lunes, 20 de agosto de 2018

Lunes 20 de agosto de 2018.

“Podemos creer lo que queramos. Somos responsables de aquello en que elegimos creer.” (J.H. Newman) 


Este mundo es un pañuelo como bien señala Tere, y así debe ser, nunca sabemos con quien nos podemos encontrar, nos encontremos donde nos encontremos, estoy dando por supuesto que el encuentro fue casual, aunque si no lo fuese, Tere continuaría teniendo razón, ¡Que pequeño es el mundo!
He estado observando con atención los actos que se han celebrado para recordar el atentado de Barcelona y el homenaje a las victimas, pues lo del año pasado fue otra cosa. Y, como comente hace días parecemos olvidar que cuando el terrorismo golpea los únicos responsables son los terroristas. No hay qué echarnos las culpas unos a otros.
Lo que si que hay que hacer en estos casos es salir de nuestra burbuja ideológica. Si no abandonamos esa burbuja ideológica la onda expansiva se multiplica y después de las víctimas mortales, muere la nación, muere el país, muere la vida social.
El yihadismo nos plantea muchos retos. El yihadismo plantea retos de seguridad, retos policiales, retos políticos. Pero hay un reto contundente, una pregunta que no podemos dejar de hacernos y de la que hablamos poco. Los yihadistas aman la muerte, ¿amamos nosotros la vida más de lo que los yihadistas aman la muerte? ¿Tenemos nosotros razones, motivos, certezas, experiencias que nos permitan amar más la vida de lo que ellos aman la muerte? Sin esas razones, sin esos motivos, estamos perdidos.

Feliz y Dulce Día.

No hay comentarios: