“Podemos creer lo que queramos. Somos responsables de aquello en que elegimos
creer.” (J.H. Newman)
Jesús, es verdad que el tema
de la exhumación de Franco es un tema interesante y que tendré que dar mí opinión,
pero me esperare al viernes para leer el decreto ley, porque me parece a mí que
el tema no es sacar a Franco del Valle de los Caídos, es otra cosa.
Voy a terminar ahora con las
particularidades que tengo como hombre sobre el instinto sexual, creo que en
los hombres no existe ocasión para la reflexión cuando el estímulo es suficientemente
fuerte, cuando no existe la virtud necesaria que hace al caso que genera el
autocontrol. Cuando no existe la práctica que mecánicamente, sin reflexión
frena el impulso.
Las virtudes, son como las
técnicas de boxeo, movimientos aprendidos, pero tan mecanizados que resultan
instintivos. El cerebro dicta la reacción sin reflexión. Pero precisamente lo
que nos liquida a los hombres es que nos toca vivir en una sociedad donde impera el estimulo sexual como
presunto de libertad y lo primero que ha destruido es la propia noción de virtud.
Y cuando digo virtud digo; el hábito de obrar bien.
En conjunto nos han dejado al albur
de nuestro instinto Y es eso lo que explica que, al margen de los enfermos sexuales,
chicos normales en determinadas condiciones arrinconen a la mujer de manera tan
irrefrenable que terminan por abusar de ella.
La seguridad para nuestras amigas,
compañeras, esposas, hermanas o madres, la seguridad real, no va venir de la
ley, ni la policía, por más dinero que le dediquen, y que ya es mucho, sino de
la recuperación del sentido de la virtud, es decir de las practicas buenas
convertidas en hábitos, pero me temo mucho que esto la sociedad desvinculada es
incapaz de proporcionar tal cosa, y seguirá celebrando las fiestas en la
perspectiva de “follar desaforadamente”.
Feliz y Dulce Día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario