¡¡¡Buenos días!!!
Hay
mañanas que al intentar adivinar el día que tengo por delante me surge una
pregunta, que me da la impresión de que no me hago como debía, lo normal es que me
pregunte: ¿qué espero yo de la vida? Cuando si lo pienso un poco la pregunta
correcta debería ser: ¿Qué espera la vida de mí?
Una
diferencia que noto al escucharme las dos respuestas. En nuestra sociedad
actual se me esta continuamente diciendo que debo vivir para mí mismo, y que
todo a mi alrededor debe girar en torno a mí. Se me dice que todo lo que me
rodea: mi familia, mi país, mis amigos, mi entorno, están en deuda conmigo y de
ellos solo debo esperar recibir. Y lo que me sucede muchas veces es que cuando
recibo mucho me convierto en una persona engreída e insoportable, no solo para
los demás sino también para mí mismo; y cuando no recibo casi nada, me frustro
a nivel existencial, y entro en una especie de depresión y un vacío interior.
Ya
sé que muchas personas sostienen que el hombre está hecho para ser egoísta. Hay
incluso quien dice, por ejemplo, que el hombre es un ser que siempre busca sus
intereses, pero que a través de su necesidad de trabajar para mantenerse logra entablar
una cierta relación con el resto de los hombres. Pero, entonces, resulta que cuando
se trata de recibir no hay límites, pero: ¿cuándo se trata de dar el hombre es
un ser limitado? ¿Cuándo se trata de dar debe conformarse con lo mínimo?
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