¡¡¡Buenos días!!!
La gente a menudo piensa en que si realizamos una
serie de actos buenos se nos recompensará y que si no los hacemos se nos hará
lo contrario. Yo no creo que esta sea la mejor manera de verlo. Prefiero pensar
que cada vez que hacemos una elección estamos transformando lo que somos en
algo ligeramente diferente de lo que éramos antes.
Internaré explicarme, si considero toda mi vida
como un todo, con todas sus innumerables elecciones, durante toda ella estoy
transformándome en una persona buena que está en armonía con las demás personas
y consigo misma o lo estoy haciendo en una persona que está en un estado de
guerra con sus congéneres y con ella misma.
Pertenecer a la primera clase es la alegría, es
paz, y conocimiento. Ser la otra clase de persona significa locura, horror,
imbecilidad, rabia e impotencia. Cada uno de nosotros, en cada momento,
avanzamos hacia un estado o hacia otro.
En lo que siempre deberíamos estar pensando es en
la señal que cada uno de nuestros actos deja en ese minúsculo núcleo central
que hay dentro de nosotros y que nadie ve pero que cada uno de nosotros tendrá
que soportar o disfrutar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario