miércoles, 15 de marzo de 2023

¡¡¡Qué miércoles tan "grande" nos espera!!!

 ¡¡¡Buenos días!!!

Hay mañanas que al intentar adivinar el día que tengo por delante me surge una pregunta, que me da la impresión de que no me hago como debía, lo normal es que me pregunte: ¿qué espero yo de la vida? Cuando si lo pienso un poco la pregunta correcta debería ser: ¿Qué espera la vida de mí?

Una diferencia que noto al escucharme las dos respuestas. En nuestra sociedad actual se me esta continuamente diciendo que debo vivir para mí mismo, y que todo a mi alrededor debe girar en torno a mí. Se me dice que todo lo que me rodea: mi familia, mi país, mis amigos, mi entorno, están en deuda conmigo y de ellos solo debo esperar recibir. Y lo que me sucede muchas veces es que cuando recibo mucho me convierto en una persona engreída e insoportable, no solo para los demás sino también para mí mismo; y cuando no recibo casi nada, me frustro a nivel existencial, y entro en una especie de depresión y un vacío interior. 

Ya sé que muchas personas sostienen que el hombre está hecho para ser egoísta. Hay incluso quien dice, por ejemplo, que el hombre es un ser que siempre busca sus intereses, pero que a través de su necesidad de trabajar para mantenerse logra entablar una cierta relación con el resto de los hombres. Pero, entonces, resulta que cuando se trata de recibir no hay límites, pero: ¿cuándo se trata de dar el hombre es un ser limitado? ¿Cuándo se trata de dar debe conformarse con lo mínimo?

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