jueves, 6 de marzo de 2025

¡¡¡Buenos días, amigos!!! 06/03/25

         ¡¡¡Muy buenos días, amigos!!!

El motivo por el que nos despertamos con una idea rondándonos por la cabeza es sin duda un misterio para mí, pero lo que tengo claro es que sucede y por lo tanto le suelo prestar un poco de atención, hoy el dilema entre seguridad y libertad es la que primero se ha presentado y esta vez puedo pensar que viene a colación por la cantidad de avisos que estamos recibiendo con anulación de muchas actos por culpa de las fuertes lluvias y que en Pego no lo han sido, de momento, de una fuerza extraordinaria. 

Resulta que sea por lo que sea el debate entre libertad y seguridad lleva abierto tantos siglos que creo recordar que ya se planteaba en el Éxodo y por lo tanto debería de cambiar siglos por milenios, desde entonces hasta hoy nos hemos encontrado con diferentes gobiernos y grupos que han defendido una postura que deberíamos de analizar con un poco de calma: para defender la seguridad de la gente, el Estado puede suprimir ciertas libertades y derechos.

Esta teoría tiene algunos aspectos a destacar. Para comenzar que poseemos algunas libertades que pueden ir en contra de bienes importantes en la sociedad. Y después: que esas libertades pueden provocar daños e ir en contra de la seguridad de otros o, incluso, del Estado o del mundo entero. Además, nos podemos encontrar con otra más coyuntural: como sucedió con el COVID que exige una intervención fuerte de las autoridades y que implica la supresión de libertades.

Analizar todo lo anterior no es sencillo, pues existen diversas teorías sobre lo que el Estado puede o no puede hacer sobre los derechos fundamentales que en teoría nunca podrían ser violados, y sobre la forma de medir los riesgos que una situación concreta pueda provocar en la gente.

Lo que si hemos podido comprobar es la manera en cómo nos hemos equivocado en algunos momentos por los dos extremos: hemos visto como el Estado ha radicalizado su intervención con la excusa de promover la seguridad, o por exaltar tanto la libertad que se han provocado enormes daños sociales en la gente.

Como ejemplo de un lado podemos recordar las terribles dictaduras en varios momentos de la historia, de modo especial las del nazismo y del comunismo. Cuando en nombre de la seguridad nacional, o de la revolución social, se impusieron límites a las libertades básicas a millones de seres humanos, algunos acusados simplemente de ser potencialmente peligrosos...

Como ejemplo de la otra parte puedo recordar la apatía de algunos gobiernos ante crisis económicas y su exaltación de la libertad en la economía, hasta el punto de no intervenir (o de hacerlo tarde y mal) un ejemplo claro de apatía gubernamental ante una crisis económica fue la respuesta tardía y limitada del gobierno de Argentina en 2001 y la crisis de Grecia en 2009-2015, cuando millones de personas perdían su trabajo y carecían de los alimentos necesarios para su salud.

Encontrar un equilibrio entre libertad y seguridad no resulta fácil, y ha habido y hay peligro de cometer errores y abusos en uno u otro lado. Basta con recordar algunas medidas tomadas (o no tomadas) durante los años del Covid-19.

Lo que sí resulta importante destacar, en un mundo en el que existen personas y grupos con un poder económico y político inimaginable hace unas décadas, es que debemos estar atentos para que, con la excusa de la seguridad, con sus respectivos apellidos: seguridad climática, seguridad ambiental, seguridad sanitaria, seguridad alimenticia, etc. se tomen medidas que vulneren gravemente ese valor tan importante para la vida de cada persona: su libertad.

No hay comentarios: