¡¡¡Buenos días!!!
Por
lo que dije el otro día, tengo que admitir que eso significa que hay que amar a
las personas que no tienen nada de amables. Pero, entonces, me surge una
pregunta; ¿tengo entonces yo algo de amable?
Yo me amo simplemente porque soy yo. ¿Eso quiere decir que debo amar a
todos los seres de la misma manera y por la misma causa?, pues creo que sí.
En
fin, hay otra cosa de la que me he dado cuenta mientras escribía estas cosas, y
es que hay muy pocas personas que reconocen un problema que ven en los demás y
del que apenas nadie, salvo algunos, imaginamos ser también culpables de
tenerlo.
He
visto a muchas personas reconocer que tienen un carácter nefasto, o que no
pueden vivir sin el sexo, o sin la bebida, e incluso personas que reconocen que
son unos cobardes. No creo haber oído a nadie que no fuera cristiano acusarse
de este vicio al que me refiero. Y, además, muy pocas veces he conocido a
alguien que no siendo cristiano sintiese la más mínima compasión con este vicio
en otros hombres.
No
existe un defecto en un hombre que lo haga más impopular, y ninguno del que
seamos más inconscientes de tenerlo. Y es que cuanto más lo poseemos más nos
molesta en los demás.
¿Os parece que exagero? Veréis mañana como no.
No hay comentarios:
Publicar un comentario