¡¡¡Buenos días!!!
Veo que en
cada “buen día” dejo cosas para aclarar, lo cual me hace continuar algunos días
más con el mismo tema o al menos con una deriva de él.
¿Es que
tiene importancia nuestro pensamiento como pueblo? Pienso que sí. Creo que
existe una correlación entre nuestro pensamiento como pueblo y nuestra
influencia, puesto que lo que pensamos como pueblo es lo que justifica nuestra
situación entre los otros pueblos y nuestra influencia en la toma de decisiones
a nivel global.
¿Cuál es
nuestra influencia a Europa? No podemos contestar a esa pregunta sin saber cuál
es nuestro pensamiento. Estaría bien que nuestro pensamiento fuera universal.
Pero no es así. Hay una crisis española. Hay una crisis de Europa. Y no es
normal que existan ambas crisis a la vez, salvo que sean el reflejo de otra
crisis aún mayor. Pienso y, más vale que os lo diga cuanto antes mejor, que esa
crisis es una crisis de civilización.
¡Claro! Que
pronto lo soluciona todo está mañana. ¡Toda la culpa para la civilización
moderna! Ahora que estamos en plena crisis económica, con una guerra en el corazón
de Europa que no acaba de acabar, y la paz que no acaba de empezar, y que todo
junto ha dado un golpe tremendo al prestigio de Europa. Ahora es muy fácil
buscar el culpable de todas nuestras crisis. Sin embargo, no se trata solo
de una crisis económica. Es algo más profundo. ¿Poner en entredicho la
civilización moderna, no es también poner en entredicho a Europa? Puede ser,
pero, lo queramos o no, hay miles de personas en Europa y fuera de Europa que
empiezan a tener dudas de esta civilización.
Y si esto
es así, no creo que tengamos que unir nuestro pensamiento, ni someter nuestra
tradición a una civilización que aparece ante todos, más bien como una rebaja
de todos los valores morales. Creo que tendríamos que ser los primeros a
denunciarlo.
Pero, ante
todo, el primero es lo primero, hoy toca terminar el año saliendo a correr.
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