Hoy me he
levantado raro, pensando en la guerra de Ucrania. ¿Es posible una agresión
nuclear?
Si de
verdad nos tomáramos en serio (o nos creyéramos) que esta amenaza es inminente,
¿qué podríamos hacer? Lo que pienso que haríamos todos, si creemos de verdad
que en cuestión de semanas se puede desencadenar un infierno nuclear, es
dejarnos de idioteces en el personal. Iríamos a solucionar los problemas
personales que tuvimos para aclarar. Nos despediríamos de nuestros amigos. Es
posible que nos pidiéramos perdón. No malgastaríamos ni un instante en
ideologías ni en estrategias.
Creo que,
si esto no nos está ocurriendo en masa, es porque no acabamos de creer en la
inminencia o posibilidad de esa guerra nuclear. Yo, al menos. Y ojalá mi
pensamiento sea razonable. Ojalá tenga razón al creer que todavía queda un poco
de cordura como para no llevar al mundo a esos escenarios. Ojalá.
Pero
también pienso: ¿Es que hay que esperar a estar en situaciones límite para
reordenar las prioridades?
No hay comentarios:
Publicar un comentario