Algunas
mañanas al despertarme pienso que soy demasiado rígido y en cambio hay mañanas
que me considero demasiado flexible, no si es posible ser “demasiado rígido” o
“demasiado flexible”.
Tengo
bastante claro que rígido se opone a flexible. Una barra de hierro es rígida y
si tenemos una idea que consideramos como absoluta y completamente verdadera
también podemos decir que es una idea rígida.
Visto así,
se piensa que la rigidez intelectual es una cosa mala o negativa. Esto, creo
que merece una reflexión más profunda. Veamos, si yo afirmo rotundamente que el
racismo es injusto y que tiene que ser ilegal. Y lo creo realmente, defenderé
esa idea con firmeza, con decisión. Es decir, con rigidez, por un simple
motivo: no quiero cambiar de idea, porque considero que el racismo siempre es
malo.
Este es un
ejemplo de que la rigidez puede ser buena. No creo que nadie me acusara de ser
negativo por mi firmeza y “rigidez” al estar en contra del racismo.
En fin, la
cosa que quiero aclarar con todo esto es que conviene pensar serenamente si una
posición considerada como rígida tiene sentido por basarse en elementos válidos
que garantizan su verdad, o si carece de estos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario