viernes, 5 de octubre de 2018

Viernes 5 de octubre de 2018.

 “-El amanecer no está lejos- dijo Gamelin-. Pero la luz del día no habrá de ayudarnos, me temo.
-Sin embargo, el amanecer es siempre una esperanza para el hombre- dijo Aragon.”
“El señor de los anillos”. J.R. Tolkien. 


Muchos comentarios me han llegado después del “Buenos Días” de ayer, y es que lo queramos o no vivimos en una civilización de jóvenes en la que se teme a la vejez y se evita cualquiera de sus representaciones. No obstante, el número de viejos no cesa de crecer y la proporción de jóvenes sigue disminuyendo.
Ahora en mi balcón volvemos a estar por debajo de los 20 grados, para ser exacto tenemos 19,1 grados, parece que vamos a disfrutar de un hermoso día, un día que espero no este lleno de contradicciones, contradicciones que si que existen cuando nos referimos a los viejos, por ejemplo, nos quejamos de que ha desaparecido  el respeto al viejo y nunca se ha hecho tanto para hacerle feliz. Pero por otro lado se le separa de la vida por medio de sistemas diferentes, uno de los cuales es la jubilación.
Me llama también la atención que tampoco gusta hoy la palabra “viejo”, que parece deprimente, ¿no os parece? Se habla por ejemplo de “personas mayores” y en ciertos ambientes donde se les organizan actividades se les denomina “tercera edad”.
Pero, para continuar con este tema habríamos que preguntarnos; ¿qué es un viejo? ¿Implica este término que la vida se ha acabado?, ¿será por esto por lo que reaccionamos contra esa palabra?, ¿por qué cuando se habla de septuagenario, de un octogenario, nos viene a la mente el calificativo de “pobre”? Un pobre septuagenario, un pobre octogenario…
Como veis muchas preguntas que se podrían contestar en un momento como por ejemplo; que uno tiene la edad de sus arterias. Pero no quiero agotar tan pronto un tema tan interesante.

Feliz y Dulce Día.

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