“¿Puedes devolver la vida? Entonces no te apresures a dispensar la
muerte, pues ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos.” (J.R.R. Tolkien).
Normalmente los domingos no
suele haber “Buenos Días” puesto que tengo que abandonar muy temprano mi casa
para ir a correr y no dispongo del tiempo necesario para escribir nada, pero
hoy nos han cambiado la hora y tengo una hora más, así que voy a empezar por la
temperatura en mi balcón, todo un clásico, ahora de 13,1 grados que es baja para
Pego, además el sol nos saldrá a las 07:24 horas y se ocultará a las 18:05
horas.
Los latinos siempre hemos
disfrutado con la conversación, es muy mediterráneo conversar, todos los que
vivimos alrededor del mediterráneo somos buenos conversadores lo que no quiere
decir que hablemos bien ni que hablemos por los “codos” pues entendemos nuestra
conversación como algo diferente.
Nuestra conversación esta en
la misma etimología de la palabra, que viene del latín “conversari” y significa
"vivir, dar vueltas, en compañía", y si vemos sus componentes léxicos
nos encontramos con el prefijo “con” (completamente, globalmente) y “versare”
(girar, dar vueltas).
¿Y dar vueltas a qué? Pues a
todo lo que se tropieza en nuestro camino empezando por uno mismo y siguiendo
por nuestro interlocutor, dar vueltas a todo lo que la multiforme vida nos
brinda cada mañana, que siempre es algo distinto e irrepetible.
Para nosotros conversar es llenar
la vida con palabras, alabarla y escudriñarla en sus entresijos, intentar desvelarla
y, cuando hemos descubierto al fin que su misterio es inagotable, seguir sin
embargo encerrándola, por el gusto de la compañía. Conversar, a la postre, es
ir descubriendo nuestra propia personalidad a medida que intentamos arreglar el
mundo.
Por supuesto, también
averiguar el alma de la persona que conversa con nosotros; sin atosigamiento,
sin prisa, sin afán ni interés alguno, disfrutando del paulatino descubrimiento,
como quien disfruta de un paisaje nuevo. Conversar es uno de lo más altos
placeres para un latino, tal vez el más alto de todos; y por ello mismo la
sociedad actual se empeña tanto en dificultarlo e impedirlo.
En fin, nos encontramos con
muchos problemas para disfrutar de una buena conversación.
Feliz y Dulce Día.
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