viernes, 11 de mayo de 2018

Viernes 11 de mayo de 2018.

Viernes 11 de mayo de 2018.
¡Buenos días! Dijo Bilbo. ¿Qué quieres decir? Preguntó Gandalf, ¿Me deseas un buen día, o quieres decir que es un buen día, lo quiera yo o no; o que hoy te sientes bien; o que es un día en que conviene ser bueno? -Todo eso a la vez- dijo Bilbo.  (El Hobbit, J.R.R. Tolkien)  


Que gris estoy viendo el día desde mi ventana, menos mal que la temperatura de 17,0 grados me alegra el animo y como creo que no va a llover todo me parece que esta bien para empezar el día.
Voy a continuar un poco más con el tema de esa parte de nuestra juventud y no solo de nuestra juventud sino también de personas con los años suficientes para que no los consideremos jóvenes que son capaces de primero pensar y después ejecutar actos parecidos a los que realizaron los de la “manada”.
Todos estaremos que acuerdo que vivimos en una sociedad híper-sexualizada, en donde la pornografía se ha convertido para muchos en la gran educadora, a la que se puede acceder con una sencilla aplicación en el móvil y eso es demoledor, pues presenta un sexo inmediato, sin compromiso, a la carta y que invita mentalmente al consumo de sexo, que rebaja a la persona y la convierte en animal.
Si a esto unimos que se ha  perdido el rumbo sobre los grandes asuntos: el amor, la familia, la dignidad de la persona y con dos grandes notas negativas envolviéndolo todo: la permisividad y el relativismo; todo vale y ya nada es bueno ni malo… estamos en la pos-verdad. Ese es a mi juicio buena parte del entorno en el que nos movemos.
 Porque una cosa es no tener tabúes (lo que es bueno) y otra cosa, no tener criterio (que es fatal). Porque la moral es el arte de vivir con dignidad. La ética es el arte de usar de forma correcta la libertad. En «La Manada» esto brilla por su ausencia. Mucha gente se centra en la sentencia, yo me voy a la raíz de por qué todo esto sucede.
Hay que ir al origen del comportamiento, yendo a las causas y motivos. Hay que ir a la raíz de lo que lo ha producido, tratando de poner remedio a ese origen.  
Educar es convertir a alguien en persona. Educar es seducir con los valores que no pasan de moda. Educar a una persona es introducirla en la realidad con amor y conocimiento. La educación sexual es enseñarle a alguien a gestionar su vida emocional con orden, jerarquía y capacidad para la entrega en el mejor sentido de la palabra.
La sexualidad bien entendida es el lenguaje del amor comprometido, es la parte física del amor. El sexo sin amor se devora a sí mismo. ¿Cabe preguntarse qué habría sucedido si la víctima de «La Manada», hubiera consentido ese tipo de relación/agresión sexual? ¿Media España estaría hablando de ella? He aquí la cuestión fundamental. Pues esto mismo sucede casi todos los fines de semana en los burdeles.
¿Cualquier aberración depende hoy en día casi exclusivamente de la existencia o no de consentimiento?  

Feliz y Dulce Día.

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