¡¡¡Buenos días!!!
Decía
ayer que teníamos que pasar a la segunda cosa, que no se trata de otro tema más
que de la moralidad dentro de la persona, pero lo he estado pensando un poco y
creo que no podemos detenernos aquí.
Y es
que estamos en un punto en el cual las diferentes creencias que existen sobre
la vida nos llevan a tener formas de comportamiento diferentes. Para empezar, está
bien que me detenga en mi razonamiento y que continue mostrando las clases de
moralidad en las cuales todos los hombres sensatos están de acuerdo.
¿Pero
puedo hacerlo? Os aviso que esto inevitablemente nos lleva a hablar de
religión, y esto implica unas series de afirmaciones sobre algunos hechos que necesariamente
tienen que ser falsos o verdaderos. Y, si son verdaderos, ciertas conclusiones
nos llevarán a guiar a nuestra comparsa en una dirección correcta; y, si son
falsos, las conclusiones serán completamente diferentes.
Os dais
cuenta del problema, vuelvo a aquella persona que nos decía que una cosa no
puede estar mal a menos que perjudique a otro ser humano. Este hombre sabe y comprende
que no tiene que dañar al resto de componentes de la comparsa, cree
sinceramente que lo que él haga con su persona es asunto suyo.
¿No
veis una diferencia en el hecho de que yo sea, por así decirlo, el dueño de mi
mente y de mi cuerpo, o que sea solo un alquilado, responsable solo ante mi
verdadero amo? Y es que si pienso que alguien me ha creado no es normal que
piense también que lo ha hecho con algún fin y, si es así no tendré yo muchos
deberes que cumplir, deberes que no tendré si sencillamente me perteneciera a
mí mismo.
Apreciáis
los matices que tiene el asunto.
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