¡¡¡Buenos días!!!
Uno
de los temas que resultan, también, más impopulares y a la vez más complicados
de hablar y mostrar es la costumbre cristiana del perdón. Y lo es por qué no se
entiende bien esa regla que aplican los cristianos de “amarás a tu prójimo como
a ti mismo”. Porque para un cristiano “tu prójimo” lleva incluido a “tu
enemigo”, lo que como comprenderéis es una terrible obligación.
Ya
sé, que la inmensa mayoría de vosotros pensareis que el perdón es una gran idea
para solucionar muchos problemas, lo es hasta que nos encontramos con algo que
perdonar, como estoy seguro de que alguna vez habréis comprobado.
Entonces,
el simple hecho de mencionarlo delante de un acto terrorista significa ser
contestado con gritos de protesta y preguntado: “qué le parecía perdonar al
terrorista si fuera usted padre del asesinado”.
Me lo
he preguntado muchas veces, lo mismo sucede cuando sé que no debo negar mi
religión ni siquiera para no morir bajo tortura, me he preguntado alguna vez
que haría si llegara el caso. No es mi intención deciros lo que haría, solo
digo lo que es el cristianismo. Yo no lo invente.
Otra
cosa fascinante la encuentro en: “Perdona nuestras ofensas como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden”. No hay alternativa, no sé si os
habréis dado cuenta de que, si no perdonamos, no seremos perdonados. No hay
margen para ninguna duda. ¿Qué vamos a hacer?
No hay comentarios:
Publicar un comentario