martes, 4 de marzo de 2025

¡Buenos días, amigos! 04/03/25

 ¡Buenos días, amigos! 

Comentaba ayer que los recursos naturales no son infinitos y con toda seguridad pienso que tenía razón, sin embargo, existe un matiz que me gustaría remarcar. Nuestro defecto como sociedad parece encontrarse en no reconocer como un regalo toda la naturaleza que nos rodea y que nos permite mantenernos vivos, con unos recursos naturales suficientes para disfrutar de una vida digna.

Si admitimos y estamos convencidos de que es un regalo nos resultara más fácil entender que lo tenemos que cuidar. Los regalos se tienen que guardar y conservar durante el mayor tiempo posible.

Si entiendo la naturaleza como si fuera un jardín que me han regalado mi misión será actuar como un jardinero, que debe hacer fructificar su jardín, procurar que sea bello y que florezca continuamente. Tenemos el encargo de cuidar nuestro planeta, nuestra tierra, guardarla y cultivarla para que nos dure y nos de lo suficiente para todos. Pero, muchas veces lo que hacemos es explotarla.

Tenemos que estar continuamente preguntándonos si la estamos cuidando y cultivando o lo que estamos haciendo en multitud de ocasiones es explotarla para obtener un mayor crecimiento económico. Son preguntas recurrentes que las debemos ampliar para elegir entre una huerta o una explotación agrícola, entre un bosque o una explotación forestal, entre una granja o una explotación ganadera.

El planeta y su naturaleza no son nuestros, nos han sido dados, estoy seguro que con un encargo, que los cuidemos. Y la economía y los economistas deberían de tener esto en cuenta a la hora de establecer sus objetivos.

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