lunes, 27 de agosto de 2018

Lunes 27 de agosto de 2018.

“Podemos creer lo que queramos. Somos responsables de aquello en que elegimos creer.” (J.H. Newman) 


Muy bien, empecemos esta nueva semana, es de suponer que también habréis pasado calor durante el fin de semana por lo que no hace falta que os diga que yo también lo pase, así que voy a continuar con alguna de mis cuestiones.
Lo voy a hacer otra vez con el tema de los inmigrantes pues el Estado Español ha utilizado la devolución inmediata a Marruecos y aunque no voy a entrar en los bandazos que estamos dando en este tema así como en tantos otros, volveré a hacer una pequeña reflexión.
Continuo pensando que se esta haciendo un análisis equivocado del problema. Se diría que estas personas vienen no sólo a buscar un espacio en nuestro territorio, sino a quitarnos lo nuestro. Ya se que no es lo mismo recibir a cinco personas que a cinco mil. Cuando el número de personas que buscan acomodarse en nuestros entornos es pequeño, es relativamente fácil hacerles sitio. Cuando son muchas las personas que llegan, no sólo necesitan mucho sitio, sino que parece que hasta quieren quitarnos el nuestro e imponernos sus costumbres.
Vamos a ver, mis principios son claros: la tierra es de todos. La casa, la tierra que ocupo, no es mía, es “nuestra”. Y como es nuestra, tengo que compartirla. La cuestión está en el compartir. ¿Cómo compartir de modo que mi renuncia no me perjudique ni a mi, ni a “los míos”? Los “míos” entre comillas, porque los que llegan de fuera también son “míos”.
Pero es normal que considere más “míos” a los que conozco desde siempre, a aquellos con los que he crecido. De ahí la necesidad de políticas imaginativas, generosas y valientes para dar una respuesta a tanta gente que busca sencillamente vivir, para que la acogida de esas personas no sólo sea un beneficio para ellas, sino también para los acogedores.
Hay que encontrar el modo de que la acogida de inmigrantes sea buena para el acogido y para el acogedor. Por otra parte, hay que presionar a nuestro gobierno, supuestamente democrático, para que ayude al desarrollo de los países más pobres y tome medidas políticas en contra de esos regímenes que solo buscan perpetuarse a costa del bienestar de sus ciudadanos.

Feliz y Dulce Día.

No hay comentarios: