¡Buenos días! Dijo Bilbo. ¿Qué quieres decir? Preguntó Gandalf, ¿Me
deseas un buen día, o quieres decir que es un buen día, lo quiera yo o no; o
que hoy te sientes bien; o que es un día en que conviene ser bueno? -Todo eso a
la vez- dijo Bilbo. (El Hobbit, J.R.R. Tolkien)
He recibido algunas criticas
por lo que escribí ayer, no porque no pudiera ser cierto sino por la visión tan
negativa que planteaba. Así que voy a intentar ponerle remedio, no a dar una
solución pero si a ser un poco más optimista.
Lo que algunos de vosotros
pensáis es que mirando este mundo parece que vivimos en el momento ideal para
el diálogo. ¿Por qué ideal? Porque especuláis con que las actuales formas de
comunicación y redes sociales nos permiten tener un diálogo, pero que existe
sólo en nuestra mente. Somos capaces de decir nuestras ideas pero sin tener que
esperar a que alguien reaccione ante ellas. Porque tenemos el poder de
quedarnos sólo con las respuestas que nos gustan. Porque bienvenido el diálogo
cuando coincidimos y de otra manera no nos interesa.
Lo más preocupante, lo que nos
viene a demostrar esta nueva forma de “comunicación, es que parece que
únicamente existen dos posturas para todos los aspectos de la vida, todo puede
resumirse en estar a favor o en contra de algo, sí o no, blanco o negro. Dos
únicas maneras de ver el mundo, opuestas e irreconciliables entre sí.
Y, si esto fuera así, la
convivencia sería imposible. Y la política sería únicamente la
institucionalización de la postura más fuerte en un determinado momento.
Es como si cada vez nos fuera
más difícil encontrar puntos de acuerdo, se escucha sin tener la necesidad de
responder, sin tratar de entender. Si partimos de que estamos bien y los que
están en desacuerdo están mal, ¿realmente se puede buscar o siquiera hablar de
un bien común?
Puede ser que la ilusión
democrática nos haya llevado a pensar que las decisiones son sólo una cuestión
de mayoría y que nuestro único deber es “tolerar” las ideas distintas. Puede
ser que hayamos dejado a un lado otras virtudes democráticas como dialogar,
conciliar, ceder, negociar.
En fin, voy a continuar con
este martes.
Feliz y Dulce Día.
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