martes, 28 de febrero de 2023

¡¡¡Maravilloso martes, disfrutémoslo!!!

 ¡¡¡Buenos días!!! 

Esta mañana me he dado cuenta de que no recuerdo haber hablado mucho del matrimonio, seguramente porque no estoy casado y porque es un tema bastante impopular.

Es impopular sobre todo si se habla del matrimonio cristiano, ya que esa idea de que un hombre y una mujer han de ser considerados como un único organismo, que es lo que viene a significar la expresión “una sola carne” no está ahora de moda.

Debemos tener en cuenta de que cuando se dijo eso no se estaba expresando un sentimiento, sino concretando un hecho, de la misma manera que puedo establecer como un hecho cuando me refiero a que una cerradura y su llave son un solo mecanismo. Se estaba diciendo que sus dos mitades estaban hechas para combinarse entre ellas en parejas, no simplemente en el nivel sexual sino combinadas en su totalidad.

Un error muy común en los que practican la unión sexual fuera del matrimonio es que están intentando aislar solamente una clase de unión, la sexual, de todas las demás clases de unión que acompañan a la realización de esa la unión. Lo que se dijo no significa que exista nada malo en el placer sexual, como tampoco lo hay en el placer de comer. Se quiere decir que no debemos aislar el placer e intentar obtenerlo por sí mismo, de la misma manera que no se debe intentar obtener el placer por la comida sin tragar ni digerir, masticando cosas y escupiéndolas después.

Por lo tanto, lo que también se está expresando es que el matrimonio es para toda la vida. Y aquí existe, por supuesto, diferentes matices según miremos; algunos cristianos no admiten el divorcio en absoluto; otros lo permiten como de mala gana en casos muy especiales.

Pero esto lo intentaré aclarar, si es que es posible, mañana. 

lunes, 27 de febrero de 2023

Lunes ¡¡¡Bienvenido!!!

     ¡¡¡Buenos días!!!

No sé si lo comente el otro día, pero si prestamos un poco de atención a nuestra posible transformación en buenas personas veremos que según lo vamos haciendo vemos con más claridad lo malo que tenemos dentro de nosotros, y curiosamente si nos vamos volviendo malas personas lo comprendemos cada vez menos.

Si soy moderadamente malo me voy dando cuenta de que no soy muy bueno y según me voy haciendo más malo empiezo a pensar que cada vez estoy mejor siendo malo. Esto, no es difícil de entender, cuando estoy borracho no puedo comprender la naturaleza de una borrachera, es cuando estoy sobrio cuando la entiendo. Cuando estoy haciendo una cosa mal no soy plenamente consciente de lo que estoy haciendo, solo después puedo darme cuenta.

Son matices, pero son importantes, pues una buena persona conoce lo que es el bien y lo que es el mal; en cambio la mala gente no conoce a ninguno de los dos.

domingo, 26 de febrero de 2023

¡Feliz domingo!

 ¡¡¡Buenos días!!! 

Volviendo un poco a lo de hace unos días, quiero recordar de que debemos tener en cuenta que un hombre puede estar situado en una posición que, si sufre un ataque de rabia o de ira puede causar mucho daño a miles de personas, y otro puede estar situado en otra posición donde su ataque de rabia o de ira solo consiga que se burlen de él.

Pero la señal que va a dejar esa acción en su alma podría ser más o menos la misma en ambos casos. Pues cada uno de ellos ha sido incapaz de controlar su rabia, y según se arrepienta o no, hará que su marca interior le dirija en una dirección o en otra, se estará transformando en una persona bueno o no.

 De ahí que se nos diga que no juzguemos pues las personas solo vemos el resultado exterior. La importancia o insignificancia de lo que hacemos, vista desde fuera, no es lo que realmente importa. 

sábado, 25 de febrero de 2023

Un gran sábado esté que vamos a comenzar.

 ¡¡¡Buenos días!!!

Casi sin darte cuenta te encuentras, en momentos en los que no entiendes lo que está pasando o cuando te suceden cosas a las que no encuentras explicación, diciendo frases como “todo pasa por algo”, “esto que me ha pasado es una señal”. Son expresiones que estoy seguro dices muchas veces como en broma, pero a las que recurres muchas de las veces sin ser muy consciente.

 Son como letanías que, de alguna manera, te muestran ese deseo un poco oculto de que tú vida no pase sobre ascuas en esta época en la que, cada vez más, parece que la práctica de tus creencias se abandona. Esos ideales que algún día tuviste ves que no se mantienen, ya sea por la falta de sentido, de reflexión, de profundidad, o por falta de capacidad para defenderlos.

Y es que, para una sociedad tan habituada a los hashtags, las campañas, las indignaciones y las modas frenéticas, este tipo de frases hechas encaja como un guante. Llevar al cuello la medalla del Ecce- Homo de Pego no necesariamente te exige ser más amable en el trabajo. Leer tu horóscopo para saber qué tal tu semana no suele ser una llamada a mirar a los que te rodean. Y así con un montón de cosas.

Y entonces la pregunta. Una que surge en esos extraños y por desgracia pocos momentos en los que te encuentras en lo más escondido de tu silencio. Una que te haces y nos hacemos muchos y que determina en gran medida el modo en que nos planteamos la cotidianidad del día a día y lo extraordinario de un viaje con la bicicleta: ¿Creo? ¿En qué? Y, sobre todo, ¿para qué? Acostumbrado como estas a vivir de eslóganes o de gestos de poca hondura, te encuentras ante un reto enorme: vivir lo que crees y ponerlo en práctica en lo concreto de cada acto.

Porque amigo mío, ser cristiano no es complicado e incluso puede ser fácil, lo difícil es hacerlo en la práctica. Pero cuando se le encuentra el sentido, entonces empieza la aventura.  

viernes, 24 de febrero de 2023

¡Vamos a por el viernes!

 ¡¡¡Buenos días!!! 

La gente a menudo piensa en que si realizamos una serie de actos buenos se nos recompensará y que si no los hacemos se nos hará lo contrario. Yo no creo que esta sea la mejor manera de verlo. Prefiero pensar que cada vez que hacemos una elección estamos transformando lo que somos en algo ligeramente diferente de lo que éramos antes.

Internaré explicarme, si considero toda mi vida como un todo, con todas sus innumerables elecciones, durante toda ella estoy transformándome en una persona buena que está en armonía con las demás personas y consigo misma o lo estoy haciendo en una persona que está en un estado de guerra con sus congéneres y con ella misma.

Pertenecer a la primera clase es la alegría, es paz, y conocimiento. Ser la otra clase de persona significa locura, horror, imbecilidad, rabia e impotencia. Cada uno de nosotros, en cada momento, avanzamos hacia un estado o hacia otro.

En lo que siempre deberíamos estar pensando es en la señal que cada uno de nuestros actos deja en ese minúsculo núcleo central que hay dentro de nosotros y que nadie ve pero que cada uno de nosotros tendrá que soportar o disfrutar. 

jueves, 23 de febrero de 2023

¡Adelante con el jueves¡

 ¡¡¡Buenos días!!! 

Entre los muchos problemas que vemos en nuestro alrededor hay uno que deberíamos afrontarlo como civilización, tanto ahora como en los próximos años, se trata de la defensa de la dignidad humana.

Me da la impresión de que el problema va cogiendo cada día más fuerza, como si cogiese más velocidad a medida que vamos viendo las decisiones que se van tomando, lo que hace que parezca complicado detenerlo. Vemos como se pone en entredicho discretamente la idea básica de persona y nuestra obligación como sociedad de proteger la vida humana, llevándonos sin darnos cuenta hacía unos tiempos todavía más inciertos.

Da la impresión de que queremos pasar por encima de este tema sin habernos puesto de acuerdo sobre nuestra propia percepción del ser humano y sin un proyecto claro de nuestra realidad humana que vaya más allá de la exaltación de la libertad, del consumismo y de la búsqueda del placer personal.  Y claro, ante tanta confusión son las ideologías, la economía y la tecnología las que terminan decidiendo por nosotros, y de paso van marcando el ritmo de la sociedad. 

Ante las preguntas sobre cómo se pueden poner límites a la libertad cuando esta se excede sobre la delgada línea entre el bien y el mal, sobre quién va a proteger a los más indefensos o sobre quién asume las consecuencias de sus decisiones, no encontramos respuesta en las pancartas que llevan los políticos. Da la impresión de que el grito, los intereses electorales y la emoción instantánea oscurecen cualquier tipo de razonamiento sobre algo tan esencial como es nuestra propia naturaleza. Y, sobre todo, ¿qué vamos a hacer para proteger la vida humana en este descontrolado siglo?

No podemos olvidar por muchas leyes y polémicas que vayan surgiendo que somos personas con cuerpo y alma, y que nuestra vida no debe pivotar solamente sobre conceptos únicos como la libertad o el placer, por muy importantes y necesarias que puedan ser. Casi sin darnos cuenta, podemos descuidar que nuestra visión de la persona determinará el devenir de la humanidad en las próximas generaciones, y que, si soslayamos elementos tan esenciales como la dignidad de la vida humana, la trascendencia y por supuesto el amor corremos el riesgo de convertirnos en meros objetos de consumo, en máquinas o en simples animales. Y los siguientes pasos, cada uno se los puede imaginar a su manera, porque el futuro puede que sea tan extraño como peligroso.

miércoles, 22 de febrero de 2023

¡¡¡Feliz miércoles!!!

 ¡¡¡Buenos días!!!


Recordando un poco lo de ayer habría que decir que por mucho que se intente mejorar a un hombre culturalmente, bienestar social y físico siempre existirá algo más: la auténtica y libre elección de ese hombre, que también tendrá una relación con lo que ha visto en su entorno, de poner en primer lugar su propio beneficio o colocarlo en el último lugar. Y esta libre elección es lo único que le concierne a la moral.

Un hombre no tiene ni necesita arrepentirse por haber nacido en un ambiente hostil donde las malas compañías le han afectado en su conducta. Lo que necesita es salir o ayudarlo a salir de ese entorno. Muchos de nosotros valoramos a las personas por el entorno en donde viven y por sus actos externos cuando lo que deberíamos tener en cuenta son sus elecciones morales.

Veamos, cuando un hombre que ha sido pervertido desde su juventud y al que se le ha enseñado que la crueldad es lo más natural, cuando este hombre hace una buena acción por pequeña que sea, o se abstiene de algún acto de crueldad que podría haber cometido, arriesgándose a las burlas de sus amigos, es posible que moralmente esté haciendo más que nosotros si renunciásemos a nuestra vida por la de un amigo.

Vamos a expresar lo mismo, pero en el sentido contrario. Veamos, puede ser que nosotros que parecemos buenas personas, hayamos hecho tan poco uso de nuestros buenos hábitos y de nuestra buena educación, que somos en realidad peores que aquellos a los que consideremos malhechores. Y ahora pregunto; ¿Podemos estar seguros de cómo nos habríamos comportado nosotros si hubiéramos tenido las mismas malas influencias y mala educación? Por esta razón se nos dice que no juzguemos. Pues solo vemos las consecuencias de las elecciones que un hombre saca de las circunstancias en las que se ha criado y ha crecido y no vemos lo bueno que haya podido sacar de ellas.

martes, 21 de febrero de 2023

¡Buen martes!

 ¡¡¡Buenos días!!! 

Me parece que ya hace días dije, que no llegaríamos a tener una sociedad como la que planteaba a menos que la mayoría de nosotros creyésemos en esos principios. Eso no quiere decir, por supuesto, que debamos quedarnos quietos hasta esa fecha imaginaria. Significa que tenemos que intentar hacerlo todo a la vez.

Podríamos empezar por el trabajo de ver cómo el “haz a los demás lo que quieras que te hagan a ti” se puede aplicar en esta sociedad en la que nos encontramos, y otra cosa, intentar empezar a pensar en convertirnos en la clase de personas que realmente lo pondríamos en marcha si supiéramos cómo.

Sin duda, al igual que a mí a vosotros también os surge la pregunta de ¿cuál es la idea de un hombre bueno? ¿Cómo es ese hombre que hace esa elección moral? La elección moral de un hombre que elige poner en marcha el “haz a los demás lo que quieras que te hagan a ti” implica al menos dos cosas. Una sería el acto de elegir y otra son los diversos sentimientos, impulsos, emociones, etc., todo ese conjunto que le lleva a inclinarse por una opción. Y aquí se nos complica un poco el asunto pues nos podríamos encontrar con un hombre cuyos sentimientos fueran normales o sea los sentimientos que son comunes a todos los hombres. Pero también nos podemos encontrar con alguien que tiene unos sentimientos antinaturales debido a que algo ha ido mal en su subconsciente.

Para aclararlo un poco podría decir, por ejemplo, que el miedo a cosas que son realmente peligrosas se trataría de la primera clase, y un miedo irracional a algo normal como los perros sería un ejemplo de la segunda. Pero si consiguiéramos solucionar ese miedo irracional a los perros de esa persona, solo hubiéramos solucionado un problema psíquico y no su respuesta moral ante un perro hambriento. A ese hombre se le podría dar el caso de que se acercara al perro, pero podría elegir entre las muchas soluciones existentes. Podría elegir darle de comer o matarlo para que no sufriera. La respuesta moral depende de nuestras creencias no de nuestros sentimientos.

No sé si me he explicado bien. 

lunes, 20 de febrero de 2023

¡Buen lunes!

 ¡¡¡Buenos días!!!

Durante los últimos días me atrevo a aventurar que, entre vosotros, sobre todo los que tienen ideas más de izquierdas, pueden estar molestos porque no he insistido suficiente en ellas, y otros de ideas opuestas que también están molestos porque he ido demasiado lejos. Si esto es así, podemos ver claramente los problemas que aparecen al querer construir una sociedad basada en los principios que comentaba en días anteriores.

La mayoría de nosotros en realidad no vamos a abordar el tema de “haz a los demás lo que quieres que te hagan a ti” con el objeto de descubrir lo que en verdad quiere decir, si no que nos enfrentamos a él esperando encontrar algo que nos vaya bien. En ese lema esperamos algo de lo que se pueda sacar provecho cuando en realidad lo que tenemos enfrente es una enseñanza.

No es posible llegar nunca a conseguir una sociedad con esa idea hasta que la mayoría de nosotros la desee de verdad. Y no lo desearemos de verdad hasta que no profundicemos en ella. Yo podría estar todos los días insistiendo hasta el agotamiento: “Haz a los demás lo que quieres que te hagan a ti”, pero no podré realmente llevarlo a cabo hasta que ame a mi prójimo como a mí mismo. Y no puedo aprender a amar a mi prójimo como a mí mismo hasta que no aprenda a conocerme en profundidad. Y no puedo aprender a conocer lo que hay en mi interior salvo que aprenda a hacerle caso, a tenerle en cuenta. 

Y así, como era presumible, nos encontramos delante de algo más profundo y más interior, y casi sin darnos cuenta, nos hemos trasladado desde estar hablando de problemas sociales a asuntos religiosos. 

domingo, 19 de febrero de 2023

¡¡¡Buenos días!!!

 ¡¡¡ Buenos días!!! 

Parece que no se entendió bien lo que quería decir, sin duda porque no lo especifique lo suficiente, cuando escribí que todos deben trabajar, me gustaría aclarar que: “todos deben trabajar para que puedan tener algo que dar a los necesitados”. Se me olvido una de las peculiaridades que debería de tener esa sociedad tan anhelada, la caridad o sea dar a los pobres.

Ya sé que alguno estará pensando ahora mismo que la caridad hoy en día estaría bien que no existiera, y que en vez de dar a los pobres deberíamos estar creando una sociedad en la que no hubiera pobres a los que darles nada. Es fácil que tengan razón al pensar que deberíamos alcanzar una sociedad así. Sin embargo, si alguno de vosotros piensa que, por lo tanto, puede mientras esto sucede dejar de dar, se habrá desviado de hecho de todo lo que llevo escribiendo desde hace días.

Y es que ese “haz a los demás lo que quieres que te hagan a ti” nos puede traer muchos problemas. No creo que nadie deba decir cuánto hay que dar, sin embargo, creo que una forma de saberlo es dar más de lo que podemos permitirnos.

Si al practicar la caridad notamos que nuestro presupuesto no se siente afectado, yo diría que nuestra aportación es demasiado pequeña.

En fin, la caridad nos podría dar para muchas entradas en este blog, y por ahora no va a ser así, sin embargo, no será la última vez que lo hagamos. 

sábado, 18 de febrero de 2023

¡¡¡Buenos días!!! ¡Gracias por el fin de semana!

 ¡¡¡ Buenos días!!! 

Se me olvido ayer aclarar que existe otra cosa que nuestra sociedad actual lleva olvidando, un consejo que ya llevan dándonos desde hace siglos, prácticamente desde los antiguos griegos, al igual que los judíos del Antiguo Testamento y los grandes maestros cristianos de la Edad Media, al que no hacemos caso. Todos estos grupos nos han dicho que no prestemos dinero cobrando intereses, y prestar dinero cobrando intereses, lo que viene a ser realizar inversiones, es la base de todo nuestro sistema económico.

Esto no quiere decir que nuestra sociedad actual este equivocada, ya sé que cuando Moisés, Aristóteles y los cristianos acordaron prohibir el interés o la usura, no podían imaginar que existiría un sistema financiero tan grande y que tal vez se estuvieran refiriendo solo al ámbito privado, tal vez, tampoco me atrevería a decir que nuestra economía está en crisis desde hace tiempo por no seguir ese consejo.

Pero, algo tengo que decir, sobre el hecho de que tres grandes civilizaciones coincidieron en condenar la operación en la que hemos basado nuestra vida entera. 

viernes, 17 de febrero de 2023

¡¡¡Buenos días!!! ¡Por fin es viernes!

 ¡¡¡ Buenos días!!!


Según mi opinión no sería bueno que existiesen unas ideas políticas que tuviesen un programa basado en esos principios. Eso lo considero absurdo. Ese trabajo nos atañe a los que estamos seguros de que ese es un buen camino por seguir.

Si cada uno de nosotros en nuestro entorno y en nuestro trabajo de cada día pusiésemos en práctica el tan conocido: “haz a los demás lo que quieres que te hagan a ti”, si eso sucediera, y si nosotros estuviéramos preparados para aceptarlo y ponerlo en práctica, nos encontraríamos con que muchos de los problemas sociales se solucionarían tranquilamente.

De todos modos, si nos ponemos a pensar cómo sería una sociedad basada en esa idea, tal vez no la podríamos soportar. Es fácil que llegáramos a la conclusión de que no habría personas que se aprovecharan de los demás ya que, si un hombre no trabaja, no debería comer, pues todos deberían de trabajar, es más, el trabajo de cada persona sería para producir algo bueno, y esto sin darnos cuenta eliminaría muchos lujos innecesarios. Sin duda también la cortesía estaría por todas partes y eso provocaría que todos estuviéramos alegres.

Si tal sociedad existiera y la visitáramos durante unas semanas tengo la impresión de que a muy pocos de nosotros nos gustaría esa sociedad en su totalidad ya que podríamos pensar que su vida económica era muy socializada y, podríamos decir que avanzada, o que su vida familiar y el comportamiento de sus componentes eran bastante anticuados, incluso demasiado ceremoniosos. A cada uno de nosotros nos gustaría una parte en especial de ella, pero pienso que a muy pocos nos convencería la sociedad entera.

Y, entonces nos encontraríamos con una cosa bastante curiosa de que a cada uno de nosotros nos atraerían pequeñas partes de esa sociedad y nos gustaría dejar fuera lo demás. Este es el motivo por el que es tan difícil conseguir una sociedad así, pues podríamos estar discutiendo por dos cosas opuestas cuando queremos luchar y defender lo mismo. 

jueves, 16 de febrero de 2023

¡Adelante con el jueves!

 ¡¡¡ Buenos días!!! 

Hace unos días llegaba a la conclusión de que no se trata de obedecer una serie de reglas o normas para que se pueda vivir en una buena sociedad, sino lo que lo que hay que intentar es que las personas sean de una determinada manera de ser. No hay que hacer algo justo porque nos lo ordenan, sino que hay que ser justos.

Quiero aclarar que como supongo os habréis dado cuenta, todo esto que estoy escribiendo no es nada nuevo, las normas a seguir para las buenas relaciones entre las personas llevan muchos siglos por ahí. En el fondo, todos sabemos que un buen resumen de todas estas normas es; haz a los demás lo que quieres que te hagan a ti, sabemos que esto es lo correcto. Lo que sucede es que las personas muchas veces necesitan que les hagan memoria de algunas cosas que ya saben, más que les enseñen. Hay que repetir y repetirnos muchas veces estos sencillos principios.

Otra cosa que pienso que hay que aclarar, es que estas normas no tienen, ni pretenden tener, un programa político para aplicar al resto de la ciudadanía, no hay un plan para aplicar el “haz a los demás lo que quieres que te hagan a ti” a una sociedad en particular en un momento particular. No podría tenerlo. Esta idea va dirigida a todos los hombres de todos los tiempos, y si fuera un programa en particular que se adecuase a un lugar o momento en concreto no se adecuaría a otros momentos, sería una moda.

Ahora podéis estar pensando y haciendo una pregunta parecida a: ¿por qué las personas que piensan así no nos marcan el camino? Eso estaría bien si se pregunta de la manera acertada, y mal si lo preguntan de la manera equivocada.

Pero esto ya intentaré aclararlo mañana. 

miércoles, 15 de febrero de 2023

¡Feliz miércoles!

 ¡¡¡Buenos días!!!

Es verdad que aún quedan muchos lugares donde la vida humana no se valora ni se defiende como pienso que se debe hacer, sin embargo, en los lugares donde existe la pena de muerte el reo procesado es un adulto y tiene derecho a una defensa justa de su vida, no así, cuando se trata de hombres y de mujeres que se encuentran en desarrollo en el vientre materno, y que, por lo mismo, son los seres humanos más frágiles e indefensos. Por lo general, esos hombres y mujeres no cuentan con defensa alguna.

Es una cuestión diferente de la que trataba ayer, las preguntas eran: ¿Libertad para matarlos sin juicio alguno? ¿sólo porque hay hombres y mujeres que se sienten más libres por eliminar un problema? ¿Un problema que puede afectar a su desarrollo profesional, artístico, etc.? ¿Es así como entienden la libertad? ¿O es para librarse, egoístamente, de lo que piensan que es una carga insoportable?

Tal vez pueda parecer que estoy cargando toda la responsabilidad sobre la mujer, no es así, ya que, en muchos casos, demasiados diría yo, son los varones los principales responsables por la presión que ejercen sobre la mujer; es decir, son muchos padres de familia, los esposos o novios, los amigos, parientes quienes utilizan la palabra o el concepto de “liberación” como argumento, y que imponen, falazmente.

La verdadera libertad, la libertad para, se encuentra en tener siempre presente que la libertad es para hacer el bien. 

martes, 14 de febrero de 2023

¡¡¡Buenos días!!! ¡Qué extraordinario martes vamos a pasar!

 ¡¡¡Buenos días!!! 

Volviendo al conocido lema de: “nosotras parimos, nosotras decidimos” tengo que admitir que las mujeres tienen la libertad de acabar con la vida de un ser humano que, en este caso es su hijo, pueden hacerlo, es verdad, aunque tengo que añadir que no deben hacerlo, sin embargo dar a luz a un hijo, es decir, ser madre de uno alojado en su vientre, no convierte a la madre en dueña de su hijo, ni antes, ni después del parto y, es que nadie tiene la facultad de reclamar derechos sobre la vida de otro ser humano.

También es cierto que sólo las mujeres pueden parir, pero no por eso tienen la libertad de decidir matar al ser que se encuentra en sus entrañas.

Ayer por la tarde me argumentaron que en realidad no se mata una vida porque no hay vida en el embrión o en el feto y que sólo puede tenerla en potencia. Vale, de momento parece un argumento aceptable, sin embargo, por la noche pensando sobre esta cuestión recordé que Aristóteles me podía mostrar una respuesta que me convenció de lo contrario. Aristóteles explica en su Metafísica que el cambio que experimentan los seres, todos los seres, puede ser sustancial o accidental. Por ejemplo, es substancial cuando un León se come a un antílope, y éste deja de ser lo que es y se convierte en parte de la naturaleza del León.

Por otro lado, en el cambio accidental, la substancia está en acto en cuanto substancia, pero está en potencia respecto de los accidentes que la califican. Lo entendí mejor con este ejemplo, un niño varón, se va convirtiendo en un adolescente aumentando de peso y de estatura, de masa muscular, de fisonomía, etc., hasta que el cabo del tiempo puede estar irreconocible, aunque sea siempre, substancialmente, es el mismo ser humano hasta su muerte.

Lo mismo pasa con el ser-humano-embrionario-y-fetal; la diferencia es que no lo vemos, ni su madre, pero es el mismo ser humano.  

Un gameto humano (óvulo fecundado) está en acto de ser gameto humano y en potencia de ser embrión; pasa el tiempo y éste está en acto de ser embrión y en potencia de ser feto humano; pasa el tiempo y éste está en acto de ser feto y en potencia de ser bebé y de nacer. Es decir, el gameto sigue siendo la misma substancia (ser humano), pero adquiere su desarrollo natural por los accidentes que lo van conformando: peso, forma, tamaño, etc., por lo cual no es que la vida esté en potencia, sino que es vida en acto, pero en desarrollo potencial.

Puede parecer un poco complicado de entender, pero solo tenemos que utilizar un poco de nuestro tiempo en pensarlo y se comprende sin problema.

Es verdad que todos los seres humanos siempre estamos en potencia de algo, pero también lo es, como lo hemos visto, que estamos en acto de ser humanos, desde la fecundación. Esto es, una vez que nace se pasa, de bebé (en acto) a ser niño (en potencia), a ser adolescente (en acto), a ser abogado (en potencia), a ser abogado en acto si cumple con los accidentes (requisitos) que lo hacen ser abogado, o arquitecto, o campesino, u obrero, etc., y así hasta la muerte, de la que todos, sin excepción, estamos en potencia…

La vida, como he dicho, es un continuo desde la concepción (hay quienes dicen que es desde la fecundación, en lo cual estoy de acuerdo) hasta la muerte natural. Nadie, repito, tiene derecho a matar a un ser humano, nacido o no. Se me dirá, con razón, que hay países en donde aún existe la pena de muerte.

Pero esto es otra historia que si puedo mañana desarrollare. 

lunes, 13 de febrero de 2023

¡¡¡Buenos días!!! Hace poco fue nueve de febrero.

 ¡¡¡Buenos días!!!

El pasado nueve de febrero nuestra sociedad dio un paso más, otro paso hacia adelante y para muchos, ese paso, nos ha llevado a caer en el precipicio, ya veremos con que resultado cuando lleguemos abajo.   

Me parece que no entendemos, no hemos terminado de entender el término y el concepto de libertad, lo que ha provocado que se haya convertido en una palabra vacía de contenido. Con la palabra derecho ha sucedido lo mismo pues se está usando cada vez más para expresar, justamente, lo que no es el derecho, o de lo que no se tiene derecho.

Creo que la libertad es un derecho del hombre, y los derechos humanos están situados en el interior de cada ser humano, lo que según mi entender no los hace depender de las ideas arbitrarias del gobierno de turno ni de ningún parlamento, ni por supuesto de ningún ministerio de justicia.

El derecho inalienable a la vida y, por lo mismo a la libertad es, esencialmente, el derecho de estar libre de recibir agresiones, y es el Estado quien debe garantizar, con sus leyes, dicho derecho fundamental. Por lo tanto, para mí, sin respeto por la vida no existe la libertad. Y es que, si lo analizamos con tranquilidad nos daremos cuenta de que donde no existe respeto por la vida humana, se podrán cometer los crímenes más atroces y, lo más espeluznante de todo eso es que esos crímenes se van a cometer en nombre de la libertad.

Si existe algún lugar donde no se reconozca en otra persona, se encuentre donde se encuentre, su eminente dignidad humana, se cae en la falacia de que hay seres humanos que merecen vivir y otros que merecen morir. Y, sin duda, este es el mayor fracaso social y a la vez político de ese lugar.

Con el aborto sucede lo mismo, es decir, se libera a las personas de la responsabilidad que siempre va a suponer traer un nuevo ser humano a esta vida, que no es otra cosa que hacer que ese ser humano pague con su vida la irresponsabilidad, pero sobre todo con el egoísmo de los que lo provocan.

No me he cansado de decirlo en muchas ocasiones: el aborto no es un acto de libertad, aunque tengo que decir que, para perpetrarlo, alguien hace un mal uso de su libre albedrío, que no es lo mismo que hacer uso de libertad.

Hay que distinguir esa diferencia, hay que ver con claridad lo que es libertad y lo que es libre albedrio. Hay que preguntarse si: ¿sabemos lo que es libre albedrío y lo que es libertad? La respuesta se sabe si sabemos cómo responder a esta sencilla pregunta: ¿Libertad “para”, o libertad “de”?

Una pequeña ayuda si tenéis alguna duda. Un ladrón se siente “libre de robarle” la cartera a un peatón, se siente libre para disponer libremente del dinero que ha robado. Pero la libertad, la verdadera libertad, la libertad moral, se usa “para” e insisto “para” hacer el bien.  

La verdadera libertad, la libertad moral, se usa “para” hacer el bien. Sin respeto por la vida humana, no hay verdadera libertad.

Muchos de vosotros, ahora, pensareis que mi argumento no sirve contra ese argumento de: “nosotras parimos, nosotras decidimos”. Pues bien, mañana intentaré decir como lo veo yo, cual es mi punto de vista. 

domingo, 12 de febrero de 2023

¡Buenos días! ¡Ya es domingo!

 ¡¡¡ Buenos días!!!

He vuelto a leer lo que escribí ayer y hay un detalle que me gustaría recalcar. Hay una diferencia entre hacer alguna de esas acciones como puede ser hacer algo prudente y serlo. O sea, no es lo mismo realizar una acción justa que ser un hombre justo.

Veamos, un hombre que no sea un buen jugador de golf podría de vez en cuando dar un buen golpe y colocar la bola en el hoyo. Lo que yo quiero decir por un buen jugador es una persona que ha entrenado para dar una gran cantidad de buenos golpes y los da tan seguido que se puede confiar que los va a realizar. Tiene una cualidad que se encuentra en él, aunque no este jugando.

De la misma manera, un hombre que persiste en hacer buenas acciones adquiere al final una cierta cualidad de carácter. Y es entonces esa cualidad, antes que sus acciones en particular a lo que me refiero cuando hablo de que posee una cualidad como ser justo o prudente. Y, ver esta diferencia es importante.

Si nos basásemos solo en las acciones concretas podríamos dar a entender ideas equivocadas.

Podríamos pensar que, siempre que hiciéramos una cosa bien, no importará el cómo o el por qué lo hemos hecho: si lo habíamos hecho voluntaria o involuntariamente, estando alegres o disgustados, porque tenemos miedo a la opinión pública o por el hecho en sí mismo. Pero resulta que si hacemos cosas buenas por motivos equivocados no estamos adquiriendo ninguna cualidad interior o ninguna característica a la podríamos denominar “virtud”, y es esta cualidad o característica la que importa realmente.

Y es que si un mal jugador de golf tiene un buen golpe que lo acerque al hoyo, no porque crea que se necesite, sino porque a veces se cabrea y le da con mucha rabia, es posible que ese golpe, con suerte, le ayude a ganar un hoyo, pero no lo ayudará a convertirse en un jugador consistente.

Entendéis lo que quiero decir. 

sábado, 11 de febrero de 2023

¡Adelante! ¡Que empiece este sábado ¡

 ¡¡¡ Buenos días!!!

Me doy cuenta de que se ha creado una confusión entorno a la palabra templanza, que era de la que al fin y al cabo hablaba ayer. Y es que, la gente suele olvidar de que se puede abusar de muchas cosas. Un hombre puede convertir el futbol o la bicicleta en el centro de su vida, incluso dedicar todos sus pensamientos a su perro y ser tan obsesivos con esas cosas como alguien que se emborracha todas las noches.

Está claro que la obsesión por nuestro perro o por la bicicleta no llama tanto la atención como el alcohol que nos hace ir borrachos por la calle tropezando con las farolas. Pero si recapacitamos nos daremos cuenta de que no nos deben engañar las apariencias y que en ambos casos no controlamos nuestros vicios.

Otras de las cosas en las que todos los hombres parece que estén de acuerdo además de ser templado, como decía el otro día es en la justicia, que significa mucho más de lo que ocurre en los juzgados, pues incluye el que hay que ser honesto, flexible, sincero y cumplir con nuestras promesas. Y os daréis cuenta de que todas esas cualidades anteriores no las podremos cumplir por mucho tiempo a menos que poseamos la fortaleza y el valor suficientes.

Una buena conclusión a todo esto sería que para que podamos tener buenas relaciones con las demás personas necesitamos: ser prudentes, justos, templados y tener el valor suficiente para hacerlo durante el máximo tiempo posible. 

viernes, 10 de febrero de 2023

¡Me gusta este viernes!

 ¡¡¡Buenos días!!!

Me estoy dando cuenta de que a muy pocos de nosotros nos gustan las palabras; moderación y sobriedad cuando nos las tenemos que aplicar. Solemos dar a la moderación muchas veces el significado de abstención o de prohibición. Y eso no es del todo acertado.

Veamos, ser moderados con la bebida no significa abstenerse de ella ni por supuesto ser abstemios. Si yo digo que hay que ser moderado con los placeres no estoy diciendo que hay que abstenerse de ellos sino disfrutarlos hasta un límite adecuado y no más allá.

Es un error pensar que todos nosotros deberíamos ser abstemios, nuestro deber en un momento en particular, podría ser el de abstenerse de cualquier bebida alcohólica, ya sea porque soy un hombre que no puede beber sin hacerlo en exceso o porque estoy con personas inclinadas a beber demasiado y no hay que alentarlas o cuando existe un peligro en la conducción de vehículos.

Sea el caso que sea, la cuestión es que me estoy absteniendo por una buena razón, algo que yo no condeno y que me gusta que lo puedan disfrutar otras personas. ¿Se entiende? Por cierto, hay una clase de mala persona que no puede renunciar a una cosa por sí solo sin querer que todos los demás renuncien también a ella.  

Puedo creer conveniente renunciar a toda clase de cosas por razones especiales: al matrimonio, a la carne, a la cerveza o el cine, pero en el momento en que empiece a decir que esas cosas son malas en sí, o a mirar con desprecio a otras personas que las practican, voy por el camino equivocado. 

jueves, 9 de febrero de 2023

¡Que extraordinario jueves nos espera!

 ¡¡¡Buenos días!!!

Por algunos comentarios, estoy viendo que muchos de nosotros no tenemos clara la doctrina cristiana, ya sea los que están de acuerdo con ella o los que no lo están en absoluto.

 Mirad, los cristianos, por el hecho de que recemos y creamos en Dios no significa que nos hayamos dado por satisfechos con las mismas ideas infantiles que nos enseñaron al tomar la primera Comunión. Es cierto, de que Dios no nos amara menos si somos poco inteligentes, pues Dios tiene sitio también para personas con muy poco sentido común, pero quiere que todos hagamos uso del sentido común que poseamos.

La consigna apropiada no es “sé bueno, sé un hombre sencillo, y deja al que pueda que sea listo” sino “sé bueno, sé un hombre sencillo, y no olvides que esto implica ser tan listo como puedas”. Tengo que aclarar que según lo veo yo, al cristianismo le molestan por igual las personas que son unas perezosas intelectuales como cualquier otra clase de perezosos, lo que se intenta corregir es cualquier clase de pereza, y no pensar, es una clase de pereza. 

Mirad, si alguno tiene la oportunidad de hacerse cristiano y se hace, le tendría que advertir que se va a meter en situaciones en las que se le va a exigir todo, el cerebro incluido. Pero por suerte esto funciona también al revés. Cualquiera de vosotros que este sinceramente intentando convertirse al cristianismo enseguida se dará cuenta que su inteligencia se agudiza, y una de las razones por las que no se necesita una educación especial para ser cristiano es que el cristianismo es una educación en sí mismo.

Lo que como supondréis da mucho de qué hablar.

miércoles, 8 de febrero de 2023

¡¡¡Gracias por este miércoles¡¡¡

 ¡¡¡Buenos días!!!

Mientras tanto, continuaré con mis “sermones” de todas las mañanas. Si miramos un poco el que ha sucedido a lo largo de la historia nos resultara fácil darnos cuenta de que en toda nuestra existencia los hombres hemos estado de acuerdo en algunas cosas que harían que nuestras sociedades fueron mejores, por ejemplo; a tratar de ser personas más justas, a ser lo más prudentes que podamos, a ser moderados con nuestras manías o vicios y a hacer todo el posible para vencer nuestros miedos y a la vez huir de la temeridad.

Veamos, cuando he dicho que buscamos ser prudentes el que estoy diciendo es que hay que tomarse el trabajo de pensar en el que estamos haciendo y en lo que pasará si lo hacemos. Ya sé, que hoy en día esta actitud no está de moda y que pensar para hacer las cosas bien no sé ve como una buena cualidad. De hecho, porque se nos dijo que solo podríamos conseguir el reino de los cielos haciéndonos como niños, muchos cristianos y no cristianos han llegado a la conclusión de que mientras seamos buenas personas no importa que seamos imbéciles.

Pero esto es un malentendido. Para empezar, no se dijo que teníamos que permanecer como niños en cuanto a su inteligencia, por el contrario, se nos dijo, creo recordar, que fuéramos no solo “inocentes como palomas” sino también “cautos como serpientes”, no sé si las palabras son exactas, pero más o menos.

Hay que tener un corazón de niño, pero una cabeza de adulto. Tenemos que ser sencillos, coherentes, cariñosos y estar preparados para aprender, como son los niños buenos, pero también debemos tener toda la inteligencia que podamos para estar alerta en todo lo que hacemos. Mirad, por el hecho de que estéis colaborando o dando dinero a una obra de caridad no significa que no necesitáis averiguar si esa obra de caridad es un fraude o no.

Bien, mañana continúo que ahora no puedo “rematar” el tema.

martes, 7 de febrero de 2023

Vida al aire libre

 “Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K. Chesterton).


Una de las características de los ciclo-viajes es la vida al aire libre, sobre todo si los realizamos con tienda de campaña y nos preparamos nosotros la comida. Y ese estar todo el tiempo en contacto con el ambiente cambiante de la naturaleza que nos va rodeando es a lo que más cuesta acostumbrarse cuando eres un hombre de ciudad.

Estar en contacto con el sol o con su ausencia, con el calor o con el frío, con la lluvia o con el viento, sentir todos los fenómenos naturales en primera persona y sin filtros es lo que más tememos al comenzar, y lo que en muchas ocasiones más satisfacciones nos da.


Lidiar con la siempre cambiante meteorología es un ajuste gradual, en múltiples aspectos. En parte, supone aprender qué tipo de ropa me mantiene abrigado (¡más o menos!) y al mismo tiempo me permite pedalear. Otra parte, sin duda, es un ejercicio de superación del miedo al frío y de desarrollar una mayor apertura psicológica y aceptación en la gestión de los extremos, frío y calor.

Entre las muchas lecciones, aprendes que, según vas adquiriendo un mayor conocimiento, una buena preparación y vas adaptando tu mentalidad, puedes aprender no sólo a tolerar temperaturas más extremas de lo que pudiéramos pensar, sino que aprendemos a disfrutarlas.

Lo realmente sorprendente y uno de los múltiples y geniales regalos que nos aporta el ciclo-viaje, aunque tengo que decir, que requiere de una cierta organización, preparación y planificación, es la cantidad de beneficios que nos otorga, además de mantenernos activos, es el tiempo. A pesar de todo el ajetreo que a primera vista nos pueda parecer, la cantidad de tiempo que nos da para centrarnos en otras cosas y en nuestras vicisitudes es definitivamente uno de los auténticos regalos de viajar con la bicicleta.

Las oportunidades que se nos brinda para la alegría y para estar en paz, que, aunque están siempre presentes en nuestra vida, si no dedicamos tiempo y esfuerzo en considerarlas, a menudo se encuentran ocultas e inaccesibles, y es durante las horas de pedaleo y de descanso, después del esfuerzo de muchos kilómetros, cuando las vemos con más claridad.

Otro regalo son esos pequeños cambios de hábitos y formas de ver todo lo que nos rodea y que pueden crear enormes cambios en nuestra salud, armonía y felicidad. Nunca se me hace esto más evidente que durante cualquier etapa de un viaje.

Y ya solo me queda dar las gracias por tener la oportunidad de hacerlo. 

https://www.instagram.com/vicent1956/?hl=es 

¡¡¡Feliz martes!!!

 ¡¡¡Buenos días!!! 

En fin, vuelvo hoy a la misma senda que estoy siguiendo desde hace días. Recordemos las tres cosas que tenemos que pensar para que nuestra sociedad o nuestra querida comparsa desfilen y vayan por un buen camino. Una es clara, que son las relaciones entre una persona y otra, lo qué hay dentro de cada persona y las relaciones entre esa persona y el poder que lo creó, si es que piensa que su vida es un regalo que le han hecho.

Con el primera no tendremos demasiados problemas, es fácil llegar a acuerdos. Con la segunda las cosas ya se complican, y estos problemas se hacen realmente serios en la tercera.  

Si lo pensamos, solo por encima, ya nos daremos cuenta de que es en la tercera donde aparecen las grandes diferencias, entre si asumo que mi vida es un regalo o no lo es, y si esto fuera verdad o no lo fuera. Hay grandes diferencias entre una manera y otra.

Continuaré en los próximos días asumiendo el punto de vista de que mi vida es un regalo, y explicando todo el panorama tal como seria si fuera verdad.

lunes, 6 de febrero de 2023

¡¡¡Buenos días!!! Hace poco fue 9 de febrero.

 ¡¡¡Buenos días!!!

El pasado nueve de febrero nuestra sociedad dio un paso más, otro paso hacia adelante y para muchos, ese paso, nos ha llevado a caer en el precipicio, ya veremos con que resultado cuando lleguemos abajo.   

Me parece que no entendemos, no hemos terminado de entender el término y el concepto de libertad, lo que ha provocado que se haya convertido en una palabra vacía de contenido. Con la palabra derecho ha sucedido lo mismo pues se está usando cada vez más para expresar, justamente, lo que no es el derecho, o de lo que no se tiene derecho.

Creo que la libertad es un derecho del hombre, y los derechos humanos están situados en el interior de cada ser humano, lo que según mi entender no los hace depender de las ideas arbitrarias del gobierno de turno ni de ningún parlamento, ni por supuesto de ningún ministerio de justicia.

El derecho inalienable a la vida y, por lo mismo a la libertad es, esencialmente, el derecho de estar libre de recibir agresiones, y es el Estado quien debe garantizar, con sus leyes, dicho derecho fundamental. Por lo tanto, para mí, sin respeto por la vida no existe la libertad. Y es que, si lo analizamos con tranquilidad nos daremos cuenta de que donde no existe respeto por la vida humana, se podrán cometer los crímenes más atroces y, lo más espeluznante de todo eso es que esos crímenes se van a cometer en nombre de la libertad.

Si existe algún lugar donde no se reconozca en otra persona, se encuentre donde se encuentre, su eminente dignidad humana, se cae en la falacia de que hay seres humanos que merecen vivir y otros que merecen morir. Y, sin duda, este es el mayor fracaso social y a la vez político de ese lugar.

Con el aborto sucede lo mismo, es decir, se libera a las personas de la responsabilidad que siempre va a suponer traer un nuevo ser humano a esta vida, que no es otra cosa que hacer que ese ser humano pague con su vida la irresponsabilidad, pero sobre todo con el egoísmo de los que lo provocan.

No me he cansado de decirlo en muchas ocasiones: el aborto no es un acto de libertad, aunque tengo que decir que, para perpetrarlo, alguien hace un mal uso de su libre albedrío, que no es lo mismo que hacer uso de libertad.

Hay que distinguir esa diferencia, hay que ver con claridad lo que es libertad y lo que es libre albedrio. Hay que preguntarse si: ¿sabemos lo que es libre albedrío y lo que es libertad? La respuesta se sabe si sabemos cómo responder a esta sencilla pregunta: ¿Libertad “para”, o libertad “de”?

Una pequeña ayuda si tenéis alguna duda. Un ladrón se siente “libre de robarle” la cartera a un peatón, se siente libre para disponer libremente del dinero que ha robado. Pero la libertad, la verdadera libertad, la libertad moral, se usa “para” e insisto “para” hacer el bien.  

La verdadera libertad, la libertad moral, se usa “para” hacer el bien. Sin respeto por la vida humana, no hay verdadera libertad.

Muchos de vosotros, ahora, pensareis que mi argumento no sirve contra ese argumento de: “nosotras parimos, nosotras decidimos”. Pues bien, mañana intentaré decir como lo veo yo, cual es mi punto de vista. 

¡¡¡Bueno días lunes!!!

 ¡¡¡Buenos días!!! 


Así que continúo con lo de ayer, ya sé que estáis pensando que la parte final de ayer es un enfoque cristiano, pero es que estamos en un entorno cristiano y no puedo obviarlo. Igual que esa afirmación de que todo hombre vivirá por siempre jamás, muy cristiana también, que, tiene que ser falsa o verdadera. Si pienso que viviré por siempre jamás, me comportaré diferente de que, si pienso que mi vida se acaba en los ochenta años, ¿no es verdad?

Hay muchas cosas sobre las cuales no me haría falta preocuparme si fuera a vivir solo ochenta años, pero por las cuales tendré que hacerlo, y mucho, si viviré eternamente. Es fácil que con la edad mi carácter esté siendo cada día un poco más insoportable, tan insoportable que su aumento a lo largo de ochenta años tal vez no sea demasiado evidente. Pero podría ser un verdadero infierno dentro de mil años si no parara de aumentar.

Por cierto, me viene ahora a la cabeza otra diferencia, la diferencia entre la democracia y el totalitarismo. Si las personas solo viven ochenta años, una nación o una civilización, que pueden durar más de mil años, son más importantes que una persona. Pero si la doctrina cristiana tiene razón, la persona no es solo más importante sino incomparablemente más importante, puesto que la persona es eterna, y la vida de una nación o una civilización, comparada con la suya, es solo un momento.

¿Es curioso verdad?