¡¡¡Buenos días!!!
Ayer,
intentaba explicar que eso que llamamos “estar enamorados” es un estado
realmente fantástico y, en muchos aspectos, es bueno para nosotros. Estar
enamorados nos ayuda a ser más generosos, incluso a ser valientes en ciertas
circunstancias, también en alguna ocasión nos muestra no solo la belleza de la
persona a la que amamos sino toda la belleza que nos rodea, y al principio nos
somete a una sexualidad meramente animal; en este caso, el amor es un gran
camino hacia la lujuria.
Dicho todo lo anterior, no creo que ninguno de
nosotros me negara que estar enamorado es mucho mejor que la sensualidad común
o que el frío egocentrismo. Pero, lo más peligroso que podemos hacer es coger
cualquier impulso de nuestra propia naturaleza y utilizarlo como ejemplo de lo
que deberíamos hacer a toda costa.
Estar enamorado es bueno, sin duda, pero no es lo
mejor. Podemos encontrar muchas cosas que están por debajo de estar enamorado,
pero también hay muchas cosas por encima. No lo podemos convertir en la base de
toda nuestra vida.
Es un sentimiento noble, pero no deja de ser un
sentimiento. No podemos depender de que ningún sentimiento perdure en toda su
intensidad, ni siquiera de que perdure.
Veamos, el conocimiento puede permanecer, los
principios pueden perdurar incluso los hábitos lo pueden hacer, pero los
sentimientos vienen y van.
En fin, mañana sigo para no hacerlo demasiado
largo.
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