sábado, 4 de febrero de 2023

¡¡¡Feliz sábado!!!

 ¡¡¡Buenos días!!!


Continuo con el mismo tema de estos días, y es que, ¿de qué sirve enseñarles a los componentes de una comparsa a no chocar entre ellos si están en tan mal estado qué no pueden mantenerse en pie? ¿De qué sirve hacer normas para que nos comportemos bien si sabemos que, de hecho, nuestra avaricia, nuestro egoísmo y nuestra vanidad nos impedirán que las cumplamos?

No estoy diciendo de ninguna forma que no tendríamos que pensar, y hay que hacerlo y mucho, como mejorar nuestro sistema social y económico. Lo que quiero decir es que todo esto no servirá de nada salvo que nos demos cuenta de que solo el valor y la generosidad de las personas conseguirán que nuestra sociedad funcione correctamente.

Es relativamente fácil eliminar o controlar la clase de delitos y avasallamientos que tienen lugar en esta sociedad, pero mientras los hombres sean tramposos o avasalladores encontrarán siempre una nueva manera de llevar a cabo sus abusos. No se puede hacer buenos a los hombres por ley, y sin hombres buenos no es posible una sociedad buena.

Por eso pienso que tenemos que pasar a la segunda cosa que tiene que suceder para que nuestra comparsa desfile como es debido y que no es otra cosa que la moralidad dentro de la persona.

Pero esto, ya será, si no pasa nada, mañana.

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