martes, 2 de agosto de 2022

Preparados, listos...

Nuestra perfección no consiste en hacer cosas extraordinarias sino en hacer perfecto lo ordinario” – San Gabriel de la Dolorosa.

Parece ser que en el “salón” de la Berlingo van a viajar las dos bicicletas, un salón que no vamos a utilizar durante el traslado hasta el lugar de inicio de está excursión veraniega. La verdad es que no ha sido complicado hacerles sitio, solamente colocar los enganches de la rueda delantera en el lugar adecuado y listo, bicicletas cargadas y listas para viajar.

La Euro Velo 6, bueno, una parte, es lo que vamos a recorrer, para ser más preciso diré que recorreremos la parte austriaca, desde Passau (Alemania) hasta Viena, ida y vuelta.

O sea, seguiremos el cauce del Danubio, bajaremos por una orilla y seguramente subiéremos por la otra, pues como ya sabréis no es lo mismo recorrer un camino en un sentido que en el contrario, todo es diferente.

De las diferentes opciones que teníamos nos hemos quedado con esta, la mayoría de los comentarios sobre su paisaje son positivos y no hay duda del interés cultural que se puede encontrar a sus orillas, por nombrar la fuerza que tiene en este aspecto Viena.

Empezaremos a pedalear en Passau, la “ciudad de los tres ríos” como se la suele denominar también y que ha sido considerada durante muchos años la capital cultural del Danubio, después de recórrela, al día siguiente comenzaremos a bajar por el Danubio.

Ya sé que el termino cultura está lleno de muchas contradicciones y habría mucho que decir sobre si lo que nos vamos a encontrar en las orillas del Danubio puede ser considerado como una verdadera cultura.

La gran mayoría de nosotros estaríamos de acuerdo en que cultura son los conocimientos que nos permiten desarrollar un juicio crítico, o sea, ese conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y desarrollo artístico que caracterizan nuestra forma de ser y actuar.

Es complicado, ya que para aclararlo un poco no quedaría más remedio que añadir a la discusión otra palabra clave y contradictoria como es “Civilización” lo que como supondréis complica mucho las cosas.

Sin embargo, si miramos bien la palabra “cultura” en sus múltiples significados que se le dan, veremos que, en todas esas acepciones, la cultura contiene siempre un elemento que es básico e invariable, esto es, el perfeccionamiento del espíritu humano.

Y en el meollo de esa noción de perfección, se encuentra la idea de que todo hombre tiene en su interior cualidades para poder desarrollarse y defectos que puede controlar o eliminar. Como veis el perfeccionamiento tiene pues dos aspectos: uno positivo, que significa crecimiento de lo que es bueno y otro negativo, o sea, la limpieza y eliminación de lo que es malo. 

Lo que vamos a ver alrededor de las orillas del Danubio, lo que vamos a aprender de la forma de pensar de sus habitantes, el significado de los monumentos y sus obras de arte, su porqué, ¿todo eso va a mejorar nuestro espíritu?, ¿nos va a dar más cultura?

A primera vista, nos puede parecer que si, ya que la distinción entre instrucción y cultura no es clara en su concepto general. Pero si analizamos bien las cosas, se ve que tal distinción existe, y esta basada en un fundamento bastante sólido.

Veamos, se dice de una persona que viaja mucho o que lee mucho, que es muy culta, por lo menos si la comparamos con otra que viaja poco. Y entre dos personas que leen mucho, la que más lee se presume que es más culta.

Como de por sí, cuando nos instruimos estamos perfeccionando nuestro espíritu, es natural que, salvo razones especiales, se presume que sea el que más viaja o lea la persona más culta. El peligro de equivocarse en este asusto, nace del hecho de que muchas personas simplifican sin darse cuenta las nociones y ven la cultura como el resultado de la cantidad de países visitados o de libros leídos. Error evidente, pues la lectura es provechosa, no tanto en función de la cantidad, sino de la calidad de los libros leídos, y principalmente en función de la calidad de quien lee, y del modo como lee.

O sea, en conclusión, el viajar o la lectura puede hacer hombres instruidos: tomamos aquí la palabra instrucción en el sentido de mera información. Más una persona que ha leído mucho, que es muy instruida, o sea, informada de muchos hechos o nociones de interés científico, histórico o artístico, puede ser mucho menos culta que otra con un bagaje informativo menor.

Es que la instrucción sólo perfecciona el espíritu en toda la medida de lo posible, cuando es seguida de una asimilación profunda, resultante de una esmerada y detenida reflexión. Y por esto, quien leyó poco, pero asimiló mucho, es más culto de quien leyó mucho y asimiló poco. Basándonos es esto, por ejemplo, un guía de museo es muy instruido de los objetos que debe mostrar a los visitantes. Pero no raras veces él es poco culto: se limita a memorizar y no procura analizar.

En fin, ya veremos como nos afecta todo lo que vamos a ver y sentir, parece claro algún efecto va a tener, ahora bien que nos libremos de él o no ya va a depender de nosotros.

Y es que si no reflexionamos sobre lo que vamos a ver, por muchas fechas y hechos que memoricemos si no los pensamos no vamos a adquirir nada de cultura.

Buenos días.

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