¡¡¡Buenos días!!!
Hay mucho que escribir sobre el orgullo y supongo
que la mayoría de nosotros también sabremos lo que es, sin embargo, existen
algunos posibles malentendidos que me gustaría mostrar.
Estar contento cuando nos elogian por algo que
hemos hecho bien, si lo pensamos un poco llegaremos a la conclusión de que no
es orgullo. Cuando recibo un elogio por parte de la persona a la que he
ayudado, me siento complacido, y así es como debe de ser. Y es que en este caso
el placer reside no en lo que somos, sino en el hecho de que hemos complacido a
alguien a quien queríamos, y con razón, complacer.
Sin embargo, si en vez de pensar: “le he
complacido: todo está bien”, pasamos a pensar: “Qué bueno que debo ser para
haberlo hecho”, es cuando empezamos a tener un problema. Y es que cuanto más
nos entusiasmamos con nosotros y menos en el elogio, vamos por mal camino.
Cuando solo nos preocupamos de lo buenos que somos y ya no apreciamos el elogio
es cuanto ya estamos en lo más bajo del escalafón y, aunque la vanidad es el
orgullo que más se nos ve, es realmente la menos mala y por eso la más digna de
perdón.
Cuando somos vanidosos, queremos halagos, aplausos
y que nos estén admirando continuamente, y siempre los estamos pidiendo. Es un
defecto, pero si lo analizamos un poco nos daremos cuenta rápidamente de que es
defecto infantil e incluso, de alguna manera, un defecto humilde. Nos demuestra
que no estamos del todo de acuerdo con nuestra propia admiración y damos a los
demás el valor suficiente como para querer que nos miren. Por lo tanto,
seguimos siendo humanos.
Sin embargo, el orgullo realmente peligroso y
diabólico es cuando despreciamos tanto a los demás que no nos importa lo que piensen
de nosotros. Ya sé que está muy bien, y a veces es un deber, el que no importe
lo que los demás piensen de nosotros, si lo hacemos por razones adecuadas; por
ejemplo, porque nos importa muchísimo más lo que nos dice nuestra moral o
nuestra creencia.
Pero la razón por la que al hombre orgulloso no le
importa lo que piensen los demás es diferente, y la veremos mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario