sábado, 31 de diciembre de 2022

¡¡¡31 de diciembre!!! ¡¡¡Buenos días!!!


 
¡¡¡Buenos días!!!

Veo que en cada “buen día” dejo cosas para aclarar, lo cual me hace continuar algunos días más con el mismo tema o al menos con una deriva de él.

¿Es que tiene importancia nuestro pensamiento como pueblo? Pienso que sí. Creo que existe una correlación entre nuestro pensamiento como pueblo y nuestra influencia, puesto que lo que pensamos como pueblo es lo que justifica nuestra situación entre los otros pueblos y nuestra influencia en la toma de decisiones a nivel global.

¿Cuál es nuestra influencia a Europa? No podemos contestar a esa pregunta sin saber cuál es nuestro pensamiento. Estaría bien que nuestro pensamiento fuera universal. Pero no es así. Hay una crisis española. Hay una crisis de Europa. Y no es normal que existan ambas crisis a la vez, salvo que sean el reflejo de otra crisis aún mayor. Pienso y, más vale que os lo diga cuanto antes mejor, que esa crisis es una crisis de civilización.

¡Claro! Que pronto lo soluciona todo está mañana. ¡Toda la culpa para la civilización moderna! Ahora que estamos en plena crisis económica, con una guerra en el corazón de Europa que no acaba de acabar, y la paz que no acaba de empezar, y que todo junto ha dado un golpe tremendo al prestigio de Europa. Ahora es muy fácil buscar el culpable de todas nuestras crisis. Sin embargo, no se trata solo de una crisis económica. Es algo más profundo. ¿Poner en entredicho la civilización moderna, no es también poner en entredicho a Europa? Puede ser, pero, lo queramos o no, hay miles de personas en Europa y fuera de Europa que empiezan a tener dudas de esta civilización.

Y si esto es así, no creo que tengamos que unir nuestro pensamiento, ni someter nuestra tradición a una civilización que aparece ante todos, más bien como una rebaja de todos los valores morales. Creo que tendríamos que ser los primeros a denunciarlo.

Pero, ante todo, el primero es lo primero, hoy toca terminar el año saliendo a correr.

viernes, 30 de diciembre de 2022

¡¡¡Buen viernes!!!

 ¡¡¡Buenos días!!!

 Lo sé, el otro día no deje muy satisfechos a algunos de vosotros, ya sé que el optimismo, ponemos por ejemplo de un enfermo puede ayudar en su curación. Pero también me tendréis que reconocer que también puede causarle la muerte, sobre todo si se le anima a no seguir las indicaciones del médico y se le manda a la medicina alternativa. Siguiendo un poco más con algunos ejemplos, otra vez me tendréis que reconocer que ninguna clase de optimismo ha librado a nadie de un terremoto.

 El optimismo es una falsa esperanza para uso de los que no se atreven a actuar y no quieren pensar ni sacar conclusiones.

Veamos, una sociedad como la nuestra debería tener esperanza en el futuro y no ser optimista ante él, tendría que ser capaz de elegir y hacer piña en torno a sus élites, lo cual no quiere decir a una tal o tal otra clase de ciudadanos, sino alrededor de aquellos que están dispuestos a correr un riesgo. El riesgo de pensar y actuar, y es que un pensamiento que se está quieto no vale gran cosa, y realizar un acto que no se piensa no vale nada.

¿Una sociedad como la nuestra piensa? Puedo contestar que sí. El pensamiento de un pueblo, como el nuestro, no es en absoluto la suma de las opiniones variadas de todos sus intelectuales que piensan, en la mayoría de los casos, según sus estados de ánimo en cada momento. El pensamiento de un pueblo es su vocación histórica.

¡Ah, pero esto no es moderno!

jueves, 29 de diciembre de 2022

Proyecto para 2023

   

 

    En el prólogo de El Hombre Eterno, Chesterton dice que: “Hay dos formas de llegar a un lugar. La primera de ellas consiste en no salir nunca del mismo. La segunda, en dar la vuelta al mundo hasta volver al punto de partida”.

Durante el año que vamos a comenzar no voy a intentar dar la vuelta al mundo para volver a casa sino dar la vuelta a la península Ibérica siguiendo toda la costa y cruzar los Pirineos por Francia, para volver a casa. Y, estoy casi seguro de que la escena del año pasado, semanas antes de empezar el viaje al Nordkapp se va a repetir.

Hay un momento en que para empezar un viaje con la bicicleta al igual que para alcanzar un sueño o un deseo tienes que saltar, tienes que separarte del suelo para poder llegar a ellos. Ese instante, o ese tiempo, produce vértigo, puede paralizarte el miedo o sencillamente ese viaje puede que no tenga tanta fuerza como hacerte saltar y no alcanzarlo, de caerte. Sin embargo, si no saltamos, nunca lo alcanzaremos.

No sé cuándo saltaré, no tengo las fechas decididas, pero seguro que en algún momento deberé dejar ese suelo donde se asientan mis seguridades, lo que conozco, lo que tengo. El suelo es mi realidad. Sin embargo, no hay ningún sentido en vivir como si no existiera, esa es una actitud incrédula. No reconocer el suelo que me sostiene es vivir maldiciendo mi realidad no aceptándola.

Si no reconocemos el suelo que pisamos no vamos a poder dar el salto, nunca será lo suficientemente llano, nunca será el momento adecuado o nunca estarán las cosas suficientemente claras. A veces te sientes tan pegado al suelo, te ves tan realista, que es imposible saltar y no puedes soñar. La realidad se convierte en una garra que te tiene atrapado al suelo, atrapado en el presente, convirtiéndonos en tan equilibrados y prudentes que no hay nada que nos conmueva lo suficiente como para intentar saltar, soñar, viajar, coger la bicicleta y cargarla con las alforjas y partir.

El ciclo- viajero no tiene que desear que su viaje sea algo tan estructurado, claro, definido, preciso, que sea entonces ya no un deseo o una ilusión, sino que se acabe convirtiendo en una obligación. Y entonces sí, se asume como otra carga más de la vida y nuestros pies se quedan pegados al suelo, pero a esto lo llamamos sensatez.

Hay que saber el terreno que pisamos y aceptarlo, sin lamentaciones, hay que vivir agradecido por cada palmo de suelo que pisamos. Ser consciente de nuestras limitaciones nos hará pisar con confianza pues sabemos que hay nuevas posibilidades, nuevas metas que todavía no hemos alcanzado, entonces es posible descubrir ese deseo que va a tirar de nosotros. El deseo que nos invita a saltar, a soñar, desde lo que conocemos a lo nuevo. Un nuevo proyecto, un nuevo compromiso, una nueva amistad; y están, por supuesto, los momentos del riesgo, y del hormigueo en el estómago. Pero también está la serena confianza de que podemos y queremos saltar. No al vacío, sino al encuentro de esa ilusión.

Es curioso, han pasado años, muchos viajes, muchos saltos, pero cada vez que me encuentro en un momento así siento un regusto salado en los labios.

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¡¡¡Buen día!!!

 ¡¡¡Buenos días!!! 

Es bastante común que reflexionemos sobre lo que termina, nos agrada meditar sobre lo que hemos vivido y nos gusta evaluar lo que realizamos: lo solemos hacer al finalizar cada día y más todavía cada fin de año, hacemos “balances”.

Pero, nos hemos parado a pensar ¿qué es lo que solemos evaluar? Pienso que uno de los grandes problemas de nuestro tiempo se trata del reduccionismo que solemos aplicar a esas evaluaciones. Por lo general suelen ser pocas las categorías: éxito o fracaso, productividad y resultados obtenidos.

Si nos hacemos esta pregunta: ¿Qué es lo realmente importante en la vida de una persona al pasar el tiempo? Vemos que las categorías anteriores no tienen prácticamente importancia. No nos dicen nada de nuestra calidad de vida ni de cómo nos ha ido humanamente.

Para eso nos deberíamos de hacer otras preguntas y reflexionar sobre las respuestas que nos hemos dado. Nos deberíamos preguntar: ¿Cuánto he reído? ¿Cuánto he aprendido? ¿De qué cosas me he liberado? ¿Cuánto he disfrutado de la vida cotidiana? ¿Cuánto fui capaz de amar? ¿Cuánto me he dejado amar? ¿Cuánto tengo para agradecer?

Tomarse el tiempo para reflexionar sobre esas respuestas nos va a permitir ver con otros ojos no solo el día que hemos pasado y el año que se nos escapa sino toda nuestra vida. No se trata solamente de hacer cálculos del día y año “bueno o malo”. Tal vez lo que más nos va a costar es encontrar el tiempo para pensar en nuestro modo de vivir.

Algunos de nosotros elegiremos echarle la culpa de cómo nos va la vida al destino o a las estrellas, pero la verdad es que no estamos determinados por ningún poder mágico y oculto, ya que la mayoría de las cosas que nos suceden depende de nuestras decisiones, de cómo vivimos el día a día y del sentido que le damos a nuestra vida.

Tengo que decir también que no todo depende de nosotros, pero de cómo vivimos lo que nos toca vivir solo dependerá de nuestra voluntad, de nuestra actitud ante la vida y ante los demás. Ser felices depende más de lo que creemos de nosotros.  

Los problemas existen, claro que existen. En la vida siempre hay problemas que resolver y tragedias sin solución que nos van a provocar, sin duda, mucho dolor. Sin embargo, la actitud con la que las enfrentemos hará la diferencia.

No por tener problemas vamos a dejar de ser felices, las personas más felices no son las que no tienen problemas, sino las que son agradecidas. Si siempre nos estamos quejando no vamos a disfrutar de la vida. Hay que tener un sano realismo y ver lo que está mal y luchar para cambiarlo, sin dejar de agradecer, no perder la alegría.

El 2022 se termina y el 2023 va a comenzar dentro de nada, pero es solamente una forma de medir el tiempo. Lo que realmente importa es la calidad de ese tiempo vivido. Ahora nos toca decidir cómo vamos a vivir cada día de ese 2023, para que cuando lo terminemos podamos dar gracias porque hemos crecido, hemos perdido y ganado, hemos llorado y reído, en suma, dar gracias porque vivimos haciendo que valga la pena vivir.

miércoles, 28 de diciembre de 2022

¡¡¡Buenos días a todos!!!

 ¡¡¡Buenos días!!!

Hay, seguro, entre vosotros algunos que me hacen el honor de leerme con más frecuencia, y, tal vez son esos precisamente los que tienen más necesidad que les tranquilice sobre algunas cosas.

Alguna vez puedo parecer pesimista y otra optimista y, me gustaría aclararlo. La palabra pesimismo no tiene para mí más sentido que la palabra optimismo, que es la contraria generalmente. Estas dos palabras están tan vacías por el uso como la palabra democracia, por ejemplo, que sirve ahora para todo y a todo el mundo, lo mismo a Putin que a Sánchez.

 El pesimista y el optimista coinciden a no ver las cosas como son. El optimista es un tonto feliz, el pesimista un tonto desgraciado. Sé que hay entre vosotros gente de muy buena fe que confunde la esperanza con el optimismo. El optimismo es un sucedáneo de la esperanza. El optimismo lo aprueba todo, lo sufre todo, lo cree todo, es la virtud por excelencia del ciudadano, del cual se cree todo el que le dicen los políticos y sobre todo sus políticos.

El optimismo es un sucedáneo de la esperanza que se puede encontrar fácilmente en cualquier parte, incluso, por ejemplo, en el fondo de una botella. La esperanza, en cambio, se conquista. No se llega a la esperanza sino a través de la verdad, haciendo grandes esfuerzos y de larga paciencia. Para encontrar la esperanza, hay que llegar más allá de la cruda verdad.

Mirad, cuando somos capaces de llegar al final de la noche, es cuando nos encontramos con un nuevo amanecer. El pesimismo y el optimismo no son, en mi opinión, y lo digo de una vez para siempre, sino las dos caras de una misma impostura, el derecho y el revés de una misma mentira.

martes, 27 de diciembre de 2022

¡¡¡Bienvenido, martes!!!


¡¡¡ Buenos días!!! 

Esta mañana me he despertado, tal vez por el día que es, con la sensación de sentirme mayor, como diciéndome: ¡Esto es el que hay!, y es verdad, es que, sí, ya soy mayor, lo soy. Tengo que pisar el suelo. Dejarme de ensoñaciones. Gritar a las cosas por su nombre. 

Me parece claro que, los que tenemos ya una edad, tendríamos que aprender a envejecer.

Espero no estar ofendiendo a nadie al decirlo, me lo digo a mí mismo. El paso del tiempo tiene sus leyes que, hay que aceptarlas, y si lo hacemos nos ayudarán a estar serenos, a ser felices. Los años creo que nos han dado sabiduría, experiencia y también límites. Estos no son negativos, tienen la misión de protegernos: ya no podemos hacer ciertos deportes, ni llevar cargas pesadas, tenemos que descansar. 

El cuerpo no responde igual que a los veinte años. Hay que jubilarse con gusto de actividades que antes hacíamos. Sería una tontería forzar el cuerpo y una locura malgastar la sabiduría acumulada en pro de una soñada adolescencia, gracias a Dios ya superada.


lunes, 26 de diciembre de 2022

¡¡¡Buen lunes a todos¡¡¡


 

¡¡¡Buenos días!!!

Una vez más nos encontramos en un día de fiesta, al menos lo es en Pego, Segundo día de Navidad, un día perfecto para disfrutarlo.

No si estaréis del todo de acuerdo conmigo si digo que todo en nuestras vidas tiene una parte formativa, es decir, lo que nos pasa, lo que hacemos, lo que sentimos, forma poco a poco, o con cierta rapidez, nuestras maneras de pensar, de elegir, de sentir.

Y, sí esto es así, parece clara la importancia de ir formando nuestra sensibilidad, nuestros afectos y nuestras emociones.

Ya sé que más de uno de vosotros ahora estaréis pensando que la inteligencia y la voluntad para hacer cosas es lo más importante. Pero todo lo relacionado con nuestro mundo afectivo y emocional tiene un papel fundamental para controlar lo que pensamos y lo que elegimos.

Por eso hacia hincapié en la importancia que tiene que formemos nuestros sentimientos, sabemos que los sentimientos y afectos se pueden controlar, es difícil, pero se puede hacer.

Unos ejemplos básicos: quién elige ver ciertos videos frívolos, superficiales, incluso de mal gusto, configurará sus emociones y sentimientos en una dirección equivocada, hasta llevarle a mirar de manera incorrecta a otras personas con las cuales se encuentra cada día. Quién lee continuamente páginas de Internet llenas de odio hacia algunas personas concretas, hará que su dimensión afectiva se oriente hacia sentimientos negativos de rabia, de rencor, incluso hasta llegar a sentimientos de venganza.

Por eso es tan importante tomar conciencia que cada acto que realizamos plasma nuestro mundo emocional sea hacia una configuración nociva, sea hacia una orientación positiva y sana. 

domingo, 25 de diciembre de 2022

Salir a dialogar.

 ¡¡¡Buenos días!!!

Llevo tres días en los que he estado pensando más de lo normal en algo que curiosamente es normal, pues la estancia en un lugar extraño permite ver las cosas de otra manera y nuestras reflexiones pueden dirigirse a otros lugares que no habíamos tenido la ocasión de visitar. Y ya os digo yo que estos días son perfectos para ello.

Días de aprender, de escuchar, mirar, para después, discernir, comprender, y sin dilación confiar en los demás y actuar.

Pero si queremos entender no hay más remedio que trasladarse e intentar mirar fuera, a lo que nos es desconocido y que nos está afectando. Hay que convivir con la sensación de que no sabemos nada de lo que tenemos delante y hacerle preguntas a la realidad para sacarle ese secreto que nos es desconocido. Preguntar sobre la repercusión del transhumanismo, las consecuencias de la nueva economía que está acrecentando la desigualdad, las consecuencias de nuestra deriva democrática y los problemas de la guerra, y sobre todo pensar en la repercusión que todo ello tiene en cómo me concibo.

Como cristiano, sobre todo en Navidad, me frustra no poder aportar al mundo en el que vivo toda la novedad que aporta la vivacidad de mi fe. Cuando escribo o comento sobre el verdadero sentido de la Navidad ya no le resulta relevante a quien lo lee o escucha, ya no le responde a ninguna pregunta y el que lo lee internamente desconecta y me descarta para posibles consultas. Unas veces parece que escribo de un mundo ya acabado, otras de un mundo diferente de los que los demás viven. Y así, muchas veces me suele bastar, como anoche en la misa del Gallo, el verme rodeado de los míos en mi iglesia, en la que hay días que más bien parece una guarida y refugio.

¿Qué hacer? En estos días tengo que reescribirlo todo, repensarlo todo, lo que implica revivirlo. Ese es el reto de ahora en adelante: reescribir, repensar, revivir. Empezar de cero ante esta nueva sociedad. Lo que mis padres me enseñaron volverlo a aprender. Ya no volveré por el mismo camino, ya no utilizaré los mismos recursos, ni, ya no, daré determinadas cosas por supuestas. Como pasa siempre no basta repetir, es preciso crear. Salir a dialogar.  

Si hay un asunto que he visto claramente estos días es la necesidad de la presencia de lo cristiano en nuestra sociedad, de nuestra aportación a una España y una Europa que nos considera ya no como una herencia sino en ocasiones como un obstáculo. Tengo que buscar una nueva forma de transmitir que me permita ser un hombre contemporáneo y católico sin renunciar a nada.

Tengo que decir una cosa más, llevo escribiendo regularmente en mi blog, no tanto para trasmitir sino porque de esta forma entiendo más y mejor todo lo que pasa y me pasa, y solo haciéndolo he descubierto realidades ocultas que creía saber, pero que no las he visto completamente hasta que no me detengo a redactarlas. No lo hago para mostrar la realidad, lo hago para descubrirla y para conmoverme de nuevo.

Confieso una cosa, poner por escrito lo que vivo e intuyo me hace no tener esa sensación de que no estoy en el sitio adecuado. Me hace sentirme más seguro de esas pocas y esenciales verdades, y, por tanto, mucho menos asustado.

Eso sí, sigo en marcha, pero ahora sé por qué. 

¡¡¡Buenos días!!!


 ¡¡¡Buenos días!!!

Tengo una edad en la cual ya no tendré en muchas ocasiones la necesidad de escribir mí currículum, sino más bien lo que tendría que ir pensando es empezar a escribir mi obituario.

Hay una diferencia como sabéis. El currículum viene a detallar lo que hemos hecho bien y nuestros éxitos, y el obituario es donde escribiríamos como queremos ser recordados y cuánto de bueno dejaremos detrás de nosotros.

Lo interesante de esta cuestión se encuentra en ver como escribimos un obituario en la forma de que no sea solo otra versión de nuestro currículum.

En fin, veré si puedo hacer un esquema de mi obituario a manera de prueba. Espero que no sea muy complicado porque solo tendré que resumir mis errores, pedir que me perdonen unas cuántas personas, pedir perdón a otras muchas, dar las gracias a muchas más y como no repetir una vez más “Te amo”.

Espero acordarme de todas las personas y de los motivos, al menos de los más importantes.

sábado, 24 de diciembre de 2022

¡¡¡Buenos días a todos!!!

¡¡¡Buenos días!!!

Me he despertado con la sensación de que tenía un trabajo que acabar, no creo haber cerrado el otro día, el tema del amor y el compromiso conyugal como yo hubiera querido. ¿Cómo es que existe tanto fracaso matrimonial? ¿Cómo es que se fracasa tanto en el amor? Y una respuesta que se me olvido el otro día es que, quizás, nunca hubo amor verdadero en la pareja. Porque, “el amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo soporta, todo lo espera”. ¿O no?

No es cierto que esté diciendo que estimar signifique ser el mártir en la pareja. No se trata de dejarse humillar, ni de callar y soportar que tu pareja pisotee tu valía. No es esto el que estoy diciendo. Es más, estoy seguro de que, en muchas circunstancias, se malinterpretan esas palabras, justificando con ellas el que se anime a la parte de la pareja que sufre a “aguantar”.

Lo que sí que creo es que el amor de verdad es capaz de permanecer fiel cuando lo que era blanco ahora es negro. Cuando uno quiere con el corazón, no se desentiende del que está pasando por un mal bache. Hay día en que quieres salir corriendo y piensas que mereces ser feliz, que mereces una vida mejor, que no quieres seguir en una continua incertidumbre sobre si la cosa mejorará o no. Que lejos nos parecen entonces las palabras: “en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza…”. Y piensas que no tenías ni idea del compromiso que asumías.

 Es el momento de la comprensión; de la paciencia; de la sinceridad; del perdón; del diálogo, mucho de diálogo. Es el tiempo de ponerse a prueba y poner a prueba esa unión. Puede ser que finalmente la solución sea la ruptura. Pero no se puede llegar a ella sin antes no haber luchado para mantener el compromiso adquirido.

Esto que escribo es la reflexión que hago sobre cómo actuar en esas circunstancias que nos llevan a la ruptura de una palabra dada. ¡Qué sabré yo! Pues no mucho la verdad. El que sí que sé es que cuando el amor es amor del bueno, como solemos decir: “no pasará nunca”.

viernes, 23 de diciembre de 2022

¡¡¡Buenos días a todos!!!


 ¡¡¡Buenos días!!!

Antes de empezar este nuevo día tengo que decir que me continúa preocupando la guerra en Ucrania, me preocupa sobre todo porque además de la guerra en sí veo que nos está afectando más del que desearía. Pasan las semanas y no se ven avances en la consecución de la paz, tampoco se ven indicios que ni los rusos ni los ucranianos quieran empezar a pensar en el perdón, a perdonarse mutuamente.

Ya sé, lo sé, esto no es fácil de hacer; es más, tal vez es imposible de hacer. Es necesario decir que el perdón no es simplemente una cuestión de quererlo y seguir adelante. Dejarlo pasar y seguir adelante.

No funciona así, lo sabemos muy bien los españoles. Estas heridas que penetran en el alma tardan tiempo a curarse, mucho tiempo a sanar, y el proceso es insoportablemente lento, es una cosa que no puede acelerarse.

Una guerra es una herida muy profunda, demasiado destructiva y dolorosa para que la podamos curar en unos pocos años de nuestra vida. Hay un pequeño refrán que cierra una verdad tan profunda que no la vemos inmediatamente: “Errar es humano, pero perdonar es divino”. Esto hace que el perdón sea tan difícil, existencialmente imposible a veces, no es que nuestros egos estén magullados y heridos. Más bien, la verdadera dificultad es que una herida en el alma funciona igual que una herida en el cuerpo; nos desnuda de nuestra fuerza. Lo que hace que nos resulté muy difícil perdonar.

 Espero que rusos y ucranianos empiecen pronto este largo camino hacia la paz.

jueves, 22 de diciembre de 2022

¡¡¡Buen día a todos!!!

 ¡¡¡Buen día a todos!!!

Algunas mañanas al despertarme pienso que soy demasiado rígido y en cambio hay mañanas que me considero demasiado flexible, no si es posible ser “demasiado rígido” o “demasiado flexible”.

Tengo bastante claro que rígido se opone a flexible. Una barra de hierro es rígida y si tenemos una idea que consideramos como absoluta y completamente verdadera también podemos decir que es una idea rígida.

Visto así, se piensa que la rigidez intelectual es una cosa mala o negativa. Esto, creo que merece una reflexión más profunda. Veamos, si yo afirmo rotundamente que el racismo es injusto y que tiene que ser ilegal. Y lo creo realmente, defenderé esa idea con firmeza, con decisión. Es decir, con rigidez, por un simple motivo: no quiero cambiar de idea, porque considero que el racismo siempre es malo.

Este es un ejemplo de que la rigidez puede ser buena. No creo que nadie me acusara de ser negativo por mi firmeza y “rigidez” al estar en contra del racismo.

En fin, la cosa que quiero aclarar con todo esto es que conviene pensar serenamente si una posición considerada como rígida tiene sentido por basarse en elementos válidos que garantizan su verdad, o si carece de estos.

miércoles, 21 de diciembre de 2022

¡¡¡Buenos días a todos!!!


 ¡¡¡Buenos días!!!

Cada día doy los “buenos días”, y algunos de vosotros podréis pensar que los doy por educación, pero no, no es un acto de educación que pueda hacer sin reflexión, no doy los “buenos días” porque es la costumbre y lo hace la mayoría de la gente. ¿Pero quién es la gente? podríamos decir que se una masa más o menos extraña que se convierte en “una cosa anónima” y donde se pierde la relación entre personas.

Sin embargo, cuando ese “buenos días” se vive conscientemente se convierte en cortesía, porque ya no se dirige a la “gente” sino a personas concretas que se encuentran en dando vueltas por internet.  

 Este acto de cortesía no nos rebaja ni nos hace vulgares, sino que nos transforma en más humanos. No se trata de quedar bien con una cosa tan impersonal como una red como “facebook” o un blog, se trata de recordarse de cada uno de sus integrantes, de no tratarlos como gente sino como personas.

Repito: ¡¡¡BUEN DÍA A TODOS!!!

martes, 20 de diciembre de 2022

¡¡¡Buenos días, martes!!!

 


¡¡¡Buenos días!!!

He acabado hace unos minutos, como todas las mañanas, de dar un repaso en los principales periódicos y como casi todos los días tengo que hacer un esfuerzo para no desmoralizarme.

Sé que no voy ganando mis sencillas batallas políticas ni que mis principios se están imponiendo, ni he detenido el avance de todas las ideas que me son contrarias, ni veo un camino donde pueda conseguir alguna victoria, pero silenciosamente mantengo viva una forma de entender la vida que me gustaría que se mantuviera en el tiempo, y, esto influye y marca mi comunicación con el futuro.

Esto es lo importante, conservar la unión de mis principios con el futuro, confiando que tranquilamente influyan no en el corto plazo sino en el futuro. Avanzando despacio, sin hacer mucho de caso de los comentarios de quien pueda estar observando, sin que importe tropezar de vez en cuando, con la condición de avanzar un poquito. Con solo a una persona a la cual ayude a recordarlos en el futuro, me doy por satisfecho.

lunes, 19 de diciembre de 2022

¡¡¡lunes!!! ¡¡¡Buenos días!!!

 ¡¡¡Buenos días!!!

Los domingos por la tarde son unos de los mejores momentos para descansar y pensar, y el de ayer lo fue particularmente.

Mientras me tomaba un cortado después de realizar una merecida siesta, pensaba que si me encuentro una piedra en el suelo cuando salgo a andar por la montaña, y me pregunto: ¿quién puso esa piedra aquí? Puedo contestarme sencillamente que siempre ha estado aquí, y continuar andando. Pero, y si en vez de una piedra me encuentro un reloj que todavía está marcando la hora, no puedo decir simplemente que siempre ha estado aquí y continuar. ¿Por qué? Porque el reloj ha sido fabricado por alguien capaz de hacerlo. Además, todavía está marcando la hora, cosa que significa que pudo no haber estado siempre aquí. Alguien lo puso aquí, y en cierto momento exacto de la hora.

 ¿Dónde llegue ayer por la tarde con esta reflexión? Pues que, como muchas de las cosas que hay en este mundo tienen un diseño inteligente, tiene que haber un diseñador inteligente en su origen. No puedo decir que este día es aquí por casualidad y seguir como si tal cosa. Alguien lo ha puesto aquí porque lo disfrute.

Ya sé que la mayoría de vosotros ahora mismo estaréis considerando esta lógica un poco ingenua, sin embargo, quizás la ingenuidad y la sencillez es fundamental para aclarar estas cosas tan simples. Porque la mí inteligencia se siente totalmente insignificante si no aplico el sentido común.

domingo, 18 de diciembre de 2022

¡¡¡Buen domingo a todos!!!

 

¡¡¡Buenos días!!!

Ya estamos en domingo, a ver hoy como empieza el día. Esperaré un poco para ir adivinándolo, porque, aunque pueda ser verdad aquello de que “quien espera desespera”, creo que la espera, como la entiendo yo, tiene mucho de positivo, puesto que nos enseña que no todo puede ser aquí y ahora como queremos.

“El que espera, desespera”, ¡vale!, pero esa desesperación nace de la falta de una auténtica esperanza. Cuando nos olvidamos de que la esperanza es un don que nos hace capaces de superar con paciencia todo obstáculo, toda adversidad y toda impaciencia, es cuando quedamos atrapados en nuestro propio laberinto de frustración y desconcierto.

No hace falta desesperarse nunca, y menos en domingo, porque es verdad que la esperanza no nos defraudara.

sábado, 17 de diciembre de 2022

¡¡¡Buenos días sábado!!!

 


¡¡¡Buenos días!!!

El despertarse y estar todavía media hora para levantarse nos da la oportunidad de poder recapacitar y, aunque esto siempre tendría que ser bueno a veces produce un verdadero dolor de cabeza. Esta mañana de sábado es uno de estos días en que la reflexión me provoca incertidumbre.

¿Cuánto vale mi vida? Reflexión sencilla y lógica, con una respuesta inmediata: mi vida vale igual que todas las otras. Sin embargo, tengo la impresión de que no todas las personas lo tienen claro. Veamos, toda vida humana vale, y vale lo mismo, y vale más que todo lo que existe, incluso que todo el universo. Y vale no en términos de utilitarismo, pragmatismo, etc. sino que mí vida y tu vida vale por sí misma, su valor no puede ser clasificado dentro de las medidas que algunos o la mayoría dicta, sino que es invaluable porque radica en su ser persona.

 No parece muy complicado entenderlo, aunque da la impresión de que sí que lo es. Que le vamos a hacer, habrá que continuar explicando que la persona siempre es más; más que su cuerpo, sus ideas, sus sentimientos, la persona es siempre más que su fuerza física, su salud o enfermedad, más que su nacionalidad, color de piel, más que el tiempo que tiene de existir, si vive dentro o fuera del seno materno, si es culto o no ha tenido la oportunidad de estudiar, o no ha querido… más que sus creencias religiosas y preferencias personales.

Somos más...

viernes, 16 de diciembre de 2022

¡¡¡Buenos días viernes!!!

¡¡¡Buenos días!!!

No me queda más remedio que empezar este maravilloso viernes con una sospecha que durante toda la noche está dándome vueltas y, hasta que no la traslade al papel no me quedare tranquilo. Y es que anoche me acosté con la sensación de que la guerra en Ucrania no acabara hasta que Putin no esté convencido que la ha perdido.

Y me preocupa, pues, aunque pienso que no es fácil que Putin utilice armamento nuclear no es imposible que lo haga. Sus amenazas hay que tomarlas de verdad puesto que un país con bombas nucleares parece que está siendo vencido por uno que no las tiene. Y esto me inquieta.

Está claro, al menos para mí, que constriñe la paz. Pero no se conseguirá sin dar a cada uno lo suyo. Ahora nos encontramos con que las aspiraciones y la existencia de Ucrania como país están amenazadas por quien quiere imponer el derecho del más fuerte. No hay ese mínimo de confianza mutua que consentiría un diálogo para detener las armas. El mal que se ha hecho tiene que ser reconocido y, en lo posible, reparado. No necesariamente de manera inmediata. Pero sí en algún momento. Si no es así no se puede volver a empezar de nuevo.

Soy pesimista, lo siento.

jueves, 15 de diciembre de 2022

¡¡¡Buenos días, jueves"


 
¡¡¡Buenos días!!!

Algunas mañanas tengo la impresión de que vivo en una época de cansancios, de sentirme agotado con la rutina de cada día, de sentirme desbordado por las tareas diarias. Ese “estar quemado” se me cuela en cada empezar el día, en cada noticia y conversación que tengo, y llego a asumir que solo yo estoy “quemado”.

Tengo esa impresión porque comparé mi vida con las vidas idílicas que percibo en las redes, es verdad que me voy concienciando frente a las “fake news” pero solo en las del terreno político, económico y social, pero me queda todavía reconocer las “fake news” de la cotidianidad. Las del día a día. Las que, sin intención o con ella, me muestran una rutina de felicidad, emociones y perfección, donde no tiene cabida el cansancio, las pocas ganas, la torpeza… Todo esto que vivo en mi día a día es lo que al final me hace humano.

Las redes son una ventana a la realidad, pero no son la realidad. Es una obviedad que tengo que repetirme cada día.

miércoles, 14 de diciembre de 2022

¿De qué serviría que el camino fuera recto?

 “Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K. Chesterton). 

El tiempo pasa y ya hay que ir aclarando cuales van a ser los proyectos para el año que viene e ir volviendo a poner la bicicleta en modo viaje. Estoy seguro de que alguna vez habréis pensado que todos deberíamos realizar al menos una vez un viaje que colme todas nuestras expectativas. Honestamente, a mí siempre me ha costado un poco descubrirlo.

En las redes sociales nos encontramos con personas que lo dejan todo para comenzar un viaje sin tener un motivo ni un objetivo claro. Y yo me pregunto: ¿Cuál es ese sueño que hay en ese viaje por él que dejas todos los demás? ¿Cómo conocerlo? ¿Cuánto tiempo hay que dedicar para buscarlo?

A medida que han ido pasando los años me he dado cuenta poco a poco de que las respuestas siempre van a estar en mi forma de ver y entender la vida. Y es que, lo más importante no es el saber todas esas respuestas, sino saber cómo ir descubriéndolas. Si conociese todas las respuestas es verdad que me perdería las dudas y todas las incertidumbres, pero también, la esperanza, la confianza que me da ir encontrándolas y toda la alegría que conlleva saber que estoy avanzando, por supuesto igual no por un camino recto, pero sí por mi camino. Cada giro, cada recoveco, me debe de acercar más a mi objetivo.

Y ahora, de nuevo pregunto: ¿De qué serviría que el camino fuera recto? ¿Qué aprendería si no me arriesgara, si no me equivocara, si no empezase de nuevo?

Ya sé que tendré errores, que he realizado y realizaré viajes que no han cubierto mis expectativas, sin embargo, no se trata de pensar que he perdido el tiempo pues no estoy recorriendo un trayecto a tontas y a locas. Se trata de ir dando pequeños pasos, sabiendo que, lo que pensaba que era una línea recta, es en realidad una serie de curvas entrelazadas que me acabará llevando a donde realmente deseo.

Desde luego tampoco será en el año que viene donde encontraré todas las respuestas, ni el viaje que me dejará sin preguntas, pero estaré más cerca de mi objetivo. 

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¡¡¡Buen miércoles!!!


 ¡¡¡Buenos días!!!

Como cada día buscaremos la mejor manera de ser felices, pero la felicidad no es fácil de conseguir. Si no recuerdo mal los griegos lo expresaron, y se dieron cuenta, ya entonces, que el hombre no cesa de buscar una y otra cosa, y siempre se queda con ganas de algo más. Porque todo lo que el hombre encuentra nunca es suficiente y por eso, el hombre no tiene paz, porque siempre hay un deseo de algo más.

Cómo veis, esto que ya dijeron los griegos es muy importante en la vida de las personas, sin embargo, no consiguieron solucionar el problema de que ese no sentirse satisfecho se debe a nuestra capacidad de estimar una cosa infinita. La ética griega consideraba la insaciabilidad del hombre y hacía esfuerzos para que el hombre sufriera lo menos posible, pero al final, todas las propuestas éticas griegas comportaban un fondo de resignación ante la incapacidad de poder saciar la voluntad.

Tuvimos suerte de que unos siglos después encontramos la solución. Mucha suerte.

martes, 13 de diciembre de 2022

¡¡¡Buen martes!!!


 
¡¡¡Buenos días!!!

No os habéis levantado alguna vez con la sensación de que a pesar de todo el esfuerzo que realizaste ayer, hoy continúas siendo un mediocre, que sueñas en grande, pero realizas lo vulgar, lo pequeño. Pensando que la felicidad es muy raquítica y además pasajera, poco profunda. Sintiendo que no sirvo para nada. Que estoy insatisfecho, harto, hastiado. Que no puedo seguir igual, y que, si mi vida será como hasta hoy, no la quiero y quiero otra. Desengañado de mí mismo.

Sin embargo, sabes, que de esta gran insatisfacción pueden surgir grandes cosas. Puede resultar una insatisfacción muy aprovechable. Puedo sentirme mal, pero no importa, repito, no importa si quiero hacer el esfuerzo de cambiar. Hasta ahora siempre ha funcionado, eso sí, hay que desearlo con toda nuestra alma.

Ese día, es un gran día, y ese gran día puede ser hoy.

lunes, 12 de diciembre de 2022

¡¡¡Buenos días lunes!!!

 

¡¡¡Buenos días!!!

Ya estoy listo para empezar un nuevo día, una nueva semana y, me acabo de dar cuenta de que llevo media hora navegando entre decenas de páginas de internet con un ansia que me es desconocida, me he agobiado ante la bandeja de entrada invadida por casi decenas de mails, y no encuentro satisfacción ante las páginas web que leo cada mañana incluso si leo la sección de “el más leído” en la página de noticias.

Estoy haciendo el esfuerzo de recordar estos intensos días últimos, y he descubierto, decepcionado que no me vale el último que me emocionó. No me basta. Quizás en otro momento de mi vida pudo estar bien, pero busco otra cosa.

Me doy cuenta de que lo he vuelto a hacer. He vuelto a buscar en el lugar equivocado, busco en las satisfacciones inmediatas y nuevas que duran poco. Sin embargo, me alegro de que busco, que continúo indagando, que puedo y volveré a empezar, que volveré a hacerme preguntas.

Me sentaré tranquilo, a saborear este café y a pesar en todas estas dudas que me rodean hoy, esperaré un momento para buscar en mis recuerdos ese sueño y esa ilusión que la vida tiene para mí.

Sí para mí.

domingo, 11 de diciembre de 2022

¡¡¡Buenos días domingo!!!


 
¡¡¡Buenos días!!!

 Buen día el domingo para cosechar todo lo que hemos sembrado durante la semana, y como no, buen día para recoger todos esos pensamientos que hemos hecho nuestros después de haber respondido a todas nuestras preguntas, es decir después de haber aclarado algunas de nuestras dudas. 

sábado, 10 de diciembre de 2022

¡¡¡ Sábado sé bienvenido!!!


 ¡¡¡Buenos días!!!

Como cada mañana aquí estamos, dispuestos para empezar a ver y a solucionar las dificultades que nos encontramos y las alegrías que hemos llegado a percibir. Y como no, las preguntas que hemos encontrado en la mesita al despertar.

La de esta mañana nos exige a gritos una contestación: ¿cómo deben los ucranianos comportarse con los rusos? La respuesta la tengo bastante clara, pero me surge otra pregunta: ¿cómo decir a los ucranianos que no tienen que comportarse como los rusos se comportan con ellos, sino como les gustaría que se comportarán los rusos, a saber, que los trataran bien?

En fin, esto de la política internacional es complicado.

viernes, 9 de diciembre de 2022

¡¡¡Buen viernes!!!

 ¡¡¡Buenos días!!!

¿Todas las mañanas me hago preguntas?

 Parece ser que sí. Y es que si observamos nuestro comportamiento al empezar cada día nos daremos cuenta de que mientras esperamos el amanecer con un café entre las manos, siempre acabamos mirando lo que hay dentro y fuera de nosotros, lo miramos con inquietud, con interés y con deseo, queriendo saber: ¿Qué pinto yo aquí? ¿Cuál es mi lugar? ¿Qué tengo que hacer? ¿Hacia dónde encaminar mis pasos? ¿Cuál es mi forma, única, diferente, exclusiva, de construir, de estimar, de acariciar de una forma que nadie más puede repetir?

Y sí, las preguntas pueden parecer todos los días las mismas, sin embargo, las respuestas me alegran el día.

jueves, 8 de diciembre de 2022

¡¡¡Buen jueves!!!


 
¡¡¡Buenos días!!!

Hace un momento, cuando me he levantado y he repasado mentalmente todo lo que pensaba hacer hoy, me ha surgido una pregunta inquietante: ¿soy una persona madura? Y es que, si por madurez entiendo que es la capacidad de asumir la complejidad de la vida, ya empieza a tener sentido la pregunta lo que complica la respuesta.

Lo he pensado un poco y creo que asumo esa complejidad de la vida, pero con esperanza. Es decir, sé que esta vida tan compleja que vivo está llena de sentido, aunque a veces me cuesta percibirlo, acepto mis incoherencias, limitaciones y problemas. Los llevo con naturalidad, procurando que no me paralicen y acepto lo bueno y lo no tan bueno que hay en mí y, todo esto con humildad y buen humor.

Si esto es madurez, entonces en algunos momentos puede ser que sea una persona madura.

miércoles, 7 de diciembre de 2022

¡¡¡Buen miércoles!!!

 ¡¡¡Buenos días!!!

Hoy me he levantado raro, pensando en la guerra de Ucrania. ¿Es posible una agresión nuclear?

Si de verdad nos tomáramos en serio (o nos creyéramos) que esta amenaza es inminente, ¿qué podríamos hacer? Lo que pienso que haríamos todos, si creemos de verdad que en cuestión de semanas se puede desencadenar un infierno nuclear, es dejarnos de idioteces en el personal. Iríamos a solucionar los problemas personales que tuvimos para aclarar. Nos despediríamos de nuestros amigos. Es posible que nos pidiéramos perdón. No malgastaríamos ni un instante en ideologías ni en estrategias.

Creo que, si esto no nos está ocurriendo en masa, es porque no acabamos de creer en la inminencia o posibilidad de esa guerra nuclear. Yo, al menos. Y ojalá mi pensamiento sea razonable. Ojalá tenga razón al creer que todavía queda un poco de cordura como para no llevar al mundo a esos escenarios. Ojalá.

Pero también pienso: ¿Es que hay que esperar a estar en situaciones límite para reordenar las prioridades?