¡¡¡ Buenos días!!!
Me doy cuenta de que se ha creado una confusión
entorno a la palabra templanza, que era de la que al fin y al cabo hablaba
ayer. Y es que, la gente suele olvidar de que se puede abusar de muchas cosas.
Un hombre puede convertir el futbol o la bicicleta en el centro de su vida,
incluso dedicar todos sus pensamientos a su perro y ser tan obsesivos con esas
cosas como alguien que se emborracha todas las noches.
Está claro que la obsesión por nuestro perro o por
la bicicleta no llama tanto la atención como el alcohol que nos hace ir
borrachos por la calle tropezando con las farolas. Pero si recapacitamos nos
daremos cuenta de que no nos deben engañar las apariencias y que en ambos casos
no controlamos nuestros vicios.
Otras de las cosas en las que todos los hombres
parece que estén de acuerdo además de ser templado, como decía el otro día es
en la justicia, que significa mucho más de lo que ocurre en los juzgados, pues
incluye el que hay que ser honesto, flexible, sincero y cumplir con nuestras
promesas. Y os daréis cuenta de que todas esas cualidades anteriores no las
podremos cumplir por mucho tiempo a menos que poseamos la fortaleza y el valor
suficientes.
Una buena conclusión a todo esto sería que para que podamos tener buenas relaciones con las demás personas necesitamos: ser
prudentes, justos, templados y tener el valor suficiente para hacerlo durante
el máximo tiempo posible.
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