miércoles, 30 de mayo de 2018

Miércoles 30 de mayo de 2018.

¡Buenos días! Dijo Bilbo. ¿Qué quieres decir? Preguntó Gandalf, ¿Me deseas un buen día, o quieres decir que es un buen día, lo quiera yo o no; o que hoy te sientes bien; o que es un día en que conviene ser bueno? -Todo eso a la vez- dijo Bilbo.  (El Hobbit, J.R.R. Tolkien)  


Muy bien, vamos a ver si conseguimos reunirnos y poder pasar un día agradable sea en el lugar que sea.
Por mi parte os puedo adelantar que ya mañana me pongo en modo maratón hasta el martes que viene, por lo que no voy a daros durante los próximos días los “Buenos Días”, es lo que tiene ponerse en plan “Viva la Naturaleza”, la cabaña no tiene Internet.
Así que aprovechad estos días para concretar el día de la paella, por cierto desde, el 7 de julio hasta el 15 de julio tengo reservada una casa rural en la montaña Palentina, en la que por cierto no me acuerdo si tiene wifi o no.
Así que voy a estar unos días en silencio y creo que será bueno, bueno para todos, bueno para vosotros que os podréis relajar un poco más antes de comenzar el día y bueno para mí porque este silencia me permitira volver con las energías renovadas.
Porque vivimos en un mundo en el que el silencio la mayoría de las veces es pobre, vacío, triste. Por eso lo llenamos cada día de ruido. Hay un ruido en nuestro interior: el pensamiento que da vueltas, las asociaciones de ideas, los deseos, los sueños; cuando no hay eso, ponemos en marcha la radio, se enciende la TV, se mira el móvil, etc. Vivimos en un mundo de ruido incesante, intentamos estar todo el tiempo ocupados y que la nuestra mente no piense pues nos sentimos incomdos cuando reflexionamos en silencio y en soledad.
Por eso es muy importante hacer silencio y que este silencio llegue a ser un silencio habitado. Pienso, por otra parte, que todos hemos tenido y tenemos experiencias increíbles e impresionantes, todos hemos presentido el misterio que las rodea, lo hemos presentido en la belleza de la naturaleza, en una obra de arte, escuchando música una noche, o en el nacimiento de un amor. Todos hemos tenido esta clase de experiencias y hay que comprender que no son experiencias separadas, dislocadas, sin significado, sin que se enraícen en lo profundo.
Hay que evitar, por ejemplo, que estas experiencias sean adquiridas por medio de la droga, del alcohol o por cualquier medio artificial pues caeríamos en la tentación de querer repetirlas continuamente.
Pero, callarse, abstenerse del ruido, no es el silencio; es únicamente un aspecto externo del silencio. El silencio que hay que buscar es un hábito de interiorización, mediante el cual podemos recogernos en nosotros mismos y como dueños de nuestro cuerpo, atraer solamente aquellas realidades que nosotros queremos, que nosotros necesitamos, es sentir esas sensaciones que encontramos en esas experiencias increíbles que hemos experimentado.
Claro está, si no hay silencio en nosotros, no podremos apreciar estas bellezas que están tan cerca de nosotros. Y sería una pena que pasáramos desconcertados y despistados ante estas bonitas realidades que tienen su origen en el silencio.
Pero, que este en silencio durante unos días y que tal vez consiga durante un tiempo silenciar la mente no será inhibirla o bloquearla, sino darle la capacidad de recibir y producir, capacidad de escuchar todo y seleccionar lo que desee.
Volveré el 4 de julio.

Feliz y Dulce Día.

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