¡¡¡Buenos días!!!
Continuo
con el mismo tema de estos días, y es que, ¿de qué sirve enseñarles a los
componentes de una comparsa a no chocar entre ellos si están en tan mal estado qué
no pueden mantenerse en pie? ¿De qué sirve hacer normas para que nos comportemos
bien si sabemos que, de hecho, nuestra avaricia, nuestro egoísmo y nuestra
vanidad nos impedirán que las cumplamos?
No
estoy diciendo de ninguna forma que no tendríamos que pensar, y hay que hacerlo
y mucho, como mejorar nuestro sistema social y económico. Lo que quiero decir
es que todo esto no servirá de nada salvo que nos demos cuenta de que solo el
valor y la generosidad de las personas conseguirán que nuestra sociedad funcione
correctamente.
Es
relativamente fácil eliminar o controlar la clase de delitos y avasallamientos
que tienen lugar en esta sociedad, pero mientras los hombres sean tramposos o
avasalladores encontrarán siempre una nueva manera de llevar a cabo sus abusos.
No se puede hacer buenos a los hombres por ley, y sin hombres buenos no es
posible una sociedad buena.
Por
eso pienso que tenemos que pasar a la segunda cosa que tiene que suceder para que
nuestra comparsa desfile como es debido y que no es otra cosa que la moralidad
dentro de la persona.
Pero
esto, ya será, si no pasa nada, mañana.
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