viernes, 24 de marzo de 2023

¡¡¡Por fin es viernes!!! ¡Bendito día!

 ¡¡¡Buenos días!!!


Hay mucho que escribir sobre el orgullo y supongo que la mayoría de nosotros también sabremos lo que es, sin embargo, existen algunos posibles malentendidos que me gustaría mostrar.

Estar contento cuando nos elogian por algo que hemos hecho bien, si lo pensamos un poco llegaremos a la conclusión de que no es orgullo. Cuando recibo un elogio por parte de la persona a la que he ayudado, me siento complacido, y así es como debe de ser. Y es que en este caso el placer reside no en lo que somos, sino en el hecho de que hemos complacido a alguien a quien queríamos, y con razón, complacer.

Sin embargo, si en vez de pensar: “le he complacido: todo está bien”, pasamos a pensar: “Qué bueno que debo ser para haberlo hecho”, es cuando empezamos a tener un problema. Y es que cuanto más nos entusiasmamos con nosotros y menos en el elogio, vamos por mal camino. Cuando solo nos preocupamos de lo buenos que somos y ya no apreciamos el elogio es cuanto ya estamos en lo más bajo del escalafón y, aunque la vanidad es el orgullo que más se nos ve, es realmente la menos mala y por eso la más digna de perdón.

Cuando somos vanidosos, queremos halagos, aplausos y que nos estén admirando continuamente, y siempre los estamos pidiendo. Es un defecto, pero si lo analizamos un poco nos daremos cuenta rápidamente de que es defecto infantil e incluso, de alguna manera, un defecto humilde. Nos demuestra que no estamos del todo de acuerdo con nuestra propia admiración y damos a los demás el valor suficiente como para querer que nos miren. Por lo tanto, seguimos siendo humanos.

Sin embargo, el orgullo realmente peligroso y diabólico es cuando despreciamos tanto a los demás que no nos importa lo que piensen de nosotros. Ya sé que está muy bien, y a veces es un deber, el que no importe lo que los demás piensen de nosotros, si lo hacemos por razones adecuadas; por ejemplo, porque nos importa muchísimo más lo que nos dice nuestra moral o nuestra creencia.

Pero la razón por la que al hombre orgulloso no le importa lo que piensen los demás es diferente, y la veremos mañana.  

No hay comentarios: