viernes, 31 de marzo de 2023

¡¡¡Ya estamos en viernes!!!

 ¡¡¡Buenos días!!!

Decía ayer que si supiéramos mirar dentro de nuestros corazones ya nos habríamos dado cuenta de que sí deseamos, y deseamos intensamente, hay algo ahí dentro que no podremos obtener en este mundo. Vamos a encontrar muchas cosas en este mundo que ofrecen darnos precisamente eso, pero nunca nos lo dan al cien por cien.

Ese deseo que se despertó dentro de mi cuando me enamoré por primera vez, o cuando por primera vez pensé en un viaje en bicicleta, es un deseo que ninguna boda, ningún viaje ha podido satisfacer.

No me estoy refiriendo ahora a lo que normalmente se califica de matrimonio o de unas vacaciones. Estoy hablando de los mejores posibles. Hubo algo que percibí, en esos primeros momentos de deseo, que simplemente se esfumo cuando los estaba realizando. Me parece que ya sabéis lo que quiero decir.

La mujer puede ser una buena esposa, y los paisajes del viaje pueden haber sido impresionantes, pero algo falta, algo se me ha escapado.

Y, ante esto, existen dos formas erróneas de solucionar el tema, y una correcta.

Mañana voy a intentar de aclararlo. 

jueves, 30 de marzo de 2023

¡¡¡Buen jueves!!!

 ¡¡¡Buenos días!!! 

Me he levantado con una idea rondándome la cabeza, resulta que considero que la salud es una cosa maravillosa, sin embargo, en el momento en que hago de ella un objetivo prioritario y principal de mi vida, me está convirtiendo en un hipocondriaco y empiezo a pensar constantemente en que estoy enfermo. Lo que me lleva a la conclusión de que es fácil que disfrutare más de la salud solo si me concentro en otras cosas… comida, juegos, deporte, diversión, viajes en bicicleta.

Si esto es así, puede suceder que jamás llegue a mejorar esta sociedad mientras la sociedad sea mi principal objetivo. Debo aprender a desear otras cosas aún más.

La mayoría de nosotros, si alguna vez hemos pensado en el cielo, por ejemplo, nos resulta muy difícil desearlo, salvo si esto significa que vamos a encontrarnos con nuestros seres queridos otra vez. Y, una de las razones de esta dificultad es que no hemos sido entrenados: toda nuestra educación se concentra en este mundo. Otra razón se encuentra en que cuando nuestro deseo de alcanzar el cielo lo tenemos presente no lo reconocemos.

En fin, no hemos aprendido a mirar dentro de nuestros corazones. 

miércoles, 29 de marzo de 2023

¡¡¡Feliz miércoles!!!

 ¡¡¡Buenos días!!! 


Vemos con frecuencia que el significado de las palabras se va olvidando y empiezan a expresar algo que no se corresponde con lo que la mayoría de la gente piensa. Algo de esto nos sucede con la “caridad”. Ahora la “caridad” la entendemos simplemente como lo que antes se llamaba “limosna”, o sea, ayudar a los pobres.

En su origen quería decir muchas más cosas. Veamos, si una persona tiene el don de la “caridad”, está claro que ayudar a los pobres es sin duda una de ellas, y por eso las personas podemos llegar a pensar que se trata solamente de eso.

Sin embargo, en el entorno cristiano nos encontramos con que significa “amor”, y esto es interesante pues todos sabemos que el amor en el sentido cristiano no es ni significa una emoción. Se trata de un estado, no de los sentimientos, sino de la voluntad; por cierto, el estado de la voluntad que tenemos acerca de nosotros mismos, y que debemos aprender a tener acerca de los demás. No hay que olvidar el famoso: “ama a tu prójimo como a ti mismo” o que también se suele decir: "haz a los demás lo que quieras que te hicieran a ti".

El otro día ya comenté algo, y me parece que no está de más recordarlo un poco, y es que: nuestro amor por nosotros mismos no significa que nos gustemos a nosotros mismos. Significa que deseamos nuestro propio bien. Del mismo modo, el amor cristiano (o la caridad) por nuestros prójimos es algo muy diferente de la simpatía o el afecto. Nos “gustan” o “apreciamos” a algunas personas y no a otras. Es importante comprender que esta simpatía natural no es ni una virtud ni un pecado, al igual que nuestro gusto o disgusto por una comida no lo son. Son solo hechos. Sin embargo, todo lo que hagamos acerca de ello sí que puede ser una virtud o un pecado. 

martes, 28 de marzo de 2023

Termino, por ahora, con la eutanasia.

 ¡¡¡Buenos días!!! 

Lo que dije ayer no tiene nada que ver con el deber de alimentar e hidratar al paciente, lo que para mí es ineludible. Esto, que va a contribuir a ayudar en las funciones fisiológicas esenciales, según mi punto de vista no puede ser suspendido a menos, claro está, que no dé algún beneficio al enfermo, porque su cuerpo no esté en condiciones de absorberlo o metabolizarlo.

Sin embargo, lo que acabo de escribir, no es tampoco una anticipación de la muerte, sino que, pienso que se está respetando la evolución natural de la enfermedad crítica o terminal.

Si ahora volvemos al principio de lo que escribí ayer, es un hecho que vemos cada vez más, entre los enfermos graves o desahuciados, lo que es la inducción al sueño sin retorno. También voy a incluir aquí a los que no pueden respirar sin auxilio externo y deben ser “entubados”, hasta que les llegue la muerte natural prevista, ya en un estado inconsciente.

Para mí estos casos los encuentro como lícitos, y los considero como la supresión de la conciencia o sedación, con el fin de ofrecer a esas personas un final de la vida con la máxima paz posible y en las mejores condiciones interiores. Y esto, por supuesto, incluye a los niños y a los neonatos.

Sin embargo, tengo que decir, que cualquier administración que cause directa e intencionalmente la muerte es una práctica eutanásica y que es inaceptable.

Como habéis podido leer en estos dos días me reafirmo en mi posición a favor de la vida, que está basada en la ley moral natural. He intentado aclarar un poco las ambigüedades que viven a diario muchas personas y familias, que se encuentran continuamente expuestas a la “cultura del descarte” y que considero como inhumana. 

lunes, 27 de marzo de 2023

Con la eutanasia nos hemos topado.

 ¡¡¡Buenos días!!! 

Nos hemos encontrado estos días con muchas conversaciones sobre la eutanasia y que sin duda nos habrán hecho reflexionar y hacernos tener una opinión, pues de mí opinión es de lo que voy a escribir.

Llevo mucho tiempo viendo cómo a los enfermos terminales o desahuciados se les “duerme”, con el fin de que en ese estado de inconsciencia e indoloro, transiten en su pase al más allá. Esta práctica, yo, no la considero eutanasia en su sentido estricto, y la sitúo en ese delicado, y a veces también problemático, cuidado de las personas en las fases críticas y terminales de la vida.

Son conceptos claros que no deben soslayarse, menos aún ahora cuando estamos en medio de un debate debido a la sentencia sobre la eutanasia de hace pocos días.

Ante los enfermos terminales debemos tener las mismas actitudes y el corazón del buen samaritano de la parábola, lo que me sucede ahora es que para los que no sean cristianos les puede costar un poco entenderlo, no solo se trata de acercarse y socorrer a la persona herida o enferma, sino que hay que hacerse cargo del hombre, este “hacerse cargo del hombre” es para mí la clave del tema de la eutanasia.

Volvamos a los casos extremos, donde se sabe de la imposibilidad de curar, nuestra labor no termina en el momento de saberlo. Pues el hecho de que alguien tenga una enfermedad “incurable”, no significa que sea “in-cuidable”. De ahí, la importancia de ver a la persona en su dimensión integral, a fin de que en todo momento reciba apoyo físico, sicológico y familiar.

Está claro que ante “el miedo al sufrimiento”, al saber que tenemos una enfermedad terminal, nos podemos desesperar, y sentirnos tentados a querer controlar y gestionar la llegada de la muerte, anticipándola pidiendo la eutanasia o el suicidio asistido. Y, es en este momento cuando deberíamos estar rodeados de personas que nos ayuden a gestionar bien esta situación ante nuestra desesperación.

Soy consciente de la problemática y, tengo que decir que, ante la proximidad de la muerte por una enfermedad incurable, ni los médicos ni las familias deben “ensañarse” en la aplicación de tratamientos terapéuticos inútiles. A veces, esto ya no trae ninguna mejora al paciente, sino más bien los hace sufrir con medidas desproporcionadas que vuelven más precaria su salud.

Hay una línea muy fina que a veces nos va a traer dilemas éticos, sin embargo, hay que tener claros algunos aspectos en la retirada de los cuidados o de la suspensión de los tratamientos que, según mi opinión no debería de aplicarse a quienes están en condiciones críticas pero que aún no son enfermos terminales, incluso si han dejado firmada la denominada “voluntad anticipada de tratamiento”.

Y aquí dejo otra vez el tema abierto, mañana voy a intentar cerrarlo. 

domingo, 26 de marzo de 2023

¡¡¡Buenos días!!! ¡A vivirlo!

 ¡¡¡Buenos días!!! 

Con demasiada frecuencia reconozco al acostarme que no he conseguido aprovechar el día. He perdido el tiempo en una serie de televisión, en leer “noticias” insustanciales, en conversaciones largas y, en muchas ocasiones, dañinas.

A la mañana siguiente, al levantarme me gustaría no repetir los errores de ayer, sino conseguir aprovechar todo el día. Sin duda es un buen propósito, pero alguien en mi interior me dice: “no lo vas a conseguir, hoy perderás el tiempo como ayer…”

Y es que uno de los mejores y más baratos pasatiempos que tenemos muchas personas, y es posible que casi todas, es el de “darle vueltas” al pasado. Nos gusta revisar situaciones que hemos vivido, conversaciones, fracasos y éxitos. Volver a recordarlos y martirizarnos con lo que podíamos haber hecho mejor o felicitarnos por lo bien que lo hicimos aquella vez. Nos entretiene y es además barato y fácil de hacer. Fantaseamos con las personas que nunca seremos. Imaginamos qué hubiera sido si le hubiera dicho que sí a aquella persona aquella vez. Si hubiera sido capaz de negarme, si tal vez no me hubiera levantado de la cama aquel día… Una lista sin fin de escenarios que nunca serán, pero que pudieron ser.  

En esos momentos en los que nos dedicamos a ver todo lo que pudo haber sido, pero no es, todo lo que podría ser, pero no será… nos va llenando la cabeza y si nos encontramos con la “guardia baja” nos pueden hacer daño. Quizás podemos pensar que, en realidad, “nada importa”. Y que, todo eso que tenemos en la cabeza y con lo que nos entretenemos no es real, por lo que mejor que dejemos de preocuparnos por esos pensamientos.

Repasar el pasado y ver las oportunidades que no se abrieron o soñar con el futuro y sus posibilidades no nos llevará a ninguna parte, eso podemos llegar a pensar o a lo mejor nos lo están diciendo. Y, no obstante, sabemos que somos más que nuestro presente. Existe algo que se encuentra escondido bajo ese aparente pasatiempo y es reconocer lo complejos que somos, lo frágiles que podemos llegar a ser y el hecho de que somos una parte de algo mayor, de una historia que viaja con nosotros y que nos esta continuamente abriendo horizontes que van mucho más allá de lo que podemos soñar.  

Se trata de una experiencia que es real, que nos muestra lo que somos, no obstante, quizás no se trate más que la complejidad de la que estamos hechos y que nos hace ser algo más que un ser vivo. 

sábado, 25 de marzo de 2023

¡¡¡Qué gran día vamos a tener hoy!!!

 ¡¡¡Buenos días!!! 

Siguiendo un poco con la línea de ayer, tengo que insistir en que la razón por la que a una persona orgullosa no le importa lo que piensen de él es porque viene a decir algo parecido a esto: “¿Por qué me iba a importar el agradecimiento de esa persona, como si su opinión valiera para algo? No, yo soy una persona adulta e integrada en esta sociedad. Todo lo que acabo de hacer lo he hecho por mis propios ideales o, en una palabra, porque soy esa clase de hombre. Si eso le gusta a esa gente, que le guste. No significan nada para mí”.

En ejemplo anterior podemos ver como un fuerte y verdadero orgullo puede frenar la vanidad, porque, lo que ha sucedido es que se ha sustituido un pequeño defecto como la vanidad por uno más grande. Deberíamos de intentar no ser vanidosos, pero jamás hemos de recurrir a nuestro orgullo para solucionar el problema de la vanidad.

Otro ejemplo que ve viene ahora a la memoria sobre el orgullo es cuando decimos que estamos orgullosos de nuestro hijo, o de nuestro hermano o de nuestro amigo, y nos podríamos preguntar cuanto de malo es este orgullo. Creo que va a depender de que hemos querido decir con estar “orgulloso” de algo. Muchas veces, en esas frases, las palabras “estar orgullosos” significan “sentir una cariñosa admiración” por algo o por alguien. Esta admiración está muy lejos de ser un problema con el orgullo.

Sin embargo, tal vez, quisiera decir que esa persona se jacta de su distinguido hijo, o amigo. Esto, indudablemente, sí que sería un problema, pero aun así sería mejor que sentirse orgulloso sencillamente de sí mismo.

Como veis el orgullo es un auténtico filón del que hablar. 

viernes, 24 de marzo de 2023

¡¡¡Por fin es viernes!!! ¡Bendito día!

 ¡¡¡Buenos días!!!


Hay mucho que escribir sobre el orgullo y supongo que la mayoría de nosotros también sabremos lo que es, sin embargo, existen algunos posibles malentendidos que me gustaría mostrar.

Estar contento cuando nos elogian por algo que hemos hecho bien, si lo pensamos un poco llegaremos a la conclusión de que no es orgullo. Cuando recibo un elogio por parte de la persona a la que he ayudado, me siento complacido, y así es como debe de ser. Y es que en este caso el placer reside no en lo que somos, sino en el hecho de que hemos complacido a alguien a quien queríamos, y con razón, complacer.

Sin embargo, si en vez de pensar: “le he complacido: todo está bien”, pasamos a pensar: “Qué bueno que debo ser para haberlo hecho”, es cuando empezamos a tener un problema. Y es que cuanto más nos entusiasmamos con nosotros y menos en el elogio, vamos por mal camino. Cuando solo nos preocupamos de lo buenos que somos y ya no apreciamos el elogio es cuanto ya estamos en lo más bajo del escalafón y, aunque la vanidad es el orgullo que más se nos ve, es realmente la menos mala y por eso la más digna de perdón.

Cuando somos vanidosos, queremos halagos, aplausos y que nos estén admirando continuamente, y siempre los estamos pidiendo. Es un defecto, pero si lo analizamos un poco nos daremos cuenta rápidamente de que es defecto infantil e incluso, de alguna manera, un defecto humilde. Nos demuestra que no estamos del todo de acuerdo con nuestra propia admiración y damos a los demás el valor suficiente como para querer que nos miren. Por lo tanto, seguimos siendo humanos.

Sin embargo, el orgullo realmente peligroso y diabólico es cuando despreciamos tanto a los demás que no nos importa lo que piensen de nosotros. Ya sé que está muy bien, y a veces es un deber, el que no importe lo que los demás piensen de nosotros, si lo hacemos por razones adecuadas; por ejemplo, porque nos importa muchísimo más lo que nos dice nuestra moral o nuestra creencia.

Pero la razón por la que al hombre orgulloso no le importa lo que piensen los demás es diferente, y la veremos mañana.  

jueves, 23 de marzo de 2023

¡¡¡Bendito jueves, a disfrutarlo!!!

 ¡¡¡Buenos días!!! 

No creo haber creado incertidumbre en vosotros al dejar sin respuesta la pregunta con la que termine ayer, y es que el defecto al que me refería, estoy seguro de que la mayoría de vosotros ya lo habréis reconocido pues se trata del orgullo o la vanidad. Y por supuesto, estoy también seguro de que sabréis que la única forma de controlarlo y vencerlo es por medio de la humildad.

Decía ayer que cuanto más orgullo tenía uno más aborrecía el orgullo de los demás. De hecho, el orgullo de una persona está en competencia con el orgullo de todos los demás. Tengo que aclarar de que el orgullo es sobre todo competitivo, no deriva de ningún placer de poseer algo, sino solo de poseer algo más de eso que el vecino.

Solemos decir que la gente está orgullosa de ser rica, o lista, o guapa, pero eso no es así. Están orgullosos de ser más ricos, más listos o guapos que los demás. Es la comparación lo que nos vuelve orgullosos: es el placer de estar por encima de los demás.

Veamos el ejemplo de lo que nos sucede con el dinero, estaríamos entonces hablando de la codicia que hará que un hombre desee el dinero, para tener una vivienda mejor, mejores cosas de comer y beber, unas buenas vacaciones. Sin embargo, ¿qué es lo que hace que una persona que gane un millón de euros al año desee ganar dos millones? No es la ambición de un mayor placer. Un millón de euros le darán todos los lujos que una persona puede realmente disfrutar. Es el orgullo… el deseo de ser más rico que otro hombre rico, y, si cabe, aún más, el deseo de poder.

El orgullo es competitivo por eso cada vez pide más y más poder. Sí, yo soy orgulloso, mientras haya otro hombre que sea más poderoso, más rico o inteligente que yo, ese hombre será mi rival y mi enemigo.

Los cristianos tienen razón cuando dicen que es el orgullo la mayor causa de la desgracia en todos los lugares y en todas las familias desde el principio del mundo.

En fin, un tema este del orgullo que me puede tener algunos días entretenido. 

miércoles, 22 de marzo de 2023

Impaciente.

 “Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K. Chesterton). 

No sé si se trata de que los días son cada día más largos y eso provoca nerviosismo, o es que ya va siendo hora de ir preparando la bicicleta para el viaje que se avecina, y empiezas a querer hacer las modificaciones para mejorar lo que ya creías que era inmejorable y, entonces te das cuenta de que eres igual de impaciente que casi todos. Eres un impaciente sociológico. Y, lo peor de todo es que sabes que lo importante requiere su tiempo, que los buenos guisados se cuecen a fuego lento.

Ya has cambiado dos o tres veces la configuración del manillar que tenías en el viaje al Nordkapp y de la que tan contento terminaste, y, sin embargo, piensas que se puede mejorar, es más, estas seguro que la nueva funcionará mejor. Te gustaría saber esperar…Acercarte a la bicicleta y montar los accesorios del manillar como los tenías el año pasado, y, solamente esperar a que lo que tan bien te funciono seguirá funcionando. Pero no es tan fácil, no eres paciente, tampoco ayuda que la paciencia no esté de moda hoy en día. La paciencia se ve como un consejo de nuestros abuelos, y quizá por eso sea de las cosas más necesarias.

El año pasado llevabas el móvil, que lo usabas de GPS, en la parte derecha, el cuentakilómetros en el centro y el timbre a la izquierda, y no tuviste ningún problema. ¿Por qué ahora piensas que sí lo tendrás? ¿Por qué has probado ya dos combinaciones diferentes? Has puesto el móvil a la izquierda, el cuentakilómetros a la derecha y el timbre al centro, y no lo has encontrado practico. Y ahora lo has colocado con el móvil en el centro, el cuentakilómetros a la derecha y el timbre al centro, pero debajo, y estas esperando salir para ver si esta es la solución perfecta.

Hay tener paciencia y tranquilidad en estos días de preparación, se supone que hay que esperar y respetar el paso del tiempo. Supone desear la llegada de mayo y no tener más que hacer que esperar. Desear y esperar.

Estos son buenos días para practicar el arte de esperar con paciencia. Desear, imaginar, echar a volar la ilusión por el viaje que va a llegar… sin que esté en mi mano adelantarlo. Quizá así nuestra mente esté más preparada para cuando llegue el momento, para cuando nos subamos a la bicicleta para comenzar. Quizá así este tiempo no nos pase inadvertido como una tarea más. Quizá así, esta sí, viva más profundamente estos días hasta el próximo viaje.  

https://www.instagram.com/vicent1956/?hl=es

¡¡¡ 22 de marzo de 2023!!! ¡¡¡ Esplendido día!!!

 ¡¡¡Buenos días!!! 


Por lo que dije el otro día, tengo que admitir que eso significa que hay que amar a las personas que no tienen nada de amables. Pero, entonces, me surge una pregunta; ¿tengo entonces yo algo de amable?  Yo me amo simplemente porque soy yo. ¿Eso quiere decir que debo amar a todos los seres de la misma manera y por la misma causa?, pues creo que sí.

En fin, hay otra cosa de la que me he dado cuenta mientras escribía estas cosas, y es que hay muy pocas personas que reconocen un problema que ven en los demás y del que apenas nadie, salvo algunos, imaginamos ser también culpables de tenerlo.

He visto a muchas personas reconocer que tienen un carácter nefasto, o que no pueden vivir sin el sexo, o sin la bebida, e incluso personas que reconocen que son unos cobardes. No creo haber oído a nadie que no fuera cristiano acusarse de este vicio al que me refiero. Y, además, muy pocas veces he conocido a alguien que no siendo cristiano sintiese la más mínima compasión con este vicio en otros hombres.

No existe un defecto en un hombre que lo haga más impopular, y ninguno del que seamos más inconscientes de tenerlo. Y es que cuanto más lo poseemos más nos molesta en los demás.

¿Os parece que exagero? Veréis mañana como no.

martes, 21 de marzo de 2023

¡¡¡Muy acertado este martes!!!

 ¡¡¡Buenos días!!! 

He esperado unos días, es fácil que demasiados, para escribir algo sobre el día de la mujer y, es que un año más, hemos podido ver cómo hay muchas diferencias, e importantes, en cómo se puede entender el feminismo.

Existe desde hace años una sensibilidad cada vez mayor en cuanto el papel de la mujer en nuestra sociedad. Sin embargo, nos encontramos con unas posiciones deshumanizadas por parte de partidos políticos que según mi entender son algo más que una enfermedad grave y que no sanara tan fácilmente.

Esos extremismos están haciendo desaparecer la familia y, por lo tanto, la paz en la sociedad. Lo que vemos que se está implantando es un individualismo egoísta, contrario a todo lo que se ha estado intentando enseñar desde hace muchos siglos: el amor. Es un ambiente verdaderamente preocupante porque influye más de lo que parece. Se infiltra incluso en los ambientes que podríamos denominar cristianos, porque es muy fácil caer en el egoísmo, en comparar, medir, pensar en si me dan o me dejan de dar. Y unas relaciones que empiezan así están llamadas a terminar mal y pronto.

No hay duda de que muchas personas creen de buena fe que estos cambios van a traer unos beneficios para la humanidad, y que sus vidas se han visto mejoradas por las libertades que solo una revolución podría haber conseguido. Sin embargo, pienso que esos cambios están provocando al mismo tiempo la destrucción del entorno natural de la persona, con unas consecuencias que apenas empezamos a ver y entender.

Nos encontramos con una gran confusión de los términos, se habla de mi pareja en lugar de novio, marido o amigo. Como si todo diera igual. Las palabras fuera de lugar están teniendo repercusiones en cada una de las fases de la vida, lo podemos observar en el aumento de los problemas psiquiátricos, vemos los daños en los hogares donde falta el padre o la madre, los daños que está causando la soledad no solo en nuestros mayores sino en el aumento de las personas que viven solas y que poco a poco se van aislando, con los problemas psicológicos que esto conlleva.

Por eso cuando veo a jóvenes matrimonios con niños pequeños, con unas virtudes que surgen del amor, de la preocupación de unos por otros, del empeño de dedicar mucho tiempo a sus hijos, aunque tengan mucho trabajo, me alegro porque eso marca el futuro.

Cualquiera de nosotros, con dos dedos de frente y una poca capacidad de observación se da cuenta de dónde está lo bueno. 

lunes, 20 de marzo de 2023

¡¡¡Buen lunes para todos!!!

 ¡¡¡Buenos días!!! 

Hay una cuestión que lleva algunos días dándome vueltas por la cabeza. ¿Amar a nuestros enemigos significa no castigarlos? Es una cuestión realmente interesante, al menos lo es para mí.

La respuesta creo que es: no. Es no, porque amarme a mí mismo no significa que no deba someterme a mí mismo a un castigo. Veamos, si hubiera cometido una mala acción, por ejemplo, un asesinato, lo correcto, seria entregarme a las autoridades y aceptar las consecuencias. Por lo tanto, pienso que es perfectamente legítimo castigar a un hombre por haber realizado un delito.

La cuestión se encuentra en que se puede castigar, si es necesario, pero no podemos disfrutar haciéndolo. O sea, el resentimiento y la sensación de venganza, deben ser olvidadas y no deberían formar parte de nuestro comportamiento. No estoy diciendo que alguien pueda decir ahora que nunca volverá a sentir esas cosas. Las cosas no suceden así. Quiero decir que cada vez que estos sentimientos aparezcan, debemos hacerlos desaparecer. Lo sé, es difícil, pero intentarlo no es imposible.

Es más, mientras castigamos debemos sentir por esa persona lo mismo que sentimos por nosotros mismos: desear que no fuese tan malo, esperar que pueda, en cualquier momento arrepentirse; de hecho, desearle el bien.

Y es que lo que se nos dice a los cristianos, si no recuerdo mal, es que debemos amar a nuestros enemigos: deseándoles el bien, y no teniéndoles afecto o diciendo que son buenos cuando no lo son. 

domingo, 19 de marzo de 2023

¡¡¡Feliz domingo!!!

 ¡¡¡Buenos días!!! 


Durante estas últimas horas y, pensando en lo que escribí ayer me he dado cuenta de que no me considero una buena persona al cien por cien, es más en muchas ocasiones me comporto como una mala persona. Recuerdo alguna de las cosas que he hecho y me avergüenzo. Por lo tanto, también debería de poder rechazar y odiar algunas de las cosas que hacen mis enemigos.

Recuerdo que se me dijo que debería de odiar las malas acciones de un hombre, pero no odiar al hombre, o, como dirían los cristianos, odiar el pecado, pero no al pecador.

También recuerdo, haber estado mucho tiempo durante mi juventud, pensando que esa era una diferencia estúpida y mezquina. ¿Cómo se podía odiar lo que hacía un hombre y no odiar al hombre? Sin embargo, muchos años después me di cuenta de que en la práctica yo llevaba toda la vida haciéndolo. Y lo hacía con un hombre, lo hacía muchas veces, y ese hombre soy yo, me lo he hecho infinidad de veces.

Y es que, jamás he tenido la más mínima dificultad, por mucho que me disgustasen algunas de mis acciones en continuar queriéndome. Si lo pienso bien, la misma razón que me ha llevado a odiar esas cosas era que al final amaba al hombre. Justamente porque me amaba a mí mismo lamentaba darme cuenta de que era la clase de hombre que hacía esas cosas.

En consecuencia, si eres cristiano, sabes que no hay que evitar odiar la crueldad y la traición, es más deberíamos odiarlas. Sin embargo, el cristiano también sabe que debe odiarlas del mismo modo en que las odiamos en nosotros mismos, o sea, lamentando que ese hombre haya echo esas cosas y esperando, si es posible, que, de algún modo, en algún momento, en algún lugar, el hombre pueda ser curado y humanizado de nuevo.  

sábado, 18 de marzo de 2023

¡¡¡Buen sábado!!!

 ¡¡¡Buenos días!!! 

He estado pensando en la pregunta de ayer y me he dado cuenta de que no sé exactamente lo que se entiende por un sentimiento de cariño o afecto hacía mí mismo, y que tampoco disfruto siempre de la misma manera con mí compañía de que como lo hago con la persona que amo. Por lo tanto, resulta que “ama a tu prójimo” no quiere decir “tenle, cariño” o “encuéntralo atractivo”. 

Me debería haber dado cuenta hace tiempo de esto, porque, naturalmente, uno no puede sentir cariño por alguien intentándolo. ¿Me considero una buena persona? Me temo que a veces sí, lo que por cierto no es una buena señal, pero esa no es la causa por la que me amo a mí mismo. De hecho, es, al contrario, veamos: el amor que me tengo hace que me tenga por una buena persona, sin embargo, tenerme por una buena persona no es la razón por la que me amo a mí mismo.

De modo que amar a mis enemigos tampoco parece que signifique que los tenga que considerar buenas personas. Y eso, no hay duda de que es un gran alivio. Pues una gran cantidad de personas piensa que perdonar a nuestros enemigos quiere decir que los tenemos que ver como que no son tan mala gente después de todo, cuando resulta bastante evidente que sí lo son.

Pero vayamos un poco más lejos. Aunque lo haremos mañana. 

viernes, 17 de marzo de 2023

¡Bicicleta, tortilla con queso y "cremaet"! ¡Por fin es viernes!

 ¡¡¡Buenos días!!! 

Decía ayer que lo tenemos complicado con el asunto del perdón, pero hay algunas cosas que podemos hacer para que nos resulte más fácil.

Cuando queremos aprender algo lo normal es empezar por lo más sencillo, por la base. Así que, si en realidad queremos, o sea si queremos realmente aprender a perdonar, lo mejor es empezar por algo más sencillo que perdonar a los terroristas.

Podríamos empezar por perdonar a nuestro amigo, a nuestro hermano, a nuestros padres o al vecino por algo que hayan dicho o hecho la semana pasada. Así practicamos y nos mantenemos por un tiempo ocupados.

Podríamos continuar por intentar comprender que significa exactamente amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Tenemos que amar a nuestro prójimo como me amo a mí mismo. Bien, vale, pero ¿cómo, exactamente, me amo a mí mismo? Interesante pregunta, veremos mañana si la respuesta también lo es. 

jueves, 16 de marzo de 2023

¡¡¡Buen jueves!!!

 ¡¡¡Buenos días!!! 

Uno de los temas que resultan, también, más impopulares y a la vez más complicados de hablar y mostrar es la costumbre cristiana del perdón. Y lo es por qué no se entiende bien esa regla que aplican los cristianos de “amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Porque para un cristiano “tu prójimo” lleva incluido a “tu enemigo”, lo que como comprenderéis es una terrible obligación.

Ya sé, que la inmensa mayoría de vosotros pensareis que el perdón es una gran idea para solucionar muchos problemas, lo es hasta que nos encontramos con algo que perdonar, como estoy seguro de que alguna vez habréis comprobado.

Entonces, el simple hecho de mencionarlo delante de un acto terrorista significa ser contestado con gritos de protesta y preguntado: “qué le parecía perdonar al terrorista si fuera usted padre del asesinado”.

Me lo he preguntado muchas veces, lo mismo sucede cuando sé que no debo negar mi religión ni siquiera para no morir bajo tortura, me he preguntado alguna vez que haría si llegara el caso. No es mi intención deciros lo que haría, solo digo lo que es el cristianismo. Yo no lo invente.

Otra cosa fascinante la encuentro en: “Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”. No hay alternativa, no sé si os habréis dado cuenta de que, si no perdonamos, no seremos perdonados. No hay margen para ninguna duda. ¿Qué vamos a hacer? 

miércoles, 15 de marzo de 2023

¡¡¡Qué miércoles tan "grande" nos espera!!!

 ¡¡¡Buenos días!!!

Hay mañanas que al intentar adivinar el día que tengo por delante me surge una pregunta, que me da la impresión de que no me hago como debía, lo normal es que me pregunte: ¿qué espero yo de la vida? Cuando si lo pienso un poco la pregunta correcta debería ser: ¿Qué espera la vida de mí?

Una diferencia que noto al escucharme las dos respuestas. En nuestra sociedad actual se me esta continuamente diciendo que debo vivir para mí mismo, y que todo a mi alrededor debe girar en torno a mí. Se me dice que todo lo que me rodea: mi familia, mi país, mis amigos, mi entorno, están en deuda conmigo y de ellos solo debo esperar recibir. Y lo que me sucede muchas veces es que cuando recibo mucho me convierto en una persona engreída e insoportable, no solo para los demás sino también para mí mismo; y cuando no recibo casi nada, me frustro a nivel existencial, y entro en una especie de depresión y un vacío interior. 

Ya sé que muchas personas sostienen que el hombre está hecho para ser egoísta. Hay incluso quien dice, por ejemplo, que el hombre es un ser que siempre busca sus intereses, pero que a través de su necesidad de trabajar para mantenerse logra entablar una cierta relación con el resto de los hombres. Pero, entonces, resulta que cuando se trata de recibir no hay límites, pero: ¿cuándo se trata de dar el hombre es un ser limitado? ¿Cuándo se trata de dar debe conformarse con lo mínimo?

martes, 14 de marzo de 2023

¡Puede estar naciendo una leyenda!

 “Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K. Chesterton). 


Es difícil captar la atención en las redes, pero algo que no falla es contar una buena historia. Definir lo que es un viaje en bicicleta esta fuera de mis habilidades, pero sí de algún modo lo puedo describir es como una circunstancia donde se escucha, se cuenta y se escribe la propia historia.

Narrar viajes e historias no es algo nuevo. Pero hoy esta afición se expande por todos los medios. Por las redes sociales, con videos, blogs o por los testimonios en Podcast. Podemos decir que este fenómeno se ha convertido en algo esencial para el cicloturista moderno. Ya no tanto por su calidad literaria sino, principalmente, porque representa para el hombre una importancia vital.  

Empezamos en marzo la historia de un viaje que se tiene que desarrollar a partir de medianos de mayo, y cuyo argumento nos mostrara como recorrer el perímetro de la península Ibérica en bicicleta, o sea practicando cicloturismo al estilo clásico, con todo el material colocado en alforjas delanteras y traseras, con tienda de campaña, cocinando la propia comida y recurriendo lo menos posible a bares y restaurantes. Y, con un presupuesto lo más reducido posible, que aún está por calcular.

Lo primero que se dice en estos casos es que para narrar la propia historia primero hace falta haberla recorrido. De ahí de que no sea necesario retrasmitirla en directo, sino narrarla al terminar cada día. Es algo propio de los héroes de novelas, identificar algo valioso que conseguir y lanzarse a perseguirlo. Ese el inicio de la aventura, de lo que podríamos llamar una historia que merece ser vivida y por lo tanto escrita, y que al leerla se convertirá en leyenda, pues una leyenda es lo que se ha leído muchas veces.

Ya ha llegado el día de ir preparando la bicicleta para el viaje, poco a poco, las cubiertas nuevas, los portabultos traseros y los primeros kilómetros. En los próximos días o a la semana que viene un poco más, no hay prisa, de momento.

https://www.instagram.com/vicent1956/?hl=es

¡¡¡Feliz martes!!!

 ¡¡¡Buenos días!!! 

Hace unos días Pau Gasol recibió el reconocimiento que creo que le faltaba para completar su gran carrera en el baloncesto. Por si aún le quedaban títulos por ganar, los Lakers le rindieron otro homenaje retirando su dorsal número 16, algo a la altura de tan sólo unos pocos.  Es según mi opinión la consagración de una leyenda, y la entrada en la puerta de la eternidad de este deporte.

Podría hablar de sus títulos, de su calidad, de su humildad y hasta de la altura de su discurso en este homenaje. Sin embargo, si lo pensamos un poco veremos que estos actos, este y otros reconocimientos y la liturgia, en este caso del baloncesto, hablan de un anhelo profundo que existe en las personas. Todos necesitamos trascender nuestra propia existencia. Es decir, queremos dejar una señal en el mundo, queremos traspasar nuestros límites humanos. Esto es algo más que la fama o el reconocimiento, es el deseo de existir para siempre, en la eternidad.

El deporte, al fin y al cabo, no es otra cosa que un reflejo de lo que somos las personas, como si fuera un pequeño laboratorio de gente donde hacer ensayos. Aunque cueste creerlo, pasarán los Lakers y pasará el baloncesto.

No obstante, cada uno de nosotros hemos de preguntarnos qué estamos haciendo para trascender los límites de nuestra existencia y que estamos intentando hacer para que nuestro nombre quede grabado para siempre en la eternidad. Al fin y al cabo, la existencia nos la jugamos en algo más grande, profundo y serio que las canchas de baloncesto. 

lunes, 13 de marzo de 2023

¡¡¡Vamos a por el lunes!!!

 ¡¡¡Buenos días!!! 


Me he despertado esta mañana con una frase rondándome por la cabeza, esa que dice: “Todos quieren cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo”. Después la he buscado y según parece la escribió León Tolstoi, aunque no está del todo claro, pero no importa el autor.

¡Qué gran frase! La hubiese podido pensar y escribir cualquiera de nosotros y nadie le hubiese prestado atención, pero si se la atribuimos a Tolstoi la cosa cambia, hay que reflexionarla.

Continuamente nos quejamos de lo mal que está todo: el mundo, la sociedad, el país, las instituciones… Y, francamente, a veces es cierto; pero esa crítica la estamos realizando desde fuera, como si nosotros no formásemos parte de esas realidades que tan mal funcionan y que tanto nos gustaría cambiar. La genialidad del novelista ruso consiste precisamente en hacernos ver que los hombres no somos ajenos a las realidades del mundo y que, si queremos que de verdad cambien, tenemos que empezar por cambiarnos a nosotros mismos, nuestro modo de pensar, de hablar, de actuar.

A ese cambio interior que nos afecta personalmente los cristianos le solemos llamar “conversión”, que viene a significar “darse la vuelta”, dar un giro por completo a nuestra vida y empezar a ver las cosas desde otro punto de vista. Si hablo de una conversión religiosa, por ejemplo, me refiero a cuando una persona se incorpora a una religión que antes no practicaba, pero esta definición resulta, como ya supondréis, muy restringida e insuficiente.

De lo que se trata es de que si no cambiamos nuestra forma de ver la vida no vamos a ver esos cambios en la sociedad en la que vivimos, nuestra sociedad es un espejo de lo que nosotros somos, no hay más.

Ahora, hoy, es un buen momento para empezar a vivir según nuestras creencias, que se nos puede complicar un poco la vida, es posible o seguro, pero no hay que hacerlo por masoquismo, sino porque sabemos que no nos gusta esta sociedad y necesitamos volver a creer que va a mejorar. 

domingo, 12 de marzo de 2023

¡¡¡Buenos días domingo!!!

 ¡¡¡Buenos días!!! 

Cuando me paseo por las calles de Pego y mantengo breves conversaciones con mis vecinos, con los tertulianos del café y con mis compañeros de hobbies, echo en falta una visión de futuro. Da la impresión de que la gran mayoría de personas se esfuerza por complacerse a sí misma, y esto les dificulta su capacidad para mirar y de vivir hacia adelante.

Nos encontramos atentos a lo que pide el mercado, nos preocupamos por conseguir la mayor cantidad de satisfacciones posibles, y nos encontramos disminuidos para imaginar lo que vendrá, ya que estamos demasiado ocupados en conseguir un bienestar corporal y mental.

Lo curioso es que una vez que hemos saciado las necesidades básicas y las tenemos aseguradas, las personas aumentamos nuestro repertorio de necesidad y empiezan a aparecer innumerables necesidades innecesarias. Cuando nos sumergimos en ese mar de deseos que nos ofrece esta sociedad de autoconsumo pensamos, efectivamente, que escogemos y que somos libres. Pero lo cierto es que esa sobreestimulación y la gran cantidad de deseos nos lleva a un estado de saturación que afecta nuestra salud mental y a una frustración espiritual, a ese sentimiento de no estar haciendo lo que siento que debería hacer con mi vida, es lo que muchas personas denominan, vacío existencial.

Todo lo anterior, a su vez, nos lleva a no ver con claridad la realidad y merma la capacidad que tenemos para captarla e interpretarla. Y en esa realidad que nos hemos formado ya no somos capaces de encontrar un sentido a nuestra vida, no sabemos qué hacer ni a dónde ir. Pues, en nuestro día a día en el que cambiamos y demandamos tanto, ya no somos capaces de proyectarnos, de ilusionarnos y de soñar.

El vivir al día, el estar en un presente continuo, nos lleva a desvalorizarlo ya que éste ya no tiene proyección. Si lo normal de un hombre es vivir el presente anticipando el futuro o sea lo que sucederá mañana, lo propio de un animal y del hombre que se encuentra reducido a liberar sus tensiones es la de conformarse con la satisfacción de lo inmediato. Y resulta que cuando perdemos nuestra visión de futuro nuestro presente se deshumaniza. Al final, como solo ponemos nuestro entusiasmo en satisfacer las necesidades inmediatas, termina por darnos igual.

Al actuar pensando solo en el ocio se corre el riesgo de caer en la monotonía. Esto es: el hombre deja que aquello por lo que un día creyó o decidió perseguir, muera por sí solo. 

sábado, 11 de marzo de 2023

¡Bien por el sábado!

 ¡¡¡Buenos días!!!


Aún me queda algo, tal vez no muy popular, que decir sobre el matrimonio, y es que si recordamos las esposas cristianas prometen obedecer a sus maridos. Aquí se nos presentan, sin duda, dos preguntas: ¿por qué ha de haber una “cabeza”? y ¿por qué tiene que ser el hombre?

Para responder hay que recordar que la necesidad de que exista una cabeza nos viene de la idea de que el matrimonio es permanente. Claro está, siempre que el marido y la mujer estén de acuerdo, no es necesario que aparezca la idea de una “cabeza”, y debemos esperar que no aparezca y que este sea el estado normal del matrimonio. Pero cuando exista un gran desacuerdo, ¿qué sucederá? Se hablará, se discutirá, por supuesto, pero estoy asumiendo que la pareja ya ha intentado solucionar el conflicto y sigue sin llegar a un acuerdo. ¿Qué hacen ahora? No pueden decidirlo por el voto de la mayoría. Es indudable que entonces solo puede ocurrir una de dos cosas: o se separan y se van uno por cada lado, o uno de los dos debe tener un voto decisivo. Y si el matrimonio es permanente, una de las dos partes debe, en última instancia, tener el poder de decidir la política familiar. No puede existir una asociación que sea permanente sin una constitución.

Si ha de existir una cabeza, ¿por qué el hombre? O ¿hay alguna razón de peso por la que debería ser la mujer? O la misma pregunta en sentido contrario ¿hay alguna razón de peso por la que debería ser el hombre?  Creo que las respuestas se deben encontrar en cada pareja y que no estaría de más que antes de decidirnos por una parte buscásemos nuestras respuestas a preguntas como las siguientes: Si vuestro perro a mordido al niño del piso de al lado, ¿con quién preferirías entenderos, con el dueño del piso o con la dueña? O, ¿quién defenderá más contundentemente al niño ante los vecinos? O, ¿quién será más pacificador? 

viernes, 10 de marzo de 2023

¡Me gustan los viernes! Toca pedalear.

 ¡¡¡Buenos días!!! 

Antes de dejar de hablar de la rotura de la pareja, me gustaría decir algunas cosas que se suelen confundir en la mayoría de los casos.

Una es la concepción cristiana del matrimonio, otra es una cuestión muy diferente. ¿Hasta qué punto deberían los cristianos intentar imponer sus opiniones sobre el matrimonio al resto de la sociedad incorporándolas a las leyes del divorcio? Mucha gente parece pensar que si uno es cristiano debería hacer que el divorcio fuera difícil para todos. Yo no opino lo mismo.

Al menos, sé que me molestaría si los musulmanes intentarán prohibirme beber vino. Pienso que se debería de reconocer honestamente que la mayoría de los españoles no son cristianos y que, por lo tanto, no se puede esperar que vivan cristianamente.

Según mi entender, debería haber dos clases distintas de matrimonio: uno administrado por el estado y cuyas reglas fuesen impuestas a todos los ciudadanos, y el otro gobernado por la Iglesia, cuyas reglas fuesen impuestas por ella a sus miembros. La distinción debería ser muy clara, de modo que cualquiera supiese qué parejas están casadas en el sentido cristiano y qué parejas no lo están.

Baste por ahora esto acerca de la doctrina cristiana sobre la permanencia del matrimonio.  

jueves, 9 de marzo de 2023

¡Hay Señor! ¡Qué hermoso jueves tengo por delante!

 ¡¡¡Buenos días!!!

De lo que se trataba ayer era insistir en que es inútil intentar mantener los sentimientos y las emociones intensas, pues sería lo peor que podríamos hacer. Hay que dejar que esas sensaciones se vayan diluyendo y seguir adelante disfrutando con más tranquilidad y sosiego de ellas, y descubriremos que existen otras que nos proporcionan también emociones.

Por el contrario, si decidimos hacer de las emociones fuertes nuestro pan de cada día o intentamos prolongarlas artificialmente, comprobaremos que se debilitan y son cada vez menos frecuentes, y nos convertiremos en personas aburridas y desilusionadas el resto de nuestra vida.

Por esto, porque hay tan poca gente que lo comprenda, nos encontramos con muchas personas de mediana edad que se lamentan de su juventud perdida a la edad misma en la que se le abren nuevas esperanzas y puertas a su alrededor que no ven, concentrados en mantener sus sensaciones de juventud.

Otra conclusión que se saca de muchas novelas y películas es que “enamorarse” es algo casi irresistible, algo que sin más nos ocurre, como una gripe. Y por eso, algunas personas arrojan la toalla y abandonan su relación cuando se sienten atraídas por una nueva.

Es una opinión, pero pienso que eso ocurre más en el cine que en la vida real, al menos cuando uno es adulto. Cuando conozco a una persona inteligente, guapa y simpática, debo sin duda, apreciar incluso admirar estas buenas cualidades. ¿Pero no depende de mí de que este hecho se convierta, o no, en lo que llamamos “estar enamorados”? Está claro que, si mi cabeza está llena de novelas y películas, y nuestros cuerpos de alcohol, convierta cualquier tipo de amor que sienta en esa clase de amor del mismo modo que si llevo unas gafas de color rojo, todo se volverá rojo. Pero eso será culpa nuestra. 

miércoles, 8 de marzo de 2023

¡¡¡Adelante con el miércoles¡¡¡

¡¡¡Buenos días!!! 

Decía ayer que las personas sacamos de los libros y de las películas muchas ideas y sobre el matrimonio podemos llegar a pensar por lo que hemos leído y visto de que si te has casado con la persona adecuada puedes esperar seguir estando “enamorado” para siempre.

El resultado, cuando descubrimos que no lo estamos, pensamos que eso demuestra de que nos hemos equivocado y que tenemos todo el derecho a cambiar y buscar otra pareja, sin embargo, no nos damos cuenta de que, una vez que hayamos cambiado, ese “enamoramiento” volverá eventualmente a desaparecer, del mismo modo que desapareció ya en la anterior relación. 

Como en muchos aspectos de la vida, en este también las emociones vienen y se van, no duran. La emoción que se experimenta cuando por primera vez vemos un paisaje impresionante desaparecerá cuando llevemos viviendo allí varios años. ¿Significa esto que sería mejor no vivir en ese lugar encantador? De ningún modo. Si seguimos viviendo allí, la desaparición de la primera emoción será compensada por un interés más tranquilo y duradero.

Además, son realmente las personas que están dispuestas a someterse a la pérdida de esa primera emoción y amoldarse al interés más relajado las que tienen más posibilidades de encontrar nuevas emociones en otras direcciones.

Este, podría ser, el significado de esa frase de que: “una cosa no vivirá verdaderamente a menos que muera primero”. 

martes, 7 de marzo de 2023

¡A por el martes!

 ¡¡¡Buenos días!!! 

Lo que no termine ayer de mostrar es que el amor es una unión que es mantenida por nuestra voluntad y voluntariamente reforzada por la costumbre. En nuestros matrimonios esa unión está reforzada por la gracia que los dos cónyuges piden, y reciben, de Dios. Las personas podemos sentir ese amor incluso en los momentos en que no nos gustamos. Es lo mismo que nos sucede cuando nos queremos a nosotros mismos incluso cuando no nos gustamos.

Ese amor puede permanecer, incluso cuando cada uno, si se lo permitieran, puede estar enamorado de otra persona. Y es que el “estar enamorados” los llevo primero a prometerse fidelidad, y este amor más tranquilo les permite guardar esa promesa. Es esta clase de amor el que hace funcionar un matrimonio, y el estar enamorados fue la chispa necesaria para ponerlo en marcha.

Es fácil que algunos de vosotros no estéis de acuerdo conmigo y, diréis, claro está: “que no sé lo que estoy diciendo pues no estoy casado”. Es muy posible que tengáis razón. Pero antes de que lo hagáis público, os deberíais de asegurar de que me estáis juzgando por lo que sabéis realmente a partir de vuestra experiencia y por lo que habéis observado a vuestro alrededor, y no por ideas que habéis sacado de libros y películas.