miércoles, 22 de agosto de 2018

Miércoles 22 de agosto de 2018.

“Podemos creer lo que queramos. Somos responsables de aquello en que elegimos creer.” (J.H. Newman) 


Jesús, es verdad que el tema de la exhumación de Franco es un tema interesante y que tendré que dar mí opinión, pero me esperare al viernes para leer el decreto ley, porque me parece a mí que el tema no es sacar a Franco del Valle de los Caídos, es otra cosa.
Voy a terminar ahora con las particularidades que tengo como hombre sobre el instinto sexual, creo que en los hombres no existe ocasión para la reflexión cuando el estímulo es suficientemente fuerte, cuando no existe la virtud necesaria que hace al caso que genera el autocontrol. Cuando no existe la práctica que mecánicamente, sin reflexión frena el impulso.
Las virtudes, son como las técnicas de boxeo, movimientos aprendidos, pero tan mecanizados que resultan instintivos. El cerebro dicta la reacción sin reflexión. Pero precisamente lo que nos liquida a los hombres es que nos toca vivir en una  sociedad donde impera el estimulo sexual como presunto de libertad y lo primero que ha destruido es la propia noción de virtud. Y cuando digo virtud digo; el hábito de obrar bien.
En conjunto nos han dejado al albur de nuestro instinto Y es eso lo que explica que, al margen de los enfermos sexuales, chicos normales en determinadas condiciones arrinconen a la mujer de manera tan irrefrenable que terminan por abusar de ella.
La seguridad para nuestras amigas, compañeras, esposas, hermanas o madres, la seguridad real, no va venir de la ley, ni la policía, por más dinero que le dediquen, y que ya es mucho, sino de la recuperación del sentido de la virtud, es decir de las practicas buenas convertidas en hábitos, pero me temo mucho que esto la sociedad desvinculada es incapaz de proporcionar tal cosa, y seguirá celebrando las fiestas en la perspectiva de “follar desaforadamente”.

Feliz y Dulce Día.

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