viernes, 14 de marzo de 2025

¡Buenos días, amigos! 14/03/25

     ¡¡¡Buenos días, amigos!!!

 ¿Cuántas veces nos hemos sentido solidarios? Seguro que muchas veces nos hemos sentido en la necesidad de adherirnos a un propósito de otros. Y es que la solidaridad aparece muchas veces en nuestras vidas y eso que muchas veces tiene un horizonte utópico pero que sabemos que nos llevará hacia la construcción de una mejor sociedad.

Es lo que se denomina muchas veces la “utopía del bien”, o lo que es lo mismo, intentar hacer un mundo mejor, hacer una sociedad que se organice sobre unas bases de bondad y con un orden social más solidario y justo.

Nuestra solidaridad actúa de diversas formas en nuestra sociedad, nos puede surgir para reducir en lo posible las diferentes injusticias que son evitables, es decir aquellas desigualdades que son producidas por nuestra sociedad, por las estructuras existentes o por las actitudes de las personas.

También nos aparece cuando esas desigualdades son igualmente injustas pero inevitables, porque no han sido producidas por las personas, sino que son consecuencias de la propia naturaleza, de accidentes o de otras circunstancias no previsibles o evitables por las personas (una enfermedad, un desastre natural, etc.) entonces nuestra solidaridad tiene en cuenta esta situación y se centra en los más débiles, atendiendo sus problemas y su situación injusta.

Y, aunque no nos sea posible evitar la injusticia y las personas afectadas no tengan en sus manos solucionar sus consecuencias, nuestra solidaridad ante la posibilidad de no poder hacer nada producirá compasión, acompañamiento, cariño… De modo que una situación desigual injusta e inevitable terminará produciendo una situación de amor. Por eso la solidaridad permite que aparezca la esperanza y la bondad en lugares y situaciones en los que aparentemente es imposible que surjan estos sentimientos.

Se me ocurre también, que la solidaridad aparece incluso en un acto de justicia. Ante una situación en la que cada uno tiene lo que se merece, podemos tener la capacidad de transformar ese escenario a favor de las personas más débiles. En lugar de plantearnos ser corporativistas y de defender solo nuestros intereses en contra de los de otros, se puede buscar colaborar en que esas soluciones justas intenten favorecer más a aquellos que parten de una posición más desfavorable.

Con la solidaridad se busca a la vez transformar la realidad para lograr que esa compasión se convierta en misericordia, es decir, en poner el corazón en los más desfavorecidos. Y así se puede complementar a la justicia ya que inclina la sociedad hacia aquellos que tienen una posición más débil.

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