Jueves 10 de mayo de 2018.
¡Buenos días! Dijo Bilbo. ¿Qué quieres decir? Preguntó Gandalf, ¿Me
deseas un buen día, o quieres decir que es un buen día, lo quiera yo o no; o
que hoy te sientes bien; o que es un día en que conviene ser bueno? -Todo eso a
la vez- dijo Bilbo. (El Hobbit, J.R.R. Tolkien)
Ayer por la tarde, en medio de
la tormenta que nos acompañó por unos minutos, termine el repaso de la
sentencia del caso “manada” y me he dado cuenta que nadie, ni la misma
sentencia, tal vez porque no sea su misión, ni lo medios de comunicación hacen
hincapié en qué pasaba por la cabeza de esas personas, cuáles eran sus motivos
o qué fueron a celebrar a las fiestas de San Fermín.
Ahora que ya tengo una
temperatura por encima de los 15 grados todas las mañanas empiezo a estar más
activo y con más ganas de enfrentarme con lo que me espera en este día, de momento
ahora 19,0 grados, perfecto.
Ya se, que esos cinco jóvenes
no representan a toda la juventud, eso lo tengo claro, pero si que son una
parte. Una parte que creo que merece la pena analizar.
¿Que me encuentro según voy
leyendo la sentencia? Pues con un grupo de jóvenes roto, sin fundamentos
morales, muy destruido, que convierte a la mujer en objeto de placer y si
además van con unas copas de más, sale de ellos un instinto básico y primario,
que es el consumo de sexo, pero rebajando a la mujer.
Me encuentro en la sentencia
con unas personas con una gran falta de valores, que no tienen ni un modelo que
seguir ni un punto de referencia, que buscan el placer sexual inmediato sin la
más mínima afectividad, con una atronadora ausencia de modelos de identidad…
Ellos no han llegado a actuar de esa forma por casualidad, son la consecuencia
de una cierta parte de los jóvenes perdidos, despistados, que van por la vida
sin criterios morales, que me producen tristeza, desazón e irritación.
Pero estos hechos se producen
en un entorno. Y amigos míos, esta es otra historia que ya será contada
talvez mañana.
Feliz y Dulce Día.
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