“¿Puedes devolver la vida? Entonces no te apresures a dispensar la
muerte, pues ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos.” (J.R.R. Tolkien)
Parece que la temperatura ha
bajado esta noche porque he dormido perfectamente, o sea que he descansado, es
verdad que para que esto me suceda he tenido que “resistir” varios días y sobre
todos algunas noches, pero al fin estoy fresco como una rosa y dispuesto a continuar
con un tema que puede resultar un poco polémico.
Veamos, suponed que mi vecino
ha dejado a su esposa por otra mujer. No
ha ido contra la ley haciendo nada ilegal, pero actuó mal, pues la estuvo
engañando durante varios meses. Puede protestar todo el día sobre lo
exasperante que es su esposa, pero eso no cambiará el hecho de que está
rompiendo una promesa que le hizo y haciendo todo lo que puede para debilitar su
matrimonio que yo encuentro primordial para la sociedad.
Me cae bien mi vecino, pobre
hombre. Está al borde de un colapso nervioso y además su madre está muy
enferma. Por este y otros motivos, he decidido tolerar su comportamiento. No lo voy a castigar, por supuesto, pero
tampoco voy a aprobar lo que hace.
No importa si mi tolerancia en
este caso es prudente o sólo tímida, pero requiere reciprocidad de parte de mi
vecino. Entonces, deberá abstenerse de traer a su nueva mujer a mi casa para
reunirse con mi mujer y mis hijos. Se debería abstener de pasar el tiempo
abrazado junto a ella en el jardín del frente. La discreción que debe tener es,
por así decirlo, la doble esencia de la tolerancia.
Tolero su acción; él
"tolera" mi tolerancia y tiene una deuda conmigo por hacerlo.
Otro ejemplo. En el kiosco
donde compro el periódico venden revistas tipo Playboy. Tienen permiso legal para hacerlo, seguro, pero
para mí está mal; degrada la belleza del cuerpo humano y quita a la sexualidad
de su ámbito adecuado para convertirla en la búsqueda privada de la gratificación.
Si tácitamente los que compran esas revistas exigen tolerancia, incurren
tácitamente en una deuda de reciprocidad.
Deberán poner la revista fuera de la vista.
Os habréis dado cuenta de que
los dos ejemplos tienen que ver con el sexo.
No era necesario que fuera así; el principio sigue vigente.
Mañana buscare otro ejemplo
que no tenga sexo.
Feliz y Dulce Día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario