¡¡¡Buenos días!!!
Decía ayer que si supiéramos mirar dentro de
nuestros corazones ya nos habríamos dado cuenta de que sí deseamos, y deseamos
intensamente, hay algo ahí dentro que no podremos obtener en este mundo. Vamos
a encontrar muchas cosas en este mundo que ofrecen darnos precisamente eso,
pero nunca nos lo dan al cien por cien.
Ese deseo que se despertó dentro de mi cuando me enamoré
por primera vez, o cuando por primera vez pensé en un viaje en bicicleta, es un
deseo que ninguna boda, ningún viaje ha podido satisfacer.
No me estoy refiriendo ahora a lo que normalmente
se califica de matrimonio o de unas vacaciones. Estoy hablando de los mejores
posibles. Hubo algo que percibí, en esos primeros momentos de deseo, que
simplemente se esfumo cuando los estaba realizando. Me parece que ya sabéis lo
que quiero decir.
La mujer puede ser una buena esposa, y los paisajes
del viaje pueden haber sido impresionantes, pero algo falta, algo se me ha
escapado.
Y, ante esto, existen dos formas erróneas de
solucionar el tema, y una correcta.
Mañana voy a intentar de aclararlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario