martes, 21 de marzo de 2023

¡¡¡Muy acertado este martes!!!

 ¡¡¡Buenos días!!! 

He esperado unos días, es fácil que demasiados, para escribir algo sobre el día de la mujer y, es que un año más, hemos podido ver cómo hay muchas diferencias, e importantes, en cómo se puede entender el feminismo.

Existe desde hace años una sensibilidad cada vez mayor en cuanto el papel de la mujer en nuestra sociedad. Sin embargo, nos encontramos con unas posiciones deshumanizadas por parte de partidos políticos que según mi entender son algo más que una enfermedad grave y que no sanara tan fácilmente.

Esos extremismos están haciendo desaparecer la familia y, por lo tanto, la paz en la sociedad. Lo que vemos que se está implantando es un individualismo egoísta, contrario a todo lo que se ha estado intentando enseñar desde hace muchos siglos: el amor. Es un ambiente verdaderamente preocupante porque influye más de lo que parece. Se infiltra incluso en los ambientes que podríamos denominar cristianos, porque es muy fácil caer en el egoísmo, en comparar, medir, pensar en si me dan o me dejan de dar. Y unas relaciones que empiezan así están llamadas a terminar mal y pronto.

No hay duda de que muchas personas creen de buena fe que estos cambios van a traer unos beneficios para la humanidad, y que sus vidas se han visto mejoradas por las libertades que solo una revolución podría haber conseguido. Sin embargo, pienso que esos cambios están provocando al mismo tiempo la destrucción del entorno natural de la persona, con unas consecuencias que apenas empezamos a ver y entender.

Nos encontramos con una gran confusión de los términos, se habla de mi pareja en lugar de novio, marido o amigo. Como si todo diera igual. Las palabras fuera de lugar están teniendo repercusiones en cada una de las fases de la vida, lo podemos observar en el aumento de los problemas psiquiátricos, vemos los daños en los hogares donde falta el padre o la madre, los daños que está causando la soledad no solo en nuestros mayores sino en el aumento de las personas que viven solas y que poco a poco se van aislando, con los problemas psicológicos que esto conlleva.

Por eso cuando veo a jóvenes matrimonios con niños pequeños, con unas virtudes que surgen del amor, de la preocupación de unos por otros, del empeño de dedicar mucho tiempo a sus hijos, aunque tengan mucho trabajo, me alegro porque eso marca el futuro.

Cualquiera de nosotros, con dos dedos de frente y una poca capacidad de observación se da cuenta de dónde está lo bueno. 

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