¡¡¡Buenos días!!!
Me
estoy dando cuenta de que a muy pocos de nosotros nos gustan las palabras; moderación y sobriedad cuando nos las tenemos que aplicar. Solemos dar a la
moderación muchas veces el significado de abstención o de prohibición. Y eso no
es del todo acertado.
Veamos,
ser moderados con la bebida no significa abstenerse de ella ni por supuesto ser
abstemios. Si yo digo que hay que ser moderado con los placeres no estoy
diciendo que hay que abstenerse de ellos sino disfrutarlos hasta un límite
adecuado y no más allá.
Es un
error pensar que todos nosotros deberíamos ser abstemios, nuestro deber en un
momento en particular, podría ser el de abstenerse de cualquier bebida
alcohólica, ya sea porque soy un hombre que no puede beber sin hacerlo en
exceso o porque estoy con personas inclinadas a beber demasiado y no hay que
alentarlas o cuando existe un peligro en la conducción de vehículos.
Sea
el caso que sea, la cuestión es que me estoy absteniendo por una buena razón,
algo que yo no condeno y que me gusta que lo puedan disfrutar otras personas.
¿Se entiende? Por cierto, hay una clase de mala persona que no puede renunciar
a una cosa por sí solo sin querer que todos los demás renuncien también a
ella.
Puedo
creer conveniente renunciar a toda clase de cosas por razones especiales: al
matrimonio, a la carne, a la cerveza o el cine, pero en el momento en que
empiece a decir que esas cosas son malas en sí, o a mirar con desprecio a otras
personas que las practican, voy por el camino equivocado.
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