¡¡¡Buenos días!!!
El pasado nueve de febrero nuestra sociedad dio un
paso más, otro paso hacia adelante y para muchos, ese paso, nos ha llevado a
caer en el precipicio, ya veremos con que resultado cuando lleguemos abajo.
Me parece que no entendemos, no hemos terminado de
entender el término y el concepto de libertad, lo que ha provocado que se haya
convertido en una palabra vacía de contenido. Con la palabra derecho ha
sucedido lo mismo pues se está usando cada vez más para expresar, justamente,
lo que no es el derecho, o de lo que no se tiene derecho.
Creo que la libertad es un derecho del hombre, y los
derechos humanos están situados en el interior de cada ser humano, lo que según
mi entender no los hace depender de las ideas arbitrarias del gobierno de turno
ni de ningún parlamento, ni por supuesto de ningún ministerio de justicia.
El derecho inalienable a la vida y, por lo mismo a
la libertad es, esencialmente, el derecho de estar libre de recibir agresiones,
y es el Estado quien debe garantizar, con sus leyes, dicho derecho fundamental.
Por lo tanto, para mí, sin respeto por la vida no existe la libertad. Y es que,
si lo analizamos con tranquilidad nos daremos cuenta de que donde no existe
respeto por la vida humana, se podrán cometer los crímenes más atroces y, lo
más espeluznante de todo eso es que esos crímenes se van a cometer en nombre de
la libertad.
Si existe algún lugar donde no se reconozca en otra
persona, se encuentre donde se encuentre, su eminente dignidad humana, se cae
en la falacia de que hay seres humanos que merecen vivir y otros que merecen
morir. Y, sin duda, este es el mayor fracaso social y a la vez político de ese
lugar.
Con el aborto sucede lo mismo, es decir, se libera
a las personas de la responsabilidad que siempre va a suponer traer un nuevo
ser humano a esta vida, que no es otra cosa que hacer que ese ser humano pague con
su vida la irresponsabilidad, pero sobre todo con el egoísmo de los que lo
provocan.
No me he cansado de decirlo en muchas ocasiones: el
aborto no es un acto de libertad, aunque tengo que decir que, para perpetrarlo,
alguien hace un mal uso de su libre albedrío, que no es lo mismo que hacer uso
de libertad.
Hay que distinguir esa diferencia, hay que ver con
claridad lo que es libertad y lo que es libre albedrio. Hay que preguntarse si:
¿sabemos lo que es libre albedrío y lo que es libertad? La respuesta se sabe si
sabemos cómo responder a esta sencilla pregunta: ¿Libertad “para”, o libertad “de”?
Una pequeña ayuda si tenéis alguna duda. Un ladrón
se siente “libre de robarle” la cartera a un peatón, se siente libre para
disponer libremente del dinero que ha robado. Pero la libertad, la verdadera
libertad, la libertad moral, se usa “para” e insisto “para” hacer el bien.
La verdadera libertad, la libertad moral, se usa “para”
hacer
el bien. Sin respeto por la vida humana, no hay verdadera libertad.
Muchos de vosotros, ahora, pensareis que mi
argumento no sirve contra ese argumento de: “nosotras parimos, nosotras
decidimos”. Pues bien, mañana intentaré decir como lo veo yo, cual es mi punto de
vista.
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