que no deja que nadie lo llame por su nombre.
Cuando se hace fuerte así, nuestra indefensión es tal que van creciendo las manifestaciones más simples y primarias de la soberbia: la susceptibilidad enfermiza (sentirnos ofendidos por todo y por todos), el continuo hablar de uno mismo, las actitudes prepotentes y engreídas, la vanidad y afectación en los gestos y el modo de hablar, el decaimiento profundo al percibir la propia debilidad, etc.
Si somos capaces de darnos cuenta o si tenemos la suerte de que alguien nos lo haga ver tenemos que romper ese círculo vicioso. Ganar terreno a la soberbia es clave para que tengamos una psicología sana, para que podamos mantener un trato cordial con las personas, para no sentirnos ofendidos por tonterías, para no herir a los demás..., para casi todo.
Por eso hay que tener miedo a al orgullo, y luchar seriamente contra él. Es una lucha que hay que comenzar con el reconocimiento del error. Un conocimiento siempre difícil, porque el error se enmascara de mil maneras, e incluso saca fuerzas de sus aparentes derrotas, pero un conocimiento posible, si hay empeño por nuestra parte y buscamos un poco de ayuda en los demás.

Feliz y Dulce Día.

jueves, 24 de mayo de 2018

Jueves 24 de mayo de 2018.

¡Buenos días! Dijo Bilbo. ¿Qué quieres decir? Preguntó Gandalf, ¿Me deseas un buen día, o quieres decir que es un buen día, lo quiera yo o no; o que hoy te sientes bien; o que es un día en que conviene ser bueno? -Todo eso a la vez- dijo Bilbo.  (El Hobbit, J.R.R. Tolkien)  

Antes de nada quiero felicitar primero a la MADRE, después al PADRE y terminare felicitando al ABUELO, así que FELICIDADES. Los hijos son un don y un regalo por lo tanto un nieto también lo es; FELICIDADES FERNANDO.
Jesús, ayer termine diciendo que con la humildad nos vamos a equivocar muchas veces, ¿no lo habrás hecho en tu último whatsapp? Piénsalo. Reconocer en público que estas orgulloso de lo que has conseguido, no es muy buena forma de ser humilde. ¿No crees? Y si no has sido humilde, ¿tal vez has sido soberbio u orgulloso?
Ya sabes que el principal problema con el que no enfrentamos es con el orgullo o la soberbia pues están escondidos, están disfrazados nunca se muestran o la cara. Si la soberbia enseña la cara, su aspecto es repulsivo, por eso una de sus estrategias más habituales es esconderse, disfrazarse y confundir.
Incluso el hecho de escribir todos los días en este whatsapp es un signo de orgullo y de soberbia; o acaso no te has dado cuenta de mi afán de enseñar o aconsejar, que suele se propio de personas llenas de suficiencia, no te has dado cuenta que muchas veces hablo en un tono paternalista como mirando por encima del hombro, con aire de superioridad. Pues ahí hay soberbia y muy poca humildad.
Y es que la soberbia se mete de tapadillo dentro de otra actitud aparentemente positiva, que siempre queda contaminada. Cuantas veces la habrás visto en esos “Buenos Días” escondida en ese afán de precisarlo todo, de juzgarlo todo, de querer tener opinión firme sobre todo. Todas esas actitudes que las puedes ver casi todos los días suelen tener su origen en ese orgullo tonto y simple de quien se cree siempre poseedor exclusivo de la verdad. En vez de servir a la verdad, me sirvo de ella —de una sombra de ella—, y al final acabo siendo como una marioneta de mi propia vanidad, de mi afán de llevar la contraria o de quedar por encima.
¿Es que entonces la soberbia está detrás de todo? Por lo menos sabemos que lo intentará.

Feliz y Dulce Día.

miércoles, 23 de mayo de 2018

Miércoles 23 de mayo de 2018.

¡Buenos días! Dijo Bilbo. ¿Qué quieres decir? Preguntó Gandalf, ¿Me deseas un buen día, o quieres decir que es un buen día, lo quiera yo o no; o que hoy te sientes bien; o que es un día en que conviene ser bueno? -Todo eso a la vez- dijo Bilbo.  (El Hobbit, J.R.R. Tolkien)  


Buenos Días Jesús, la frase "una persona muy humilde, está muy orgullosa de lo que es, pero no es un orgulloso" no puede ser difícil de entender o de explicar por lo menos en un principio,  por lo menos desde mi punto de vista.
Veamos, si me voy al diccionario de la Real Academia de la Lengua y busco “humildad” veo que tiene varias acepciones; 1. f. Virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento. 2. f. Bajeza de nacimiento o de otra cualquier especie. 3. f. Sumisión, rendimiento.
Si ahora busco en el diccionario la palabra “orgullo” veo que nos dice; 1. m. Sentimiento de satisfacción por los logros, capacidades o méritos propios o por algo en lo que una persona se siente concernida. 2. m. Arrogancia, vanidad, exceso de estimación propia, que suele conllevar sentimiento de superioridad.
¿Que hacemos ahora? Pues analizamos, como puedes comprobar la palabra orgullo tiene esencialmente dos significados: Un espíritu de soberbia por el que una persona se siente superior pues nos comunica altivez, desdén y soberbia (que es una característica negativa), y un espíritu de satisfacción placentera de un valor adecuado (una característica positiva).
Si hacemos lo mismo con la palabra humildad también vemos que  la podemos resumir en dos significados: Un espíritu de respeto, deferencia y mansedumbre (una característica positiva), y un espíritu de insignificancia, de subordinación y de inferioridad (una característica negativa). 
En tu frase lo que se esta haciendo es utilizar los significados positivos de las palabras humildad y orgullo, pero se esta utilizando el termino “orgulloso” que es el significado negativo de orgullo. En este caso “orgullo” y “orgulloso” significan diferentes cosas.
No es complicado si se entiende bien lo que es la humildad, que no es fácil como estoy seguro que ya sabrás, pues el aspecto de la humildad que hay que perseguir es el de conseguir un conocimiento de nosotros mismos que nos lleve a estimarnos según el justo valor y a moderar el sentimiento de sobrevalorarnos.
Y, esta es la cuestión; el fundamento de la humildad es la justicia. La verdad nos lleva a reconocernos como realmente somos. Debemos para ello, conocernos cada día mejor a nosotros mismos, si no, es muy difícil ir consiguiendo ser cada día mejores personas. Debemos conocer nuestras imperfecciones, las pasiones que nos dominan, etc. Debemos reconocer nuestra situación de creaturas y nuestra condición de imperfectos.
Buscar la perfección no es malo si no llegamos a creernos superiores a los demás y aquí es donde el orgullo nos puede jugar una mala pasada pues podemos cometer dos errores ya que podemos creernos superiores a lo que somos y poner  como punto de referencia a los demás y no a nosotros mismos.
Estoy seguro que ya sabéis de la dificultad de controlar la parte positiva de la humildad pues encontrar la justa valoración de nosotros mismos, de nuestra pequeñez y de nuestras limitaciones es muy complicado pues la persona humilde puede estar orgullosa de haber conseguido ser humilde pero no se debe sentir superior por serlo.
En fin, nos vamos a equivocar muy fácilmente con la humildad, no por culpa de ella, sino de su enemiga, que es la soberbia. Pero esto ya es otra historia que también merecería ser contada.

Feliz y Dulce Día.

martes, 22 de mayo de 2018

Martes 22 de mayo de 2018.

¡Buenos días! Dijo Bilbo. ¿Qué quieres decir? Preguntó Gandalf, ¿Me deseas un buen día, o quieres decir que es un buen día, lo quiera yo o no; o que hoy te sientes bien; o que es un día en que conviene ser bueno? -Todo eso a la vez- dijo Bilbo.  (El Hobbit, J.R.R. Tolkien)  


Acabo de leer el “Buenos Días” de ayer y creo que fue demasiado largo, es lo que tiene el dejar libre la mañana de los lunes, voy a intentar ser hoy un poco más breve.
He visto todo el lío que se ha montado con la compra de un chalet por parte de Pablo Iglesias y de su pregunta a sus bases, y me acuerdo de una frase que sin duda han tenido que meditar para pedir la opinión de los afiliados de Podemos.
Una frase que presenta una idea sugestiva: “el pueblo nunca se equivoca”.
Y es que la frase se construye sobre la suposición de que hay una forma fiable de que el pueblo tiene un modo de manifestar su propia voluntad y la que esa voluntad nunca es errónea. Pero ahí veo algunos problemas, y no voy a entrar en el problema de los porcentajes de votos sino en; ¿quién garantiza que la gente que vota sabe exactamente lo que elige?
Por cierto, el pueblo, si es que existe algo identificable con esa palabra, puede equivocarse, como cualquier ser humano se equivoca. Porque no existen pueblos abstractos, y si el individuo concreto comete continuamente errores, también los grupos de poder, los sindicatos, los gobernantes, y cuantos tengan algún tipo de autoridad están sujetos al error.
En fin, cuando se recurre a “El pueblo nunca se equivoca” se suele tener muy controlado al pueblo o lo que se pretende es “lavarse las manos”.  

Feliz y Dulce Día.

lunes, 21 de mayo de 2018

Lunes 21 de mayo de 2018.

¡Buenos días! Dijo Bilbo. ¿Qué quieres decir? Preguntó Gandalf, ¿Me deseas un buen día, o quieres decir que es un buen día, lo quiera yo o no; o que hoy te sientes bien; o que es un día en que conviene ser bueno? -Todo eso a la vez- dijo Bilbo.  (El Hobbit, J.R.R. Tolkien)  


Podría decir que ya nos encontramos a media mañana y que este lunes ya hace horas que esta en marcha y a pesar de decir verdad la afirmación de Bilbo continúa manteniendo toda su vigencia.
Hoy, no he puesto el despertador y he dejado pasar unas horas antes de levantarme, lo necesitaba después del intenso domingo así que voy a permitirme pasar un día más tranquilo.
Hace un momento me he estado poniendo al día de las noticias y creo que conociendo a los italianos y lo poco que les duran los gobiernos no hay que preocuparse mucho de ese nuevo gobierno que han formado pero si que hay que estudiar y aclarar como se puede llegar a tal situación, pues algo se debe de estar haciendo mal en Europa cuando en el siglo XXI pueden pasar estas cosas.
En el nuevo capítulo sobre Cataluña veo que, está sin duda marcado por la nula voluntad de Torra de encontrar un punto de entendimiento con el Gobierno. No hay voluntad de encontrar una fórmula posible, Torra va a la confrontación directa cuando elige para su nuevo Gobierno a cuatro exconsejeros que están en prisión o en el exilio, procesados por delito de rebelión.
Pero lo sorprendente es que desde el constitucionalismo se responda solo hablando del valor universal del Estado de Derecho o esgrimiendo los números de empresas que han cambiado de sede. La conversación es imposible. Es precisamente el universalismo y el mercantilismo lo que alimenta parte del discurso de los independentistas.
El constitucionalismo a veces me da la impresión que basa solo sus argumentos en los logros eventuales que se pueden conseguir en nuestra civilización occidental como la forma final y la normal de la existencia del hombre. En este caso son los logros de una patria constitucional. Cuando los “logros eventuales” se consideran elementos de la vida cotidiana que se consiguen de forma espontánea, sin necesidad de un trabajo esforzado, está casi todo perdido.
Esta falta de realismo, en la que tiene mucho que ver la pereza, no entiende que es imposible que triunfe un mundo racionalmente organizado y lógicamente ordenado solo por medio de las decisiones judiciales y de los actos de Gobierno directos (que siempre son necesarios). Y la incomprensión –“¿cómo es posible que no se obedezcan las decisiones judiciales?”– alimenta desde el otro extremo el círculo vicioso del resentimiento. Y vuelta a empezar.
Quizás no encuentro más solución que volver a escuchar lo que nos hemos dicho. Decirlo cara a cara para que esas palabras duras y violentas provoquen en nosotros un respingo. No estamos hechos ni para escucharlas ni para pronunciarlas. Esa pequeña rendija de malestar, de incomodidad que quizás no dura más que un segundo, se antoja una de las pocas posibilidades que nos permitiría volver a empezar.
Creo que va siendo hora de llamar; “al pan pan y al vino vino”.

Feliz y Dulce Día.

domingo, 20 de mayo de 2018

Domingo 20 de mayo de 2018.

¡Buenos días! Dijo Bilbo. ¿Qué quieres decir? Preguntó Gandalf, ¿Me deseas un buen día, o quieres decir que es un buen día, lo quiera yo o no; o que hoy te sientes bien; o que es un día en que conviene ser bueno? -Todo eso a la vez- dijo Bilbo.  (El Hobbit, J.R.R. Tolkien) 


Hoy, no por ser domingo sino porque tengo prisa voy a ser breve. Ya se que es temprano pero es que no he podido dormir, ya sabéis, los nervios.
Es una lastima pues hay muchos temas interesantes de los que hablar, y muchas preguntas las que nos tenemos hacer y que deberíamos de hacer, aunque cuando hacemos las preguntas equivocadas podemos encontrarnos con respuestas inútiles o desorientadoras.
Hacer preguntas es también algo complicado pero hacérnoslas creo que lo es mucho más: cuando decidimos entrar en un club por ejemplo de corredores, solemos preguntarnos: ¿qué voy a ganar yo entrando en ese grupo? Si lo pensáis un poco, es un modo de preguntar: ¿cómo voy a aprovecharme?
Otro ejemplo muy socorrido, hay quien decide casarse desde presupuestos parecidos: ¿qué me va a dar el matrimonio? Entonces uno se casa por interés. La buena pregunta, cuando decido entrar en un club es: ¿cómo voy a contribuir yo al crecimiento de este club, a que sea un club mejor? Lo mismo cuando uno quiere casarse: ¿cómo voy a hacer feliz a mi pareja?
Si nuestras preguntas van dirigidas pensando en nosotros y en nuestros intereses, es una mala pregunta. La buena es preguntar lo que puedo hacer por el otro. Y entonces, paradójicamente, la respuesta a esta buena pregunta redunda no sólo en beneficio del otro, sino en mi propio beneficio.
Porque cuando ayudo a un corredor de mi club, favorezco el buen ambiente del grupo o trato de hacer feliz a mi pareja, el primero que gana soy yo, puesto que el buen ambiente y la felicidad del otro me enriquecen a mí, me hacen más sano, más solidario, más amante.
En fin, me voy.

Feliz y Dulce Día.

sábado, 19 de mayo de 2018

Sábado 19 de mayo de 2018.

¡Buenos días! Dijo Bilbo. ¿Qué quieres decir? Preguntó Gandalf, ¿Me deseas un buen día, o quieres decir que es un buen día, lo quiera yo o no; o que hoy te sientes bien; o que es un día en que conviene ser bueno? -Todo eso a la vez- dijo Bilbo.  (El Hobbit, J.R.R. Tolkien)  


Ya hace días que no os comunico la temperatura en mi balcón, se me olvida, vamos a ver si continúo con la tradición, ahora 16, 3 grados.
Alguna vez creo que habré comentado el hecho de callar, de no hablar, para cortar una conversación que corre el riesgo de terminar siendo una critica a determinadas personas o situaciones. Esta razón para no hablar da que pensar.
Ya se que hay que ser prudentes a la hora de juzgar. Pero hay casos en los que es necesario hablar, precisamente para no cometer una injusticia. Muchas veces no somos justos por omisión, pues hay silencios que son el resultado de la cobardía.
A veces uno no habla porque tiene miedo. El miedo a muchos nos paraliza. A veces uno no habla porque no quiere complicarse la vida, o peor aún, porque no quiere enfrentarse a los poderosos. Este silencio es comprensible, pero cuando puede interpretarse como una aprobación de la injusticia, entonces lo podríamos llamar, pecado. El no hablar podría ser complicidad con la injusticia.
Eso podría valer a todos los niveles donde se encuentra un grupo más o menos numeroso y organizado. No es menos cierto que hay silencios más elocuentes que las palabras. Si no se habla es porque, se diga lo que se diga, nadie quedará contento. O porque el asunto del que se trata es complejo y deben resolverlo otros. En algunos casos es mejor “no meterse” a redentor, porque como se dice vulgarmente, se puede acabar crucificado.
Siguiendo este camino a los cristianos se nos dice esta palabra: “no juzguéis”. Lo que no significa perder el sentido de los valores, sino no transformar el amor en acusador. El juicio del que habla el cristiano equivale a condenar. Y condenamos cuando solo vemos las cosas malas del prójimo, cuando somos incapaces de ver sus cosas buenas, cuando actuamos sin misericordia, cuando tenemos las decisiones tomadas antes de escuchar.
Todas aquellas palabras que conducen a condenar al prójimo son “juicio”. En el fondo, las palabras de condena retratan al que las pronuncia. Y es que tenemos en la actualidad tantos casos de los que pronunciarnos que se me hace muy difícil sacar las cosas buenas y no ver solo las malas, por eso a veces es mejor callar y esperar a tener las cosas más claras.

Feliz y Dulce Día.

viernes, 18 de mayo de 2018

Viernes 18 de mayo de 2018.


¡Buenos días! Dijo Bilbo. ¿Qué quieres decir? Preguntó Gandalf, ¿Me deseas un buen día, o quieres decir que es un buen día, lo quiera yo o no; o que hoy te sientes bien; o que es un día en que conviene ser bueno? -Todo eso a la vez- dijo Bilbo.  (El Hobbit, J.R.R. Tolkien)  


Me ha gustado la foto, como no podía ser de otra manera, se suele decir que "una imagen vale por mil palabras". Ahora bien, yo me atrevería a decir: es cierto que una imagen vale más que mil palabras; pero hay veces que un concepto, un término bien acuñado, vale más que mil imágenes, porque capta lo esencial; y muchas veces estamos llegando a perder los conceptos.
¿Cuántas palabras harían falta para explicarla? Seguro que muchas más son las que yo necesitaría, para que os pudierais adueñar de ella. Para comprenderla y hacerla vuestra. Porque esa fotografía necesitaría ser explicada, es decir, verbalizada para arrancarle lo esencial que contiene.
Lo más sencillo sería mirar hacia al pasado y hacer un repaso de las historias que podemos encontrar, pero yo giro la cabeza, la ladeo para intentar mirar hacia delante y buscar el futuro.
¿Es posible recomenzar una vida ahora? ¿Es posible iniciar el esfuerzo de cada día después de tantas historias pasadas? ¿Es posible mirar al futuro con esperanza cuando tenemos tanto pasado?
La vida nos desgasta. El peso del pasado deja un lastre de polvo y de desilusiones que muchas veces nos ahogan el corazón. Algunas cosas no las vemos nada claras, y nos cuesta buscar algún sentido a una nueva lucha, pensamos que nos faltaran las fuerzas para tomar nuevos proyectos y seguir adelante.
En esa fotografía vemos que recomenzar es posible siempre que vibre en nosotros un deseo, un proyecto, un propósito para conquistar nuevas metas, para llegar a objetivos deseados, para extirpar defectos y como no para sembrar virtudes.
Para nosotros siempre debe ser posible recomenzar. Recomenzar. Desde donde nos encontramos, hay una gran visión de futuro en esa imagen tal vez no con muchas fuerzas pero si con muchas esperanzas.

Feliz y Dulce Día.

jueves, 17 de mayo de 2018

Jueves 17 de mayo de 2018.

¡Buenos días! Dijo Bilbo. ¿Qué quieres decir? Preguntó Gandalf, ¿Me deseas un buen día, o quieres decir que es un buen día, lo quiera yo o no; o que hoy te sientes bien; o que es un día en que conviene ser bueno? -Todo eso a la vez- dijo Bilbo.  (El Hobbit, J.R.R. Tolkien)  


No he dicho nada sobre el último comunicado de ETA y pienso que es importante tomar posición sobre este tema, debo dejar claro que por mi parte, ni una palabra de agradecimiento por este comunicado que, por otra parte, me parece vergonzoso.
De seguro que ya habréis leído mucho sobre el tema pero quiero centrarme en una frase textual, abro comillas; “ETA da por concluida toda su actividad política. No será más un agente que manifieste posiciones políticas, promueva iniciativas o interpele a otros actores”, cierro comillas.
¡Una banda criminal autodenominándose agente político! Solo un deseo: que nunca más vuelva una organización como esa. Y una palabra de solidaridad con todas sus víctimas y las familias de las víctimas. Para todas las víctimas vivas mi deseo de que puedan sanar sus heridas, mirando al futuro con serenidad, y tejiendo la paz día a día.
La paz es una responsabilidad de todos y cada uno, es fruto del amor. No es el resultado de pactos y componendas. Los pactos, si se limitan a eso, a mutuas concesiones, pueden conseguir una tregua, el cese de la actividad armada. La paz es algo más serio.
Nosotros debemos trabajar por la paz. Pero sólo desde el amor recíproco, desde el perdón recíproco, desde la capacidad recíproca de acoger al diferente y de respetarle en su diferencia, puede haber paz verdadera y duradera. Si el amor y el perdón no son recíprocos, la paz es frágil. Nosotros estamos llamados a dar pasos hacia la paz y el perdón, en la esperanza de que esos pasos contagien a todos y se conviertan en recíprocos.
Nuestro país necesita gente de paz. Sobran intransigencias, posiciones no negociables, banderas sagradas, reivindicaciones históricas. Nos hace falta capacidad para acoger, respetar, comprender y convivir con el otro que no soy yo, que no piensa como yo. Porque hay algo que nos une por encima de nuestras legítimas diferencias: la común humanidad, que nos hace hermanos, miembros de una misma familia.
Feliz y Dulce Día.        

miércoles, 16 de mayo de 2018

Miércoles 16 de mayo de 2018.

¡Buenos días! Dijo Bilbo. ¿Qué quieres decir? Preguntó Gandalf, ¿Me deseas un buen día, o quieres decir que es un buen día, lo quiera yo o no; o que hoy te sientes bien; o que es un día en que conviene ser bueno? -Todo eso a la vez- dijo Bilbo.  (El Hobbit, J.R.R. Tolkien)  


Ayer escribía que lo consustancial en el amor es la entrega,  y me acabo de dar cuenta que alguno de vosotros no lo entendió bien. Veamos.
Todos nosotros, en nuestra vida diaria estamos muy acostumbrados a tener que entregar o recibir cosas. Habitualmente ese entregar o recibir viene medido por la justicia: te doy y me das. Es una herencia que venimos arrastrando desde los romanos, fundamentalmente.
Pero yo no me refería a ese tipo de entrega, el juego de dar y recibir, sigue estando protegido por la justicia, pero creo lo debemos de superar y saltarnos ese equilibrio. Dar incluso sin recibir nada a cambio. De modo que lo que estoy haciendo es animaros a dar, y os desanimo a esperar recompensa.
¿Entonces, os estoy diciendo que seáis tontos? No del todo, la verdad. La entrega a la que me refiero es la entrega de la propia persona, la entrega, total o parcial, de una persona a una tarea, o a otra persona. Tenemos el matrimonio, por ejemplo, y la entrega mutua de marido y mujer, y la de ambos a sus hijos. Esta es una entrega de mucha consideración.
Nosotros tenemos que estar abiertos al conocimiento de la verdad y del bien, primero, a nivel de ideas; después, a nivel de necesidades de los demás; a nivel de experiencia...
Y, sobre todo, a nivel de cariño, a nivel de querer que los demás sean mejores, tengan más facilidad para hacer el bien en su vida... En definitiva, para ver en cada momento como podemos entregarnos mejor a los demás.

Feliz y Dulce Día.

martes, 15 de mayo de 2018

Martes 15 de mayo de 2018.

¡Buenos días! Dijo Bilbo. ¿Qué quieres decir? Preguntó Gandalf, ¿Me deseas un buen día, o quieres decir que es un buen día, lo quiera yo o no; o que hoy te sientes bien; o que es un día en que conviene ser bueno? -Todo eso a la vez- dijo Bilbo.  (El Hobbit, J.R.R. Tolkien)  


Algunos de vosotros ya sabe que llevo varias semanas leyendo todo lo que encuentro sobre las diferentes clases de amores y lo que este relacionado con ellos, y,  en muchos de los artículos me llama la atención que mucha gente esta dispuesta a creer en la bondad de cualquier sentimiento, salvo el del amor.
En muchos medios de opinión el amor se ve sometido a diario al aplastante reduccionismo de una mirada que solo es capaz de ver estereotipos y prejuicios. Es como si se le hubiera declarado la guerra al amor, aunque lo disimulan afirmando que sólo están en contra del “mito del amor romántico”, que, según sus detractores, no sería otra cosa que un subterfugio para perpetuar el machismo dominante.
Me da la impresión que se quiere evitar que el amor pueda ser lo más importante en la vida de hombres y mujeres, y que lo que realmente cuenta es la política y que nada pueda ser más importante que ella.
Otro aspecto que leo mucho por ahí es pretender que, en el terreno de los afectos, pueda haber algo más importante en la vida que uno mismo. Enseñarle a la gente que el verdadero sentido de la existencia está en salir de la propia zona de confort para ir al encuentro del otro sólo es aceptable si hablamos de activismo social, nunca en el caso de la familia o el amor.
Por lo que no veo escrito por ningún sitio que se defienda la idea de que pueda tener sentido (incluso el mayor sentido) sacrificarse por el otro. No veo ningún editorial que apoye esta línea sino más bien se apoya la que ve al sacrificio como una idea inventada por los poderosos para esclavizar a los humildes, no el modo como los seres humanos han logrado sobrevivir hasta ahora y avanzar hasta alcanzar metas impensables.
El problema de fondo es ver con qué tipo de amor se queda la gente cuando al amor se le quita lo más consustancial, la entrega. Pues lo que queda es lo que ya estamos viendo: aumento de las personas que viven solas, cada vez más suicidios, parejas que no conviven juntas, cada vez menos familias y más débiles, e individuos más frágiles.

Feliz y Dulce Día.