miércoles, 9 de mayo de 2018

Miércoles 9 de mayo de 2018.

Miércoles 9 de mayo de 2018.
¡Buenos días! Dijo Bilbo. ¿Qué quieres decir? Preguntó Gandalf, ¿Me deseas un buen día, o quieres decir que es un buen día, lo quiera yo o no; o que hoy te sientes bien; o que es un día en que conviene ser bueno? -Todo eso a la vez- dijo Bilbo.  (El Hobbit, J.R.R. Tolkien)  


Jesús, creo que como dije ayer hay que “ser uno mismo" y mantener coherencia, que este deber nuestro objetivo. Hay que ser él mismo ahora, en este momento, y en la Sort, no hay que actuar según las circunstancias; veamos, si yo entiendo la vida como una “suma”, por mucho que cambien los números yo siempre los sumare, el resultado en cada caso será diferente pero yo habré actuado según mi forma de ser y de entender la vida.
En realidad de lo que se trata es de ser honesto, de vivir congruente entre lo que se piensa y la conducta que tenemos, nos encontremos donde nos encontremos, hay que ser sinceros ahora y en la Sort porque si no es así en uno de los dos no lo somos y por lo tanto no tenemos un comportamiento serio, correcto, justo y de alguna manera estaremos engañando a los que nos rodean ya sea aquí o en la Sort.
Jesús, ya te habrás dado cuenta que a primera vista el concepto de honestidad parece bastante simple. Todo lo que tienes que hacer es decir la verdad en cada situación. Entonces,  ¿por qué personas sinceras justifican distorsionar la verdad en ciertas situaciones? Pero esto ahora no es la cuestión pues hay muchas razones por las que “merece la pena” no ser del todo honesto.
A primera vista podrías pensar que me puedes decir muchas razones perfectamente legítimas para torcer un poco la verdad. Después de todo, ¿no es por un bien mayor? Pues bien, comprar este tipo de razonamiento retorcido es lo mismo que decir que el fin siempre justifica los medios. En otras palabras, está bien hacer algo malo siempre y cuando obtengas los resultados que deseas.
El problema lo tenemos porque ser honesto exige coraje, porque ser honestos nos hace vulnerables y requiere que seamos responsables. Y muchas veces para evitar herir los sentimientos de los demás con nuestra honestidad tenemos que tener mucho tacto.
Está claro que ser verdaderamente honesto implica algo más que decir la verdad en cada situación pero para las personas con integridad es la única opción aceptable. En esa delgada línea que separa lo que está bien y lo que está mal, nuestra honestidad personal nos puede mostrar el camino de lo que realmente es correcto.
Ser honesto no siempre será el camino más sencillo o el más conveniente pero es el que te dará integridad. Las personas con integridad siempre reconocerán y apreciaran tu honestidad y coraje.

Muy Buenos Días.

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