¡Buenos días! Dijo Bilbo. ¿Qué quieres decir? Preguntó Gandalf, ¿Me
deseas un buen día, o quieres decir que es un buen día, lo quiera yo o no; o
que hoy te sientes bien; o que es un día en que conviene ser bueno? -Todo eso a
la vez- dijo Bilbo. (El Hobbit, J.R.R. Tolkien)
No lo he podido remediar, al
ver la flor me ha acordado de aquella película, “El Club de los Poetas Muertos”
cuando el profesor de literatura hace leer a un alumno el siguiente poema:
“Coged las rosas mientras podáis, veloz el tiempo vuela. La misma flor
que hoy admiráis, mañana estará muerta.”
Es un poema de Robert Herrick,
que le sirve de base al profesor para su explicación de “aprovecha el momento”,
el famoso “Carpe Diem” de Horacio, pues bien, yo no estoy del todo de acuerdo.
Vamos a ver, “Coged las rosas
mientras podáis” implica convertir las rosas en un objeto, en el sentido de que
las cojo, las arranco y ya empiezan a morir, la belleza de una rosa no debe
entenderse como una cosa que deba ser tomada para ser poseída sino que tiene
que tener un carácter contemplativo.
Contemplar algo bello no
implica inmovilidad, sino todo lo contrario, implica un esfuerzo para absorber,
implica una actividad de nuestros sentidos para intentar ser parte de esa
belleza no hacerla morir porque sea bella.
Cuando se admira algo bello no
solo hay que conformarse con el placer que nos causa a los sentidos, en una
flor puede ser su visión o su aroma, sino a toda nuestra persona,
con sus emociones y pasiones. Se trata de admirar en todo su conjunto la
belleza de esa flor, desde su nacimiento hasta su muerte. Un placer no destinado
a lo útil, por tanto, un placer desinteresado, un placer por placer, sin quererla comprar poseer, modificar, firmar.
Feliz y Dulce Día.
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