¡Buenos días, corredores!
¡Disfrutad
corriendo!
He
estado repasando un poco las últimas entradas y me he dado cuenta de que he
hablado bastante de cómo entrenar y correr, sin embargo, poco o casi nada he
dicho de como descansar, he dicho que había que descansar, pero cómo en la mayoría
de las cosas siempre hay formas y formas.
Veamos,
nos suele suceder que casi siempre entrenamos más de lo que deberíamos y lo
hacemos porque nos sentimos bien y nos apetece, y esto está muy bien. Pero
descansar es posiblemente la parte más importante de un entrenamiento, ¿pero
realmente sabemos hacerlo? Normalmente empezamos a pensar en descansar en el momento
que percibimos algunas molestias en nuestras piernas, y vemos que esa molestia se
está manteniendo en el tiempo, pero cuando empezamos a notar un cansancio
generalizado ya suele ser tarde, estamos sobreentrenados.
Antes
de que esto suceda tenemos que aprender a prevenirlo.
Lo
que solemos hacer la mayoría, es que cuando cada mañana al despertarnos nos
tomamos las pulsaciones y vemos que nuestro ritmo cardiaco esta un 20% por
encima de lo normal, tendríamos que tomarnos ese día de descanso, porque no
estamos digiriendo el entrenamiento.
Si
tenemos que descansar algún día más no pasa nada, tenemos que hacerlo sin
ninguna preocupación porque, a veces, continuar entrenando nos va a conducir
directamente a la lesión física o mental.
Hay
unos trucos de cómo deberíamos de empezar a descansar y a recuperarnos después
de una carrera o entrenamiento fuerte, son fáciles y los deberíamos de seguir
siempre que nos sea posible.
Después
de una carrera y en los 0-10 min siguientes de cruzar la meta, hay que andar
lentamente. Esto evitará que la sangre se estanque en nuestras piernas y pueda
provocarnos mareos o desvanecimientos por falta de presión en la cabeza.
Pasados
esos 10 minutos y hasta los 15 min, hay que empezar a beber, si es posible
bebida isotónica. De este modo recuperaremos el líquido perdido y las sales
minerales se mantendrán en nuestro organismo.
Del
15 al 25 tenemos que abrigarnos un poco. Después de una carrera, la temperatura
del cuerpo suele descender, siempre, incluso en verano. Cuanto más frío
tengamos, más le costará al corazón bombear sangre.
Ya
pasados los 25 minutos, es hora de empezar a comer. ¿No puedes? ¿no tienes hambre?
Inténtalo, con barritas de esas que combinan proteínas, carbohidratos, es una comida
de fácil asimilación para nuestro estómago.
Después
de los 30 minutos ha llegado el momento de estirar, con 15 minutos vamos a
tener suficiente, en los estiramientos nos tendremos que centrar en los gemelos,
muslos, cuádriceps, abductores y aductores. Si en la carrera había muchas subidas,
insistiremos un poco más con los cuádriceps.
Ya
ha pasado una hora, y un baño de contraste es una muy buena opción si se puede.
Hace que la sangre circule por tu cuerpo y elimina las toxinas, dándote un baño
frío y una ducha templada. Repite la operación un par a veces.
¿Qué
sucede el día después?
Descansar
y recuperar energías. Come carbohidratos y proteínas. No dejes de beber toda el
agua que te pida el cuerpo. Una siesta no es una mala opción.
Han
pasado dos días y es hora del masaje. Hemos dejado pasar el tiempo suficiente para
que el fisio no nos provoque un daño muscular y porque, 24 horas después de la
carrera, ya pueden aparecer las posibles molestias o lesiones que se hubieran
podido producir.
En
fin, termina la semana con rodajes suaves y, si es posible, sobre superficies
blandas. Tómatelo con calma antes de empezar de nuevo el entrenamiento fuerte.
Y,
si esa carrera ha sido una maratón lo mejor es continuar así un mes.
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