lunes, 14 de mayo de 2018

Lunes 14 de mayo de 2018.

¡Buenos días! Dijo Bilbo. ¿Qué quieres decir? Preguntó Gandalf, ¿Me deseas un buen día, o quieres decir que es un buen día, lo quiera yo o no; o que hoy te sientes bien; o que es un día en que conviene ser bueno? -Todo eso a la vez- dijo Bilbo.  (El Hobbit, J.R.R. Tolkien)  


Pues si, ¡Buenos días!, ayer me pase toda la tarde durmiendo, supongo que no debe ser la mejor forma de pasar una tarde de domingo pero lo necesitaba, si algo sucedió en el mundo que necesitara de mi colaboración desde luego sucedió sin ella.  
Si, lo se, ya se que se dice que pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo, y que si eso verdad, he dormido ya más de veinte años, que visto así no solo parecen si no que son muchos, tal vez demasiados.
Lo que pasa es que cuando dormimos el cerebro consolida los recuerdos y todo lo que hemos aprendido durante las horas que hemos estado despiertos, y mirándolo de esta forma esos veinte años me deben de haber servido, espero, que para algo.
Ahora me vienen a la memoria los refranes como: “lección dormida, lección aprendida” o “consúltalo con la almohada”.
Y claro, como tampoco podía ser de otra manera me vienen también esa parte de Hamlet que escribió William Shakespeare: ¡Morir…, dormir, no más! ¡Y pensar que con un sueño damos fin al pesar del corazón y a los mil naturales conflictos que constituyen la herencia de la carne! ¡He aquí un término devotamente apetecible!
¡Morir…, dormir! ¡Dormir!… ¡Tal vez soñar! ¡Sí, ahí está el problema! ¡Porque es forzoso que nos detenga el considerar qué sueños pueden sobrevenir en aquel sueño de la muerte, cuando nos hayamos liberado del torbellino de la vida! ¡He aquí la reflexión que da existencia tan larga al infortunio!…..
En fin, siempre grande Shakespeare.

Feliz y Dulce Día.

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