“Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K. Chesterton)
Nordkapp: día 89. 30/06/22.
Olderfjord --- Honningsvag.
Distancia hoy: 105,58 km.
Velocidad media: 15’56 km/h.
Podría decir que hoy ha sido
un día de aproximación, seguramente de demasiada, pero la imposibilidad de acampar
donde teníamos previsto, no querían tiendas de campaña, nos ha obligado a llegar
al que podríamos llamar “campamento base” de Nordkapp.
No queríamos pasar los túneles
hoy, pues todo ciclista sabe lo complicados que son, queríamos cruzarlos de madrugada
donde el trafico es prácticamente inexistente, no ha sido así.
Sabíamos que a mediodía la
meteorología iba ha cambiar y un fuerte viento acompañado de unas nubes bajas iban
dificultar y mucho el paseo en bicicleta, pero no teníamos otra opción.
El primer túnel, el de más
de seis kilómetros que transcurre por debajo del mar y que con una bajada de tres
kilómetros nos lleva hasta más de doscientos metros por debajo del nivel del mar
y con una subida constante de tres kilómetros al 8 por ciento, ha sido duro, y lo
ha sido también por el frio y el ensordecedor ruido delos vehículos.
También ha sido complicado
cruzar el puente que hay a la salida, el túnel de cuatro kilómetros ha sido un paseo,
llano y muy bien iluminado.
La verdad es que aun no habíamos
sufrido los rigores del Circulo Polar Ártico, y creo que es una experiencia que
no merece la pena experimentar, pero ahí esta.
En algunos momentos del día
me hubiese gustado hacer un “ clic” y desaparecer de allí, y aparecer en un lugar
más agradable, huir de esa situación.
Huir no suele ser
agradable. Aunque es algo que hubiese sido realmente un alivio, en principio. Siempre
huimos de lo malo para ir a algo mejor, pero es verdad que no siempre huimos de
algo malo. A veces solo de algo que nos incomoda. O de una realidad que no
queremos afrontar, por pereza, por vergüenza, por una herida… A veces llegamos
a huir de lo bueno, porque el cambio nos da miedo. Incluso a veces estamos
huyendo, deseando estar en otro sitio sin saber siquiera de qué huimos, por qué
queremos salir de donde estamos.
Esto último es lo que me
planteo muchas veces. ¿Por qué necesitamos abandonar la realidad? ¿Tanto nos
pesa? ¿Tan insoportable se nos hace nuestra vida que necesitamos ir a otro lugar?
La huida siempre tiene un motivo.
En fin, esta experiencia solo
ha servido para saber lo que ya sabiamos: con mucho viento lo mejor es no pedalear.
Buenos días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario