¡Buenos días, corredores!
Estamos en lunes y, como puede parecer una costumbre nos toca dar las
gracias a todos los dorsaleros que no solo corrieron y entrenaron, sino que
también a los que compitieron en una carrera. Hoy solo un agradecimiento
especial, solo uno, a Carmen por su carrera en Teulada, así que; ¡Carmen, Muchas
Gracias!
A veces resulta complicado, sobre todo viendo las manifestaciones de satisfacción y alegría entre corredores, hablar sobre la soledad del corredor de fondo.
No es fácil comprender a un corredor ante el sentimiento de soledad que
se da en la carrera a pie. Esa frase: La soledad del corredor de fondo, forma ya
parte del vocabulario de cualquier persona cuando quiere expresar determinado
sentimiento de aislamiento. La imagen puede resultar muy plástica, pero
realmente solo la pueden comprender los que lo hayan sentido. Esta soledad para
un corredor no es ni buena ni mala, es consustancial a quien habitualmente
corre.
Un corredor solitario, al margen de la expresión épica con que se
utiliza, es una persona que puede parecer egoísta, introvertida, pero amante totalmente
de sus actos. Si nadie de su entorno es capaz de hacer lo que él, correr,
entrenar, cuidarse y dedicarle unas horas a sus entrenamientos, no se va a
dejar arrastrar por lo que hace la mayoría de sus amigos. Hace lo que cree que
hay que hacer para seguir con su afición, sin reparar en medios. Y, muchas
veces está solo ante la carrera a pie.
Sin embargo, un corredor solitario profesional es otra cosa, es la expresión máxima del sufrimiento, porque se prepara para llegar donde nadie es capaz de hacerlo. Es capaz de vencer las dificultades sin que necesite altavoces que anuncien sus proezas. Entrena en un segundo plano. Será en la competición donde saque a lucir todo su trabajo y no siempre con brillantez, aunque le quedará la satisfacción de saber que él ha sido honesto y que no pudo hacer más.
Corriendo, sometiéndose a un plan completo de entrenamiento, podemos
comprender el alcance del esfuerzo a que se someten los atletas. Y podemos
comparar nuestros entrenamientos y las marcas que conseguimos con los
corredores de elite, que, si bien es verdad que físicamente están más dotados,
no conseguirían esas marcas si no entrenasen mucho más y con más intensidad que
nosotros.
Ayer, al mediodía pude ver en Teledeporte la Media Maratón de New York
y, estoy seguro de que solo pudimos apreciar lo que significa correr a esos
ritmos los que alguna vez hemos mirado nuestros cronos al correr.
Para comprender a un deportista no tenemos más remedio que haber
practicado alguna vez su deporte, si no hemos lanzado nunca un penalti, o hemos
encestado un tiro de 3 puntos nunca vamos a poder disfrutar tampoco ni del
baloncesto ni del fútbol.
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