¡¡¡Buenos días!!!
Recordando un poco lo de ayer habría que decir que
por mucho que se intente mejorar a un hombre culturalmente, bienestar social y físico
siempre existirá algo más: la auténtica y libre elección de ese hombre, que
también tendrá una relación con lo que ha visto en su entorno, de poner en
primer lugar su propio beneficio o colocarlo en el último lugar. Y esta libre
elección es lo único que le concierne a la moral.
Un hombre no tiene ni necesita arrepentirse por haber
nacido en un ambiente hostil donde las malas compañías le han afectado en su
conducta. Lo que necesita es salir o ayudarlo a salir de ese entorno. Muchos de
nosotros valoramos a las personas por el entorno en donde viven y por sus actos
externos cuando lo que deberíamos tener en cuenta son sus elecciones morales.
Veamos, cuando un hombre que ha sido pervertido
desde su juventud y al que se le ha enseñado que la crueldad es lo más natural,
cuando este hombre hace una buena acción por pequeña que sea, o se abstiene de
algún acto de crueldad que podría haber cometido, arriesgándose a las burlas de
sus amigos, es posible que moralmente esté haciendo más que nosotros si
renunciásemos a nuestra vida por la de un amigo.
Vamos a expresar lo mismo, pero en el sentido
contrario. Veamos, puede ser que nosotros que parecemos buenas personas,
hayamos hecho tan poco uso de nuestros buenos hábitos y de nuestra buena
educación, que somos en realidad peores que aquellos a los que consideremos
malhechores. Y ahora pregunto; ¿Podemos estar seguros de cómo nos habríamos
comportado nosotros si hubiéramos tenido las mismas malas influencias y mala
educación? Por esta razón se nos dice que no juzguemos. Pues solo vemos las
consecuencias de las elecciones que un hombre saca de las circunstancias en las
que se ha criado y ha crecido y no vemos lo bueno que haya podido sacar de
ellas.
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