¡Buenos días! Dijo Bilbo. ¿Qué quieres decir? Preguntó Gandalf, ¿Me
deseas un buen día, o quieres decir que es un buen día, lo quiera yo o no; o
que hoy te sientes bien; o que es un día en que conviene ser bueno? -Todo eso a
la vez- dijo Bilbo. (El Hobbit, J.R.R. Tolkien)
Algunos de vosotros ya sabe
que llevo varias semanas leyendo todo lo que encuentro sobre las diferentes clases
de amores y lo que este relacionado con ellos, y, en muchos de los artículos me llama la
atención que mucha gente esta dispuesta a creer en la bondad de cualquier
sentimiento, salvo el del amor.
En muchos medios de opinión el
amor se ve sometido a diario al aplastante reduccionismo de una mirada que solo
es capaz de ver estereotipos y prejuicios. Es como si se le hubiera declarado la
guerra al amor, aunque lo disimulan afirmando que sólo están en contra del
“mito del amor romántico”, que, según sus detractores, no sería otra cosa que
un subterfugio para perpetuar el machismo dominante.
Me da la impresión que se
quiere evitar que el amor pueda ser lo más importante en la vida de hombres y
mujeres, y que lo que realmente cuenta es la política y que nada pueda ser más
importante que ella.
Otro aspecto que leo mucho por
ahí es pretender que, en el terreno de los afectos, pueda haber algo más
importante en la vida que uno mismo. Enseñarle a la gente que el verdadero
sentido de la existencia está en salir de la propia zona de confort para ir al
encuentro del otro sólo es aceptable si hablamos de activismo social, nunca en
el caso de la familia o el amor.
Por lo que no veo escrito por ningún
sitio que se defienda la idea de que pueda tener sentido (incluso el mayor
sentido) sacrificarse por el otro. No veo ningún editorial que apoye esta línea
sino más bien se apoya la que ve al sacrificio como una idea inventada por los
poderosos para esclavizar a los humildes, no el modo como los seres humanos han
logrado sobrevivir hasta ahora y avanzar hasta alcanzar metas impensables.
El problema de fondo es ver con
qué tipo de amor se queda la gente cuando al amor se le quita lo más
consustancial, la entrega. Pues lo que queda es lo que ya estamos viendo: aumento
de las personas que viven solas, cada vez más suicidios, parejas que no conviven
juntas, cada vez menos familias y más débiles, e individuos más frágiles.
Feliz y Dulce Día.
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