miércoles, 14 de febrero de 2018

Prólogo.

      

            El motivo de este blog es, sólo, tener en la mano y en la red lo que madrugada tras madrugada voy escribiendo durante este 2018, en concreto todos los “Buenos Días” que doy en el grupo de whatsapp; “sopar amics”. 
   Cuando se me ocurrió pasarlo a un blog me hubiera gustado hacerlo en forma anónima; pues, como escribo lo que realmente pienso acerca de infinidad de temas, y me veo obligado a hacer afirmaciones que suponen una toma de posturas que resultan ridículas si se sabe de quién provienen. 
   Entonces se me ocurrió escribir un prólogo explicando que, en la práctica, yo no era capaz de vivir de acuerdo a mis principios; y así, ahora me encuentro abocado a esta empresa fascinante.
     Debo confesar de inmediato, que a lo largo de estas entradas estoy tan lejos muchas veces de sentir realmente lo que digo, que no me queda más que ansiarlo fervientemente y clamar misericordia. 
     Sin embargo, y precisamente por eso, hay algo que no se me puede reprochar; nadie puede decir, que he caído en la insensatez de considerarme calificado para la tarea superior de educar ni enseñar, ni tengo nada que ofrecer a mis lectores, aparte del convencimiento de que reflexionar y meditar sobre las cosas que nos suceden con un poco de valentía ayuda más que mucho conocimiento; un poco de comprensión, más que mucha valentía, y el más leve indicio de cariño hacia nuestro prójimo, más que todo lo demás.
     Si un erudito lee estas páginas, se dará cuenta con facilidad que es obra de un profano y de un aficionado. Se que he repetido doctrinas antiguas y ortodoxas. Si alguna parte es "original", entendiéndose por esto último algo nuevo o no ortodoxo, lo es contra mi voluntad y producto de mi ignorancia. Escribo, por supuesto, sin ningún tipo de autoridad; sin embargo, he intentado expresar sólo aquello que sea aceptado por mi forma de ver y entender la vida. 

No hay comentarios: